Cosas del comer 02

Fue por 1971 que mi padre obtuvo una Libreta de Carnicero en el comercio del rubro de Don Barrientos, situado en Obligado al 400, en la misma calle en que vivíamos a unos escasos 80 metros, Ninguno de esos datos figuraban en la mencionada libreta que fue adaptada de una de sueldos y jornales, producto de su trabajo en CIMATEF, Cooperastiva de Industrias Madereras de Tierra del Fuego, donde él era encargado de corralón y el gerente Estanislao Dóbronic, Yo por entonces no vivía en casa, puesto que había iniciado mis estudios universitarios en la ciudad de La Plata, así que era un cubierto menos en la mesa que integraban someramente mi padre y mi madre. Estos niveles de consumo podrían ser tenidos en cuenta como los propios de una familia tipo, en materia cárnea, en aquel tiempo, teniendo en cuenta que mi padre comía por dos.





Al observar estas primeras páginas se puede apreciar que las operaciones se iniciaron durante el mes de marzo, realizándose siete compras, y continuó con dos más, habiéndose abonado lo comprado el 6 de abril, donde se agregó al crédito una compra de contado. 31 kilo 300, por un total de $ 3.606. Las compras rondaron los 3 o 4 kilos y fracción realizándose cada tres o cuatro días. Agrego aquí que en casa no había heladera, transitábamos el tiempo de la fiambrera. Esos 31 kilos eran algo más que un capón, por que estábamos hablando de carne ovina.

En el mes de abril se agrega entre paréntesis el apellido Barrientos, que eran el dueño de Los dos hermanos, que en este caso eran Coco y Víctor, uno empleado de correos y marinero de prefectura, el otro bancario.

Supongo que el dueño del establecimiento tendría por su parte un registro de lo que su cliente se iba llevando, que fue menos que en el mes anterior, seis contra nueve mes, por lo que Gutiérrez abonó  $ 2.115; y a esta operación le puso la firma, iniciales de su nombre y apellido OGC: Oscar Gutiérrez Carrillo.

En Mayo se mantuvieron al mismo ritmo, pero en junio hubo once compras más dos del mes siguiente, pagándose $ 4.690. O la cocina doméstica ingresó en una etapa de mayor consumo, con la llegada del invierno, o subió en algo el precio de la carne que era regulado por la Municipalidad que establecía cupos de entrega a los productores rurales.



En esta nueva hoja vemos que hay 13 compras, y aparece una novedad: Un kilo de salchichas, a  $550, el dato que se gráfica está en mis recuerdos, por que ese mes vine de vacaciones, y fue una suerte de homenaje que recibí. La salchicha era elaborada por Barrientos que al mes siguientes se iría de "viaje a Chile", con lo que el consumo se pagó recién el 6 de septiembre. Supongo que en medio de una pequeña charla descriptiva de lo que debe haber sido el reencuentro con sus orígenes para el dueño del establecimiento, que debe haber viajado con su esposa.

¿Cuál fue el consumo en ese mes? No quedó registrado, como tal vez tampoco el lugar donde pasó el matrimonio Gutiérrez Martínovich a proveerse.

Las transacciones se reanudan en septiembre y octubre, con gastos de $ 4.120 y $ 6.145.



Ya en esta última página terminan las anotaciones correspondientes al año 1971. Dónde el consumo de noviembre registra una segunda compra de salchichas en lo que iba del registro en esta libreta, limitado tal vez también por que el carnicero puede haberla hecho esporádicamente. Sobre las compras de diciembre aparece el número 180 kg, que tal debe ser el consumo anual.

En enero de 1972 fueron trece las compras, con la novedad de que fueron hechas al contado. Sumaron 7.864 pesos, y al mes siguiente la cifra se elevaría a  $11.366, anotándose la compra del día 6 de un cordero: era el día del cumpleaños de mi padre. Ese mes se volverá a comparar otro cordero el 26, fecha el la cual estaba emprendiendo el regreso a La Plata, por que no les dije pero estaba por aquí de vacaciones de verano. A eso se sumó una pequeña compra de sesos, $80, que no recuerdo en que los habrá usado mi madre. Por esos días había comenzado mi primer trabajo -como dactilógrafo- en lo de los Granja, con lo que esto redundaba en el consumo doméstico.

Y aquí termina la información. ¿Que habrá pasado con la relación comerciante cliente entre Barrientos y Gutiérrez? ¿Se compró en otro lado? ¿O se dejó de usar la libreta? Yo recuerdo haber ido más de una vez ha hacer las compras, que podía ser una paleta, y como el dueño se acomodaba los anteojos bifocales y inclinaba a registrar la operación...

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