Es un jefe de policía que se había
visto envuelto en el denominado caso Oterlock.
Se trataba de un indio ona muerto, en
situación registrada en la Misión de Nuestra Señora de la Candelaria, el 24 de
febrero del año anterior.
Inicialmente Igarzabal será puesto
preso, pero luego argumentará problemas de salud, para hacer prosperar la solicitud
de licencia ante Ramón Lucio Cortés que ejercía la jefatura policial del
territorio.
Se pedirá un pasaje de cámara y a la
vez se nombraba un sucesor en Río Grande, en la persona de Juan Roca que en su
momento había sido exonerado de la gobernación.
La crónica de las hermanas dirá sobre
este tema:
El
comisario mató un indio porque le había robado algunas ovejas, pero el director
fue a Punta Arenas a hablar con monseñor para sacar a esos civilizados de entre
los indios que en realidad son casi mejores que los civilizados.
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