LOS RUSOS de Río Grande.

Entre los reconocimientos que el Municipio entregó para el mes de Río Grande esta la mención destacada se  hizo para  José Gutraich, y su continuación: la  Tienda ‘Buenos Aires’-
Esta es la palabra oficial.
‘Tienda Buenos Aires’ tiene su origen en 1933 cuando José Gutraich, de origen polaco, llega a Buenos Aires e instala su negocio de Ramos Generales viajando por todo el país, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego.
En 1935 llega a Río Grande para vender sus productos en la zona norte de la Isla , especialmente en las estancias.
En el año 1941 instala la primer ‘Tienda Buenos Aires’ en sociedad con un comerciante de apellido Salisky. Esta tienda durará hasta 1958 cuando un incendio destruye las instalaciones ubicadas en San Martín y 9 de Julio.

Alquilan un nuevo local en la zona de San Martín casi Fagnano, donde funcionaría esta tienda hasta 1963, año en el que deciden trasladarse al local propio de San Martín 458, donde en 1988 se amplían los locales comerciales.
Hoy José Gutraich, nieto y tercera generación de la familia, sigue los caminos de su abuelo y su padre dirigiendo el negocio que ya tiene 74 años.
La tienda de “Los Rusos” decíamos cuando chicos, y se recordaba a Salinski como el otro judío que recorría las estancias llevando sus productos, vivandero les llamaban, también mercachifle.., estando la denominación de zepelinero para el que traía el alcohol prohibido en toda la campaña. Pero ambos comerciaban ropas y otros enseres para los hombres que rara vez bajaban al pueblo, y les abría una cuenta cosa que cuando viniera para cambiar su cheque pasaran a pagar sus obligaciones.
Este estupendo manejo comercial preocupó al comercio instalado, entonces fueron citados por el gobernador Rotóndaro que les pidió se pusieran al día con los papeles e instalaran negocio en el pueblo, así lo hicieron, ellos aquí, y en Ushuaia Elztein y Berlín.
Pero los rusos fueron los de tienda Buenos Aires, y no los de La Capital, cuanta que ambos habían elegido el mismo nombre: Buenos Aires, pero los Gutraich registraron primero, entonces los otros debieron conformarse con un sinónimo: La capital.
Cuando niño conocí al abuelo, en el estrecho recinto en que había continuado el negocio después del incendio. Ropa por aquí, ropa por allá, con mi madre íbamos en cada cambio de estación, es decir dos veces al año, y ella compraba la ropa para mi padre y para mi sin necesidad de devolución porque conocía gustos y talles. Se pasaba a pagar a fin de mes, una parte de lo adeudado, y se sacaba algo más.
Mamá me contaba que el hombre tenía tres hijos, una niña que estaba siempre con la madre, y los dos varones –Etio y Jaime- de una edad con mis primos Toty y Nino, que estudiaban en Buenos Aires. Parecía que andaban también por Israel y en uno de esos regresos, Etio, que también se hacía llamar Héctor, dio clases de Hebreo en la Misión. Era el que tenía más “tonada moishe”. Desgaciadamente con los años, cuando el comercio progresaba óptimamente en manos de los dos hermanos un violento asalto terminó con la vida de Etio.
Ya para entonces yo estaba autorizado a hacer algunas compras a la cuenta de mi madre, como por ejemplo pilas Eveready, de la que eran representantes, pilas que consumía en gran número mi primer radio portátil Sanyo.
Con los años la tienda se orientó a la venta de indumentaria deportiva, dejando siempre un pequeño espacio para los requerimientos de la zona rural, lo que no hay se puede encargar.


Ilustramos esta entrega con dos fotos, en una se ve al patriarca fundador en su juventud, al venir de Polonia; en la otra con la esposa en los niños, en un día de fiesta en los cuarteles.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Muy interesante entrega sobre antiguos pobladores de Río Grande. Anoche, en mi búsqueda de alguna información para agregar a tu artículo, encuentro una referencia en la entrevista realizada oportunamente a Emilia Susic de Boniffeti publicada en ese completo libro llamado “A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande”.

Curiosamente, Emilia (o Franka) se refirió a la Tienda Buenos Aires cuando recordaba su casamiento ocurrido en 1941, año precisamente en el cual también fue creada la tienda ... Ella nos contaba:

“Nos casamos en 1941, el Día de los Italianos. ¡Ni que lo hubiéramos hecho a propósito! Fue un sábado y me acuerdo que también fue el primer día que hubo sábado inglés en Río Grande. El pueblo se puso de acuerdo y parece que hubiera dicho: “¡Vamos todos al casamiento de Emilia!” ¡Fue el primer sábado no laborable! Hasta ese momento se trabajaba todos los días y parece que se hubiera dicho: “¡A festejar, porque los sábados no vamos a laburar más y no vamos a laburar más! Y no laburaron más. Buena excusa: 20/09/1941.

Fuimos a vivir a San Martín 79 a una casa que era de mis padres en la manzana 57 y era solo lote”.

Luego, Emilia en sus remembranzas mencionaba al almacén de Federico Ibarra, al Hotel Argentino, el Club Social, el almacén de ramos generales de José Raful y otros vecinos reconocidos de aquella época. Al final de esa enumeración de pobladores y locales de comercio, Emilia indicaba:

“Por San Martín llegando de Libertad a 9 de Julio, doblando había una tienda de unos judíos, Salinsky y Gutraich (?), que vendían de todo, de todo para el campo, monturas, riendas, ponchos, botas. ¡Todo lo que fuera campesino! Tenían un gran negocio; esa gente vino vendiendo de puerta en puerta hasta que se estableció” (Bou, María Luisa; Repetto, Élida: “A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande”, Talleres Gráficos Recali S.A., Argentina, 1995).

Un abrazo Mingo,
Hernán (Bs. As.).-