Los
acontecimientos se precipitaron y un movimiento cívico-militar dio por tierra
la experiencia que se había originado el 17 de octubre de 1945, o tal vez
antes.
¡Cómo
se dieron las cosas en Tierra del Fuego?
Tal
vez pueda en algún momento sintetizar lo vivido por una generación que fue la de
nuestros mayores, pero entonces tendré el cuenta este testimonio.
RÍO
GRANDE Y LA POLÍTICA
Por Néstor Tadich(*)
He terminado de leer con mucho agrado el libro de
recuerdos llamado “A hacha, cuña y golpe”, el cual relata formas de vida ya un
poco lejanas en el tiempo y el espacio, y cuya técnica consiste en efectuar
reportajes a ciudadanos y ciudadanas avecindados o nacidos en esa ciudad, los
cuales se explayan sobre sus recuerdos y vivencias en forma genuina y
espontánea.
Sin embargo, una omisión que personalmente considero
grave, resta formalidad a esos recuerdos. Efectivamente, cuando varios de
ellos, incluso la autora Emilia Susic de Bonifetti, habla de iniciación
política de Río Grande, la sitúan en el año 1958, cuando varios de ellos
tuvieron acceso a puestos políticos o por lo menos de figuración y servicio
público.
Cuando escribí “La Primera Unidad Básica del peronismo
en Río Grande”, fui fijando fechas, y allí relaté cómo esta primera
manifestación de la política contingente y activa tuvo lugar en el año 1950
entre los meses de julio a noviembre, incluso señalando alguno de sus
integrantes, ya que no cuento con material oficial en el cual apoyarme, pero
con la certeza absoluta de su realidad.
Mas aún, el 7 de agosto de 1951, y bajo la
supervisión del señor Gigante, interventor del Partido Peronista, se fundaba la
Segunda Unidad Básica, esta vez en Ushuaia.
Por otra parte, fueron hechos políticos la
exposición del Primer Plan Quinquenal efectuada en sendas reuniones
poblacionales, tanto en Río Grande como Ushuaia, en el mes de enero de 1953. La
creación de la C.G.T. regional el 28 de abril del mismo año, la proclamación de
candidatos del Partido Peronista y luego de la UCR en abril de 1954, sin
perjuicio de los numerosos actos, inauguraciones y actos políticos que emergían
en la entonces Gobernación Marítima de Tierra del Fuego, hasta que el 25 de
julio de 1954, es elegida diputada por Ushuaia doña Esther Fadul y por Río
Grande el doctor Oscar Barabino (entiendo que ganó por dos votos a su rival
Ángel San Juan).
Pero lo que realmente provoca la redacción de estas
mal hilvanadas líneas es que no se recuerda o no se quiere recordar, el golpe
militar que en septiembre de 1955 provocara la caída del gobierno del general
Juan Domingo Perón, y que ello se tradujera dentro del ámbito pueblerino, en
que, tanto el suscripto que fuera interventor del peronismo hasta el 31 de agosto
del mismo año, fuera encarcelado y enviado al penal de Ushuaia (celda 34) por
si fueran necesarios más detalles.
Igualmente encarcelados fueron los amigos Trotta (ex
suboficial de la marina) y Koltes (Juez de Paz). Nuestras viviendas, en algunos
casos la de nuestros familiares en las cuales estábamos allegados, como era mi
caso, fueron allanadas no sólo por fuerzas policiales sino que también por
patriotas civiles que les acompañaron en tales “riesgosas tareas”. Esta espina
clavada en el costado de su pueblo, no puede haber sido ignoradas ya que,
ninguna de las dos poblaciones pasaba de los 1.500 habitantes.
No era, ni es de mi gusto volver sobre aquellos
hechos. Pero quiero dejar establecido que en aquel entonces, la lucha entre
peronistas y opositores tenía un gran contenido popular, y provocaba grandes
rupturas en la hasta entonces apacible la vida de los habitantes de Tierra del
Fuego. Uno de cuyos movimientos más empeñosos era de aspirantes a las tierras fueguinas, en las cuales, por
supuesto, muchos se empeñaban en ser dueños de “lotes”, ya que, hasta ese
momento, habían accedido a ellos muchos personeros de la administración pública
que en algunos casos ni siquiera habían residido en la isla.
Pero volviendo a retomar el hilo de mi relato.
Recuerdo también que fui recibido por el entonces subcomisario Allen, al cual
le comenté los motivos de mi detención, contestándome con un exabrupto tal
como: “A cada chancho le llega su San Martín”, seguramente incorporado ya al
grupo de vencedores…
Detenido en la Comisaría de Río Grande me
incorporaron como huésped de la “cuadra” del personal, en la cual se
encontraban colgados de las paredes retratos del General Perón y Eva Perón, los
cuales aún no habían sido objeto de censura por el personal superior. Pocos días
después era trasladado con rigurosa guardia militar a Ushuaia, en un avión de
la armada con orden de no hablar entre nosotros (Tadich, Koltes y Trotta), y de
allí en un camión descubierto como trofeos de guerra al presidio de Ushuaia,
cuya anterior fama era digna de su actual funcionamiento. Efectivamente
encerrados en celdas individuales de 3x4, un camastro y algunas ropas de cama,
se nos cerraban las puertas revestidas de hierro, senos pasaba cerrojo y más
aún candado, tal la peligrosidad presunta por nosotros representada. Allí
también estaba don Pablo Imboden y repito don Pablo, porque este era el
director de la escuela de Ushuaia, ciudadano respetable, quien cometió el
triste error de adherir al peronismo.
Creo que fueron días aciagos, y por ello no entiendo
cómo se pueden haber borrado de la memoria de las personas interrogadas y que
relatan sus vidas. Y por qué es necesario que la memoria de los pueblos
mantenga siempre horizontes claros y precisos, me he permitido redactar este
reclamo, ya que , como en mi caso, fueron muchos los desplazados por el
entonces gobierno del general Lonardi, sustituido prontamente por el general
Aramburu.
(*) Néstor Tadich Lafuente llegó a Río Grande como
empleado de Correos, lo hizo desde Santa Cruz. El empuje de su juventud lo
colocó en el plano deportivo como promotor de una institución deportiva: el
Q.R.U., en tanto que en el plano político se formó en el justicialismo y llegó
a ser el último interventor partidario antes que la gobernación marítima se unieran
con su provincia de origen para formar la Provincia Patagonia. Tras el golpe
debió exiliarse en Punta Arenas donde con el tiempo participó de la experiencia
de la Unidad Popular. Cuando lo conocí era gerente del Banco Santa Cruz en la
Zona Franca. Guardo cordiales recuerdos. En lo parental estaba unido a los
Villa, los Prada, Bares, los Sevillano, los Cobián. Cuando falleció en Magallanes el
pasado 5 de junio solo se recordó su ayer deportivo: el Sókol, el básquetbol… El presente escrito fue publicado en la revista Impactos.
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