Su nombre era Ricardo Velázquez, y controlaba un sector neurálgico para la venta de los diarios nacionales: el kiosko que levantara en la vereda de La Anónima.
Estaba a ciento cincuenta metros de Artes Gráficas Don
Bosco, a donde peregrinaban los que retiraban el periódico ni bien veían bajar
al avión, pero esos eran clientes constantes. El que lo compraba hoy sí, y
mañana no eran los que pasaban para conversar también con El Rafa, nombre que
recibió porqué era originario de Rafaela.
Y al conversar nos vamos al siglo pasado.
***
-Buen día, Rafa. ¿Cómo le va?
-Bueno, muy bien, buen día, esperando que llegue la hora de
trabajar un poquito, que lleguen los diarios en hora ¿No?
-¿Usted es Rafa
porque si o porque se parecía al de la televisión?
-No, me lo han preguntado muchas veces eso, pero el Rafa
viene de mi pago natal, yo soy de Rafaela, en la provincia de Santa Fe, la bien
llamada Perla del Oeste. Entonces me pareció que ponerle “El Rafaelino” era muy
larga la palabra, entonces opté por ponerle “El Rafa”, no.
-¿Y cuántos años
tiene Rafa? Porque usted ya peina canas, ¿No?
-Y…y dos (Risas)…52, 52 años tengo. Nacido ahí mismo en
Rafaela, después salí a dar unas vueltitas ya de grande, y ahí ando por la
Patagonia desde el año ’63, ’64 que ando, no. Acá me vine para Río Gallegos por
un mes en aquel entonces y me quedé hasta el año ’70-.
-Ahora cuénteme, Rafa, porque hablemos un poquito de
Rafaela, del Rafa de Rafaela, porque es
una ciudad que mayormente conocemos los argentinos por una actividad, que es el
automovilismo, no.
-Exactamente, me acuerdo, pibe de pantalones cortos, no.
Esas famosas 500 millas, cuando se corría por el barro, no. Y más de una vez,
este, en fin, un día esplendoroso, y esas cosas, no, que de pronto era
tormenta, una lluvia, y ver a esa gente peleando, peludeando ahí en el barro, no. Le hablo de una época
muy lejana, incluso hay gente que no la he visto, por lo que me han contado, no
es cierto, mis padres. Nombrarle a esa gente en estos momentos, ya prácticamente ni me acuerdo de muchos de
ellos, no. Por ejemplo había un Ernesto Blanco en aquel entonces. Muchísima
gente. Después tuve la suerte de verlo correr en ese circuito de las 500 millas
al “chueco” Fangio, cuando llegaron desde Francia marca Talbot, que las
conducían, una Fangio, otra la conducía el “cabezón” González, y otra un
francés que en ese momento no me acuerdo bien el nombre, y no lo voy a decir
por ese motivo, no. Después de ahí en adelante, bueno, este, el circuito viejo
quedó caduco y actualmente se encuentra el circuito adonde se corrían también
las 500 millas en la parte norte de Rafaela, la Avenida Le Mans. En estos
momentos creo que dejaron de correr ya esas 500 millas, pero hay dos o tres
competencias al año, en el mismo circuito de diferente categoría, asi que esta
siempre en auge el automovilismo allá. Tenemos la suerte por ejemplo, de
tenerlo a este gran preparador que es Oreste Berta que es nacido en Rafaela,
nada más radicado después de grande en Córdoba, en Cosquín creo que está, no,
en Alta Gracia. Ya le digo, después tenemos a Ternengo, en estos momentos están
compitiendo varios de Rafaela, entre ellos esta Senclusen, Zanatta, hay varios
en estos momentos.
-¿Casi es inevitable
entonces, Rafa, que la gente de Rafaela tenga su admiración particular por el
automovilismo?
-Si, indudablemente, imagínese que ahí no comen tuerca
porque quieren los muchachos.
-Y, Rafa, en Río
Grande el automovilismo gusta mucho, asi que en ese sentido usted se debe a las
distancias.
-La verdad que si, la verdad que si. Me gustaría de ser
posible algún día asfaltado acá al autódromo local, no. Y que se hagan
competencias a nivel mas elevado, y que los muchachos de acá, que los hay muy
buenos, que lo tomen el tiempo a los que vienen del norte…
-¿Ser canillita es el
oficio de su vida?
-En estos momentos, si. Me siento cómodo y no deja de ser un
orgullo, no, el andar con los diarios bajo el brazo. Ando cómodo, si.
-¿En qué consiste la
comodidad por ejemplo? Porquè , bueno, a veces uno lo ve que tiene que andar y
andar y el clima no es de lo más benigno, pero a lo mejor estamos en un día
domingo y hay mucha gente que descansa y usted dentro de un rato tiene que
comenzar con el reparto, no.
