La Urraca, en exposición 2


Este es buena parte del grupo humano que montó la exposición que estamos mostrando.


Con una preponderancia de situaciones de orden doméstico llevadas a un plano estético.


Como esta montada sobre una antigua plancha y su tabla/tabla.


Y trabajos nacidos de pequeñas manos.


La simple madera con nueva funcionalidad.


Y un rincón en que lo natural se mostraba en contraste con lo viejo, como pleno de color.






Un soporte nacido de la naturaleza fueguina...



Y un componente ajeno, que escapa incluso al cuadro: las calabazas.



Pero había algo más, que pudimos reflejar.


La muestra de fotografías tomadas en Perú, por el licenciado Luís Camargo, cuadros que el puso a la venta.


La Urraca, en exposición.1


El Salón de Usos Múltiples del Centro Cultural Yaganes fue escenario durante el fin de semana largo de una muestra de trabajos plásticos, gestados por alumnos de La Urraca.


La exhibición comprendía diversas técnicas o temáticas, para el caso se podía pasar de una muestra étnica a otra de una naturaleza muerta.


De particulares instalaciones de gestación plural.


En un primer plano la obra pictórica en su correspondiente atril




Pero también objetos funcionales a los que se les ha dado rango estético.


De pronto en una pintura un retazo de nostalgias.



La Urraca, que muchos conocen como un espacio artístico y artesanal se dio el gusto de mostrar la producción de sus alumnos.


Y de pronto objetos de variada funcionalidad.


Que con un leve movimiento la silla se convierte en esta escalera.


Doña María, en vuelo.



Cuando llegamos a verla nos encontramos con otros velatorio, el de un docente del Colegio Soberanía Nacional; ellos me indicaron que allí –en la sala 2- habían traido el cuerpo de una mujer, una abuelita me aclararon, pero que recién se abriría  a las 10 y 30.

Cuando llegó esa hora nos encontramos algunos allegados, Doña María parecía dormir.., tranquila.

Una primera palma de flores, del Municipio, alentó las críticas, no hay florerías en Río Grande, o al menos no están lo abastecidas como en otros tiempos.

Ya me dijeron que los funerales serán mañana. Se está esperando la llegada de los hijos: Juan Amdrés llegará en el vuelo de la tarde, estaba en Córdoba; Ana María llegaría de Río Gallegos con sus hijos.

Doña María ha vivido 105 años; y los transitaba con placidez. Eso es lo que me comentaba Juan cuando nos encontramos, con él y con Patricia Wilson, que estaban de cumpleaños cercanos.

La noticia me llegó como suele ocurrir ahora vía facebook, decía: El Roca está de luto, cosa que pude comprobar más tarde.., después de las 7 y con las puertas cerradas, más un cartel alertando la circunstancia.

Tito, el sobrino que tiene a cargo la confitería de la familia, nos dijo que no vendría su mamá.., una prima de Doña María Jesuz Apablaza de Fernández que reside en Punta Arenas, tiene 87 años y ha nevado mucho.

Ya en casa había seleccionado algunas fotos, ya en la radio habíamos prodigado algunos recuerdos.

Me pareció oportuno volver sobre un Lugareños escrito para  el domingo 22 de octubre de 2000.

Doña María cenó bien, pero a las 23 vinieron las convulsiones y el paro cardíaco que terminó por matarla. Miró mi reloj de pulsera, se ha parado a las 12.50.45, tal vez él también esté triste.

Una mujer de película: Doña María de Fernández

Doña María anda por sus noventa y dos años. Y anda bien. Si no fuera por eso de escuchar menos tal vez estaría mas conectadas con los problemas de todo el mundo, y parte de ellos no dejarían de preocuparla.

Pero ahora su vida discurre –fundamentalmente- entre su hija radicada en Río Gallegos, y su hijo al que difícilmente se podrá sacar de Río Grande.

