Costu, costu, costuuuuumbres argentiiiiinas!

Costumbres argentinas: Feriado de fiesta cívica ¿quien va a la plaza? ¿O participa de los actos escolares de los hijos? Mmmm mejor miniturismo. Duelo nacional: ¿quién va al velorio? ¿quien envía una ofrenda floral pagando de su bolsillo y no a cuentas del empleo/sobre todo si es público? Mmmm con que coloquemos la bandera a media asta alcanza. Se declara de interés público una actividad. ¿Alguno de los declarantes participa del hecho?¿lo declaran de interés antes de que ocurra o después? Mmmm con una copia de la resolución alcanza. Se declara patrimonio público a un bien privado. ¿Qué presupuesto acompaña la resolución? Mmmm al menos alguien podrá currar evitando pagar sus tributos. ¡COSTUMBRES ARGENTINAS!

Hubo tiempos más difíciles de los que nos tocan vivir.

Como lo demuestra este aviso comercial publicado en CARAS Y CARETAS -a toda página- en el número 990, de 22 de setiembre de 1917.

El legado de la tía Ana.

En un reciente viaje de mis primos Verónica y Eduardo Angelosanti a la ciudad
Punta Arenas, se registró un retorno cargado de emociones para mí. Es que portaban la Agenda en la lual durante más de 25 años la menor de mis tías por línea materna iba anotando las novedades de la familia.
Nacimientos, casamientos, defunciones, encontraban su lugar en este diario al que ella repasaba con frecuencia como para mantener viva en su memoria el recuerdo de los que ya no estaban, los que vivían lejos, y los que se encontraban a mano de su saludo.
Mi prima Nedi había anunciado a sus hijos juicios - hace un par de Hermandades- que ese libro debía esta en mi poder; al menos por un tiempo, puesto que yo sabría interpretarlo y cuidarlo. Pero Titín y Juan salieron con prisa de corredores y se demoró la entrega.
Ahora está en mi mesita de luz, dispuesto a ser desentrañado antes de conciliar cada noche el sueño.

La tía Ana, y el tío Volé, fueron un sacrificado matrimonio que trabajó -en medio de sus privaciones- para que sus hijos: Nedielka e Ivo tuvieran una buena educación; ella se recibió de docente los trágicos días del terremoto de 1960 cuando por un momento nada se supo de ella que estudiaba en el Normal de Ancud, él es Ingeniero en Petróleo y sus hijos también son ingenieros en distintas áreas.
Anita me decía, y recordaba a mis padres, como fue mayor la inversión la de las hermana con menos recursos para que sus hijos fueran a la Universidad, y entonces me acariciaba la barba.
Pero más allá de las recordaciones de cada página la agenda tenía disponible muchas páginas, y en ellas encontré recetas de famlia, cuadros interpretativos de las relaciones de personajes de telenovelas que solía ver, y también sus secretos puntos de tejido: la tía hacía al crochet prolijos manteles, abrigadas mañanitas y elegantes guantes "el guante de la nona", dice la anotación: y también en unos párrafos están las indicaciones de lo que llama "el punto Viamonte", seguramente un aprendizaje de labores obtenido en aquellos días en que -recien casada- tuvo por destino la estancia fundada por Lucas Bridges.

Nuestro agradecimiento!


El IPRA -Instituto Provincial de Regulación de Apuestas- ha tenido la gentileza de distinguirnos y obsequiarnos con una plaqueta.

Es la que dice:

A Óscar Domingo Gutiérrez. El IPRA en reconocimiento a su trayectoria en la tarea de revalorización de la Historia Fueguina.

¡Gracias muchachos, yo también me juego!

