TRIPTICA NACIONAL.LENGUA.17. La narración oral.

 Susana Lino, es Profesora Titular de la Cátedra Libre de Narración Oral de la Universidad Nacional de La Plata, que en diálogo con la revista Question describió acerca de la oralidad y la escucha como ejes centrales de la subjetividad humana.

Susana Lino es Fonoaudióloga, docente e investigadora y desde el 2002 se desempeña como Profesora Titular de la Cátedra Libre de Narración Oral de la Facultad de Periodismo y Ciencias Sociales de la universidad platense; además es capacitadora de CONABIP para la Promoción de la Lectura a partir de la Narración Oral, y ha cursado la Especialización en "Prácticas, Medios y Ámbitos Educativo-comunicacionales" en la FPyCS-UNLP.
Actualmente, dirige el Proyecto de Extensión acreditado por la SEU-UNLP "Malvinas: hablemos de los silencios" elaborado por la Cátedra Libre de Narración Oral en co-organización con el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y el CECIM de La Plata.
Ella apuntó sobre este aspecto de la comunicación: la narración oral.

 Puedo expresar lo que entendemos por narración oral en el contexto de la Cátedra Libre de Narración Oral de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (FPyCS, UNLP), que es una perspectiva diferente de la narración oral en relación a como ésta es comprendida y trabajada en otros espacios.

La narración oral escénica en el ámbito artístico tiene una importante cantidad de cultores, de grupos de narradores y especialistas que forman narradores.

Nuestro enfoque de la narración oral incluye lo expresivo, lo artístico, invitando desde la extensión universitaria y de modo abierto a la comunidad, a narradores profesionales de larga trayectoria a realizar presentaciones ante público para narrar cuentos ficcionales literarios o de tradición oral, pero también se realizan actividades de otro carácter, que implican el conectar la narración oral con hechos reales, con hechos de la historia. Así en nuestro ámbito, la narración oral tomó también la forma de narración testimonial, brindada por aquellas personas que habían sido protagonistas de determinados hechos que participaban en nuestras actividades, brindando sus relatos testimoniales, para nutrir el conocimiento que se puede formar desde un plano académico.

¿Desde qué perspectiva conciben a la narración testimonial?
La oralidad es el eje de esta Cátedra Libre, por eso hay un enfoque interdisciplinario, porque al lenguaje oral no podemos enfocarlo desde un solo ángulo. Yo soy fonoaudióloga pero la narración oral no está enfocada sólo desde lo fonoaudiológico, sino desde múltiples perspectivas, entre ellas la oralidad se cruza con la historia, con los estudios historiográficos que han ido variando a partir de la década del ‘60 hasta la actualidad; con los estudios culturales desde donde emerge la historia oral; con una cantidad enorme de disciplinas, como la lingüística que aborda la subjetividad en la enunciación con Kerbrat Orecchionni; con la subjetividad de la recepción, desarrollada por Umberto Eco; con el poder de la palabra, según la mirada de Foucault, que se vincula con la marca o la huella que deja en el cuerpo la oralidad; con la pedagogía crítica que toma este valor de la palabra como construcción historizada, desde el universo vocabular de la teoría de Paulo Freire, o con todo lo vinculado a la narración de las historias de vida, consideradas en la teoría pedagógica de Giroux y McLaren; y con la psicología cognitiva de la teoría de Jerome Bruner, que concibe a la narración como un acto de creación del ‘yo’. Todas ellas han ubicado al sujeto social como centro del accionar educativo, y junto al sujeto, la oralidad como condición inmanente a su humanidad.

No podemos dejar de lado que la oralidad enfocada desde todos estos ángulos, nos traslada a la construcción de conocimiento desde una fuente oral poco reconocida aún como disciplina por la Academia, con un gran desarrollo de los historiadores que se dedican a la historia oral, desde hace más de dos décadas en nuestro país, y que nosotros en esta facultad y desde el punto de vista de esta Cátedra Libre, uniendo la oralidad con la historia, y articulando la oralidad con el desarrollo de la subjetividad, en ese sentido, estamos vinculando la tarea a aquello que es la construcción identitaria y la construcción de memoria, entonces nos encontramos en este enfoque de la narración oral que hacemos desde este ámbito con la construcción de memoria individual en relación con esa identidad y con esa subjetividad pero también con la construcción de la memoria colectiva, porque un solo relato o testimonio siempre contiene parte del relato colectivo, de la memoria macro; siempre van a haber puntos de vista diferentes respondiendo a esas diferencias subjetivas, pero van a haber puntos comunes que nos van a dar ese macrorrelato social, que es lo que como fuente oral, junto a los libros y materiales audiovisuales, construyen la base nutriente del desarrollo del conocimiento.