Aunque en realidad en su larga existencia entre nosotros se fueron dando algunas circunstancias que le pusieron distancia. La primera que tiene presente fue cuando Juan Andrés, pequeñito todavía, andaba con esos problemas de salud y los médicos que en otro tiempo tanta importancia le daban a las cuestiones del clima fueron terminantes con un destino: Córdoba. Allí en un lugar de nombre mas que sugestivo: Salsipuedes, pasó un tiempo diferente de su existencia. Sobre todo porque estaba distanciada del marido, y quedaba allá tan lejos la preocupación del Cine como empresa naciente, pujante, pero en el sentimiento de ella difícil de marchar normalmente sin su presencia rectora.

Un largo viaje realizó este año con el hijo: volver a Córdoba como tantas otras veces. ¡Y hacerlo por tierra! Donde si bien los vehículos de hoy nos colocan en distintos parajes como si no nos moviéramos de un confortable sillón de un living, no deja de pesar el traqueteo del tiempo, de toda una historia en los ojos y en los huesos para esta Doña María, que por cuatro días vio mudarse la geografía patagónica por otra más feraz.

Hubo un año terrible: el 78. La guerra con Chile ponía intranquilidad en todos los hogares. Pero fundamentalmente en aquellos que por estar integrados por chilenos no sabían que aventurar como destino inmediato de resultar la tensión en conflicto. Aunque la radio callaba, y la televisión ignoraba, se sabía que por esos días salía gente a la frontera de buenas a primeras, residentes sin papeles desde muchos años, producto tal vez de desidias particulares o conveniencias de empleadores, gente con casa puesta que debía malvenderla para rehacer en su país de origen lo que se pudiera. E incluso estaba el caso de algunos que siendo naturalizados argentinos, y estando empleados en el Estado –hasta ese momento sin dificultad- fueron compelidos a trasladarse lejos de esta Tierra del Fuego que sería el indubitable escenario de la gran confrontación bélica por la soberanía y el Beagle.

Las clases terminaron antes. Los aviones que venían cargados de soldados y pertrechos no regresaban vacíos: sin mayor tiempo para controles aduaneros salían mujeres primero, niños después, familias completas a un espacio más calmo: el del origen. Si los argentinos/argentinos tomaban esa actitud de supervivencia, y en los mismos vuelos militares; ¿qué se podía censurar de que alguien nacido chileno pero identificado plenamente por todo lo hecho en este lugar tratara de hacer lo mismo? Doña María Apablaza de Fernández y parte de su familia volvió por aquellos días al norte, curiosamente otra vez a Córdoba, donde se transcurrió en pocas semanas rumbo a la tranquilidad de una intervención papal.

Tal vez fue por eso que Juan Andrés pensó que era necesario tener casa en Córdoba, había visitado para esa fecha del 78 su antigua escuelita de Salsipuedes, un pueblo que no había cambiado mucho –tan diferente en eso al Río Grande de los grandes logros- y se maravillo con las perspectivas de otros veranos. Entonces se incorporó al rubro hotelero, pero en Carlos Paz, con una posada que atendía el matrimonio Munín. ¡Pero no crea que fue fácil sustraer a Doña María hacia esas calmas de verano!

El Cine Roca estaba todavía como una realidad familia de empresa, y ella tenía que cumplir las tareas autoimpuestas a la hora de fiscalizar el acceso de la concurrencia a la sala, no fuera el caso que se filtraran menores en películas que no estaban permitidas para su edad, o en cierto momento instalarse por el lado del kiosco, estudiando bien el tema de los precios para que fueran los convenientes y la clientela no se le escapara en el intervalo hacia un comercio cercano, simplemente porque allí ella no ofrecía lo mejor pero mas barato. Y además estaba la Confitería –nunca quiso que se llamara Bar, el Bar fue cosa de otro tiempo, necesaria pero superada- ¡La Confitería del pueblo se podía decir!, un lugar de esos que nunca descansa.

La última vez que la visité en su casa recibía la visita de su hija, que por esos días había salido venturosa de un accidente automovilístico, y uno sabe que venturosa no significa del todo bien, pero había en la definición una suerte de gratitud a la providencia. Como en todos los gestos y actitudes con los que recorría su cocina plena de sol.


