Funcionaba ya en la Bahía la Misión anglicana
de la cual Tomás
Bridges era Superintendente. Su familia, compuesta entonces
por su esposa –Mary Ann Varder-, y su pequeña hija nacida en Malvinas: Mary, residían en la Isla Keppell , sitio
desde el cual se iba organizando lentamente la labor evangelizadora entre los
canoeros fueguinos.
Por entonces solo vivía en Ushuaia una familia
blanca –también misionera- en matrimonio Lewis y sus dos hijos.
El viaje entre Malvinas y Ushuaia, realizado a
bordo del velero Allen Gardiner, fue sumamente penoso y accidentado, a tal
punto que partiendo el 24 de agosto recién llegaron a destino el 30 de
septiembre. ¡36 días de navegación entre el archipiélago de Malvinas y el
archipiélago fueguino!.
Por esos días, al referirse a los nativos
yaganes, Tomás Bridges escribirá: “No venimos a gobernarlos, sino a aconsejarlos,
razonar con ellos, enseñarles y guiarles”.
Con el tiempo se incorporarán a la familia tres varones: Despard, Esteban Lucas y Guillermo, y una niña Ana.
... Difícil Mingo, expresar una opinión certera sobre el trabajo de Tomás Bridges en Ushuaia, ya que existen críticas positivas y otras no tanto. Su gran esfuerzo de pasar los fríos de aquellos años en aquella región donde todo estaba por hacerse, en pos de ayudar, evangelizar y civilizar a los yaganes, es muy valorable, ciertamente lo es. Sin embargo, ese mismo esfuerzo positivo encierra una contradicción: cambios de costumbres, de alimentos, de vestimentas, de formas de pensar... Pienso que lo más acertado sea pensar en "equilibrio", en referencia a Tomás Bridges.
ResponderEliminarUn saludo Mingo,
Hernán.-