Se trataba de un médico inglés del asiento de negros que convertido al
catolicismo por Fray Sebastián de San Martín pasa a formar parte de la orden
jesuita.
El recorre el vasto espacio pampeano
patagónico testimoniando luego sus vivencias en un libro estando comisionado
por la Royal Society
para estudiar las propiedades médicas de las aguas, y de las hierbas
silvestres.
Pero el trabajo incluyó un análisis del
comercio tripartito entre la colonia, la metrópoli e Inglaterra, y el tenor de
las apreciaciones hizo que en el mismo año de su publicación Manuel Machón
hiciera una traducción advirtiendo con ella al rey Carlos III de los alcances
de los contenidos expresados por Falkner.
“Como no está fuera de lo probable que
navíos ingleses tengan que meterse algún día en el Río de la Plata , ora como amigos, ora
como enemigos, se hace la descripción de los puertos de aquel país y también de
los peces que se sacan de su río”.
Encontrándose a la vez en el prefacio una
manifestación sobre la geopolítica austral:
“El establecimiento de una colonia inglesa en las islas Malvinas, dicen
se debe a la opinión del finado lord Anson, quien consideraba que se
propendería a la extensión del comercio y del Imperio Marítimo de Gran Bretaña
si esta se hacía de un buen puerto para los barcos ingleses en los Mares
Australes de América”.
Falkner ignoraba en el momento de la
publicación que ya sus connacionales habían sido desalojados del archipiélago,
pero lo que no ignoraba era los lineamientos de su política de expansión que
miraba nuestro sur.
Tal vez convenga recordar que ante todos los
acontecimientos trascendentes de la vida nacional argentina, siempre hubo un
inglés que estaba de testigo.
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