CUÉNTAME CÓMO VIVES*

Cuéntame cómo vives;

dime sencillamente cómo pasan tus días,

tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres

y las confusas olas que te llevan perdido

en la cambiante espuma de un blancor imprevisto.

Cuéntame cómo vives

Ven a mí, cara a cara;

dime tus mentiras (las mías son peores),

tus resentimientos (yo también los padezco),

y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte).

Cuéntame cómo mueres.

Nada tuyo es secreto:

la náusea del vacío (el placer, es lo mismo);

la locura imprevista de algún instante vivo;

la esperanza que ahonda tercamente el vacío.

Cuéntame cómo mueres,

cómo renuncias -sabio-,

cómo -frívolo- brillas de puro fugitivo,

cómo acabas en nada

y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo.

*Con este poema de Gabriel Celaya, que ya cumplió sus cien, es que yo quiero compartir mi alegría de los 58 que me alcanzan.Con Patricia que me sostiene a su lado, como esa vara necesaria para que la planta se mantenga enhiesta. Con los de mi sangre, que muchas veces parecen ser los de mis lágrimas, pero afortunadamente gobiernan mis sonrisas. Con los que rompen mis silencios, y otras veces me dejan mudo.

Reliquias

En Momentos del Fin del Mundo, Roberto Toledo, ha dado cuenta del existir histórico de este nuestro antiguo puente. Pero por lo que dice el saber popular: "Todo se sabe menos lo de anoche", permanecerá ingnorada las circunstancias de amanecer que muestran a esta reliquia acompañada de una inobjetable botella de cerveza.
La viajera se detiene al borde de la tranquera, como ha ha hecho siempre. Sus temores a caminar sobre cursos de aguas moderan sus acciones. El cartel que lo decía todo, parece ahora no decir nada.
El viejo puente colgante muestra sus rulos, el viento fueguino, a sus años, ha querido peinarlo... sólamente.
A falta de pescadores en esta estación los patitos se adueñan del silencio, y navegan sobre él.

El puente es una sombra de lo que fue.
Y la sombra parece más digna que la pieza histórica.
En su derredor hay algo que está antes que la historia. Los fósiles y sus cápsulas del tiempo.

Reliquias ciertas que ingresan en cualquier bolsillo, y adornan nuestros espacios dométicos, para que se las contemple, o para que admiyan alguna funcionalidad.

Autoestima = Valoración.

Una ocurrencia de Jorge Castañeda de Valcheta, que no se como vino a parar a mis carpetas donde ya adquirió olor a naftalina.
Se puede buscar más sobre él en http://jorgecastaneda.fullblog.com.ar/tag/valcheta/
Si no da el ojo, el click ayuda.
Moraleja: A grandes males, grandes remedios.

Ante la memoria, la verdad y la justicia.


A veces nos quedamos sin palabras.

Esta mañana acompañé a Fernándo Tropea en LRA 24 aportanto recuerdos y testimonios ligados al 24 de marzo. Recordé aquellos golpes de estado donde frecuentemente en nuestro país quedaban los intendentes mientras borraban a los concejos, y en razón de ello llevé testimonios de actores contradictorios, como lo fueron antes y después los concejales Rodolfo Canalis y Elena Mingorance.

Ambos siguieron actuando en lo político, al instalarse la dictadura Doña Elena fue "invitada" a continuar como secretaria de finanzas de la comuna, en tanto que él operó desde la clandestinidad.

Con el retorno a la democracia uno será ministro de una gestión justicialista, para luego terminar como Director de Obras Sanitarias de una gestión radical.

La otra en la continuidad del partido que hiciera nacer: Agrupación Vecinal más tarde Movimiento Popular Fueguina, figuró en varias cadidaturas hasta que se consagró como Presidenta de la Convención Constituyente Provincial, e integrante de la reformadora provincial.

De paso fuimos indentificandos personajes que se nombraban, y circunstancias que se vivían, relaciones de poder y parentezcos...

