¿Què vivencias tienen de cuando terminó la guerra?
Con esta pregunta salimos al ruedo para ver que
podíamos recolectar del escenario que nos ofrece internet, más de 2400 amigos.
Es un tema del cual se habla poco. Es más fácil que
se recuerde el 2 de abril, con sus connotaciones de triunfo, que el 14 de junio
cargado de pesadumbre.
Las primeras intervenciones fueron un me gusta,
pero con el me gusta no sacábamos nada. En todo caso que se quería decir: ¿me
gusta como terminó la guerra? ¿me gusta que haya terminado?
Algunos se quedaron en un suspiro, hasta que María
desde aquí dijo: Seguían circulando
soldados y las salidas de campaña con toda la parafernalia.
María es profesora de letras, de allí ese término,
su recuerdo se extiende más allá de ese día. Una parafernalia vendría a ser: “el
‘conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias, y de objetos
que en ellos se emplean’ (DRAE2 2001,
con la nota de que se usa más en sentido irónico) ‘conjunto de ritos y detalles
que dan solemnidad u ostentación a un acto’ (Diccionario de Uso de María Moliner)
‘conjunto aparatoso de elementos rituales o decorativos que rodean un acto o a
una persona’ (Diccionario del español actual) o ‘lo que rodea a algo,
haciéndolo ostentoso, llamativo o solemne.’ (Diccionario Clave). Y aquí
nos salvó Wikipedia.
Alicia Lazzaroni , desde Ushuaia, afirmó: Yo pienso lo mismo que Politano; en un momento me la creí, así que la caída fue en picada total. Un tema muy doloroso, con el que hace muy poco tiempo pude reconciliarme
Jorge Antonio Del Biaggio, desde su presente
tucumano, escribió: Ese día, en Río Grande,
me entero de la rendición por un chileno que trabajaba en la misma empresa que
yo, me gastó y nos peleamos feo en la esquina de Optica Vision.. Viene a mi
memoria el chiste que surgió aquellos días. Le pregunta un chileno a un
argentino:-¿Y como les fue en la guerra?, a lo que el aludido responde:
-¡Bárbaro! Salimos subcampeones.
En tanto que Marilina
Henninger, una niña Ushuaiense, dice los suyo: Yo tenía 9 años, no entendía mucho, mi mamá
se reunía con varias mujeres a tejer y armar encomiendas a los soldados; mi
papá era jefe de manzana y trabajaba activamente en defensa civil, cada vez que
sonaba la sirena de bomberos, teníamos que oscurecer y protegernos en algún
rincón y me corría un frío tremendo pensando en mi papá... En la casa de mi
amiga Tati estaba alojado un chico del Belgrano...Cuando terminó la guerra
sentí tristeza y alivio..
Maria Eva
Toledo, aporta otra mirada femenina: Al igual que Alicia y Santiago, tuve una enorme decepción y un gran
dolor. No porque creyera en la victoria sino por las mentiras de los medios que
nos hicieron crear falsas expectativas y más aún por los soldados que dejaron
la vida allí, por culpa de la locura de un grupo de milicos desesperados por
quedarse de algún modo en el poder. Es una experiencia que no se olvida
fácilmente, sobre todo los que estuvimos tan cerca del conflicto.
Con un destino misionero, quien era entonces
observador adelantado civil de la Armada, recuerda:”Cuando finalizó la guerra de Malvinas, una pena enorme se apoderó de
nosotros al tiempo de firmarse la rendición y el regreso a casa de los que
supervivieron. Nuestro BIM 5 regresó silencioso y cabeza baja por la puerta de atrás.
El pueblo riograndense no supo expresar su reconocimiento y solo años después
se fue aclarando el panorama”. Se trata de Carlos María Ratier, quien ahora
firma con un segundo apellido: Duarte, entonces los de dos apellidos eran
chilenos.
Y Pedro Enrique Rossi es escueto: “Un gran alivio
saber que no habría más pérdidas de vidas inútilmente
Mas tarde
escribiá Osvaldo
Decaneo: COINCIDO,
CON PEDRO ROSSI..UN GRAN ALIVIO ..NO MAS MUERTES.....EN UNA GUERRA NO HAY
GANADORES........
