EVOCACIONES***19 de septiembre de 1519. Zarpa la expedición de Hernando de Magallanes.

Esta compuesta de cinco naves artilladas y lleva 237 hombres a bordo.

Son las embarcaciones:

Trinidad, de 110 toneladas, nave almirante.

San Antonio, de 120 toneladas, la de mayor porte.

Concepción: 90 toneladas.

Victoria: de 85, la única que volverá de esta experiencia.

Y la Santiago de 75 toneladas.




Dirá sobre este fecha Antonio de Pigafetta, cronista de la armada: Zarpamos del muelle de Sevilla, y haciendo fuego toda la artillería, sólo desplegamos la vela del palo mayor, y llegamos al término de un río llamado Betis, que ahora es denominado Guadalquivir.. Por último llegamos a un castillo que pertenece al Duque de Medina Sidonia, llamado San Lúcar, donde hay un puerto, desde el cual se entra al océano”.

La empresa de Magallanes llevaba el próposito de descender por la América Medional hasta encontrar el paso que permitiera cruzar al otro mar, alcanzar las Molucas en esa navegación reportando a la armada las enormes ganancias de la especiería, y regresar por el oeste a España.

Hernando de Magallanes armó su flota con una inversión que alcanzaba casi 9 millones de maravedíes.

De este total 1.554.504 fueron destinados a pagar cuatro meses de sueldos anticipados a los 237 tripulantes. Pasado ese tiempo de navegación la Armada se haría cargo de las remuneraciones teniendo en cuenta las ganancias, si las hubiera.

Magallanes trasportaba a la vez 1.679.769 maravedíes en mercaderías destinadas al comercio –trueque- con los pueblos con los que se pensaba entrar en contacto en oriente, y conseguir de esta manera las preciadas especies.


Las provisiones sumaban 1.585.551 maravedíes, y comprendían en términos generales: biscochos, vinos, aceite, pescado seco, carne, queso, legumbres.....

En la foto: Réplica de la nao Victoria en San Julián.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

... Y esa fecha ciertamente quedaría anudada a la historia de la Tierra del Fuego. El punto cero quizás, en la línea de tiempo fueguina. Porque serían los marinos de aquella expedición los que divisarían los humos de las fogatas onas al norte de la Isla, al tiempo que descubrían el paso que recibiría el nombre del máximo responsable de la empresa. Acaso antiguos portulanos secretos y navegantes desconocidos podrían ubicarnos un poco antes en el calendario. Pero lo cierto es que desde 1520, y en los siglos siguientes, la Tierra de Humos sería mirada atentamente por ojos europeos: España, Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania e Italia se interesarían en ella. La estudiarían por agua, por tierra ... Y por aire. La presencia argentina llegaría tarde (1884) - como también lo señala Ricardo Rojas en su libro “Archipiélago”-, aunque ya había personalidades como el marino Luis Piedrabuena (1833-1883) que se ocupaban de afirmar nuestra soberanía en aquellos territorios y mares australes.

En el diccionario, encuentro esta definición:

Maravedí: Moneda española que ha tenido, según las épocas, diversos nombres y valores. El más conocido era de cobre y valía la trigésima cuarta parte del real de vellón.

Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).