EL RÍO.2. Conflictos. La guerra que no fue, y los que se iban.

Tal vez exista un código, escrito o no, que recomiende a los responsables de las acciones bélicas de interdicción de la imagen. Esto que se aprecia en los últimos conflictos internacionales existió también en nuestro ámbito durante las experiencias dadas con Chile en 1978 y con Gran Bretaña cuatro años más tarde.

Nos es posible encontrar fotografías de lo vivido en aquellos días, quien anduviera con una cámara buscando testimonios gráficos ingresaba a la terrible categoría de sospechoso –espía o traidor- con las derivaciones lógicas del hecho. Aun hoy el rico historial gráfico del BIM 5 no tiene, o ha perdido, relaciones fotográficas sobre esos momentos; en tanto que el historial escrito es para el primero de los conflictos lacónico, y para el segundo inexistente.

Donde no existe documentación de lo real, crece la visión irreal de sus momentos; y pronto una construcción mental toma firmeza en cada individuo para rellenar esos espacios en alguna medida vacíos de la memoria colectiva. En esa construcción se argamasa la ideología, con los intereses particulares, y después de un tiempo pasamos a creernos un tiempo y un mundo que en algunos casos –por la falta de documentación- resulta improbable, aunque no increíble.

La transcripción que hacemos de lo escrito hace algo más de una década aparece documentada por un fotografía de Graciela Pincol, que evidencia ese movimiento de personas, desde el Aeropuerto de Ushuaia:


  
“Las guerras de 1978 y 1982” fueron situaciones que terminaron en derrota, el conflicto primero motivado en el litigio de las aguas australes se diluyó con la aceptación de la propuesta papal cinco años más tarde, y su carácter de guerra no concretada, con relación a la memoria mucho más lacerada por la sumatoria de vivencias de 1982, ha dejado en un segundo plano del recuerdo los acontecimientos experimentados sobre fines del 78.

Que si todo se resumiera se podría decir que fue creciendo la presencia militar, ocupando los espacios claves de la vida urbana: se interrumpió la actividad en muchos ordenes, entre ellos el educacional, y se alertó a la población sobre técnicas de oscurecimiento y evacuación. Mientras que por los medios de comunicación todo debía estar callado o tranquilo, de boca en boca –y los actores de la defensa civil fueron en esto multiplicadores- se llegaba a la alarma continua. De allí que no fuera extraño que comenzaran a salir de la isla vecinos y pobladores. Algunos anticipando sus rutinas de fin de años, pero muchos impelidos por el peligro inminente de acciones armadas, y por el terror manifiesto al comportamiento de las fuerzas chilenas en caso de una ocupación, o la actitud a asumir por la población residente de ese país en nuestro medio, que era cuantitativamente importante, a los que algunos veían que temor y desconfianza.


Dado que el pertrechamiento  del territorio se daba con amplia afluencia aérea, y que de regreso los vuelos salían vacíos, se facilitó la partida de los que querían escapar a los temores inmediatos de la guerra que se avecinaba, y abierta la puerta comenzó la estampida.

Me toco ser testigo de unos de esos vuelos, donde – es de señalarse- la mayoría del pasaje eran mujeres y niños, y en algunos casos de familias cercanas al poder de los niños solos que serían recibidos en el norte por sus parientes. Algunos partían con escaso equipaje, y los vuelos no eran de turismo, pero eso sí no se descuidaba la adquisición previa de los consabidos cartones de cigarrillos, o algunos más de los permitidos.

Fue por entonces que el periódico La Voz Fueguina publicó en su edición del 16 de diciembre un poema de firma anónima titulado “Vergüenza”. Figuraba en primera pagina acompañado el gran titular Día del Petróleo, con los menores de Balbín fue liberado y un suelto sobre el costo de vida en Córdoba que viene a darnos luces de cierta atención a un creciente nuevo sector de nuestra demografía.


La réplica tras la mediación.

El siguiente número del periódico de Germán Noguera salió el 30 de diciembre, cuando la aparición en escena del Cardenal Samoré atemperó los ánimos y los miedos. Pero eso no era la noticia de primera plana (ocupada pro los Incendios Forestales y la visita de Lambruschini en Ushuaia) aunque en página nueva bajo el título Sin polémicas – Contestación a la poesía “Vergüenza” aparece la siguiente carta al director, dónde luego de las fórmulas de presentación se dice:
 
“Tengo cuatro hijos que están creciendo y estudian sí en Ushuaia, pero no hace falta que los inmole siendo todos pequeños, excepto el mayor de 16 años que me reemplaza en el norte a cargo de su madre y de sus hermanos y no solo que no merece que se lo ataque de esta manera por que él quería venir y yo me opuse sino que debe ser alentada y aconsejada esta posición por que para eso estamos los padres para luchar por lo suyo para que en los escombros que pueda dejar la lucha ellos puedan levantar una ciudad más pujante y hermosa que la que tenemos. Quien por no estar solo en la espera de la decisión  final de Dios iluminando las mentes de los hombres para indicarles el camino a seguir arriesgando arriesgando a su familia innecesariamente es cobarde y egoísta”.

“Ushuaia tiene el privilegio que cada uno conoce el resto de la comunidad, y en consecuencia todos sabemos cuáles son esos dos o tres que cerraron sus negocios y se fueron antes del día 12, pero sin embargo todavía nuestras autoridades tratan de lograr un entendimiento en paz y si así no ocurre pues aquí estamos y que Dios y la patria dispongan de los hombres que han venido a morir por ella”.

“El pueblo no está vacío sino por el contrario está lleno de patria por que jóvenes de todos los rincones del país caminan sus calles y llenan los negocios con absoluta tranquilidad. Tienen fe y la moral alta y no es de buen argentino tratar de desmoralizarlos, diciendo que cuando ellos venían nosotros nos íbamos”.

“Los negocios siguen su vida normal y la mayoría de ellos les obsequian cosas y los tratan con cariño a estos soldado-niños, que al empuñar un fusil para defender este suelo dejan de pertenecer a una madre individual para ser hijos de una sola: La Patria, y ninguno es del norte o del sur, del este o del oeste, fundamentalmente son Argentinos y como tales se portan”.

“Pienso que como yo piensan todos los padres que antes de mirar por su comodidad pensaron  en su familia, pero quieren la isla y están dispuestos a pelear por ella”.




Corolario.

El periódico va a dar sus reflexiones sobre el tema que nos ponen a un paso de elaborar las nuestras: “Entendemos que el señor L.L. Libreta Cívica (SIC) Nro 5.922.233 ha interpretado equívocamente el contenido de la poesía Vergüenza, publicada en nuestro último número. Creemos que lo que quiere expresar el autor de Vergüenza apunta a censura la actitud de algunos argentinos (afortunadamente pocos) que olvidándose del deber para con la Patria, que lo necesita en el sur han dado la espalda y se han marchado”.

“De ninguna manera Vergüenza sugiere el sacrificio de niños o mujeres y aunque no lo exprese concretamente en su texto se da por sobreentendido. Cumplimos en publicar la poesía Esperanza, reafirmando nuestra voluntad de ser tribuna en donde se puedan expresar los lectores de este Semanario”.

Quedarían pendientes de analizar las características polisémicas de toda expresión poética, y el recuerdo que en ese tiempo de conflicto se produjo también traslados y deportaciones, incautaciones y también algunos buenos negocios. Y por que no reencuentros inmediatos entre las familias separadas por el temor, en la gran mayoría de los casos con la concurrencia paterna para completar luego un largo período de bien merecidas vacaciones.



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