FAMILIA BEGG, PIONERA DE RIO GRANDE. Especial para LA CIUDAD NUEVA. Por Héctor Van Aken.


El reportaje que aparece en este número de LCN, fue realizado hace tres años. En aquella oportunidad visité a los señores Ernesto, José, y Gladys Begg, miembros de una antigua familia de Río Grande. El encuentro estuvo motivado por el deseo de registrar sus recuerdos, que ahora publicamos en homenaje a la memoria de don José, cuyo deceso se produjo en el mes de aril de 1985 casi un año después.

Sus padres, los esposos Guillermo Begg-Martha Mundy, fundadores de la familia en la Patagonia austral, eran oriundos de Inglaterra y se conocieron en Punta Arenas, en la década del 90, ciudad donde contrajeron enlace. Tuvieron catorce hijos, siete de nacionalidad chilena, seis nacieron en la Argentina y David, casi un año después.

El señor Guillermo Begg arribó a Punta Arenas atraído por las fuentes de trabajo que brindaban los lavaderos de oro instalados en las proximidades de la ciudad y en Puerto Porvenir, y la señora Martha Mundy llegó a la misma región magallánica, respondiendo un aviso aparecido en un diario londinense, que ofrecía un cargo administrativo en una de las empresas.

Agotadas las existencias del rico metal, surgió vigorosamente la explotación ganadera, qu4e incentivó la fundación de establecimientos, en los que señor Begg y sus hijos desempeñaron tareas en Tierra del Fuego, que comenzaron en la estancia “Sara”, pionera en el departamento der San Sebastián (hoy Departamento Río Grande).

Otro de los hermanos Begg, don Eduardo, que también reside en Río Grande, prestó durante muchos años servicios en la Policía Territorial.

V.A. Usted llegó a estancia Sara en 1911, ¿visitó enseguida Río Grande o tardó mucho tiempo?

E.B. A Río Grande… 1912… 1913… por ahí.

V.A. E·ra joven y trabajaba allí, no le interesaba el pueblo todavía.

E.B. No, no.

V.A. Estaba lejos…

E.B. Cuatro horas de caballo, desde la Sara hasta aquí.

Sra. Yo también lo hice a caballo.

V.A. Ah!... ¿Usted también señora, lo hizo a caballo?

Sra. A trote ligero.

E.B. Hay 50 km. Hasta la estancia.

V.A. ¿Y cuándo usted llegó a Río Grande en 1913, a conocer el pueblito, estaba don Simón Imperial ya?

E.B. Imperial, si… Después tuvo ese boliche Martínez.

V.A. Federico Martínez…¿no era socio con Carnelio García?

E.B. Martínez era carpintero en laSara.

Sra. El hizo la primera mesa cuando nosotros llegados a la chacra de su papá.

V.A. Allá pof 1926…

Sra. 1929… porque aquí no había nada para comprar. No había muebles, no había estufas… Su papá las mandó pedir a Punta Arenas.

V.A. ¿Para la chacra?

  Para la chacra, para nosotros.

V.A. ¿Qué combustible usaban, señora?

Sra. Leña y carbón.

V.A. El carbón, ¿de dónde venía?

Sra. ¡De Punta Arenas!

V.A. ¿Y la leña?

Sra. Y la leña… del monte… mandaba mi cuñado de Despedida o de José Menéndez.

V.A. Con carretas la traían muchas veces.

Sra. ¡No! Venía al frigorífico en la carreta y allí cruzaban en bote.

V.A. ¿La leña?

Sra. Sí, en el bote. ¿Cuánto era? Una vez mando como ochenta rajones.

V.A. Pero todo en un solo viaje ¡no!

J.B. No, no, varios viajes.

Sra. El bote era chiquito.

V.A. Así que usted llegó en 1911 a la Sara y su papá a Punta Arenas por primera vez.

J.B. Él estuvo en Porvenir, en la draga, primero.

V.A. Habrán llegado a fines del siglo pasado…

Sra. mi mamá tenía 18 años.

V.A. Pero su mamá vino a Punta Arenas, me dijo usted, por el aviso de un diario, porque necesitaban una maestra de inglés.