A esa
altura de los comentarios se atreví a
ingresar con una apreciación:¡ Que interesantes los recuerdos, según las
edades! Fue un día como el de hoy, en Malvinas es fiesta..
Daniel Lépez
aportó una reflexión concisa: Yo todavía en mi provincia natal, pero un
alivio saber q no morirían más hermanos...
Y allí
incluí una página periodística sobre cómo se recordaba en las islas: En
Malvinas parece que tampoco hay tanta memoria, se analiza el presente desde su
punto de vista.. http://es.mercopress.com/.../falklands-recuerda...
Allá le llaman el Día de la Liberación. Un sentimiento ligado a lo que
fue para Gran Bretaña o Francia las
luchas de la Segunda Guerra Mundial, en tanto que podría ser un sentimiento
coincidente con nuestros opinantes, que decían liberarse de un sentimiento
terrible.
Sonia
Menendez, proviene de una familia inglesa, por línea materna,
inglesa y malvinera. Esto es lo que ella escrib ió: Yo sentí dolor y frustración, sinceramente me creí el que podíamos
ganar, sentí dolor por esos soldados que estaban orgullosos de dar su vida por
la patria y lo que habrán sentido cuando escucharon lo de la rendición, nos
dejaron un gran ejemplo, fueron soldados muy valientes, chicos que amaron, aman
y hoy hombres la amaran a su patria siempre. Sentimiento , lamentablemente que
la gran mayoría de los argentinos no tenemos. Por eso una REVERENCIA AL
GLORIOSO B.I.M.5 que fue e l último en rendirse, y no entrego sus armas. Mis
respetos a todos los ex combatientes los que quedaron en las islas, los que
volvieron y son hoy reconocidos y por todos los no reconocidos y que hoy luchan
por sus derechos.
Y aquí
aparece la duda: el BIM 5, ¿se rindió o no se rindió?
Miguel
Vázquez, hombre de prensa al llegar a la Tierra del Fuego tiene
recuerdos juveniles sobre lo que estaba pasando en el sur. Cursaba yo el primer año del Profesorado en
Ciencias Económicas, teníamos un profesor en Sociología de la Educación, el
Lic. Rubén Ael, nos infundió su amor por la importancia geopolítica de este sur
del país, por aquel entonces lejano para mí, pero lo hizo sin triunfalismos
pasionales, lo que se consolidaba con largas charlas explicativas y de debate
enriquecedor que se extendían fuera de la hora de clase en el café habitual al
frente de la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla de Córdoba. El
final de la guerra y su resultado no nos sorprendió, a pesar de estar lejos del
lugar del conflicto estábamos al tanto de lo que ocurría. Lo que si sorprendió
fue el ocultamiento sistemático de lo que sucedió luego con los argentinos que
habían combatido en las Islas defendiendo nuestra soberanía.
En tanto
que Silvana
Lazzeri, resume así sus Vivencias
muy tristes, no porque había finalizado la guerra, sino porque yo vivía en San
Antonio Oeste, hasta ese lugar llegaban, desde Bs As los soldados en tren.
Desde ahí iban a buscarlos en camiones del ejército para llevarlos hasta Río
Gallegos. Chicos, muy chicos...
Juan Carlos
Alderete que lindos comentarios los de todos son distintos
puntos de vista pero con una misma causa . Yo personalmente este día recuerdo y
no es por q no quiera acordarme de mis compañeros que quedaron en Malvinas . Esperanzados
q podíamos ganar. por que vivían arengándonos y haciéndonos tomar valor .y
salían nuestros soldados como vacas malas hacia adelante sin importarle nada y
mucho menos su propia vida .fue una guerra de engaños y mentiras . Pero son las
fuerzas militares ellos son así ocultan todo. Como los combates en el
continente. y los británicos encontrados en el territorio, solamente ellos
saben que fue de ellos .yo este día trato de recordar el enorme daño q le hemos
causado a los británicos ya que en mis registros figuran 1.300 bajas del lado británico
y no 300 como ellos acusan ...no tomo este día con ánimo derrotista . PERDON si
ofendo a alguien no es mi intención... Juan Carlos es un riograndense que busca ser
reconocido por su participación en la contienda.