Otras miradas

Mi amigo Condorito Andrade, siguiendo viejas consignas, me trae diarios de los lugares que visita, y en este caso fue por la región cordillerana de Chubut y Río Negro. Disfruto de la lectura de diarios extraños, más allá de las consultas que hoy nos permiten las ediciones digitales en el papel siempre existe la posibilidad de ejercer otras miradas, como en este caso que un chiste nos demuestra la simpleza del humor que en algunos casos refleja dramas, como el vivido en ciertos sectores de nuestra Tierra del Fuego. Además nos lleva a descubrir como ha ido desapareciendo el humor gráfico de la prensa local.

En otros casos lo que descubrimos en un aviso comercial, y en el con su perfil definido como folklorista, nuestro amigo José -el Chango Mac Donald que en Bariloche tiene el epicentro de una actividad constante en lo musical e interpretativo.

Aunque ya en la letra menuda aparece esta otra referencia, a una muerte. Y me pregunto si esta Nelida Ciarreta no es otra de la que fue mi profesora de música en el secundario, mujer cordial, que sabía escuchar a los inquietos adolecentes de esos días, y que aglutinaba a sus colegas para que escaparan a sus rutinas de planificaciones y correcciones; así formón un equipo de voley que llamaron las Libélulas, ocurrente nombre si recordamos el tamaño de Nélida.
Sea ella, muerta distante, o no lo sea, la lectura me permitió recordarla, y valorarla.

Y finalmente esta así -ustedes lo pueden enderezar- una referencia a Los piripulos- aquel grupo de teatros y acrobacias que durante tantos años nos visitara, y que se constituyó con alumnos de la priemera hora del Polivalente de Arte-; claro, en la crónica periodística del diario El Chubut anuncian un pasado mendocino, que tal vez le de mayor cartel que una cuna fueguina.

Con este popurrí periodístico mi agracimiento a Condorito, que ayer por la tarde pasó por casa y que me entregó material de lectura que terminó por desvelarme, e inspiró esta entrega.

La vigencia de la fiambrera.

En un lugar en sombras, protegiendo a su contenido de la acción de las moscas, situada a cierta altura para que los perros no puedan romper la trama que la rodea, la fiambrera ocupaba un lugar junto a las casas del viejo Río Grande.

Estando en el puesto 19 de Estancia Sara, Elda Inés Sarabia construyó que una fue funcional a sus necesidades, como lo era para los antiguos pobladores.

Los detalles del plano muestran su construcción, en tanto que en la aproximación superior se puede ver como contine un cordero, un borrego... me parece.

El amigo se recordó de lo que yo me había olvidado.


Roberto Chenú (foto) ha abierto un espacio en Internet dedicado a la literatura fueguina. Y hay un tópico que forma parte de dos tomos, si se quiere y lo admite el formato de la web, son los denominados "Fueguinos en conflicto", donde encara diversos e interesantes testimonios de lo vivido en 1978 y 1982 desde nuestro Río Grande.

Es cuestión de llegar a ellos por https://sites.google.com/site/obrasderobertochenu/fueguinos-en-conflicto.

Pero en razón de las alusiones personales descubro con alegría que sirvió a sus propósitos un escrito que publicara periodísticamente hace algún tiempo: era Río Grande en Sepia . TV Fuego Revista – Noviembre 1998 – P.32 -33; donde ejercía mi mirada sobre aquel fin del año 1978.

Leamos lo que decía entonces.


Hasta ayer la guerra con Chile era un peligro inminente, hoy es una posibilidad que la diplomacia vaticana deberá eludir con su experiencia milenaria.
Lo cierto es que este año (1978) termina, con su TVcolor y su mundial victorioso desencadenó en los últimos meses en una realidad alarmante en torno a la soberanía de tres islas: Picton, Nueva y Lenox; y en un despliegue inusual de efectivos en el área fueguina.
Lloviznaba en Río Grande cuando llegó la noticia que colocaba al Cardenal Samoré en la mediación del conflicto austral. En muchos hogares se comenzó de inmediato a descolgar todos los elementos que contribuían al oscurecimiento domiciliario, prevenciones por un bombardeo nocturno, en otros donde crecía la beligerancia se maldijo la sumisión a una voluntad eclesiástica, cundieron las llamadas telefónicas y lentamente la guerra fue una maldición distante.
El año termina sin Massera y sin guerra. Especulándose si con él en la junta la cosa hubiese o no habría sido así.

