Entre dudas y certezas. Marinos gallegos en el islario austral.

 


El 22 de Enero de 1619 los hermanos Nodal navegan  frente a la Isla de los Estados.

 Al día siguiente se da su encuentro con los nativos de la Isla Grande de la Tierra del Fuego:

 Dice la crónica que bajaron ocho indios, y así como los vimos, nos retiramos a nuestra gente: tomamos las armas. A este tiempo vieron de los navíos a los Indios, y el Capitán Bartolomé García de Nodal (En la imágen)  disparó una pieza para que nos recogiéramos: todavía los indios se llegaron a nosotros, y como vimos que no traían armas ningunas, y que venían, en cueros, desnudos: algunos traían bonetes de puntas blancas de pájaros, y otros algunos pellejos de carneros, con lana larga como los de España, y un pellejo de venado que trocaron por un capote, e hilo de lana de carneros, y correas de cuero adornadas con almagre.

 Esta última relación tenía que ver con el color de la lana, que habría de ser de un rojo intenso, y que definía en parte la indumentaria de los nativos de ese extremo fueguino, los indios Haus. El 23 de Enero de 1619 la expedición tienen su  primer encuentro con los fueguinos. La crónica dice que vinieron abriendo los brazos y dando voces a su modo, arrojando los bonetes que traían en señal de amistad, con esto nos llegamos a ellos y de allí a un rato llegaron otros tres juntos: todos nos miraron muy de propósito los vestidos, y vimos que se aficionaban a los que tenían ropillas coloradas, y pedían por señas.

 Dimosles cuentas de vidrio, y agujetas, y otras niñerías.

 Eran muy apersonados, son barbas ningunas, y pintados todos la caras de almagre y blanco: parecían muy ligeros en correr y saltar: no se fiaban mucho de nosotros, por que no se llegaban sino a tomar algo, y luego se desviaban en especial lo más mozos.

 Fue entonces cuando los españoles intentaron capturar a algunos de estos fueguinos.

 En su tránsito hacia el sur pasan por bahía Buen Suceso, rebautizan al estrecho de Lemaire con el nombre de San Vicente, y al llegar al Cabo de Hornos el 5 de febrero hacen lo propio con este accidente geográfico descubierto por los holandeses, y corroborado ahora por ellos, el cabo en cuestión va a recibir un nombre que no prosperará: San Ildefonso.

 La travesía los pondrá el 12 de Febrero ante el descubrimiento de la isla Diego Ramírez  El 25 del mismo mes ingresaran al estrecho de Magallanes por el oeste, y ya para el 11 de marzo habrán finalizado la circunnavegación  primera a la Isla Grande de la Tierra del Fuego con su salida por el Cabo Vírgenes.

 El 7 de Julio de 1619 regresan a España. Anclaron a las afueras del Cabo San Vicente donde el capitán Gonzalo García de Nodal hizo un viaje de postas para besar la mano del rey Felipe III, y dar cuenta de la empresa mientras su hermano mayor –Bartolomé- se quedaba a cargo de los barcos que al regreso del emisario real ingresaron en la barra de Sanlúcar.

 La misión fue festejada, se había cubierto en  nueve meses y doce días, comprobando que eran ciertos los descubrimientos holandeses, y habiendo circunnavegado a Isla Grande de la Tierra del Fuego.

 En la ocasión se hizo entrega al rey de pieles de lobos marinos, algunas aves vivas armas y adornos que habían obtenido de los “salvajes de Tierra del Fuego”, siendo esta la primera colección de objetos etnológicos que llega a Europa procedente de nuestro archipiélago.

 La crónica indica también que el piloto holandés de la expedición, conocido bajo el nombre de Juan de Moore, comerció en la costa con los nativos y por unos pocos objetos de metal adquirió entre otras cosas un trozo pesado  de metal amarillento, que creyó era oro, pero cuya existencia quedó en secreto para la tripulación. Moore lo llevó inmediátamente a su camarote y lo encerró en su cobre bajo candado. Más tarde reveló su secreto al rey Felipe de España.

 Con el tiempo esta tierras trascendería también por sus ricos yacimientos auríferos..

 

 

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