Doña Ernestina García de García Borges. La primera mujer educadora de Río Grande.2

En la publicación del cincuentenario de la primer escuela fiscal de Río Grande se da cuenta de una nueva referencia a aquella maestra sobre la cual publicamos la entrevista de Van Aken, contenida en el primer número de La Ciudad Nueva.
Leamos lo que se dice:

Se desempeñó como Directora, cuando la Escuela Nro 2 “Dr. Benjamín Zorrilla” era aun pequeña y precaria.
Su recuerdo ha permanecido indeleble en las mentes de todos sus exalumnos, y también de sus vecinos.
Su rectitud señera, su afanoso impulso docente, sus maneras suaves y seguras, su juicio certero, su actitud concialiadora, le granjearon con prontitud el efecto imperecedero de esta comunidad.
Transcribimos a continuación su carta (respondiendo a nuestra invitación para acompañernos en los festejos del Cincuentenario) como muestra de que el paso de los años tampoco ha atenuado en ella el cariño por Río Grande y su Escuela.

Buenos Aires, julio 29/76.
Señora Vilma F. de Varas
Mi estimada señora:
Contestando su hermosa carta, que realmente me emocionó, agradezco el honor que me dispensa al tenerme presente para la fiesta delo 50 aniversario de nuestra querida escuela. Quisiera poder aceptar tan emotiva invitación que me halaga y enorgullece; pero mi salud lamentablemente no me permite hacer este viaje que me haría revivir tiempos muy felices y donde dejé tantos amigos y queridos alumnos que nunca olvidaré. Por su amable intermedio le ruego  presente mi cariñoso recuerdo; pienso que algunos estarán allá.
Sería una emoción muy grande estar presente en esa Escuela tan querida.
Señora Vilma: Para el personal de esa Escuela un saludo muy especial para usted querida señora, un fuerte abrazo de quien se honra en su amistad.
Hasta siempre, mi nueva y querida amiga.
Enriqueta G.de García Borques.
Ex Directora.

Quienes leyeron la entrega primera deben preguntarse: es Borges o Borques?







Treking cultural


A invitación del profesor Claudio Nicala dimos largada el sábado 24 a la hora 11 al Treking Cultural. La propuesta fue conducir con una referencia histórica el andar de estudiantes terciarios rumbo al espacio de observación de aves donde debía esperarlos el Profesor Eduardo Amaya.


Un bien tiempo nos llevó hablar de la escuela 2, hoy intendencia.


Y también el rol de Francisco Bilbao en la vida de esos tíempos. Aquí la casa alta que fue hotel, Centro de Higiene Materna Infantil, antes de ella las dependencias que usara la Comisión de Fomento.


Canito Andrade hizo una mirada desde arriba.



La casa principal de los Bilbao, esa que por motivos comerciales se perpetuó como La vieja casona. Y frente a la casa del Juez Varas, donde tantos años vivió José Finocchio, al torre de la estación de radio.


Estación que establecía comunicaciones inalámbricas con Ushuaia y la costa patagónica. En esta imágen la comisaría de entonces, donde hoy está el Comité de la UCR.


Una visión final de la calle Elcano nos muestra la casa de los Romero, cuñados de los Finocchio en lo que hoy es La Posada de los Sauces. Y luego las viviendas de Juan Ferrando, el hombre al que lo ganó el amor.

Muchas conversaciones se fueron hilvanando, y lo que parecía que iba a ser una charla de quince minutos se prolongó más de una hora.

Tal vez insistamos con la propuesta, esta que se asemeja a aquella que llamamos en su momento CAMINANDO CON LA HISTORIA.

Recortes. El juez prefería a los travestis.

Pinky es un travesti que ofrece sus encantos en los alrededores de la ciudad de Neuquén, especialmente entre los camioneros, agobiados por las largas travesías de la Patagonia, donde no hay mucho que elegir en cuestión de sexo.

Cuando a principios de abril fue detenido por la policía neuquina con una “raviol” de cocaína, Pinky declaró ante la jueza federal Margarita de Arguelles que su proveedor era “un juez pelado y bajito, propietario de un Mercedes Bens”, automóvil en el que había sido levantado en la Ruta 22 para luego trasladarse hacia la casa del magistrado, en Zapala.