¡Lástima si no lo pudo escuchar!

Pero también...

¡A veces nos quedamos sin imágen!

Fue cuando volver con pan a casa pasamos por el Sitio de la Memoria, donde ayer hubo una vigilia, parodiando tal vez sin mucha reflexión la que hacen los Veteranos de Guerra sobre el dos de abril; sin darse cuenta que ellos al menos tienen algo que consideran festejable (la guerra al principio hizo convivir al país en alegría), en tanto que el 24 de marzo solo nos hizo de entrada partícipe de los miedos que vendrían.

Y del Sitio de la Memoria, levantado frente a dónde estuviera el Hotel de la Familia Barrientos, donde viviera uno de los desaparecidos riograndenses: Guillermo Carlos, no parece saber de pintura hace mucho tiempo. Han colocado recientemente una suerte de elemento simbólico, una reja, tal vez en el acto de anoche. Mantiene una placa colocada por el Municipio donde se ha arrancado el escudo comunal. La placa de bronce expuesta a las lluvias por un monolito, está arqueada y carente de brillo. Y en el mástil no flameba la bandera nacional, esa que al menos hoy alguien tendría que haber hecho flamear.

El Sitio de la Memoria no parece incorporado en ningún protocolo, hace unos años se sembró un árbol en el lugar, un árbol que curiosamente otros se encargaron en arrancar.

Tal vez no sepan muchos que el enorme árbol que da verde al lugar fue colocado un lejano verano por el padre de Guillermo (foto), en una situación premonitoria con respecto al destino trunco de su hijo.

La desidia de los sectores progresistas pone a la luz la abundancia de los sectores retrógrados.

Juan José Degratti: Recuerdos de un programa pionero.


Radio Nacional Río Grande nace en 1973 con una dotación de personal en planta permanente, en parte constituida por gente venida de otros lugares del país, en parte por residentes en Tierra del Fuego.

El núcleo artístico estaba constituido por locutores y redactores, pero no se pensaba dotar de periodistas a una filial del interior. Esta situación recién vino a ser revertida en caso de LRA 24 durante la gestión del presidente Kirchner.

Fue así como en aquellos primeros tiempos la radio dio cabida a un conjunto de colaboradores que trabajaron sobre áreas específicas, en la mayoría de lo casos con gran entusiasmo y solvencia en programas que llegaron a durar mucho tiempo.

Uno de ellos fue el programa deportivo que tuvo por principal referente a un mecánico procedente de Rosario: Juan José Degratti

Deportes en el 640 prácticamente nace cuando nace la radio. Fue una de las primeras audiciones. Tuvimos la suerte de ganar el Santa Clara de Asis. Junto con Horacio David Sur y Carlos Brea armábamos lo que se decía Deportes en el 60. Por supuesto costaba mucho más hacer las cosas. . No había los medios que hay hoy, teletipo, fax y todo. Nos pasábamos escuchando las noticias de otras radios para tener algo para decir. Y nos atrevíamos a cosas mayores, incluso se trabajaba en vivo con el amigo Daniel Pisano, hicimos transmisiones de boxeo, de automovilismo, de fútbol. Con los pocos medios que tenía Radio Nacional llegaba a buena parte de la isla lo de la parte deportivo, incluso todavía conservo las cartas de los oyentes, tanto de Tolhuin y toda la Provincia de Santa Cruz. Porque no había prácticamente nada entonces.

Cuando comenzamos a usar una marcha que identifique el programa, no encontraba la marcha adecuada para Deportes en el 640 hablamos con quien fue nuestro padrino el amigo Portela de LRA 14 –radio Provincia de Santa Cruz- él nos mandó el disco para que sea la marcha que identificara a Deportes en el 660, y lo fue hasta que terminó por circunstancia de trabajo.

-Era un gran programa deportivo amateur…

Nunca cobramos, ¡y aparte la única vez que nos giraron plata - no me acuerdo cuando fue- no tenía una aspiradora la radio, no tenía lamparitas, porque prácticamente no le giraban.

