TRÍPTICA NACIONAL. HISTORIA. 21 EL PRIMER GRAN ENFRENTAMIENTO CON BRASIL




En 1750, las coronas de España y Portugal firmaron un tratado de
límites después de un largo período de conflictos y guerras por sus
posesiones coloniales.

El nuevo tratado implicaba, entre otras cosas, la cesión a Portugal de un territorio ocupado por siete reducciones jesuítico-guaraníes, a cambio de Colonia del Sacramento.

El espacio cedido a Portugal, al este del río Uruguay, significaba el reconocimiento, por parte de la Corona española, de la expansión territorial que los lusitanos habían iniciado, contraviniendo los límites virtuales establecidos por el Tratado de Tordesillas.

A cambio, España obtenía la plaza de Colonia y el uso privativo del Río de la Plata con el fin de desarticular el contrabando liderado por portugueses e ingleses.

Para concretar la permuta de tierras, Fernando VI ordenó el traslado de la población de las siete misiones guaraníes implicadas y la fundación de nuevos asentamientos dentro de los dominios españoles.

En un primer momento, aunque el desconcierto reinó en los pueblos, los caciques aceptaron, en su mayoría, iniciar el traslado hacia el margen occidental del Uruguay. Pero como consecuencia de las dificultades del traslado y de los múltiples rumores que corrían sobre su destino y el de sus tierras, regresaron a sus reducciones y, armados, impidieron la entrada al territorio misionero de los comisionados y demarcadores enviados por las Coronas ibéricas.

El episodio de resistencia armada, encabezado por los caciques de las misiones, desencadenó la reacción de las autoridades coloniales.

El gobernador de Buenos Aires José de Andonaegui exhortó a las autoridades de las reducciones a cumplir con las órdenes del traslado.

La intimación no tuvo el efecto esperado sino que, por el contrario, reforzó el espíritu de oposición originado en los pueblos. En consecuencia, Andonaegui envió una amenaza de guerra a las reducciones cuando los guaraníes ya estaban dispuestos a defender sus tierras con las armas.

De forma inmediata, siguiendo instrucciones reales, el gobernador preparó una campaña bélica contra aquellos. Por su parte, los guaraníes, apelando a su experiencia militar previa como milicias del rey, se organizaron para la guerra.

Entre los años 1754 y 1756, los pueblos de ambas bandas del río Uruguay, conducidos por sus caciques y líderes, se enfrentaron a las fuerzas españolas, aliadas a las de sus históricos rivales, los portugueses.

¿Se imaginan cual pudo ser el resultado?


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