Entre los militares la noticia circuló por diversos canales. Un centinela disparó una ráfaga de júbilo cuando supo la noticia por un
transeúnte. Custodiaba los accesos a un hospital de campaña, levantado en forma de carpa sostenida por aire caliente en el patio
de la Escuela Territorial Nro. 2, en pleno centro de la población.

La nochebuena para él había llegado un día antes.

Las escuelas habían sido controladas por los efectivos militares que en creciente número vistieron de verde la cotidianidad del pueblo. Hasta el colegio María Auxiliadora debió ceder sus dependencias para albergar a parte de la oficialidad aquí destinada.

En este año en que las escuelas nacionales pasaron a depender del Territorio se dispuso anticipadamente el cese de las actividades escolares, al momento en que a través de las instituciones el norte fueguino se ponía en pe de guerra.

Un creciente número de habitantes de corta residencia en la Isla prefirió abandonar su lugar de residencia.

Los aviones comenzaron a salir llenos y volver vacíos de gente. Las viviendas desocupadas tenían “manu militari” un destino estratégico. Los sectores chilenos de la población veían crecer el despojo entre aquellos que indocumentados debían volver a su país, sin importa lo aquerenciado en materia de casa, trabajo y relaciones.
Los argentinos naturalizados de origen chileno fueron limitados en sus desplazamientos. Si estaban en empleos del estado, y en algunas empresas se generaron traslados fuera del área del conflicto para evitar un factor de peligrosidad con quienes no se tenía plena confianza de sus “sentimientos nacionales”.

En el sector norte de la Isla, el de la actividad petrolera, YPF debió desplazar a sus trabajadores “chilenos” hacia el campamento central, siendo reemplazados “en boca de pozo”, hasta por cuadros administrativos.
El Gran Premio de la Hermandad Argentino Chilena se corrió en medio de los tanques, por una pura porfía de los organizadores. En la emisión radial se prohibió el término Hermandad, hasta en la definición de la competencia, y el calificativo Argentino Chileno. Algunos opinaban que finalmente las autoridades militares de ambos países consintieron abrir la frontera para la competencia, estimando incrementar área enemiga

Mujeres y niños dispusieron a su momento de aviones navales para emigrar a sus lugares de origen.

Ya no estarían aquí para el momento en que comenzaran a caer las bombas. Muchos no tan desesperados apuraron las ya de por sí prolongadas vacaciones, en tanto que otros se excusaron por las cuestiones bélicas de cumplir con sus obligaciones laborales.
Algunos fueguinos nacieron lejos, igual que en otros tiempos, a consecuencia de la
inseguridad de tener a la hora de requerirlos los servicios médicos apropiados.
El personal médico, más allá de su especialidad, debía estar primero al servicio de la urgencia del combate.
Paz se canta de otro modo, cuando las tiendas casi no han mostrado juguetes en sus escaparates.

En el año de los tres Papas muchas familias dispersas realizan su evaluación sobre lo vivido.

Y tal vez la maraña de intereses y pasiones no permiten apreciar en el momento el valor de todo lo ocurrido de todo lo esperado.

El personal médico, más allá de su especialidad, debía estar primero al servicio de la urgencia del combate.

LOS ANTIGUOS POBLADORES Y SU RELACION CON EL MEDIO NATURAL: El capítulo de la papa.


En la conferencia que dictáramos para la Asociación San Vicente de Paul, de la cual dimos a conocer por este medio capítulos inciales, y fue regalo de Navidad por el diario El Sureño, hicimos una referencia a la papa.
La situación retomó en nosotros al escribir días atrás nuetra relación sentida sobre la persurata; con ello actualizamos nuestra mirada.