Al programa lo hacíamos con cariño y fue durante más de 15 años que estuvimos presentes a veces descuidando la familia y el trabajo Hay anécdotas para contar. Yo por ejemplo soy mecánico de la empresa Schlumberger. Y había ido a la zona Cañadon Piedras a hacer un trabajo. Y en ese tiempo también se me daba que relataba la carrera. Yo fui y volví. Y tuvimos la mala suerte que el camión se rompió, yo dejé el camión y volví a relatar la parte de la carrera y después me dijeron que gritaban al receptor: José Nicolás Azaro y Héctor Loncón Villarroel, que son con los que trabajábamos en Schlumberger. ¡Largá el micrófono y venía a arreglarnos el camión! . Son anécdotas que uno puede contar.

Lo hicimos con el ánimo de colaborar con la radio. Yo decía que cuando con el tiempo transcurriera, dejaría de hacerlo, tal es así que luego la gente si hizo un programas deportivos lo primero que busca es un rédito monetario.

Juan José Degratti sumaba estos recuerdos cuando en el año 1998 la radio cumplía sus bodas de plata y el era un activo dirigente gremial del sector Petrolero Privado.

No lo hago porque no tengo tiempo, lo haría gustoso sin cobrar un solo centavo. Es que estoy continuamente estoy viajando a Buenos Aires. Pero si tendría que hacerlo lo haría. El amigo Rubén Rumachela, Beto Córdoba, Eduardo Vázquez, dirigentes del automovilismo local realizadores del Gran Premio de la Hermandad, piensan que así como con los 25 años de la carrera se largaría como en un principio de punta a punta –La competencia une por terrosas rutas nuestro Río Grande con la localidad chilena de Porvenir- también quieren que estén los mismo relatores de entonces Radio Presidente Ibáñez y nosotros.

Yo he estado estos tres días de Semana Santa en Porvenir con Cococho López Cárdenas y con Mímica y otros amigos de entonces. Y recordando las anécdotas: “En su momento fue a correr el gringo Acha y antes de largar se había mandado dos o tres botellas de whisky. Y le dijo el presidente del Club de Volantes que le vaya a decir al gringo Acha: ¡Ud. Que no podía correr por que no tiene frenos!. Mimica se lo dijo, y el gringo le contesto: ¡Yo no vengo a frenar, vengo a correr! Y participó de la competencia. Corría el año 58 o 59.

-Se daban polémicas en Deportes en el 640?.

Aveces la información que dábamos no era correcta porque no teníamos mucho tiempo para prepararla y así que bueno En una carrera, en un momento dado, Carlitos Brea nos dice que había pasado el 4370. No había ningún vehículo con ese número; claro llevaba la propaganda de esos cigarrillos (43/70). Así que bueno que era anécdotas que había que contarlas, por que eran parte de la radio.

Degratti ya tenía su trabajo periodístico en el Canal de televisión, medio que en Río Grande comenzó 6 años antes de la radio.

Yo empecé en la primera salida al aire la hice en la TV con Godofredo Videla, Rodolfo Rivarola y su esposa. Ahora hay muchos que se dicen periodistas, pero de ahí a que lo sean. Hablan de periodista, periodista no creo que alcancen los díos de la manos. Muy pocos son los periodistas que están habilitados. Recuerdo un reconocimientos que me entregaste en propia mano un 7 de junio. Hoy quizás sean 50 los periodistas o mas, pero que en realidad son personas que les gusta estar detrás de un micrófono. Pero estudiar periodismo lleva estar detrás de un micrófono, y nada más.

-Es lindo estar detrás de un micrófono!

