EVOCACIONES*** Junio 27 de 1897. Naufraga sobre la costa de Puerto Deseado el buque Magallanes llevando un conjunto de notables:


El Doctor Polidoro Seguers, que viajaba para desempeñarse como médico en la gobernación fueguina, después de haber servido de igual forma en la expedición de Ramón Lista.

Los gobernadores de Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Y el Reverendo José María Beauvoir.

Beauvoir había nacido en Turín en 1850 graduándose de maestro en 1872 como paso previo a la consagración sacerdotal que se daría tres años más tarde. Llegó a Buenos Aires en 1879 desempeñándose como maestro en el colegio San Carlos. Acompañará después a José Fagnano a Patagones cuando se levanta la primer capilla católica de la patagonia argentina.



En 1884 es designado capellán de la Provincia de Santa Cruz, y en razón de tal cargo la recorrió extensamente a caballo.

Residía en Buenos Aires cuando Fagnano luego de conocer Tierra del Fuego solicita su concurso para iniciar la labor misional desde Punta Arenas.

En ese accidentado viaje se produce el naufragio en el Magallanes, de que dejará Beauvoir un interesante testimonio...

“Imposible describir el pánico y las ansias mortales que se apoderaron de todos los que allí estábamos. Un ir y venir atropellado, un griterío ininteligible, un llorar de las mujeres y de los niños, un correr de los marineros yendo desatinadamente de proa a popa, todos mandaban y nadie obedecía, en fin un pandemoniun indescriptible”

Beauvoir agrega también que durante el desembarco en botes: “Vi a mas de uno empujar a otro y quitarlo de un puñetazo para ponerse en el mismo; a ninguno vi invocar el auxilio divino y pedir a Dios misericordia, solo se oían blasfemias e imprecaciones horrendas. Hubo quien clavó en el cielo la mirada y agitando el puño maldecía a Dios. Me horroricé pensando que estaba quizá al borde de la muerte y desafiaba al rigorosísimo Juez que entre poco tal vez le habría de juzgar. Otro, con el revolver en la mano, estuvo a punto de pegarse un tiro si no le hubiese faltado ese valor satánico. ¡Cuánto desvarío en esta desgraciada humanidad!!!




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Leyendo las apreciaciones de Beauvoir, expresivas, vienen a mi imaginación los momentos que aquellos pasajeros debieron enfrentar durante el naufragio.

Comparto con los lectores del blog, otros datos que encuentro sobre José María Beauvoir en la Revista “A la costa de un Arroyo IV”:

“Beauvoir, José María; sdb

Nació en Turín, el 1 de junio de 1850 y falleció en Buenos Aires el 28 de marzo de 1930. Cofundador y Primer Director de la Misión de Río Grande, brazo derecho de Mons. Fagnano.

a) En el desierto Austral:

En 1879 había llegado a América; en Buenos Aires ... Fagnano que iba a establecerse a Patagones lo llevó a las puertas del desierto austral, pasando a ser Capellán del ejército de campaña.

b) El abrazo del Presidente:

Estudió las costumbres y lenguas aborígenes, y dio a la prensa sus obras: “Los Selk’nam” y “Diccionario del idioma fueguino”. Algunos colegios salesianos del sur fueron fundados por el Padre José María.

Falleció en Buenos Aires en 1930, a los ochenta años de edad. Arrastraba sus achaques y dolores con toda esperanza y hasta dio el ejemplo en la celebración del Jubileo de Don Bosco, integrando la procesión (que caminaba desde Plaza de Mayo hasta la iglesia de San Carlos) entre la admiración de los fieles.

El Presidente Hipólito Yrigoyen lo vió desde su palco, e informado de quien se trataba, lo hizo subir y ubicar a su lado tras un estrecho abrazo (...).

c) Sus restos en Puerto Deseado:

Veintinueve años después de su muerte (1959), sus restos han sido llevados a la Patagonia. Se encuentran en Puerto Deseado, para descansar definitivamente en la Iglesia Parroquial, como fueran sus expresos deseos. Fueron llevados allí en el Transporte “Lapataia”, y recibidos con solemnidad por el Obispo diocesano Monseñor C. Pérez, autoridades comunales y gran cantidad de vecinos piadosos que conocieron de cerca y apreciaron las virtudes del P. José María”. (COTEMA (Comisión Templo a María Auxiliadora en la Misión – A. C. S. (Asociación de Cooperadores Salesianos): “A la costa de un Arroyo IV. Anecdotario de la Misión Ntra. Sra. De la Candelaria”, Tolhuin Impresiones, Río Grande, 2003).

Un saludo Mingo,
Hernán (Bs. As.).-