Corría el 11 de septiembre de 1973 y con un
bombardeo de la FACH, Fuerza Aérea Chilena, sobre el palacio de La Moneda, sede
del gobierno en Santiago, el golpe de estado militar del General Augusto
Pinochet Ugarte instalaba su cosecha de sangre en el vecino país.
Gobernaba en el nuestro el tercer presidente
peronista de nuestra historia, el yerno de nefasto José López Rega: Raúl
Lastiri, desde ese gobierno, y desde la figura de Perón que esperaba ver
legitimado su regreso al poder en elecciones que se realizarían el mismo mes,
no hubo actitudes solidarias a los que se convertían en víctimas de una
masacre.
El Batallón 5 –Escuela- de Río Grande dejó
escrito en su historial de aquel año lo siguiente:
Por
orden del CCOP a partir del 11 de septiembre y hasta el 24 de octubre, la
unidad –Batallón 5- llevó a cabo la Operación de Control de Frontera. Esta
tarea sumada a la de la compañía destacada en Telew impidió que la unidad
desarrolle el Período de Instrucción de Batallón previsto en el Plan Bincinco a partir del 1ro
de septiembre.
En estos días en que nos hemos sentido
conmovidos con la estampida de pueblos subeuropeos rumbo al los países
hegemónicos, me asaltó este cuerdo cuando en la isla se levantó esta barrera
militar para que no llegaran los que venían escapando del país de al lago.
Durante años he acumulado testimonios de los
que escaparon como pudieron, y lograron superar obstáculos los que lo hicieron
a distintas latitudes de la Patagonia, en algunos de esos lugres se formaron
incluso asociaciones que ejercieron el trabajo de recibirlos. Pero en Tierra
del Fuego no, no debían pasar, debería ser peligrosos esos elementos
izquierdistas que comenzaban a ser controlados, como antes de tres años se hizo
también aquí en todo el territorio argentino.
Hugo Hammar, operador de LRA 24 en esos
días, nos ha recordado recientemente desde su presente en Suecia sobre la
situación vivida en nuestro lugar cuando se les cerró la frontera durante los
días inmediatos a la razzia pinochetista. Lo hizo para cuando estalló la furia
entre los que se veían incomodados por los agentes públicos chilenos del sector
aduanero que buscaban mejorar su condición salarial, presionando con un cierre.
Es frecuente que hagamos una profunda memoria crítica cuando los que cierran
son los otros. Lo vemos como un viceversa binacional, no como una cumpla
unilateral.
Carlos Horacio Rivero, que en aquel tiempo
era conscripto en la Base Aeronaval, me ha contado en un reportaje que
difundiré en Matinal puesta a punto entre el lunes y el martes próximo, que
salía en un avión Beechcraf a arrojar
correos durante las posiciones a lo largo de la frontera.
Pienso en las referencias que se hicieron
con el tiempo de los que buscaban refugio en nuestro país y que fueron
impedidos en su paso, o como se dijo también, devueltos a carabineros.
Cuando recordamos los días del Proceso,
ahora redefinido como Dictadura Cívico Militar, se alude que lo que se vivió en
el país no se vivió en Tierra del Fuego; aunque en el sector chileno no se
puede decir lo mismo con el clima imperante a partir del golpe del 11 de
septiembre.
Para el 30 de octubre de aquel año hubo
casos de fusilamiento en la inmediaciones de Porvenir, escudados en lo que se
denomina ley de fugas ante presunta peligrosidad de los evadidos del Regimiento
Caupolicán. Esta situación fue llevada a la justicia con el tiempo, y sus
responsable condenados. Ya los argentinos no controlábamos que se nos infiltre
algún chileno por algún lugar no habilitado.
Leyendo la referencia del historial del BIM,
me pregunto si el destacamento de parte de la unidad a Trelew no tendría algo
que ver con los incidentes vividos el 22 de agosto del año anterior, conocidos
como la Masacre; y sobre la cual también hubo intervención y condena de la
justicia.., en este caso argentina.
Yo por esos años estudiaba en La Plata, y
tenía una visión lejana de lo que estaba pasando en este sur. Al tiempo la
gente no quería hablar, como en todos lados. Pero pude dar con un testimonio
interesante, originado en Ushuaia, por Julio César Lovece
El 11 de Septiembre de 1973, yo tenía 17 años. Formaba parte
de un grupo de jóvenes que trabajábamos realizando actividades mixtas,
campamentos y acciones de solidaridad para los
necesitados de la zona. Se llamaba Grupo Onaisín y estaba conducido por un cura
tercermundista que se llamaba Jorge Palacín. El día del golpe de estado en
Chile, algunos de nosotros más cercano al padre Jorge decidimos hacer una misa
en homenaje a los muertos por dicho golpe y por quienes estaban sufriendo en
ese instante. Jorge inmediatamente aceptó la propuesta y nos dispusimos a
organizarla difundiendola entre todos los vecinos de entonces. Pero se gestó un
quiebre en el grupo Onaisín ya que algunos se enojaron, recuerdo a uno de ellos
(hijo del gerente de LADE) me escupió en la cara un mensaje muy
"cristiano": "cómo van a rezar una misa por un grupo de
comunistas...", el responsable de la iglesia nuestras Sra. de la Merced,
(cura Alfonso que de tercermundista no tenía nada) le prohibió al padre Jorge
rezar esa misa pese a que la iglesia ya estaba llena de gente. Jorge desobedeció
esa orden e igual la rezó. La misa fue exitosa (si vale el término). El grupo
Onaisín se quebró definitivamente, fue una de las últimas ocasiones en que fui
a una misa y al padre Jorge al poco tiempo lo destinaron a una iglesia
terminando en el extranjero. Yo, con otro pequeño grupo de líderes de entonces
al poco tiempo nos fuimos de Ushuaia por amenazas. Desde hacía un tiempo ya
habíamos abrazado una militancia más activamente política. Ese golpe de Estado,
el retorno de Perón y el arribo de Cámpora, marcaron mi vida y la de muchos de
nosotros definitivamente. Obvio que el 76 ya fue otro capítulo. En lo
particular el golpe del 76 me encontró trabajando para una empresa constructora
como subdelegado de la Uocra en una obra dentro de la Base Naval de Mar del
Plata,,,,
Aclaro que, se supone, aquí estábamos viviendo en democracia.
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