Con tantos detalles y en un pueblo chico, la jueza Arguelles no tuvo mayores dificultades en identificar al amigo de Pinky y con presteza ordenó el allanamiento del domicio del fiscal federal Adolfo Sonnenberg de Zapala, pelado, bajito y dueño de un Mercedes Bens y cuya vivienda fue identificada por el travesti como el lugr donde recibió el raviol de cocaína durante una íntima velada.

Sonnenberg er casa, con un hijo de tres años, pero aquella noche que levantó a Pinky en la Ruta 22, su familia se encontraba en Buenos Aires. Los antecedentes del caso fueron enviados al procurador general de la Nación, Aldo Montesano Rebón, de quien dependía el fiscal de Zapala como funcionario de la justicia federal. Pero no hubo tiempo para el sumario Sonnenberg falleció a mediados de abril en la Capital Federal, a  causa de una supuesta complicación pulmonar.

EL PORTEÑO Nro 125. Mayo de 1992. The posta post.


El doctor Sonnenberg tuvo un desempeño en el Juzgado de Paz Letrado de Río Grande, y en 1985 mandó a secuestrar un programa que se estaba difundiendo por LU 88 TV Canal 13. La grabación era de un espacio Mundo Nuestro  conducido por Magdalena Ruíz Guiñazú que ya se había visto en Buenos Aires, y otros muchos lugares del país; se tema “El oficio más antiguo: la prostitución”, al que el letrado consideraba atentatorio del pudor… 

Ha muerto Emilia Bonifetti

Ya se que en estos últimos años viniste a descubrir que no te llamabas así, como te conocimos la mayor parte de tu vida, y pasaste a ser Franca Susic, como se conocía a tu madre.

Ya se que tu herencia más importante fue la consolidación del CAP, Centro de Antiguos Pobladores, sobre tantos pasos en falso, y lo hiciste nacer un 15 de mayo, como tu mamá.

Ya se que dejaste muchas cosas por hacer, y que tus caminos fueron varios: el comercio, la política, la acción comunitaria, la familia.

Lo que queda en este adiós es tu entereza. 

Qué no era poca..

Pregúntenle a los que saben de este lugar quien fue la Emila, y mientras tanto documentemos los recuerdos con esta entrevista que te hiciera en su momento Patricia Croci, donde hablaban de lo que ayudaste a nacer, a nuestro hospital..


***


La primera sala de Primeros Auxilios que hubo por estos pagos estaba en la casa de Don Francisco Bilbao, en la playa, en el lugar donde ahora así Elcano y pasaje Jorge Newbery casi esquina Rosales. Era una manzana grande, de tres cuadras, y allí había una casa donde él había tenido un despacho cuando recién esto se estaba poblano, y eso se facilitó para una sala de Primeros Auxilios y estaba un tal Dr. Serpa de médico.

Eso fue previo al Hospital y de allí pasó al batallón del BIM 5 y luego se inició el Hospital propiamente dicho.

El edificio del Hospital se tiró tres veces al piso.

Veinte años se demoró su construcción. Cada gobierno que venía no le gustaba, se hacía otro proyecto, subía otro gobierno, no le satisfacía, vuelta abajo; total la plata era nuestra. Se inauguró en la época de Frondizi, en la que yo era funcionaria, y por razones políticas había que aprovechar a hacer “bambolla”, para variar, como ocurre siempre: “Vamos a inaugurar el Hospital”, como aquí no había medios de comunicación salió en diarios de Buenos Aires. Va a venir el Ministro de Salud Pública: Dr. Noblía a la inauguración, y el Gobernador del Territorio era el Capitán Campos, él fue el responsable de que se inaugurara el hospital. Se inauguró lo que hoy es la Dirección y todo ese pasillo largo. Allí se hicieron al medio, de un lado mujeres, del otro lado hombres, y en la misma entrada estaba la sala de atención de los médicos. Así comenzó el Hospital.

Entonces hagamos ruido, vino el Ministro, yo no asistí a esa inauguración, a pesar de que pertenecía a Salud Pública por que no me presté a eso y así empezó. Luego se terminó el edificio con el Gobierno de Frondizi, quedó como hasta hace ocho años, eran salas de hombres, de mujeres, con entrada por Ameghino, si mal no recuerdo.