-Si, bueno, yo me elegí, en fin, mi medio de vida, ¿No es
cierto? Y es el de, precisamente el estar con los diarios, domingos, feriados,
a la hora que llegue el diario, puede ser por la mañana, puede ser por la
tarde, incluso me ha tocado en un comienzo cuando estuve acá, digamos recien
llegadito acá a la isla, que me dedique al diario que los diarios de los
aviones eran diferentes a los de ahora, que llegaban 3 ó 4 veces a la semana,
por la tarde, prácticamente a la noche, que había que andar de noche, con la
escarcha, con el frío. Después estuve un par de años parado en la puerta del
supermercado, ahí a la intemperie, aguantándome escarcha, lluvia, vientos,
fríos, no, o sea que…Pero de todas maneras me siento cómodo.
-O sea que pagó
“derecho de piso”…
-Si, pienso que si. He pagado “Derecho de piso”. Incluso
después, vio, hay gente que me vio ahí, en un principio ve veían como
sobrándome, porque me veían ahí paradito vendiendo mis diarios.
-Pintoresco…
-Pintoresco, alguno. Y otros me miraban asi como diciendo:
-Pobre tipo-, no. Ahora cuando después vieron esas cuatro maderitas que están
ahí en la vereda, muchos se preocuparon, hubo gente que hasta le molestó. Son
cosas que las digo porque es así, no es cierto. Después vino que todo el mundo
quería poner un kiosco. Y que como puede ser esto, como puede ser lo otro,
bueno, precisamente usted lo dijo: Pagué “Derecho de piso”, asi como logré
tener este kiosquito, como lo tengo hoy en día, no. Haciendo, digamos, buena
letra y ganándome el puesto, como quien dice.
-Rafa, antes de andar
por aquí, por Río Grande, vendiendo diarios, que es su oficio cotidiano, ser el
canillita del pueblo, además creo que ese título no se lo van a sacar tan
fácilmente, sobre todo por ese tiempo que lo teníamos a la intemperie. ¿Ya
habia ejercido el trabajo en otro lugar del país?
-Bueno, no. Este rubro no. Pero siendo joven, no hace mucho
de esto, trabajé en una distribuidora en mis pagos, pero no estaba directamente
en la venta, en la calle como estoy ahora. Oficios tuve muchos, muchísimos. He
sido mozo, he sido verdulero, bueno, de todo un poco. Vendedor de mostrador,
cualquier cantidad de cosas, no. He sido después chofer de colectivos por 10
años en Bs. As. Trabajando en líneas de Capital, del gran Bs. As. Esas cositas,
antes de venirme por estos lados.
-Ahora dígame una
cosa don Rafa: ¿Cómo es el lector riograndense? ¿Cómo lo definiría usted,
cuáles son sus apetencias, sus inquietudes, sus mañas? Porque usted para esas
cosas las tiene ¿No?
-Si, por supuesto que si. Bueno, hay gente que gusta de la
buena lectura, ¿No es cierto? Pero se presta para que la gente lea mucho por el
factor clima, ¿no? El clima, aparte de eso, pocas cosas, pocos lugares adonde ir a pasar un buen rato, Río Grande
está un poquito huérfano de estas cosas ¿no? Hace falta más vida social, que
haya clubes que se brinden a la comunidad, un montón de cositas, pero de todas
maneras creo que hay gente que lee, y sabe lo que lee.
-¿Y estaría entonces
esa definición que da usted que la
lectura es un recurso del solitario, no?
-Si, pienso que si. Pienso que si, tiene razón. En ese
sentido si, si. Pensándolo bien si.
-Rafa: Mucha
gente habla de lo que lee en los diarios
que usted vende, pero usted a lo mejor no lo hace asi, porque es incluso lo que
nos pasa a nosotros los trabajadores tambien en esto que es la difusión de
ideas, como es la radio, que a veces lo que menos hacemos es escuchar música.
Sin embargo yo me hago a la idea que a usted la música le gusta.
-Bueno, bah, la música ya no es que me guste, ya es una cosa
que la llevo metida en la piel, y de chico, no se me ha ido mi amor por nuestra
música, ya sea nuestro folklore o nuestro tango.. Es una cosa que cada día me
gusta más, cada día me gusta más. Y no concibo que haya un argentino con uso de
razón que diga que no le gusta el tango. Eso no, de ninguna manera lo tolero,
no puede ser que un buen argentino se sienta horrorizado cuando escucha un tango o nuestro folklore, no…
-Es importante que lo
diga una persona como usted, que está en la mitad de la vida, y que al mismo
tiempo es un hombre del interior, porque es de la provincia de Santa Fe. ¿Cómo
se sentía allí en su juventud el tango?
-Bueno, en mis pagos, digamos, el tango, no se si el porteño
lo sentía tanto al tango como en aquellos lares, ¿No? Allá, este, digamos, la
muchachada iba a un baile y el tango, bueno, le sacaban viruta al piso. Ahí se
bailaba con cortes y quebradas, y actualmente todavía, de cuando en cuando,
cuando llego por aquellos lugares, voy con alguno, a algún baile asi digamos
¿No es cierto? Y me encuentro con que muchachos jóvenes todavía bailan el tango
como en aquellos tiempos, no, cuando yo era mozo.
- O sea que las
tradiciones, por ahí uno se lleva la sorpresa que no se mantienen en su lugar
de origen, como seria el de la música ciudadana, sino que a veces prende mucho
más lindo en lugares del interior donde se aprenden y se adoptan porque son
expresiones argentinas, realmente argentina, ¿No?
