El frío y el papel de diario.

En estos días en que el invierno anduvo a las gambetas por nuestro Río Grande, como suele ocurrir entre gente mayor, nos recordamos de los pasados, siempre tan rigurosos.
Gente que llegó hace 17 años como Fernando Tropea recordaba aquel invierno que le dio la bienvenida como un clima intenso.
Y los que peinamos canas, al igual que los que nada peinan, hacemos memoria sobre nuestra participación en las fiestas patria de otros días, con el simple abrigo del guardapolvo almidonado, pero con alguna trampita.
Es que se recortaba papel de diario para envolver el calzado, entre la media y la capellada; y con las madres se adecuaba que bajo la camisa, y sobre la interloc, fuera un envoltorio de papel de la misma categoría, que ofrecía una protección particular.
No eran pocos los soldados que desfilaban tiritando mientras los niños locales los miraban con curiosidad, alguno en guardia y con uniforme histórico –hecho para otros climas- sucumbía y en algunos casos caían por el impacto del frío persistente.
Y por supuesto están los que no creen que el diario sea tan eficaz. Pero para ellos encontramos una prueba de su uso más allá de la Tierra del Fuego de nuestros recuerdos.
Y así aparece lo leído en EL PAÍS DE LAS ÙLTIMAS COSAS de Paul Auster:

“Una vez que has comprado el diario, suponiendo que hayas conseguido uno, lo mejor es tomar una hoja rasgarla en tiras y retorcerlas formando pequeños atados que servirán de relleno en la punta de los zapatos, para tapar las rendijas por las que se cuela el aire alrededor de los tobillos, o remendar los agujeros de la ropa. Para el torso y las extremidades no hay nada mejor que hojas enteras cubriendo unos cuantos de estos atados, mientras que para proteger el cuello lo más efectivo es tomar aproximadamente una docena de estas tiras retorcidas y enlazarlas entre si formando un collar. Este atuendo da un aspecto armado y acolchado, que tiene la ventaja estética de simular la delgadez”.


Es saber que las personas en situación de calle encuentran en el papel de diario la gran frazada.

Imágenes oficiales de los bombardeos de Plaza de Mayo. Segunda Parte.

 Estas imágenes tienen continuidad con lo publicado anteriormente.

 Una publicación de época en la cual el drama de los bombardeos de 1955 fue minimizado en aras de resaltar una concordia entre los sectores oficiales.


La cohesión interna del Ejército se resquebrajaría en pocos meses.


Y todo lo que parecía reparable dejará algunas marcas en la memoria popular, más allá de la simplificación de los hechos que se hacía desde el gobierno.


La última imagen nos muestra un soldado, con un perfil que parece mimetizarse con con la figura de uno de los grandes del peronismo en el futuro, que entonces se bombardeaba.


Curioso no?



LRA 24, POR 1974



Para Noviembre de 1974 comienzan a llegar las cuentas de teléfono en la radio. Aunque en realidad se trataba de una línea prestada por el Municipio en tiempos en los cuales la central automática de Río Grande resultaba insuficiente para la demanda. El número 222 acumulaba entre el 1 julio y el 31 de octubre, dos bimestres.

Así se presenta una facturación equivalente a pesos 3383 con 76 centavos. Pero de ellos 62.40 correspondía a llamadas a larga distancia realizadas por personal, las que seria abonadas en el radio postal.

Al observar la programación propuesta para el primer bimestre de 1975 se advierte que el mosaico inicial comienza a transformarse con la instalación de dos programas ómnibus. Por la mañana “Mañanìsima”, por la tarde “La Tarde por Nacional”. Pero cada uno incluye un conjunto de secciones con horas de difusión establecidas. Por ejemplo en Mañanìsima: integra comunidad, la mujer argentina de hoy, confederación bioquímica clínica argentina, mensajes a la comunidad, meditaciones del camino, el rincón del 2 por 4. En la Tarde por Nacional, el rincón del 2 por 4, mensajes para la comunidad, América y su música, rincón infantil y conociendo a la Tierra del Fuego. Mañanísima se extendía de 09 a 12. Y la Tarde por Nacional de 15 de 19.