Y vuelvo
yo con una intervención que buscaba obtener detalles de cómo se vivió
precisamente ese 14 de junio: Lo que
vivimos ese dia parece confundirse con lo que venía pasando y lo que
descubrimos al tiempo.
Pablo Mattesz,
hoy docente en Buenos Aires y militante del kirchnerimos, era entonces mi aulmno; Éramos adolescentes y la vivimos en
Río Grande, un lugar bastante militarizado en ese entonces, como vos sabés,
Mingo. Yo me sentí triste y a la vez aliviado de que mi hermano, con edad como
para haber ido, zafó por un pelo. Después de un tiempo, como muchos, me sentí
estúpido por el toque de queda a las 18 hs y el oscurecimiento de las ventanas
para evitar bombardeos. Una vez veníamos de la biblioteca del Don Bosco con
unos compañeros del colegio, un poco más tarde del toque de queda, y a la
altura de San Martín y Belgrano nos detuvieron, nos maltrataron de palabra y
nos subieron a una camioneta militar. Estuve bastante cagadito, pero nos
dejaron ir nomás. Pablo no puede olvidar el clima represivo que tenía en
aquellos tiempos nuestro lugar fueguino.
En tanto
otro que era casi un niño –como algunos de los que combatieron en ese momento
nos muestra su visión desde donde estaba: Dijo Juan Carlos
Estevez Adolescente
de 16 pirulines que me había comido el verso transmitido por los medios y todos
los "comunicados del estado mayor conjunto"... Primero fue
incredulidad, estupor: ¿No era que íbamos ganando? Sí, así se sentía, casi como
un partido de fútbol; claro, paralelamente se jugaba el mundial en España.
Después fue bronca, ira, rabia... Por un lado por sentirme un soberano pelotudo
por creerme el verso oficial; por el otro, por tanto pendejo que dejó la vida
en el mar (con el hundimiento del Belgrano) o en las islas, por los que
volvieron heridos o mutilados, por culpa de la borrachera de uno o más milicos
de alto rango a los que les importaba un carajo la soberanía argentina sobre
las Islas Malvinas: lo único que les importaba era pegar un golpe de gracia al
Pueblo, tratando de perpetuarse en el poder. Respeto los sentimientos de los
"veteranos" y "ex-combatientes"; seguro que para ellos fue
una "gesta". Para mí representa una gesta las condiciones en las que
fueron a combatir y las pelotas que tuvieron para bancarse esa guerra desigual,
pero no el hecho de la pretendida recuperación, ya que no fue tal. El costo de
esa guerra ha sido el de muchísimos colimbas y algunos milicos de carrera
muertos, muchos otros mutilados, otros tanto que no pudieron o supieron
reinsertarse en la sociedad de mierda en la que vivimos y se suicidaron.
¡¿Valió la pena ese costo?! Yo creo que no...
En tanto que Menendez Aldé
Alejandra, que hoy vive en San Fernando pero aquellos días
cursaba en secundario en esta su ciudad natal, resume así sus recuerdos: Bronca,
impotencia, indignación, tristeza!!!!!!!! recuerdo los toque de queda, los
oscurecimientos, las frazadas en las ventanas, los jefes de manzana, los
simulacros, la sirena.........las cruces rojas en el hospital y en el
BIM........tantas cosas!!!!!!!! PERDON Y TODO MI RECONOCIMIENTOS A TODOS LOS
HEROES DE MALVINAS Y A TODOS SUS FAMILIARES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
En tanto
que el periodista Juan Carlos
Esquivel, nos da su mirada desde el sur: Lo viví en Trelew y en distintos lugares de
la patagonia ya que trabajaba en el canal 7 de Rawson. Lo viví en el Regimiento
25 de Sarmiento antes del desembarco donde hubo grandes soldados, sin
distinción de grados, y en Puerto
Madryn o Comodoro Rivadavia,
luego de la rendición, cuando llegaron nuestros jóvenes avergonzados por las
actitudes de sus propios comandantes. Como en toda guerra muchos héroes
anónimos, y otros que no asumieron sus responsabilidades pero que de acuerdo al
código militar eran quienes como oficiales o suboficiales profesionales debían
estar al frente y poner el pecho a " las balas", pero no lo hicieron.