Se recordaba de su esposo llegado de España, de sus años de transportista; de la rara felicidad de encontrar sus parientes al viajar a Europa. Y de tanto en tanto una cotorrita parlanchina que revoloteaba por toda la casa, se convertían en objeto de su atención, olvidándose por algún momento Doña María que la estaba reporteando y cambiando palabras con su interlocutora voladora. La cotorrita que remedaba mis preguntas, y que después intenté suprimir de la grabación a la hora de difundir el reportaje por la radio, pero técnicamente era muy complicado, y después de todo fue muy divertido: yo haciendo de apuntador a la cotorra, la cotorra repitiendo, y Doña María macerando sus recuerdos. 


TRIPTICA NACIONAL. HISTORIA. 4 La deuda externa.

En el año 1824 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires por ese entonces a cargo del gobernador Martín Rodríguez, negoció con la compañía bancaria Baring Brothers de Londres, Inglaterra, un empréstito por un millón de libras dando, origen a la deuda externa argentina.

En principio este capital iba a utilizarse para la construcción del puerto, para el establecimiento de nuevos pueblos y para obras de salubridad.

Pero entre comisiones, seguros, amortizaciones, coimas, gastos e intereses por adelantado, llegó al país cerca de la mitad del monto total del préstamo (resulta difícil saber con exactitud la suma que llegó al país.

Circulan, entre los historiadores, distintas versiones, algunas determinan que el monto que arribó al país no fue mayor a 160.000 libras.

Esta actitud de vincularse de manera dependiente con el capital inglés no fue exclusiva de los gobernantes rioplatenses.

En 1825 Bolivar que había contraído grandes deudas en su causa libertaria decía: Aborrezco más las deudas que a los españoles, y descubre la manera de pagarlas: he indicado al gobierno del Perú que venda a la Inglaterra todas sus minas, todas sus tierras y propiedades y todos los demás arbitrios del gobierno, por su deuda nacional, que no baja de veinte millones..

San Martín había dejado el escenario de las luchas de la emancipación y en ese sentido sin en el Protectorado del Perú estaban desprotegido.

Y por 1826 ya teníamos en Buenos Aires un agente inglés: Bernardino Rivadavia.

Y el capitalismo británico fabrica en función de su clientela argentina. En Birmingan fabrican pavas para calentar el agua del mate, y muy pronto comienzan a llegar las boleadoras y los lazos británicos para competir con los productos de la criollada. Un poncho tejido en Liverpool cuesta cinco veces menos que uno fabricado en Catamarca.

Los billetes se imprimen en Londres y el Banco Nacional tiene una mayoría de accionistas británicos, monopoliza la emisión en el país.


A través de ese banco opera la River Plate Mining Association, que le paga al presidente argentino un sueldo anual de mil doscientas libras.

A propósito de los periodistas y su día.



A pesar de haberse dicho en mesa de periodistas –jóvenes graduados en la profesión y estudiantes- que podría ascender a quinientos el numero de trabajadores de prensa en Río Grande, de una reflexión a posteriori surgió el hecho de que no serían tantos.

Un en un reciente y ocasional encuentro Juan Carlos Esquivel –el titular municipal del área- nos señaló que sería aproximadamente 85, para ello me dijo que podía corroborar este número consultando a  Grava, titular de prensa del Concejo, y a Yolanda Dips del SIPREN, sindicato de prensa.

Mis especulaciones tienen otro origen, tal vez más subjetivo, que acompañan la realidad que no tengo presente ,as que a uno que se ha jubilado en el oficio: Juan Manuel Pelaes Garrido que se inició en la esfera de Tiempo Fueguino y terminó trabajando para el gobierno provincial.

Mis cifras serían las siguientes:

Hay tres diarios, a diez periodistas por diario... 30 periodistas. Si exagero en las cifras que se compensen con los que puedan trabajar para algunas esporádicas publicaciones impresas, sobre todo deportivas, algunas de carácter unipersonal.

En Radio Nacional trabajan cinco periodistas, empleados de Canal 13 otro tanto. Diez periodistas.

Ventitres radios... Tendrán dos cada una? Cuarenta y seis periodistas.

Portales informativos: 12. Doce periodistas.

En la esfera municipal: diez periodistas.

En la del gobierno provincial: diez más.

Agentes de prensa de funcionarios: diez.

Sumamos y nos da ciento dieciocho (118) periodistas.

