Ustedes saben como vino la historia, ahora sabrán como termina... (*)
Y como no hay dos sin tres solicito en el momento de
la despedida la atención sobre otra circunstancia, esta no apoyada en
documentación judicial pero si en variados testimonios que han preferido el
anonimato.
Por entonces, y ya estamos sobre los años 70,
imperaba en YPF el trabajo por turnos que exigía de sus empleados ausentarse de
la localidad por algunos días, permitiendo el relevo de los que en el
campamento los había precedido en sus trabajo.
El horario de reunión era temprano, más bien de
madrugada, y por ser en aquellos días el cumpleaños de uno de los que debía
partir se coincidió en que en vez de esperar la visita del transporte en un
itinerario que se acercaba a cada domicilio de estos empleados se congregarían
en una de esas casa donde atendían esas “chicas que fuman”.
Hubo distintas interpretaciones sobre la naturaleza
del jolgorio que iba de la mano de la retribución merecida por el cumpleañero
que era buen cliente de la casa. No se sabe si fue porque quisieron expulsar a
otros clientes, o porque también confrontaron con los hombres dorados de la
policía, es que la cosa pasó a mayores y con la ayuda de una patrulla militar
se los detuvo y derivó a las nuevas comisaría de Belgrano y San Martín.
La sola instrumentación sumarial entre los
inculpados llevaría un tiempo que demoraría el retorno de los que en el
campamento esperaban la finalización de tiempo de tareas.
Esta situación preocupó a las autoridades petroleras
que asistían en aquel tiempo a una etapa de exigencias sindicales asentadas en
los derechos adquiridos por los trabajadores, y algunos por adquirir.
Los reclamos llegaron a distintos ámbitos, y ya se
desde los cuarteles, como desde la esfera municipal se pensó que había que
hacer la vista gorda y permitir que partieran cuanto antes los arrestados,
llevando la paz social al sector laboral que se repartía entre el campo y la
ciudad.
Y la ciudad LA CIUDAD NUEVA, el periódico que había
comenzado a editar Leonor María Piñero, recibió una colaboración poética de la
doctora Nelly Iris Pennazzo de Penazzo, que por entonces había comenzado a
darse a conocer literariamente con el pseudónimo de Alba Chamán.
Nelly fue la primera médica que se radicó en Río
Grande, y era una médica con todos los títulos, su tesis de doctorado había
tenido por tema LA PROSTITUCIÓN.
Dudo que Leonor haya sido informada sobre el
trasfondo social que encerraba el poema que publicaría bajo el título de EL
CAMPAMENTO, pieza literaria que incorporaríamos con los años en forma de
canción –la interpretación fue de Fredy Gallardo- cuando con Patricia Cajal
realizamos la Fundación Poética de Río Grande.
Entonces este poema, con su parte cantada y su parte
recitada, era una reivindicación del rigor vivido en aquel tiempo por los
hombres solos que en medio de la labor petrolera tenían un singular nomadismo
en el norte fueguino.
Agradeciendo la atención de todos ustedes a mi
lectura, la que han privilegiado para otra serie de charlas que en estos días serán seguramente
más memorable, me despido con la lectura de EL CAMPAMENTO de NELLY IRIS PENAZZO
DE PENNAZO, entonces ALBA CHAMÁN, la Bruja Blanca.
El poema dice:
Navegante terreno. Hombre soleado
trabaja cien jornales sin un lamento.
No me quites mi amada, quítame el viento,
no me quites senderos, hombre dorado.
Dame tregua empresario de las lomadas,
libérame los ojos, domingo abierto.
Es inútil pagarme mi desconcierto,
yo soy bueno y certero en la estocada.
Hombre de campamento. Hombre escarpado,
fragmentado en el ripio, yo me hice roca.
Quiero un cielo azulado, redondo y suave.
Hombre sin días libres, yo me he escapado.
me quedaron abiertos, brazos y boca
para tocar el cielo, yo soy un ave.
Hombre de mil jornadas.
hombre que sabe
que el descanso es salario,
Hombre, coraje.
Él se obliga a callarse
día tras día
y decirle a su amada:
Ya no eres mía.
Él se enrosca en las rutas
tiembla en el valle.
El tirita de miedo
hombre coraje.
Hombre de luna llena.
noche vacía.
Especula domingos,
vende su vida.
Hombre de mil jornadas
hombre coraje.
este domingo dijo
mi último viaje.
Hombre lleno de ayeres,
por una amiga,
reconquistó el mañana
para su vida.
(*) Ilustramos la presente entrega con imágenes de la escultura al trabajador del petróleo, en la sede sindical de la calle Ameghino.
1 comentario:
Hola Mingo!
En relación con este artículo en el cual se menciona a Leonor María Piñero, agrego aquí que el 24 de junio pasado se cumplieron cinco años de su fallecimiento en Río Grande. De esta ciudad, Leonor M. Piñero había sido destacada como ciudadana ilustre. Además de su vocación periodística, escribió varios libros entre los que se encuentran: “Retorno al amor y otros cuentos” (1951), “La estatua viviente” (1957), “Mis palabras” (1969), “Pasitos en la nieve” (1976), “Eluned Morgan, exponente de la mujer galesa” (1981) y “Cuentos para mi niño” (1994). En justo reconocimiento a su acercamiento a las letras, los textos periodísticos y los libros, una biblioteca lleva su nombre en la ciudad del norte fueguino.
Con respecto al periódico La Ciudad Nueva referido en este artículo, en el libro “El periodismo en Tierra del Fuego” de Arnoldo Canclini, leemos lo siguiente:
“Periódico quincenal, fueguino, para todo el país, fundado en 6 – IV – 73. Precio: $ 1. Río Grande, Tierra del Fuego. Dirección y redacción: Leonor S. Piñero (*). Colaboración: Susanita. Corresponsales: Venus T. Videla (Bs. As.), Estela Vandoni (Ushuaia): Jefe de Avisos: Guillermo Gavilán”.
Sobre este periódico también se indica: “Siempre se hizo artesanalmente, diríamos que de manera casera, fotocopiado en algunos momentos, hasta que pasó a ser suplemento de Tiempo Fueguino. (...) El alma del periódico era Leonor María Piñero, que llegó a ser una de las figuras más prestigiosas de la cultura provincial” (Canclini, Arnoldo: “El periodismo en Tierra del Fuego”, Editorial Dunken, Academia Nacional de Periodismo, 1º Edición, Buenos Aires, 2011).
(*) Leonor María Piñero.
Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-
Publicar un comentario