Leer informe Rattenbach. Nuestro reconocimiento a los que cayeron en suelo
irredento cara a cara con el enemigo, y a los que murieron en alta mar de
manera artera, traidora, como ha sido la política militar del reino unido que
hemos rechazado en el pasado y seguiremos repudiando ante la inusitada
militarización nuclear de las islas Malvinas, la destrucción del lecho marino
por la búsqueda ambiciosa de petróleo con técnicas explosivas para justificar
la permanencia de un enclave colonial. Destruyen nuestra plataforma continental
y las reservas antárticas, roban como ha sido su razón de ser nuestros
recursos, pero lentamente a pesar de nuestra propia dirigencia las caretas de
esta farsa global van cayéndose...como los imperios.
Quién más lejos estaba entonces era Hugo Hammar, un lujanero
afincado en Suecia, la tierra de sus mayores. Conocía Río Grande porque trabajó
aquí por unos años cuando comenzó LRA 24. Ahora dijo:
Lo viví desde Suecia y esa guerra termino media o
muy rara. Recuerdo que al gobernador lo llamaron a Baires por consultaciones y
no lo dejaron volver. Aquí la historia lo dirá, pero yo no creo poder vivirla,
ya que los años pasan. Hay
algunos recuerdos de Hugo que parecen remontarse a los días de Luís Vernet.
Me
preguntarán a hora como lo viví yo. Fue un día muy largo. Mucho más largo que
todos los vividos anteriormente repartido entre la radio y la escuela. No
sabíamos que hacer. Todavía nadie se atrevía a opinar expresando tranquilidad
por la finalización de la guerra. Al fin de cuenta una guerra que nunca fue
declarada por ninguna de las partes. Solo un alumno que con el tiempo maduró en
la política local dijo: ¿O sea que ahora
hay que volver a levantarse temprano? El dictado de clases estaba acotado
para limitar la circulación de personas durante la noche.
Con
respecto al rol de la prensa para desinformar me atrevo a aportar una
reflexión, desde mi oficio; la fuente informativa era una sola, no se tuvo
acceso a los escenarios del combate. Militares de alto grado explicaban a los
escribas como sería la evolución del conflicto, y algunos lo creyeron más que
otros y facilitaron la difusión de esas miradas triunfalistas. Hubo hechos de
censura. Una situación no muy distinta de la que se vivía cotidianamente en el
tiempo de la dictadura. Nadie opinaba si no estaba con el gobierno, y los que
podían ser independientes lo hacían su sus mensajes eran coincidentes con el
poder de turno. Por eso no ha sido raro que en esta suerte de encuesta no hayan
participado gente involucrada con la conducción de la guerra, ni tampoco sus
grandes críticos, a los que se les puede preguntar hoy con el título de una
película: ¿Qué hiciste en la guerra papá?
Tal vez,
más allá de otras consideraciones el 14 de junio sea un día que nos avergüence.
Un día que esperamos no se repita jamás. Aunque sigan existiendo aquellos
nostálgicos de otro 2 de abril.
Yo cargaba el dolor reciente de la población de Río Grande con la muerte de una pequeña niña: Marcela. Por bala de un centinela, cuando ya se apretaba la rendición en Malvinas. Y esta no sería la única muerte de mujer entre nuestra ciudadanía, por causa similar. El desprestigio del Proceso avanzaría a pasos agigantados sacando del escenario de los privilegios a los protagonistas de la contienda.
Cierro
con una consideración de Juan Andrés Fernández, el de la Confitería Roca, que
cuando todos ya habían escrito lo suyo puso su broche:¡Me quedó una alergia de piel por dos años !!!!!!...
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