Pero que es lo que puede pasar! Que con lo que gana un periodista no alcanza para vivir. Entonces se trabaja en un diario y una radio, se tiene un portal de noticias y se trabaja para un concejal...

Si todos tendrían dos empleos nuestra aproximación por cargos se reduciría a la mitad: 59 periodistas. Pero como algunos habrán sin rebusques, otros pocos tendrán un solo empleo (ser propietarios de un medio lo permite) y otros tendrán una ocupación extraperiodística nos permitimos cierta corrección:  digamos de un 25%.  Con lo que agregamos quince más a la mitad de dos empleos: total.. 74! Setenta y cuatro.

Pero si los cálculos fueran del 25% menos a partir de los 118, tendríamos que restarle 29... con lo que quedarían 79 periodistas (79).

Con lo que queda demostrado lo subjetivos que podemos ser la gente de nuestra profesión, manejando cifras.

Pero claro, las opiniones de Esquivel pueden estar muy bien fundadas, y las mías también, teniendo en cuenta que en un oficio con tanta movilidad de un fin de semana al lunes pueden aparecer y desaparecer varios en el oficio periodísticos.

Nos despedidos con una pregunta: ¿Cuántos de todos nosotros trabajamos bajo el Estatuto de Periodista?

LRA 24; Del Parte de Novedades.




Finaliza el mes de noviembre de 1974 y el personal de Radio Nacional crece en recargos horarios en razón de lo limitado de la dotación y lo amplio del horario de transmisión.
Para entonces se siguen esperando máquinas de escribir, hace falta una para dirección, otra para secretaría, dos en redacción y dos en programación; pero solo se encuentra una a préstamo de LRA 11 Radio Nacional Comodoro Rivadavia que encima no funciona óptimamente. El servicio se desenvuelve con algunas máquinas que el mismo personal aporta a sus tareas, son portátiles y generalmente andan a los saltos.., lo que queda en evidencia en la correspondencia y documentación de aquellos días.
Los primeros días de octubre traen a la radio una preocupación edilicia. La Municipalidad ha dictado una ordenanza obligando a la construcción de cercos en terrenos baldíos. Nacional tiene frente de cincuenta metros y se pregunta de dónde surgirá su presupuesto, además esta frente a la plaza de la población, y si bien su estructura arquitectónica embellece el contorno urbano, no deja de recomendarse un cercado perimetral que emprolije su aspecto. Allá lejos la Planta transmisora tiene una superficie mayor a cercar, pero falta mucho tiempo para que la ciudad crecida se contacte con ese enorme espacio donde se levanta la torra de la antena.
A fines de 1974 se prepara en el país el CENSO ECONOMICO. El Director de la emisora JORGE EDUARDO DE AMUCHATEGUI, pretende que todo el personal quede desafectado del mismo, que se carga pública para todo empleado estatal, a los fines de no afectar el cumplimiento de las tareas de servicio. Pero se le impone a la redactora EMA SUSANA COBOS la participación esta experiencia, lo que motiva una preocupada correspondencia entre el Director de LRA 24 y el SECRETARIO EJECUTIVO DEL COMITE CENSAL TERRITORIAL, DON JORGE LUIS BARRRAL, consiguiendo que finalmente fuera designada como CENSISTA SUPLENTE quedando también ella con mayor disponibilidad para su propio trabajo radial.
Los censos lo hacían primordialmente empleados públicos, docentes y estudiantes, y Susana revestía también en la segunda de esas categorías.
El personal en general comienza a presentar certificaciones de servicios de otros empleos a los efectos de mejorar el cómputo por vacaciones, que deja a los sin antigüedad con nada más que 14 días de licencia, en una situación que contrasta con la administración pública territorial que tiene un mes de vacaciones.
Para septiembre, mes de la primavera y el amor, dos de las solteritas de la dotación cambian de estado: NILDA MABEL TRABERG Y CARMEN EUGENIA VALENCIA.
En el mes de octubre la partida de $1000 permite la compra de 21 LONG PLAYS, a este ritmo la discoteca crecería con 250 discos al año; de haberse mantenido estas constantes hoy tendríamos 6.250 pero llegamos a un poco más, gracias a las donaciones, hoy la discoteca antigua de RADIO NACIONAL con todas las pérdidas que lamentar suman un total de. 6955 larga duración, hoy llamados vinilos..
CBS acerca a la DIRECCION el programa de difusión MUSICA PARA VER, y lo hace sin cargo alguno; pero el director no puede decidir sobre su inclusión y pide autorización a la superioridad, “dejando constancia que en ningún momento se mencionaría el origen de tal programa.

