A más de 40 años de
su promulgación, la ley de Promoción a la Provincia -otrora Territorio
Nacional- de Tierra del Fuego, es indudablemente una de las normativas mas
cuestionadas dentro de nuestro ordenamiento jurídico y que despierta las más
diversas interpretaciones respecto a su implementación.
¿Pero cuál fue el espíritu que inspiró a esta ley? ¿Ha cumplido con los
objetivos propuestos? Y lo más importante: ¿Es necesaria su continuidad en el
tiempo?
La década del 70 sin duda han sido una de las etapas más
turbulentas de la historia de nuestro país, y en un cúmulo de variables
complejas, la situación del Territorio Nacional del Tierra del Fuego presentaba
una situación extrema. Las recíprocas reclamaciones territoriales con la
República de Chile, sumado al alto componente migratorio extranjero en la
conformación social de los fueguinos, requerían de una urgente intervención
estatal de manera tal de readecuar la realidad con un sentido de visión
estratégica cumpliendo con las principales premisas de la geopolítica y
asegurar de esta manera la integridad territorial del país. Surge entonces en
este contexto la Ley 19640 como una herramienta de estimulo para la radicación
de emprendimientos productivos con la consecuente deslocación que este tipo de
florecimientos produce. Claramente la norma apuntaba a retomar el precepto
alberdiano de "Gobernar es poblar” como mecanismo para garantizar el
ejercicio soberano sobre esta región del país.
El censo de 1970, arrojaba que Tierra del Fuego contaba con una
población de 13527 habitantes, la provincia (entonces territorio) con mayor
superficie del país, poseía -por mucho- la menor cantidad
población. Con el paso del tiempo, la eficacia de la ley -en términos de metas
económicas- no ha podido independizarse de los modelos macroeconómicos de la
política nacional, determinando de esta manera fluctuaciones cíclicas de
auge/declive, aunque indudablemente las tasas de crecimiento poblacional
porcentual a lo largo de las décadas, inéditas en términos globales, demuestran
la efectividad de la ley para con sus objetivos estratégicos. (1980 = 27358
hab, 1991 = 69369 hab., 2001 = 101079 hab., 2010 = 127205 hab. -indicadores
complementarios estiman que la población total ya en 2014 ha alcanzado los
190.000 hab.-)
Como fuera aseverado en innumerables publicaciones y que cotidianamente
podemos verificar, el escenario internacional y regional ha mutado; el
mundo de la segunda década del siglo XXI dista mucho de lo que fuera cuarenta
años atrás. Felizmente el proceso de integración regional ha logrado cerrar
definitivamente toda disputa limítrofe con la hermana República de Chile,
permitiendo a ambos países, superadas ya las dinámicas de "política de
poder”, focalizarse en distintas cuestiones ligadas al desarrollo.
Pero ese cambio en el sistema internacional también ha traído aparejado
una revalorización del escenario Atlántico Sur, y en particular de la máxima
asignatura pendiente de nuestra nación: el reclamo soberano sobre las usurpadas
Islas Malvinas. El desplazamiento de poder que afecta a la región, producto de
las distintas riquezas que la misma detenta, y el particular estatus que
configura al continente blanco (Tratado Antártico de 1959 y principalmente el
Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente de 1991 que
prevé en el art 25 inc.2 la revisión sobre la aplicabilidad a partir de los
cincuenta años de celebrado el acuerdo), determinan que los mares
australes y la Antártida sean un área de interés para la mayoría de las
potencias globales.
La ley 19640 encuentra aquí una renovada funcionalidad. La provincia del
Tierra del Fuego, ANTARTIDA e ISLAS DEL ATLANTICO SUR, jugará un rol
determinante en las próximas décadas producto de su ubicación geográfica
estratégica conjugado con la renovada percepción respecto a la territorialidad
bi-continental de la República Argentina.
Toda estrategia (entendida en el sentido amplio del concepto, es decir,
que incluya la utilización inteligente de medios en la totalidad de los elementos
de poder disponibles) requerirá necesariamente de una región de oportunidades,
pujante, en constante crecimiento y desarrollo, para que las principales
ciudades fueguinas operen como polos de atracción para con sus aéreas de
influencia (Islas del Atlántico Sur y Antártida). Cualquier tipo de política
que no contemple este vector no sólo será ineficaz, sino que directamente
atentará contra la posibilidad de cumplimentar con ese sueño de volver a
ejercer plenamente nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas,
Georgias y Sandwich del Sur.
José Ortega y Gasset sostenía que: "Lo menos que podemos hacer, en
servicio de algo, es comprenderlo.” La ley 19640 no debe ser evaluada como una
ley orientada a perseguir fines propios de la económica, sino por el contrario
ponderarse desde una perspectiva verdaderamente estratégica en función de un
ideal de país, respetando la jerarquía existente entre lo que es un INTERES
NACIONAL y la subsunción natural que debe tener en estos la ejecución de
un OBJETIVO POLITICO.
El pasado nos enseña ejemplos de cómo el correcto equilibrio entre
realidades territoriales y políticas nacionales a largo plazo, han operado como
puntos de inflexión en la historia de múltiples países. En la actualidad,
la propia Republica Federativa del Brasil, presenta desde 1967, en la Zona
Franca de Manaos, un modelo de desarrollo industrial de condiciones y objetivos
análogos (Decreto Ley N° 288 de 28 de febrero de 1967) al existente en la
provincia de Tierra del Fuego sin que medie amenaza alguna sobre su continuidad
en el tiempo.
Argentina, tiene la llave para revertir el desmembramiento que le
produjera la pérdida de las Islas del Atlántico Sur, y consolidar
definitivamente su carácter de estado bi-continental. Pensar políticas cuyos
resultados se verifiquen a largo plazo y entender que la prosecución de
objetivos estratégicos es una tarea que necesariamente requiere de sacrificios;
resultarán imperiosos para toda formulación que verdaderamente persiga la
construcción en el tiempo de un gran país y poder finalmente cumplir los sueños
de quienes nos precedieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario