Conversando con Cacho Pacheco.

Oscar Pacheco Fernández nació en Río Grande en la familia formada por Rogelio y Marta. Él es el menor de los hermanos habiéndolo precedido Chiquito y Yika, y con el tiempo apareció la hermana Ana.

Todos eran los Chingolos, dado que así se llamaba a su padre. “Era raro el que no tuviera un sobrenombre”, dice y recuerda al viejo que también era riograndense. La mamá en tanto vino de Chile y “era raro que en una familia no hubiera alguien del otro lado”.

Creció sobre la calle Rivadavia y luego de vivir por años en Chacra ha vuelto para estar cerca de la madre y disfrutar del espacio que han ideado, un hermoso y prolijo patio, con flores y casas que se descubren con calidez sureña, y donde la familia se ha ido reencontrando.

Cachito ha sido desde temprano un hombre de trabajo. Ni bien Salió de las aulas del Don Bosco, él único secundario del pueblo, fue contratado en una empresa que trabajaba para Obras Sanitarias, luego pasó unos años en Canal 13; proyectaba películas, y no se quedó porque las remuneraciones no eran tan altas y la gente que trabajaba allí tenía doble empleo.

El recibió un día la oportunidad de entrar en Aerolíneas, en Aeropuerto. “Los fueguinos no somos muy sociables, tal vez por eso de la invasión que se nos vino”, y allí se le dio la oportunidad de tratar con la gente más diversa, y en todo eso aprendió mucho.

En las postrimerías de la gestión del justicialista Chiquito Martínez ingresó a la Municipalidad, pero al llegar Colazo lo destinaron al cementerio, un espacio de castigo. Al principio se quería ir, luego le entró a encontrar la vuelta, y se encariñó con la tarea. “Era difícil encontrarse con la gente que uno conocía, y su dolor, y con los que sin conocernos se quedaba tras cada visita para hacernos confidentes de sus pesares”.

Pacheco pensó en todo lo que fuera innovación, y así apareció la idea del Cristo Resucitado, que finalmente se convirtió en una estatua de dimensiones superiores a las que él imaginó.

Con Cacho dieron comienzo las entrevistas de Matinal Puesta a Punto, que de 8 y 30 a 9 van dibujando perfiles humanos que identifican nuestra comunidad.

El tema del corazón lo desnudó en amores. Tuvo un recuerdo para Miriam Lincomán, una riograndense con la que se casó tempranamente, en un matrimonio que al durar poco demostró lo difícil que es convivir entre gente que se conoce de toda la vida. Entonces nuestro entrevistado confesó las múltiples relaciones que fue experimentando en su vida.

Algunas terminando bien, en un plano de amistad. Otra prolongada en un acompañamiento en medio de una larga enfermedad que terminó de matar a su mujer.

De todo esto ha quedado un hijo del corazón y una hija propia de 27 años.

La hija fue más allá que él en el estudio y terminó como Diseñadora Industrial en el Cent 35, pero –por esas cosas que pasa con los fueguinos- no ha conseguido trabajo de su conocimiento, y terminó trabajando en fábrica.., con lo inestable que resulta eso.

Pacheco se ha jubilado y en las últimas semanas reflexionó sobre la situación del IPAUSS y concurre lunes, miércoles y viernes a las oficinas de Ricardo Rojas a manifestar su preocupación junto a otros como él.

Y pasó a contarnos de un percance vivido el domingo. Es que saliendo en su vehículo fue parado a la altura del control policial José Menéndez e interrogado si era docente o jubilado, el afirmó lo último, entonces vio que se registraban sus datos en una planilla. Viajaba a Ushuaia para asistir a la sesión de apertura de la Legislatura. Al regresar se encontró con una cola kilómétrica que lentificaba la marcha de los automovilística.., estaban verificando los vehículos que habían registrado por la mañana.

Cacho se siente intimidado por la actitud gubernamental por el tema IPAUSS, y no está de acuerdo con que los grandes deudores delo sistema previsional y asistencial, sean los que indiquen lo que hay que hacer.

En la foto: Cachito y su vecino Juan Ramón Morales, Antonio Dóbranic y Peo Peo. Tiempo de adolescencia.