EL DULCE ESTIÉRCOL. Un cuento de Pancho Burgos Romero.


         Pancho nació en Santiago y fue puesto en un pesebre. Hace 43 años comenzó a tener un destino fueguino y fue constructor, escritor, magnética voz, empresario, lapidado redimido y kioskero.
Debe haber sido otras muchas cosas además de ser un amigo.
En Tolhuin reside con su esperanza. Travieso ha escrito de mis recuerdos y su imaginación un relato que alumbra este pequeño rincón de inquietudes compartidas.             

              
 
       Bajo un sol otoñal, en algún costado de la década del 60, por las adolescentes calles de Río Grande, caminaba con placidez un muchacho que pese a su corta edad,  encendía ya sus ojos a la luz de libros de aventuras, de viajes, de historias atrapantes. Y esa misma mirada se replegaba, primero en sí misma y  luego abierta  hacia el exterior,  escudriñando en el tapiz de la vida, que giraba  incentivándole así, un fino instinto de observación, que le sería de gran utilidad el resto de sus días en este planeta.  
    Estaba dotado de una imaginación que debía cultivar y que un par de lustros más tarde le serían  determinantes para expresarse en lo escrito y lo oral.
   Colgaba de su mano un pequeño envoltorio, con pulcritud envuelto en dos bolsitas plásticas. Y su imaginación prevalecía, era más fuerte que su realidad ( ¡y cuándo no lo había sido! ): era él un personaje con una alta misión encomendada por antiguos médicos rurales,  que practicaban con decoro y sin especulación, una sencilla y afable medicina, en base a hierbas curativas, que crecían generosas dentro y fuera del país de ñires, coihues y lengas del bosque fueguino. Por eso entonces, asía con orgullo firme esa bolsita que contenía los secretos galenos de varias generaciones y que a él, sólo a él le habían confiado los ma-yores.    
  Bálsamo que permitiría aliviar los males, las dolencias de una vieja dama  que padecía quebrantada bajo sus inciertos  achaques. Y por qué nó?..por sus destrezas y hazañas….ganar el corazón de una cierta doncellita…..
   Pero la realidad corría por otro carril. Era menos sutil y más directa: una anciana del lugar, no podía  orinar con suficiente regularidad, y estaba a veces sentada en su chata  exasperantes minutos para liberarse de algunos flujos, que estaban más ausentes que presentes; y que rara vez se dignaban a aparecer. Y que en verdad, en ciertas ocasiones sobresaltaban a toda su familia. Pero he aquí, que al beber una determinada infusión, debidamente colada y preparada en base a estiércol de caballos, constituía para ella y sus fluídos un ¡ santo remedio!.  Y de ninguna manera un remedio de m…..
    Visto así, era preciso un ciudadano valiente  para los menesteres de la “cosecha” de bosta de caballos, que el carro del Batallón dejaba pródiga y blandamente diseminada por todas las calles, en sus diligencias diarias y rutinarias del reparto de pan. Tal la cara y
 temperamento de la incipiente ciudad, con un carro movido a tracción a sangre, tirado por estos ancestrales amigos del humano. 
      Ése bizarro e intrépido “cosechador” de bosta de caballo, no era otro que Oscar Domingo, “Oscarcito” para todos, que por lo menos una vez al mes, con su perspectiva de niño, se hundía “en el campo de batalla de bosta”, bajo el bombardeo del enemigo, sin perder la concentración y el objetivo, munido de una estrategia diseñada inclaudicable, bolsa en mano serena, seleccionando con criterio  de riguroso análisis la calidad del producto, poniendo el ojo en la forma y el color, más allá del olorcillo, de todo ése material que serviría para altos propósitos sanadores.  Nada podía apartarlo de su elevada misión. Y la bosta no era bosta sino un recurso renovable y un instrumento para ciertos fines personales por ahora inconfesables...
