Ante el Juzgado de Paz de San Sebastián
con sede en Río Grande, ejercido por el maestro Telmo Suárez, se presenta la
señora Sara Palma, chilena, soltera, mayor de edad, domiciliada en esta
localidad, y declara que el día jueves por la noche de la semana próxima pasada
se le presentó un señor que dice llamarse Padilla, ser estanciero y muy rico, y
después de hacer algunos gastos en la casa prostíbulo local y tomar y quedarse
a dormir con la presentada, le entrega un cheque de trescientos pesos moneda
nacional chilena, y al hacerle ésta el cambio por equivocación le da el vuelto
perdiendo en el acto.
La
denuncia sigue de la siguiente manera.
Al día siguiente la exponente
le devuelve el cheque pidiendo quiera devolverle el dinero que le había dado de
vuelto. Y también pide devolvérselo. Que en total el señor Padilla le adeuda $88
moneda nacional de curso legal por gastos y 30 pesos moneda nacional por la
noche que ha dormido con la presentada, que es cuanto reclama con el señor
Padilla y para constancia por no saber firmar estampa el pulgar de la mano
derecha.
La
diligencia cierra con la presencia del inculpado.
Presente el demandante señor
Ricardo Cantillán Padilla y enterado de la demanda presentada por doña Sara
Palma a preguntar hechos contestó que jamás fue deudor de la demanda, que se le
ha interpuesto en su contra, que se ha servir de la mujer Sara Palma como
pupila del prostíbulo local y que ha pagado en el acto su importe, que jamás
tuvo operaciones de cambio ni de ningún asunto con semejante mujer, que le es
una sorpresa la demanda y que es todo cuanto tiene que arreglar al respecto y
para constancia firma por ante mí.
Y
van las firmas Ricardo Catelillán Padilla, y Telmo Suárez, Juez de Paz Telmo
era a la vez Jefe de Tierras y Maestro director de la primer escuela de la
localidad.
La
prostitución era entonces una actividad lícita en todo el país, y se encontraba
reglamentada. El expediente que deja las cosas como estaba ayuda a entender
algunos aspectos de este desempeño en aquel Río Grande:
1.-Que
aparentemente existía un solo prostíbulo en la localidad.
2.-Que
se operaba en las transacciones comerciales tanto con moneda del país, como
extranjera. Permitiéndose el uso de cheque.
3.-Que
la preeminencia de los chilenos queda dibujada con la identidad de los dos
actores, ambos chilenos.
4.-Que
el nivel de instrucción de la pupila era ínfimo, no sabía firmar, y también
parece que no manejaba la matemática rudimentariamente.
5.-Que
el servicio brindado por la mujer ascendería a la 30 pesos.
6.-Que
en estos conflictos palabra a palabra no había definición, no se aportaban
testigos, y finalmente.., Padilla no sería bien recibido en esa casa que
alumbraba las diversiones masculinas del Río Grande de 1927.
Es
de señalarse que por entonces no existía autoridad municipal, puesto que la
Comisión de Fomento comenzaría a trabajar recién al año siguiente, y muchas
disposiciones eran vistas solamente a la luz del Código Rural.
1 comentario:
Hola Mingo!
Interesante artículo Mingo! Aporta datos de la época. Justamente, leyendo el artículo recordé algo vinculado que había leído hace unos días en el libro “Archipiélago (Tierra del Fuego)” de Ricardo Rojas. El libro fue escrito en 1934 - durante el confinamiento del autor en Ushuaia -, es decir en una época contemporánea a la fecha del texto del artículo (Julio de 1927). Allí nos dice Ricardo Rojas en el Capítulo “La fortuna inmóvil”:
“La gobernación se divide en cuatro departamentos: Ushuaia, San Sebastián, Bahía Thetis y la Isla de los Estados (...). Veamos lo que es San Sebastián, extenso departamento cuyo puerto es Río Grande.
Río Grande tiene Subprefectura, Receptoría, Correo, Telégrafo, Policía, Juzgado de Paz y Oficina de Tierras, servidos por 60 empleados; pero se halla prácticamente incomunicado de Buenos Aires, y también de Ushuaia, su capital inmediata. La vida social y económica de la región depende de Chile – por vía del Estrecho de Magallanes – hasta el extremo de que prevalece la moneda chilena, y los cheques de firmas chilenas circulan como moneda corriente. Hay allí una Compañía Frigorífica Argentina (chilena, con 2.400.000 pesos de capital) que faena anualmente hasta medio millón de lanares. En la época de la esquila vienen de Chile unos 500 peones y, concluida la faena, vuelven a su país”.
A continuación, y citando el año 1927 - en el cual sucedieron los hechos descriptos en el artículo -, Ricardo Rojas da cuenta de la afluencia de trabajadores chilenos al Río Grande de aquel entonces:
“Durante el año 1927 entraron 54 barcos en el puerto de Río Grande, que está sobre el Atlántico; de esos 54 barcos, sólo ocho eran argentinos, y todos los demás chilenos, con excepción de uno, de bandera inglesa. Examinado el movimiento de sus pasajeros, veo que entraron 583 y salieron 665, es decir que sólo hay una inmigración “golondrina” (la de los esquiladores chilenos) y que, además, el territorio se despuebla” (Rojas, Ricardo: “Archipiélago (Tierra del Fuego)”, Editorial Südpol, 1º edición, Ushuaia, 2012).
Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-
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