Por ejemplo: el escritor preferido. Y que no sea uno, porque tuviste un escritor en tu adolescencia, otro en tu madurez y tal vez todavía haya otro que te esté esperando.
Un escritor preferido es aquel del cual puedes
decir que has leído íntegra su obra, o esperas con afán su nueva producción.
Será el que madura con vos, y te ayuda a crecer y consolidarte, el que te
problematiza, o desproblematiza, en que te encierra o te distrae. No todos los
escritores tiene la misma búsqueda, lo mismo que no todos los lectores los
acunan de la misma forma.
Después están otros escritores, que tu sabes
que son importantes, aunque no los hayas encarado con la misma asiduidad que
tus preferidos, y son importantes para la literatura universal, para una época,
para un país, para tu lugar. Tal vez con la mayoría de ellos estés en deuda de
lecturas, pero el lector es así.. un moroso imperdonable para los hombres de
letras.
En estas primeras categorías se encontrarán
escritores vivos o muertos, ignorados o
eternizados.
También hay un escritor que vive cerca tuyo,
comparte sus tiempo y sus preocupaciones, parece distinto a los demás o
idéntico.. según los casos. Es un hombre común, o un poco raro. Le has comprado
un libro para ayudarlo y todavía no lo leíste. Te enorgullece el conocerlo y le
deseas un buen futuro, forma parte de tu identidad o por el contrario lo crees
parte del universo humano del cual se puede prescindir. Sabes que en algún
momento, aunque tu no lo quieras, él de alguna manera te representará. Y
piensas que escribe bien, regular, o mal. Y piensas que no debes pensar mucho
en él, o que él piensa mucho y hace poco.
Claro que, finalmente, hay otro escritor
oculto, o en ciernes, que puede llegar a ser como todos los otros que hemos
mencionado. Le falta.. ¿a quien no le faltan cosas en este mundo? Le falta
decidirse. Ese escritor tal vez seas vos.
Oscar Domingo Gutiérrez
No hay comentarios:
Publicar un comentario