Sra. Mamá estaba estudiando de maestra en Londres. Ella tomó el diario y vio el aviso que decía que se necesitaba una señorita para Sud América. Y dijo: “Mamá, yo me voy”. “No –le contestó mi abuela- tienes que seguir estudiando, no te recibiste todavía de maestra”. Pero ella quería viajr, quería venir por un año. Pasaje de ida y vuelta pagado. Pero cuando llegó a Punta Arenas..

V.A. ¿En qué año sería eso?

Sra. Debe haber sido… a ver… 1892.

V.A. Y sue hermanos que edad tienen?

Sra. Hay dos mayores, uno tiene 86, el otro falleció de 97… Mi mamá nació en 1874.

V.A. Entonces, llegó a Punta Arenas en 1892. Y allí conoció  a su papá.

Sra. Sí, en una estancia.

V.A.Y fueron ustedes 14 hermanos. ¿Viven cuantos?

Sra. Siete.

Llega don José, el hermano menor.

 V.A. ¡Hola,  don José!

J.B. Hola, buenas tardes!

V.A. Usted me contó señora, que cuando comenzó la guerra en 1914, los hermanos suyos se fueron a Inglaterra, a estudiar.

Sra. Mi mamá los llevó de la Patagonia a estudiar pues primeramente estaba en la estancia Monte Dinero. Llevó a tres hijos y a una hija. A la hija la dejó en Escocia, con una tía. La tía la educó y se quedó de socia, y cuando tuvo 18 años se casó con un norteamericano.

Ella se fue a Norteamérica y nos escribimos todavía. Yo no la conozco.

V.A. Casi todos los hermanos nacieron en Chile…

Sra. En Chile y Argentina.

V.A. Esa estancia que usted nombro hace un rato ¿dónde estaba?

Sra. ¿Monte dinero? En Río Gallegos.

V.A. En la provincia de Santa Cruz.

Sra. Papá estaba trabajando en la Patagonia, en Monte Dinro, y empezó ese rumor del oro en Tierra del Fuego. Y mi papá se vino a Tierra del Fuego, a Porvenir, y trabajó en compañías norteamericanas. Porque eran norteamericanas las compañías.

J.B. Eran compañías grandes. Hicieron casas..

Sra. Se terminó el oro y papa se vino para la Argentina, para estancia Sara pues no había más trabajo para él. Así que se vino.

V.A. Aso habrá sido hace 70 años, más o menos.

Sra. Claro. Porque yo nací en Pto.Porvenir y tengo 70.

V.A.Y cuando usted nació se terminaba el oro…

Sra.  Al año papá vinoi hacia aca´y al año nos vinimos nosotros. Yo nací en 1913. Sería el 14…

V.A. En 1916 viajó con su mamá a Europa…

Sra. Yo tenía tres años. Desde Sam Sebastián a Europa en un caponero cuyo nombre no recuerdo.

V.A. Y a bordo se usaba el salvavidas… ¿Usted no lo quería?

Sra. No. Quería sacármelo y mamá dijo que no. ¡Yo no entendía nada!

V.A. Claro! Por que estaban en plena guerra y el caponero era inglés. Podía ser atacado y, es de suponer, que los chicos no entendieran eso. Ya iban precavidos.

Sra. Mamá contba que tardamos un mes y medio en llegar allá-

V.A. Así que tardaron un mes y medio.

Sra. Un mes y medio pero no tocamos puerto.

V.A. Probablemente para hacer una vuelta más larga y eludir el enemigo.

Sra. Decía mamá que tenían que volver para atrás y e enemigo estaba ahí. Así que de vuelta otra vez.

La guerra.

V.A. ¿Y de Inglaterra que recuerda?

Sra. Recuerdo que las casas temblaban con los bombardeos, recuerdo haber visto un zeppellin…

V.A. ¿Aha, si?

E.B. Los zeppelines andaban en la guerra..

V.A. Me contaba usted que tenía a un hermano que había sido herido en la guerra.

Sra. Cuatro veces fue herido.

V.A. ¿Y usted lo visitaba en el hospital con su mamá?

Sra. Sí. Sí.

V.A. ¿Cómo fue la visita en el hospital?