Se me pone carne de gallina. Me gusta darle la emoción. Para un Gran Premio de la Hermandad, no me daban la entrada al Autódoromo y estaba doña Elena Mingorance detrás de mí, entonces me dice el locutor desde el estudio, que tenía el pase para informar lo que estaba pasando, y yo comencé: ¡TENEMOS UNA MAQUINA, ES LA 125!. Y doña Elena no entendía nada. Mirá recién llegó le dijo.. Una cosa es decir: llegó la 120 (sin mayor ganas). Uno le da la emoción, detrás del micrófono para el que escucha también lo viva. Y doña Elena no entendía nada. Pero es parte del trabajo darle emoción de la carrera y para que la disfrute el que escucha.

-Lo tuyo en deportes es el automovilismo en primer término.

El automovilismo, y también el boxeo también. Pero el fuerte mío era el automovilismo. Permanentemente conseguía era la revista Corsa,, sacaba de la revista para darle a los oyentes la información de parte de Argentina y de Chile. Tanto en Porvenir como en Punta Arenas. Yo entré a un mercado Listo –de Punta Arenas- en el día de ayer a la mañana, y me encuentro con un muchacho que boxeaba muy bien, llegó a ser campeón: ¡el . Peludo Hernández!. Y me preguntó: ¿Qué pasa ya no transmiten más en la radio?. Fue una época mas linda. Nuestro programa empezó con la radio

-Los fueron a buscar, o se fueron a ofrecer.

Me fui a ofrecer. Creo que el señor Pignolo, que era el director en ese momentos de la radio, nos recibió a nosotros, con Surt. Dijimos que si podíamos ha hacer un programa deportivo, no íbamos a cobrar nada y entonces no autorizó a hacer Deportes en el 640.

-O sea que si la radio comienza el 28 de abril de 1973 ustedes cuando comenzaron?

Creo que a la semana ya estábamos trabajando, con mucho cariño y mucho amor. Llevábamos muchos papeles sobre el escritorio. Nos fuimos haciendo cancheros. Los primeros días para acostumbrando llegábamos cuatro horas antes. Después ya llegábamos con media hora de anticipación. .

De todos los operadores que había teníamos más confianza en algunos. Cuando hacíamos una grabación pedíamos el Chaque Acosta o Alberto Chenú. Con la mirada ya el Chaque cortaba colocaba la cortina, lo mismo con Alberto que nos conocíamos del canal.

Una mujer inolvidable. Nelly Iris Penazzo.



