El hombre sentado de gorra y barba que resultó ser Alexander Mac Lennan, el Chancho Colorado, de quien aludimos su condición de matador de indios, en la Evocaciones del pasado lunes.
Sobre lo que se puede leer señalaremos que no está José Pezoli entre los fotografiados, y que la imagen no ha de ser de 1895, puesto que durante más de un año la policía vivió de campamento en un espacio lindero a la Misión, y la foto responde al momento en que se han mudado cercanos a la Estancia Primera Argentina. La estancia en donde se centra la descripción de Robins que dábamos cinco días atrás.
La aludida fue publicada por el Padre Juan Esteban Belza en su libro titulado EN LA ISLA DEL FUEGO, 2.Encuentro., en el año 1975.
Se puede ver en la página 211 con el siguiente epígrafe: Río Grande. Gendarmes de la comisaría con Jocesito Menéndez Behety (centado al centro), y el juez de paz interino Alejandro Mac Lennan (sentado a la derecha). Atención de don Armando Braun Menéndez.
La mencionada contrucción sería posterior al incendio de La Misión, y anterior al incendio de la primer comisaría, puesto que la edificación no se corresponde con la segunda que alcanzamos a conocer. Con lo que sería posterior a 1897 y anterior a 1902.
Al coincidir la efemérides del día con aquel incendio policial transcribimos la Evocaciones escrita sobre el tema hace ya algunos años:
24 de julio de 1902. Se incendia la
comisaría de RIO GRANDE.
La institución policial había llegado a
nuestro puerto en 1895 cuando ya existía con anterioridad en San Sebastián.
Desde entonces el departamento norte de la gobernación fueguina contó con dos Comisarías.
Inicialmente –con José Pezzoli al frente- funcionó junto a la Misión de Nuestra Señora de
la Candelaria ,
sin tener edificio propio. Cuando a fines de 1896 se produce el incendio de la
misma los policías se trasladan a la margen sur donde se está levantando la
estancia Primera Argentina, allí continúa su tarea de resguardo también sin
edificio propio.
Se estima que para 1897 ya se encuentra
nuevamente de este lado del río, albergando en sus dependencias las oficinas
del primer Juez de Paz, Javier Soldani.
El incendio del invierno de 1902, el invierno
más duro del que se tuviera memoria hasta las grandes nevadas de 1954, no dejó
evidencias sobre la ubicación inicial de esta comisaría que más tarde fue
reemplazada por las dependencias de la calle Elcano.
El incendios eran frecuentes, tanto o más que
hoy tal vez, en el primitivo Río Grande. Los ocupantes solían abandonar la
vivienda para realizar sus tareas dejando bien cargada la estufa para volver y
encontrar la misma en condiciones aceptables de calefacción, o en otros casos
se utilizaba combustibles eventuales –como ciertas formas de carbón- que
destruían rápidamente los caños de ventilación de los calentadores. De allí un
recalentamiento que ganaba las frágiles estructuras de madera, y el final
inevitable.
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