La figura del rumano llegó a la historiografía isleña por
intermedio de Armando Braun Menéndez, este incluyó una monografía en su Pequeña
Historia Fueguina, donde se lo lapidó identificándolo como “El dictador Fueguino”.
Tuvieron que pasar varias décadas para recibirse otro
enfoque, fue el de su connacional:
Boleslao Lewin, quien publicó ¿Quién fue el conquistador patagónico Julio
Popper? Reivindicándolo como un hombre industrioso, un seguidor de un ideario
argentino en una comarca donde la disputa con los intereses chilenos eran
evidentes.
Pasarían los años en que el Ingeniero de la cosecha del oro
sería desvalorizado partiendo de las culpas que pesaban sobre él, por la muerte
de nativos; y aunque no era explícito en cada análisis, era visible que un
judío no podía tener un rol preminente en la construcción de una mirada sobre
la avanzada del progreso en nuestro sur.
Armando Canclini buscaría voces a favor y voces en contra,
presentándolo como Quijote del Oro Fueguino.
Ya vendrían los años de posturas críticas sobre toda la
primera historia de la isla y Popper quedarías estigmatizado del lado de los
malos. Daniel Ares construiría desde las plumas argentinas una novela, en tanto
que desde el chileno aparecerá El corazón a Contraluz, de Patricio Manns.
Ya en la última década David Guevara, empresario minero
local, debutaría como historiador presentándolo a Popper como Alquimista de El
Páramo, en una obra en la que congrega todo lo que sobre él obra como
antecedente.
Pero estos comentarios no son más que una referencia previa
a la presentación escuela que vamos a hacer de Julio Popper, el último rey de
Tierra del Fuego, de los franceses Matz & Chemineau, cuyo libro ilustrado
desde la técnica de la historieta llegó a la isla de la mano de Alonso
Marchante, como un obsequio de Omar Hirsig, quien tuvo la gentileza de
facilitármelo.
“ Argentina, 1880.
Julio Popper era un hombre fuera de lo común. Pronto se ganaría admiradores y
amistades sólidas.., así como mucho odio e inquina”
De esta manera los editores tratan de introducir al lector
menos versado sobre esta biografía.
Popper –un espíritu
aventurero con afán explorador- recorrió el mundo entero. Hablaba todos los
idiomas y conocía multitud de oficios antes de decidir que Tierra del Fuego
sería su reino. O eso pretendía, al menos.
Podría haber sido un
personaje de novela, aunque fue un ser de carne y hueso, injustamente olvidado
por la historia.
Sobre estos escritos de Matz, haré una corrección
indispensable, entre él y Jemmy Button, se reparte la mayor popularidad de
todos los personajes que han dado identidad al ayer fueguino.
¡Ah! Olvidaba de decirles que Popper era judío..
¡Ah! Olvidaba de decirles que Popper era judío..
1 comentario:
Buena nota Mingo y es muy interesante lo de las historietas de nuestra historia expresadas conforma de dibujos como tan bien lo manifiestan en esta edicion..
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