Fue la segunda médica que trabajó en Río Grande. De la primera no se recuerda su nombre puesto que su destino resultó efímero; de ella quedan muchas cosas para recordar, motivo de que la exalte en esta fecha destinada a honrar a la mujer comprometida con la sociedad.
Su esposo era Guillermo Segundo Penazzo, y mientras ella era una profesional –desaliñada pero profesional al fin- que recorría los pasillos del hospital rural de entonces, el se desempeñaba como taxista.
Eran una pareja singular de cuyos pormenores de vida se hablaba con cierto reparo, dado que eran propensos a gritarse en la calle.
Y las calles eran las de mi barrio porque vivíamos a poco más de dos cuadras.
Nelly prestaba un especial cuidado a sus pacientes, durante mucho tiempo todavía se conservaban historias clínicas de pacientes de su tiempo, en la que lucía en las técnicas del diagnóstico precoz y la descripción preliminar:
“Hoy a media mañana se presentó en mi consultorio una mujer de humilde apariencia y avanzada edad la que me manifestó tener mucho, pero mucho frío. Cuando le pedía que se desvistiera para auscultarla directamente sudaba y temblaba…”
Era un espacio de su profesión donde se manifestaba literariamente. Aunque años después nos dio la sorpresa de publicar un poemario titulado “Ley 3218”, que era la distancia entre Ushuaia y la Capital Federal por la ruta 3, donde marcaba críticamente las relaciones de abuso y poder imperantes en la isla.
Yo la conocí más directamente cuando acudió un día a ver a mi madre que estaba con 27 de presión, y visto el bocio que la afectaba iniciaron las diligencias por las que fue atendida y operada en el Hospital Rawson. Mamá contaba que allí le preguntaban si se habían dado cuenta del valor que teníamos en Río Grande.
Pero siempre supimos poco de su pasado. Sí que se doctoró, no todos los médicos que llegan aquí lo hacen con ese rango, y en su caso su tesis fue sobre La Prostitución.
Cuando se dio la salida democrática que traería de vuelta a Perón al país, ella y su marido estaban enrolados en el justicialismo, y su tarea era en áreas de adoctrinamiento. El simple listado de la biblioteca de entonces, con la que ella trabajaba, es una pieza envidiable para quien piense en interpretar la realidad de nuestra patria vasalla. Todos esos libros fueron incautados por las autoridades de la Infantería de Marina después del 24 de marzo y nunca devueltos.
Después del 73 un día nos invitó a Guillermo Barrientos –tristemente desaparecido- y a mi a LRA 24, tenía un programa titulado Educación para la salud, y allí quería dar a conocer el pensamiento y las preocupaciones de dos estudiantes universitarios de Río Grande. Yo di de hablar sobre la Ecología, una temática que a Perón se le había dado por jerarquizar creando incluso una oficina gubernamental. Ella planteó directamente sus dudas, afirmando “Si no usamos nuestros recursos ahora, bien o mal, vaya a saber quien los usará en el futuro”.
Nelly vivía entonces en la calle Lasserre y tenía una niña inquieta, Sonia, que hablaba del Che Guevara. Nelly nos sondeaba a sus amigos universitarios, nos decía que ella se comunicaba con el espíritu del Che por que era medium, pero yo nunca asistí a esa etapa de su esoterismo. Si contemplaba con atención su caja de agujas con las cuales desarrollaba la acupuntura. No eran tiempos de agujas descartables y cada una de ellas era una joya artesanal. Se daban los nombres de algunas mujeres que se hacían atender por esa práctica.
Guillermo conversando en el Roca me contó un tiempo después que el Che les había dicho que no venían buenos tiempos.
Ya para entonces la doctora había iniciado un contacto con los últimos onas y estudiaba su cultura como la clave de una nueva ideología: por su casa pasaron Ángela, Garibaldi y sobre todo Federico; que un día mucho más tarde moriría en la vereda del bar de al lado de su vivienda.
Yo solía mostrarle a Nelly libros que había leído y usado para el estudio durante el año, ella se los tomaba prestado y me dejaba otros, pero era un intercambio que pasaba de año en año.
Cuando el peronismo se dividió tenazmente entre izquierdas y derechas ella se situó entre los primeros, no con pocas dificultadas en el medio fueguino.
Cuando se dio el golpe ella ya no estaba aquí.
Volvimos a encontrarnos después de Malvinas. De tanto en tanto llegaban noticias de ella, ninguna de las cuales pareció en el tiempo ajustada a la realidad.
Un día me contaron que estaba de vuelta, que tuvo contactos con Domingo Palma –baqueano del batallón- y que de ello resultó una serie de charlas con personal naval sobre el medio fueguino, y el conocimiento e interpretación que tenían los antiguos selknam.