Sra. Yo recuerdo ver un pat grande y soldados sin piernas, sin brazos…

V.A. ¿Usted jugaba en la cama de su hermano?

Sra. Saltaba… Él decía “sacá a esa criatura, mamá, que me molesta” ¡claro! Él gritaba e dolor. ¡Yo no sabía nada!

V.A. Y la guerra terminó en 1918. ¿Y ustedes se quedaron en Inglaterra?

Sra. Nos quedamos en Inglaterra porque no había dinero para volver. Papá tenía tantos chicos acá que había que mantenerlos. Estuvimos separados 9 años.

El regreso.

V.A. ¡Qué hermoso debe haber sido el regreso cuando se juntaron todos!

Sra. Bueno, resulta que yo iba a la escuela, ¿no es cierto? Mi mamá quería dejarse para que siguiera estudiando. Pero yo no conocía a mi papá  ni a mis hermanos. Así que yo lloraba. No, no, yo no me quedo, mamá, no me quedo- -“Hijita, tiene que seguir estudiando”. Pero yo quería viajar con ella. Porque iba a la escuela y los chicos me decían. “No tiene papá…” Mamá siempre trabajaba. Cuándo le pregunté a mi mamá ella me dijo que papá estaba en Sudamérica pero los chicos de la escuela decían: “Tiene el papá en Yanquilandia”. Y mamá contestó: -“No en Norteamérica sino en Sudamérica”.  Ahora así, se sabe, pero antes no. Ahora hay películas en cine, televisión, y se lee mucho. Así que mi hermano que está en Inglaterra sabe cómo es esto. Bueno, mamá prometió enviarme los pasajes pero yo quise venir.

V.A. Usted tenía 12 años… o 14 cuando vino ¿no?

Sra. Cuando vine, sí. Para ellos nombrar Sudamérica era América, todo igual. No sdabían la historia nuestra. En cambio, ahora si.

8 varones y 6 mujeres.

V.A. ¿Cuándo uste4d llegó con su papá, señor, a la estancia Sara, sería jovencito?

E.B. Yo tenía 13 años… y ya trabajaba en la estancia.

Sra. Sí, porque con el dinero de papá y el dinero de él nosotros fuimos a Inglaterra.. Mamá siempre contaba. Me llevó a mí porque mi hermanito todavía no caminaba y esperaba otro. Me llevó a mí porque era muy charlatana… y ya caminaba. Así que fue suerte la mía la de viajar.

V.A. ¿Hermanito o hermanita fue el que nació en Inglaterra’

E.B. ¡David!

Sra. ¡David! ¡Davi!... Era David.

V.A.¿David? ¡Ah! ¡David!

Sra. Fue el único inglés…

V.A. Mi gran amigo…

Sra. Fuimos chilenos y argentinos.

V.A. Sí, claro, una familia que trabajó en las dos partes, en estos países. ¿y las mujeres cuánts fueron?

Sra.Ocho varones y seis mujeres.

V.A. Catorce. Pero lo insólito es que haya hermanos que se escriban y no se conozcan.

Sra. Yo a mis hermanos los conozco. A la única que no conozque es mi hermana que ahora esta en Hawaii. Ella quiere todos los datos de mis hermanos, porque ella tiene un solo hijo y está escribiendo la historia de la familia para su hijo.

V.A. Y ella que tiene un dinero de tanto valor para nosotros ¿no se animará a hace un viaje para conocer a su hermana?

Sra. Sí, pero se necesita tanto dinero…

V.A. ¿Qué lindo sería?

Sra. Me manda ¡cada carta!

V.A. Así que usted, señora, es mamá de una hija y de un hijo, abuela de cuatro nietos, dos mujeres y dos varones. Y don Ángel Ríos que fue su esposo falleció en 1963.

Sra. Cuándo tenía 49 años.. Muy joven.

V.A. Su papá era Williams, la señora Gladys, ¿y usted?

E.B. Ernesto Roberto Begg.

V.A. ¿Cuándo usted vino de la estancia Sara, en 1913, como era el pueblito?

E.B. Era chiquito.

V.A. ¿Conoció la subprefectura?

E.B. Sí, la casa nueva porque antes había una vieja.

