La circunstancia se da con la designación de
Arturo Coronado al frente de una estafeta postal en la población de Ushuaia.
Un mes más tarde, el 25 de julio de 1890, se
habilitaría una segunda estafeta en el norte fueguino –San Sebastián- a cargo
del jefe policial Alejandro Lías Pol.
El servicio de correo se imponía de esta forma
a partir de estos hechos administrativos sobre otras situaciones informales
destinadas a mantener fluidez de comunicaciones entre los nuevos habitantes de
estas comarcas, sus afectos lejanos, y la formalidad de los trámites de la
administración y el comercio.
La mencionada estafeta funcionó en el ámbito
de la primera casa de gobierno, construida durante la gestión del Gobernador
Paz, y conocida más tarde con el nombre de El Cabildo, edificio de una sola
planta que terminaría destruido por las llamas el 30 de junio de 1920, para ser
reemplazado más tarde por el edificio de planta alta ocupado recientemente por
la legislatura, y tan pronto restaurado.
Las estafetas aquellas, como la nacida para
Ushuaia un día como hoy pero del año 1890, tenían un trabajo relativo...
dependían de la llegada y salida de un barco, cosa que nos e daba a veces en
meses.
El encargado de la primera estafeta fue a la
vez primer Juez de Paz de Ushuaia, designado a propuesta del segundo gobernador
territorial Mario Cornero.
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