Llamada en un tiempo Puerto Porvenir,
como otros necesarios puertos de la América Meridional :
Santa Cruz, Natales, Stanley, Deseado y muchos más de distintas banderas,
Porvenir no lo fue y aun hoy dispone en sus cercanías del Puerto de Bahía
Chilota que lo vincula a las aguas del Estrecho de Magallanes.
Pero sin tener puerto propio si fue lugar de
entrada y salida a la Tierra del Fuego norte, la del oro y la oveja. Y mantuvo por ello
vínculos incesantes con nuestro Río Grande.
Ya habían pasado diez años de la instalación
de la Subprefectura de Ushuaia, y el nacimiento en su entorno de la capital
argentina, cuando el gobierno de Santiago dispuso el nacimiento de la capital
de la Tierra del Fuego chilena. Hasta entonces en ese sector en que había
quedado delimitada la Isla
Grande se habían dado las primicias de la ovinicultura; pero
el sector rural no parecía urgido de fundar ciudades, salvo que estas nacieran
espontáneamente.
Y allí fue ocurriendo algo similar a lo que
Río Grande vivía. Claro que en una cronología básica se debe tener en cuenta la
importancia de la expedición de Porter a las sierras del Boquerón, que permitió
examinar su potencial aurífiero, y la misma existencia de placeres minerales en
la Bahía donde se levantaría Porvenir. Esto por 1881.
La presencia descontrolada de mineros llevó a
que se instalara en 1883 una guardia policial, y que al tiempo se diera en la
distancia la respuesta gubernamental que haría nacer el poblado: mil hectáreas
en las que se encuadrarían las primeras manzanas del pueblo, y las hijuelas –o
chacras- de su entorno.
Incomunicadas por falta de caminos las dos
poblaciones argentinas: Ushuaia y Río Grande, con los años crecería la
vinculación entre nuestro puerto y la vecina población.
Las características del empresariado rural,
afincado inicialmente en Magallanes; el flujo golondrina de los trabajadores
empelados en tareas estacionales, haría de Porvenir el lugar de paso a donde el
jornalero de la primavera llegaba navegando, y emprendía luego según sus
recursos la travesía por tierra: en algún correo pionero motorizado, a caballo
de lo propio o lo prestado, o simplemente caminando.
En Porvenir crecía un pueblo que durante
muchos años, hasta el despertar del petróleo en nuestro norte argentino, era
sensiblemente más grande. A tal punto que brindaba socorros concretos en
materia asistencial, como lo fue hasta entrados los años cuarenta la acción de la Cruz Roja porvenireña.
El petróleo marcó las diferencias: en Chile la
vida petrolera se circunscribió a una comuna nueva: Springhill, Primavera o
Cerro Sombrero; en tanto que en nuestro país Río Grande fue receptor de esa
instancia de progreso.
Pero había algo más. Las familiaridades,
logradas entre tantos vecinos de un pueblo que encontraron novia en el otro, y
de allí las descendencias en común, (las abuelas porvenireñas por un lado, los
tíos riograndenses por el otro).
Y también una hermandad que el deporte nos
dio, en llamativas excursiones futboleras, donde los argentinos medías fuerza
de visitantes y ganaban siempre el primer partido, pese al cansancio del trajín
del camino, para pasar a perder la revancha del día siguiente pesando para el
caso la falta de concentración propia de la noche fueguina; y el viceversa para
cuando los de Porvenir aparecían por este lado.
Y a modo emblemático, y por obra y gracia del
automovilismo una competencia El Gran Premio de la Hermandad Argentino
Chilena , uniéndonos, aun en medio de las guerras que se
incubaron en momentos grises de la historia de ambos países.
2 comentarios:
Hola Mingo!
A continuación, dos testimonios de antiguos pobladores que llegaron a Río Grande desde Porvenir con apenas dos años de diferencia. Sus relatos refieren a una misma época: la década de 1920. Década aquella en la cual ambos llegarían al incipiente Río Grande. Curiosamente, sus relatos dan cuenta de similares dificultades en el transporte cuando tuvieron que trasladarse desde Porvenir a Río Grande:
Mirko Milosevik nos cuenta: “Yo nací en 1909 en Punta Arenas, Magallanes, Chile (...). Yo vine por Porvenir, pasé el Estrecho y estuve en Porvenir un día. Crucé con el buque Minerva, que estaba hecho en el mismo barrio donde estaba yo, por los Robertis. En ese tiempo venía en tres horas y media de Punta Arenas a Porvenir. Al otro día me embarqué en un Studebaker, un coche que lo habían agrandado, tipo góndola, y veníamos como trece o catorce. El primer día pernoctamos en San Sebastián chileno, bajamos en la Estancia San Sebastián que era de La Explotadora, y de ahí salimos y llegamos al otro día a Río Grande ... Pero por ese lado de Río Chico teníamos que empujar el coche, en ese barrial que hay al lado del puente, y pedir cooperación a la Estancia Sara que nos vengan a remolcar ... ¡Era más empujar que otra cosa! Yo llegué en el año 1925, el 21 de octubre”. (Fuente: A hacha cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande, 1995).
Nos cuenta Antonio Kovasic (tomado de Gutiérrez, Domingo. “De por acá” en Impactos. Octubre 1992. Punta Arenas. Chile. En “A hacha, cuña y golpe”): “Yo nací en Porvenir, Tierra del Fuego, en 1911, el 13 de noviembre. Me crié un tiempo en Punta Arenas, en la escuela fiscal y después me fui al convento de Don Bosco, ahí estuve cuatro años, haciéndome de un oficio (...). Yo quería estudiar carpintería, y salí carpintero. El año 23 ya andaba por acá, nunca alcancé a ganar un peso por allá. Un tío me trajo a Río Grande y en el hotel teníamos unas herramientas para hacer unas banquetas (...). El hotel de mi tío – actualmente Argentino – se llamaba Miraflores (...). El tío me trajo. Se llamaba Mariano Kovasic (...). En Porvenir había el hotel de Camelio que vivía pegado al lado de la casa de nosotros. Era gente grande de padres españoles, justamente, eran muy amigos de Mariano, y ellos me hicieron pasar de este lado en uno de esos fores viejos, en dos días, tres días se hacía el viaje, casi más empujando que arriba del auto. Así vine acá (...).
Un saludo Mingo,
Hernán (Bs. As.).
Muy buena entrada, y ajustada a la realidad.
Y muy interesante el comentario de más arriba.
Saludos y felicitaciones por un excelente blog.
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