      Tal epopeya ocurría una sola vez al mes.
       Pecho al viento entonces, barbilla erguida, bolsa en mano, Oscar se encaminaba a una casa descuidada en su pintura exterior y de varias habitaciones. Todas las paredes y el techo, fueron antes, respetables árboles de Tierra del Fuego.  Previo al pórtico de entrada a la vivienda, algunos tallos de flores languidecían bajo la reciedumbre de cuatro lengas de ramas más bien escuálidas.. y huérfanas de hojas.  Dos perros, Juan y Francisco, dormían fingiendo vigilancia. Y habían ambos desarrollado la habilidad de dormitar con un ojo abierto. Juan abría el izquierdo y francisco el derecho. Así, con dos perros dormidos, se hacía un perro vigilante.... 
    Se anunció Oscar golpeando las palmas, y pocos segundos más tarde, Clara Aurora, la nietecilla de la mujer enferma, iluminaba  el dintel de la puerta, al abrirla. La dulzura de la mirada de la niña, era una amiga inestimable de la atrayente comisura de sus labios, siempre inquietos. Oscar había garabateado varias hojas en el intento de definir, ése rostro, ésa sonrisa y la serenidad de esa mirada.
-          Hola Oscarcito. ¿Cómo estás?...
-          Bien, bien Clara Aurora, traigo para tu abuelita su remedio….
  La mujer los esperaba en la cocina, mate en mano y pan casero en una cesta de mimbre. Besos, abrazos, y charla tibia de amigos más allá de toda edad. Oscar mantenía la conversación con gracia, evitando a toda costa que sus ojos le jugaran una traición, con alguna mirada furtiva a Clara Aurora, dejándole al trasluz sus más íntimos sentimientos por aquella delicada damita.
  Al cabo de dos horas, Oscar juzgó que era tiempo de marcharse, pero no obstante estaba dispuesto a hacerse de rogar para permanecer un poco más. Y de hecho la abuela le invitó  a quedarse para enseñarle su colección de monedas de distintas naciones.  Oscar se hizo de rogar apenas un poco. Y entre billetes y metal se fugaron dos horas más. Ahora la mujer preparaba su brebaje extraído de la bosta de caballo.
  Ya no había más pretextos . Oscar se puso la campera, abrazó a la anciana y al depositar un levísimo beso en la mejilla de la niña, no pudo evitar temblar como la arboleda bajo el viento.
 Clara Aurora le acompañó hasta la calzada. Y de pronto Oscar le dice:
-          El material, - obvió decir bosta delante de ella- será más aprovechable y más fresco por así decir, si lo traigo cada diez días en vez de cada treinta. ¿ Te parece?.
-          Lo que vós digas Oscarcito…. Me gusta…
-          El agitó su mano y comenzó a alejarse de ella. Y súbitamente volvió sobre sus pasos, la miró a los ojos visiblemente azorado:
-          No puedo engañarte, en verdad vendré cada diez días para verte…   más seguido….- Y tragó aire, escupiendo timidez.
-          Sonrió ella como quien soborea miel:
-          Lo sabía…. Y me encanta….¿ Me enseñarás a jugar ajedrez?
-          Por supuesto…..
-          Se aleja él y continúa ella clavada junto a la cerca. La abuela a través de la ventana abierta le grita a Oscar:  ¿ Querés tomarte un tecito de yuyo?,el del estribo.. Oscarcito.
-          El no por dentro, fue un bramido, pero su voz afloró suave:
-          No, gracias señora, muy amable.-  Y en su interior se dijo: no por favor, mire si me sirve de su bebida de bosta de caballo. En vez de orinar, estaría defecando un mes entero. No, no, muchísimas gracias.
-          A dos cuadras de la casa giró la cabeza. Clara Aurora permanecía junto a la cerca. No podía ver sus facciones pero intuyó que su rostro continuaba sonriendo.
-            La tarde  estaba un poco confundida por la mano firme del sol; y muy, muy cerca, a las primeras insinuaciones del crepúsculo, se negaba a asumir su perfil, su gris carucha de otoño.
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