EVOCACIONES*Diciembre 1 de 1895. La estancia chilena de San Sebastián es abastecida desde el lado argentino.


Cuenta Mauricio Braun (foto) en su biografía conocida con el nombre de UNA VIDA COLMADA, que en esta fecha llegó a Punta Arenas en el vapor Orcona Don Pedro Mac Clelland, flamante presidente de la Sociedad Explotadora de la Tierra del Fuego, el cual en compañía del mismo Mauricio y de Alejandro Cámeron –administrador de Río Pantano- iniciarían una exploración en los distintos establecimientos ganaderos de sus pertenencias.


Cuando lleguen a San Sebastián, habiendo partido en el buque Antonio Díaz, dirán:

“Nuestra segunda estancia (..) se llamaría San Sebastián, por su cercanía con la bahía de tal nombre” Agregando que “pudimos apreciar la actividad que se desplegaba para tener todo instalado y empezar la faena de esquila. La ubicación de la estancia era estratégica, en el sentido que podía ser abastecida desde la bahía sobre el Atlántico, siempre que las autoridades argentinas no pusieran reparo”

Y no existirían por un buen tiempo ninguna tarea de control, más si se tenía en cuenta que no tardó en consolidarse de uno y de otro lado del límite fronterizo un conjunto de establecimientos ganaderos que tenían el mismo patrón tanto en Chile, como en Argentina.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Buscando información sobre la Estancia San Sebastián, encuentro que en ese establecimiento se hospedó el antiguo poblador Mirko Milosevik a su llegada a Río Grande allá por el año 1925. Así lo cuenta él:

“Yo nací en 1909 en Punta Arenas, Magallanes, Chile. Mis padres son yugoeslavos y nosotros todos somos chilenos, los ocho hermanos nacimos todos en Chile. Yo me vine a acá (a Río Grande) con el señor Nicolás Vilch, que tiene los hijos acá. Me trajo él a trabajar. Vine en Studebaker que era de los González Radoban que tenían la ruta en esos años, los transportistas. Yo vine por Porvenir, pasé el Estrecho y estuve en Porvenir un día. Crucé con el buque “Minerva” (...). En ese tiempo venía en tres horas y media de Punta Arenas a Porvenir.

Al otro día me embarqué en un Studebaker, un coche que lo habían agrandado, tipo góndola, y veníamos como trece o catorce. El primer día pernoctamos en San Sebastián chileno, bajamos en la estancia San Sebastián que era de La Explotadora, y de ahí salimos y llegamos al otro día a Río Grande.

Yo llegué en el año 1925, el 21 de octubre. Paré en la casa de don Esteban Kovacic, en el Hotel Miraflores” (Bou, María Luisa; Repetto, Élida: “A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande”, Talleres Gráficos Recali, Argentina, 1995).

Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-