-La verdad que pienso que si, vea. Por lo que yo he visto en
mis pagos, por lo que he visto en otros lugares por los que he andado, siempre
lejos de Bs. As. El tango, ya le digo, gusta y en ningún momento lo dejaron de lado, vio. Ahora
en Bs. As., mismo, en Bs. As., todavía hay muchos lugares donde se puede ir a
bailar tango, todavía, ¿No es cierto? Es cuestión nomás de querer ir. Cosa que
la gente hoy busca el ruido…No la entiendo muchas veces a la gente…No sé, el baile
de hoy en día…no lo llego a comprender, sinceramente no le comprendo al baile
de hoy en día.
-Rafa: en nuestro
programa tratamos siempre de lograr el testimonio de la gente común de nuestro
pueblo, aquellos que transitan a nuestro lado, y usted bien que lo transita a
Río Grande, a los efectos de transmitir inquietudes, pensamientos, orígenes,
preocupaciones. Y en este caso, lo hicimos con usted aprovechando esta jornada
de domingo. ¿Se piensa quedar acá en Río Grande?
-Mire, con sinceridad: Por momentos pienso en quedarme, y
hay momentos que me da ganas de irme.
-¿Qué es lo que lo
tira para otro lado?
-Bueno, para otro lado me tira el hecho de que la gente este
arraigada al pago donde vive, no. Y acá encontrar gente que este realmente
arraigada a esta isla que yo la aprecio mucho digamos, ¿No?, no la encuentra.
Acá todos vienen…despotrican, esto o lo otro, y no hace un balance y dicen:
“Pucha, gracias a que estoy acá en esta isla, he llegado a conocer tantas
cosas, jamás me imaginé que iba a tener esto, o aquello o lo otro”-. No, no,
no, acá lo único que hacen es quejarse, y esto y lo otro, y en definitiva solo
son unos desagradecidos, pienso yo. ¿Se da cuenta? Esas son las cosas que a
veces me hacen tener ganas de irme. Ahora, este, si las cosas se componen, si
los colegios van marchar como corresponden, si se van a crear más colegios,
para que mi hijo, entre esa juventud, pueda asistir y pueda lograr un título,
ya sea a nivel secundario, más adelante lograr un título…
-Que él elija ¿No?
-Exactamente, y que todo lo encontremos dentro de la isla,
cuando yo vislumbre todas esas cositas ¿No? Me quedaría con mucho gusto acá y
dejar los huesos incluso acá, ¿Qué problema hay?
-Sabe Rafa, que estas
verdades son más grandes que una casa,
las que dijo usted, y no creo que vaya a perder clientes porque haya ofendido a
más de uno…
-No creo, vea. Alguien dijo que las verdades duelen, pero es
importante que alguien se las diga. Yo por ejemplo, si tengo algún defecto o
procedo mal, o he procedido mal y me lo hacen notar, agradecido estoy ¿No?
Pienso que debe ser así.
-Debe ser así, Rafa.
Y ya que hablamos del tango como la música que a usted bien le gusta, le voy a
pedir que me elija algún intérprete, alguna orquesta o algún cantor como para que cerremos esta parte de nuestro
programa, de “Los Gajos…” escuchando esa composición que si le gusta a usted,
como me gusta a mí, porque también tengo un especial aprecio por la canción
ciudadana.
-Exacto…bueno, mire…intérpretes, cualquier cantidad de
ellos. No voy a decir mi preferencia por uno, porque quedaría mal ¿No? Pero
intérpretes tenemos, actualmente, por ejemplo Pugliese con sus dos cantores,
este muchachito Adrián Ghia,, que es joven todavía, después lo tiene a Abel
Córdoba, que es uno de los grandes cantores, todavía sigue estando vigente, por
ejemplo, digamos, un Argentino Ledesma, que uno lo escucha ahora y sigue
cantando tan bien como hace 20 años atrás. Lo encontramos también… ¿A qué otro
cantor de tango?...en fin, hay un montón, un montón, que en este momento no
afloran a mi mente, no, pero orquestas…pienso que hay muchísimas, me quedo
corto, no quiero enumerarlos porque me voy a olvidar de algunos, porque no
quiero, como quien dice:”Meter la pata”…
-Bueno, vamos a dejar
a nuestro operador que es el que manotea los discos, elija de ese conjunto de
voces de la canción porteña, uno que nos sirva para ir despidiéndonos
hasta…cualquier momento en las calles de Río Grande, Rafa.
-Bueno, este, si algo dije que está fuera de foco, o he
incurrido en alguna, en alguna flor, pido mil disculpas. Y a la gente que vive
acá en Río Grande: Aprendan a quererla, que echen raíces, que se olviden un
poquito del norte, que lo que están haciendo lo disfruten acá, un poquito ¿Eh?,
eso es lo que quisiera.
-Y que disfruten la
vida, porque hay una sola…
-Exactamente, y no hay otra ¿Eh?
-Gracias Rafa.
-No, al contrario…
El Rafa retornaría a Rafaela donde fallecería el 18 de febrero de 2021.
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