V.A. El actual edificio es el tercero que tiene la Prefectura. ¿Y la comisaría? Usted dijo que antes estaba en la estancia José Menéndez, o sea, en lo que es hoy el frigorífico..

E.B. No la conocí.

El palenque.

Sra. En el 42, cuando nació mi nena, en un mes me fui a Buenos Aires porque mi marido pidió pase. En 1945 volví a Tierra del Fuego  regresé a Buenos Aires en 1947, cuando cerraron el presidio. Me tocó viajar con todos ellos desde Ushuaia . Yo era la única mujer a bordo. Yo estuve hablando con un muchacho que permaneció 17 años preso… Él quería ver a mi nena. Era muy educado. Una pena me daba… Uno solo malo que lo tenían encerrado. Yo no sabía que iban estos presos, no me dijeron nada. Cuándo llegamos a Buenos Aires, empezó a saltar enseguida, iba corriendo y comenzó a avisar… se fugó y enseguida lo apresaron de vuelta.

V.A. Don Ernesto, ¿Usted se acuerda como el boliche de Federico Martínez? ¿Tenía palenque? (Glady se ríe)

E.B. Sí, tenía palenque.

Sra. Era raro ven un negocio sin palenque

V.A. El de Ibarra tenía palenque.

Sra ¿No tenía Raful palenque también?

E.B. Sí, tenía palenque.

Sra.. Cuando yo vine tenía palenque Raful…

V.A. Todos los negocios tenían palenque.

Sra. ¡Claro!

V.A. El negocio de mi padre tenía palenque en el que, a veces, había atados 7 u 8 caballos, porque los clientes más importantes eran los hombres de campo.

E.B. Sí había carrera de caballos…

V.A. Todos los meses..

Sra. Yo también tenía mi caballito.

V.A. Usted iba a la estancia Sara con su caballito. Pero no iba sola…

Sra. No, iba con él, o con mi hermano Eduardo.

V.A. Volviendo a don Ernesto, le voy a preguntar si recuerda como era el negocio de Imperial, y también el de Martínez ¿qué mercaderías vendían?

E.B. De todo, zapatos, ropa, hasta vidrios…

 Sra. ¡Claro!

V.A. Nada de bebidas (todos ríen)

E.B. Más que otra cosa.

Telefónica.

V.A. Señora, usted después que vino de Inglaterra, llegó otra vez a Sudamérica, a Río Grande llegó en 1926.

Sra. 1926 a estancia Despedida. Mi mamá quedó en Porvenir. Yo vine con mi hermana y estuvo allí hasta 1928. Ese año me fui con mamá a Porvenir y estuve hasta fin de 1929, fin de 1929 vinimos otra vez a Río Grande. Entonces su papá ofreció su casa mi papá, es el hotel de Kokic mientras se limpiaba la casa de la chacra ya que su papá la tenía llena de pasto.

V.A. Sí, porque se sembraba pasto.

Sra. Después nosotros fuimos. Su papá llevó estufa, dos camitas, porque nosotros trajimos muy poco de Chile.

V.A. Y después de allí se fueron a la casa que estaba cerca de la Punta Triviño?

Sra. Si, después de 1932 nos fuimos en la casita al lado de laPunta Triviño. Paamos después a la casita marrón, que era de la estancia María Behety cerca de la subprefectura, donde estuvo la telefónica vieja. En esa época pasamos a la casa de don Alfredo Scott. Pasaban los cables para la marca. Nosotros pintamos esa casa, porque  era la casa de los peones de María Behey, la señora atendía a los peones, les daba comida…

V.A. Esa casa, antes de que ustedes fueran queo que era la casa del capitán de puerto y la señora atendía el servicio telefónico…

Sra. Sí, también.

V.A.  ¿Usted recuerda los nombres de los capitanes de puerto, no?

Sra. Uno, no sé si se llamaba Villaverde. Yo conocía el muchacho, porque venía acasa con David… siempre andábamos juntos a caballo. Antes de Villaverde estuvo Scott. Scott siempre iba a Despedida con la señora y las hijas.

 

Esta entrevista continuará)

El reportaje fue publicado en abril de 1988.

La foto muestra a Ernesto Begg  en la nieve, tomada de un cuadro existente en el living de su casa de la calle Bilbao.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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