Yo ya había pasado mis días de concejal, así que esto tiene que haber sido por 1986. Sabía de la muerte de mi padre y me preguntó por mi madre. Me preguntó si seguía con los mismos problemas de siempre. Yo le dije que no, que de tiroides ya no se hablaba en casa. Entonces ella pasó a decirme.
-“No pibe. A tu madre le gustaba beber. Y cuando me pasaba a saluda siempre andaba con una botella envuelta en papel, que a veces se la olvidaba. ¡Pobre!”
La situación me enmudeció y después me causó gracia, y aclaré los tantos. Eran vox pópuli que a Nelly le gustaba el Jhonny Walker etiqueta negra, y mamá queriendo obsequiarla por los favores recibidos le llevaba su litro, pero no se atrevía a dejárelo en propia mano. Con lo que lo “olvidaba” debajo de la mesa, o entre dos sillones. Nelly dejaba para consumo propio aquello que “tanto mal” le causaría a mi madre. ¡A mi madre que solo de tanto en tanto tomaba vino con soda”.
Cuando ingresé en 1987 a la Dirección de Cultura Municipal le ofrecí desarrollar la misma experiencia que había tendido en los cuarteles con artístas, docentes y público en general. Estaba contratada como investigadora privada en otra área comunal, el Centro Histórico Documental, habiéndosele prometido imprimir un libro, cosa que nunca se hizo.
El curso en cuestión nos reunía los sábados y su desarrollo iba acompañado de la proyección de diapositivas, fotografías tomadas por su hijo Guillermo Tercero. Hubo interesantes salidas a distintos puntos de nuestra estepa, y como siempre pasa de cien que comenzaron terminan diez.
Pero entre ellos se gestaron situaciones ponderables. Habría que pasar la posta por ejemplo a la gente de Cerámicas Kren que nacieron de su impulso.
En un lustro Nelly publicaba los trabajos que no interesaron a la Municipalidad en la revista Impactos de Punta Arenas, y comenzaba a declinar su salud.
Para entonces usaba colgando sobre su pecho una chapa metálica con diversos caracteres y la palabra Iris –su segundo nombre- con la que entraba en trance ante algunos de sus allegados, y brindaba predicciones excitantes.
Fueron días de encuentros y desencuentros. Un día le reclamé por unos libros prestados en el 75, y me dijo: -“!Qué querés que hiciera con ellos. Tenían tu nombre y si me agarraban a mí, te agarraban a vos!”. Uno de ellos era Para leer el Pato Donald de Ariel Dorfman y Armand Matelart; lo que la llevó a afirmar: -“¡Ahora tenemos que inventar nuestro propio Pato Donald!”.
Enemistada profundamente con Anne Chapman siempre le reclamó por los testimoniales que avalaban sus escritos, que los suponía en París o Nueva York, o los consideraba inexistentes. Ella decía que debían estar en una institución creíble y accesible del país para poder ser consultado por cualquier otro investigador que se interesaba por el tema.
Nunca usó su título de doctora -en medicina- para sus estudios antropológicos, situación que contrasta en un medio donde quien más quien menos se regala títulos.
Cuando le llegaban noticias de las conspiraciones en su contra solía decir: “Me llamaron loca, puta, comunista. ¡Qué peor cosa me podían decir!””
Pero cuando cayó el muro, cambió el peronismo por el menemismo, y se anunciaba el fin de la historia su fraseología se modificó sustancialmente:
-“Me llamaron loca, puta, comunista. ¡Qué mejor cosas me podrían decir”. Y allí después se decía que lo le loca era por lo imaginativa, lo de puta era por apasionada, en un mundo frígido, lo de comunista, era por utópica en un tiempo conformista…
Un día pidió regresar a morir en Río Grande y de eso fueron testigos los doctores Quevedo y Achaga –amigo y amiga-, su esposo y su hijo. Cuando yo lo supe ya estaba sepultada en un solar del cementerio de nuestro pueblo, sin ninguna cruz.

Al igual que los onas que nunca tuvieron cementerios, solo esa definitiva conjunción con la naturaleza.
Carlos Vega Delgado afirma –y con razón- que fue la última persona que pensó como selknam, y post mortem reunió artículos periodísticos en un número especial de Impactos, prologado por el rostro de Lola Kiepja.
Esos días el hijo, que cobraba una coautoría nominal, me entregaba su trabajo postrero Wot’n. Documentos del genocidio selknam; publicado en tres tomos porque la abrochadora de la editorial a la que le encargaron la tarea no abarcaba todas las hojas juntas.
Y ahora que sello en estos recuerdos apurados la memoria sobre esta mujer inolvidable, quiero transcribir para traerla por un momento de la muerte y del silencio, para traerla desde su Woit’n –su cuerpo muerto- “transformada en polvo del viento, el más poderoso joOnn –hechicero- de la tierra del Ona, y en lugar del silencio del olvido, el viento con su fuerza-poder renueva los emblemas de la muerte violenta del ona”.