Un día sin papas era en mi infancia como un día sin respirar. Papas cocidas/hervidas, al horno, fritas, en puré, en puré con otras verduras, pastel de papa, papas rellenas, bombas de papa –más ricas que las empanadas-, milcaos, papas ralladas, con “cuero”, persuratas y hasta como decía la canción “con un poco, poco, poco de tomate”.
En casa mi padre tenía una suerte de sillón, armado con un asiento de auto, y abajo un cajón donde se preservaba a las papas de la helada. Era como si mi padre empollara este tubérculo. Pero su siembra siempre era un tanto mezquina. Viniera del brote o la semillas las melgas estallaban con la planta y sus flores, pero en algunos casos la producción se perdía por razones diversas. Y es aquí donde aparecía “la maldición de la papa”.
Se hablaba de mucha gente que había querido hacerse rica produciendo papas en cantidad, pero en medio de la experiencia la naturaleza se ponía en contra y se perdía lo que se había invertido. Aquí mismo, en Tierra del Fuego cada tanto se hace referencia a una experiencia rural que cuando se pensó en darle una producción en gran escala se frustró abruptamente. La maldición de la papa pasaría por esto, si la siembras tu esfuerzo será devuelto con creces y calmará tu hambre, pero si piensas en producirla para lucrar con la necesidad ajena se volverá en tu contra. Ahí estaba, para mérito de los pobres, la bendita papa.

LRA 14 - 1973: “Se carece casi por completo de discos con grabaciones de música joven...”


Nuestro capítulo inicial, de este mes de febrero, está vinculado a los días radiales de 1973 nos permite recordar que sobre aquella dotación primera se incorporarían en LRA 24 –en el último trimestre dos nuevas voces: Una por contrato: Francisco Rubén Agnes. Otras por comisión, traslado temporario desde otra filial: David Antonio González.

El mundo seguiría andando, y la familia radial crecía: Cecilia Beatriz Valdez toma licencia por maternidad, la reemplaza Josefina Barbera, que hará el trabajo de ambas “para no interferir el normal desarrollo de la emisora”.
Silvia Fatori es derivada por problemas médicos a Buenos Aires, una voz menos.
Para el cinco de septiembre la radio sigue sin máquinas de escribir. El personal lleva las propias y la dirección reclama seis para un mejor funcionamiento de la filial.
“Se carece casi por completo de discos con grabaciones de música joven, en especial de autores e intérpretes argentinos. Tampoco posee discos de música clásica por lo que esta emisora se ve en la necesidad de no implantar ese tipo de programas”.
La escases de material discográfico, no más de mil, impedía sostener una programación bimestral, “sin efectuar continuos cambios y alteraciones en la misma”.
La radio no cuenta con un grabador portable para entrevistas, ni había auriculares en los estudios.
Se requieren 20 atriles para locución, elemento que ahora ya no se usa en la generalidad de las radios; y se piden chicharras para comunicar al locutor con el operador.
Para entonces la transmisión comenzaba cada día a la hora 6.57, con una Marcha Militar Argentina, dándose a la hora 7 la apertura de la transmisión y la lectura del programa diario:

Hora 07.05 se irradiaba un tema musical sureño.
07.10 Efemérides argentina.
07.15. Por los caminos de la patria.
08.00 Santoral del día.
08.05 La actividad diaria.
08.30 El tango y sus intérpretes.
09.00 Boletín informativo (en cadena)
09.05 Boletín oficial de LRA (en cadena)
09.10 Variedades en música y palabras, programa que continuaba hasta el mediodía y que incluía a las
09.30 Cuide su salud (Radio Neederland)
10.15 Mensajes para la comunidad.
11.00 Fondo Nacional de las Artes.
11.30 Por sobre los tejados.

Al mediodía Todo es folklore, con la conducción de dos operadores Juan Humberto Juárez y Luján Muñiz, completaban la programación mañanera.
Ilustramos con tapa y contratapa de uno de esos días que otras filiales nos enviaban a prestamo, nada a la moda.. por cierto.