*La foto del segundo cumpleaños de LRA 24:  el director Jorge De Amuchategui y el operador Daniel José Pisano.

Tríptica Nacional.Lengua.4: El modo en que se enseña en las escuelas hace que los chicos, hoy, escriban menos.

La profesora Alejandra Valentino docente de la UNLP afirma que los Argentinos hablamos - Ni bien, ni mal. Diferente. En ningún país se habla mejor o peor que en otro. Hay que entender que, en cada lugar, se forma una realidad; nosotros elegimos una para expresarnos, que tiene sus similitudes y diferencias con otras.

Es un prejuicio que hablamos mal. Además, no se puede estigmatizar la lengua, porque las lenguas cambian, varían. No se habla mejor en España que acá, ni viceversa. La lengua responde a criterios de diversidad.

Ante los códigos que imanen las nuevas tecnologías cree que  No se puede hacer un juicio de valor, ni hablar de transgresión. Simplemente, son formas diferentes de comunicarse, producto de las nuevas tecnologías. Como son muy recientes, es difícil hacer una evaluación profunda. Además, creo que los mensajes de texto sirven, porque en alguna medida tienden a revertir una tendencia que indicaba que la lengua escrita estaba en decadencia.

Le preguntaron - ¿En algún momento esta forma de comunicación puede ser entendida por todos, como las personas mayores, o es de uso exclusivo de los adolescentes?

- Los chicos pudieron sistematizar una forma de lenguaje; empujados también por las compañías telefónicas, que orientan sus campañas publicitarias hacia el público adolescente. No obstante, veo que en la calle mucha gente utiliza los celulares para mandar mensajes.

En tanto que en el momento de analizar no el lenguaje hablado, sino el escrito, ha dicho:
- El modo en que se enseña en las escuelas hace que los chicos, hoy, escriban menos. La escuela siempre privilegió un modelo de lenguaje cerrado, pues se enseña un sistema para comunicarse dentro de ese establecimiento educativo. El grado de abstracción con el que se enseña es muy grande, y así se despoja al lenguaje de su función social. La cuestión parece simple: ¿cómo se aprende a escribir? Escribiendo. De este modo, se podría favorecer a la comunicación escrita. En los colegios se deberían plantear más
trabajos de escritura sobre situaciones reales o cuasi reales, como escribir una carta a una abuela o una tía. Y no insistir tanto con esas descripciones abstractas que sólo sirven dentro de la escuela, porque obedecen a una estructura cerrada de redacción. Creo que ésta es una causa del déficit que tienen muchos chicos para comunicarse a través de la escritura, porque las pautas que se transmiten invalidan pensar desde el punto de vista comunicacional.

La escuela no valoriza la función social del lenguaje, sino aspectos normativos, como el caso de la ortografía.

- Los errores me sorprenden, pero no sólo los ortográficos. Hay muchos gramaticales, de tipo sintáctico o semánticos. Me llaman la atención, porque son muy gruesos. Veo una asombrosa falta de revisión en los textos. Antes había una mayor revisión por el docente.

- A muchos les resulta novedoso cuando se les empieza a hablar de Lingüística. Nosotros, en la cátedra, intentamos que los chicos reflexionen acerca del lenguaje. Casi siempre se sorprenden, porque se instalan en otro lugar que no sabían que existía, porque en la escuela no se los enseñaron.


El Español tiene una  gran riqueza, sobre todo porque ofrece un amplio abanico de posibilidades para decir cosas similares. O para elaborar metáforas. Otras lenguas son más cerradas, estructuradas. Por eso, para las personas que hablan otro idioma, es extremadamente difícil aprender el español.

Imágenes oficiales de los bombardeos de la Plaza de Mayo.


Mucho se ha dicho como una guerra mata en primer término a la verdad. Ninguna de estas imágenes muestran los muertos que indagatorias futuras sobre lo vivido si pudieron mostrar, con los colectivos despanzurrados por los bombardeos, y las hileras de cadáveres.
El bombardeo del 55, como la más reciente Guerra del Golfo, parecía ser una contienda sin víctimas, donde las pérdidas son solo materiales.
Incluso no se consigna la identidad de los atacantes, ni el nombre de las unidades intervinientes en la sublevación, ni de los militares responsables de las mismas.