A cargo de la construcción estaba el Maestro Mayor de Obras, el Sr,. Campanella, que falleció al caer el Lear con el gobernador Trejo; y yo era presidente de la Cooperadora del Hospital, de la miseria del Hospital, y me dijo: “Sra. Bonifetti si me consigue 15 kg de cera en pasta yo le entrego esta tarde el piso lustrado, era iso de cemento, con la gente del Hospital”. Entonces, a salir a campear la cera. Agarré mi “catramina” y salí boliche por boliche y les decía: “¿Si Ustedes concurren al Hospital, se les cobra? ¡No! Se está por habilitar, no hay un solo peso y el MMO nos dice que nos entrega el Hospital lustrado pero es un enorme gasto para nosotros.” Si no tenían lata de cera me daban un peso con cincuenta y así juntamos en un recorrido, en una mañana 30 kg. de cera. Le dí 15 Kg. Y necesitábamos una lustradora además. La fui a pedir a Municipalidad, no tenía, a INTA, no tenía, al Banco de la Nación, no tenía, estaba de gerente Mones Ruiz y me dijo:¿para qué es?.Es para el Hospital, para que nos entreguen el piso lustrado. “Tomá la mía”. Me la dio su lustradora, le entregué todo a Campanella y a la tarde nos entregó el Hospital lustrado.

El Hospital lustrado pero con un vacío imposible de llenar, porque

...nos dieron la infraestructura pero absolutamente nada más.

¡Nada! Todo lo que había era chatarra rota, entonces a buscar colaboración: Me fui a la Tenessee y reparó todo lo que fuera hierro: camas, vitrinas, catres, mesa de cirugía, mesa de partos. Todo lo que fuera hierro lo reparó Tenessee, como contribución voluntaria. Después me fui a lo de René Díaz, le dije: “René hay que colaborar para el Hospital”.”¿Qué necesitas? “Necesito mano de obra de pintura”.”Me vas a traer la pintura? Si. Me fui a lo de Zapico (Tanarro entonces). Mire, nos entregaron el Hospital vacío, estamos empeñados en hacerlo.. Que necesitaba pintura.¿cuánto? Tantos litros. Tome la pintura.  Así llegaron camas, muebles, todo cero kilómetro. Colchones, a los ganaderos; algunos entregaron la lana, otros tela y lana; el colchonero Romano (el padre de Chito y todos los Romano) hizo casi gratis los colchones. Se hizo después sábanas, fundas, cortinas, cubiertos platos. No dejé de pedir a nadie: Waldron, que era importadora y exportadora regaló los cubiertos. Después la máquina de escribir. En esos tiempos había muchos prostíbulos y las madámas se atendían gratis: los jueves nos se atendía a nadie excepto a las personas de los prostíbulos. Entonces me fui a la casa de “La Olga” y les dije: Ustedes se atienden acá gratis y necesitamos su colaboración. ¡Y qué necesitaba Sra Emilia?  Mire, necesitábamos una máquina de escribir, tipo oficina, claro. Al día siguiente llegó la máquina más grande que había en La Anónima.

¡Gente generosa!

Después estaba La Coca que regenteaba sus casas de Mar del Plata al sur, y yo a ella no me atrevía a pedirle. A otras señoras yo las conocía de cuando éramos cuatro personas aquí y todos se conocían pero, a “La Coca” no, y como yo en ese interín había postulado a candidato a Intendente por Río Grande.. (Entrevistadora:¿Con cuántos años Emilia.) 34 años tenía –eso fue en el 63- fue la primera elección en Río Grande. Yo perdí por 41 votos y ganó el caballo del comisario. Bueno, la señora Coca decía que no me iba a votar a mi por que yo iba a cerrar los prostíbulos. O sea que ya sabía que la tenía de  eemiga.¡Mentiras!¿Quién soy yo?¿Que autoridad tenía la Municipalidad para cerrar los prostíbulos? Esas eran leyes a nivel nacional. Cuando llega, yo a esa mujer no me había arrimado porque sabia que ella a mí me tenía recelo. ¡Pero Dios hace las cosas! Un día yo venía de Buenos Aires, baja el avión en Gallegos, sube ella. No me voy a arrimar en el avión, pero antes de llegar al hall de Aerolíneas yo le voy a hablar. En ese interín de bajar del avión y llegar al salón, había un viento que volábamos, me acerqué y le dije: Quisiera hablar unas palabras con Ud., estamos haciendo esto por el hospital y como Uds. se atienden gratis..¿Bueno, que necesita? Quiero un lavarropas, tipo petit hotel, supuestamente, porque familiar sería insuficiente. Bueno le voy a mandar un lavarropas que tenía para el cabaret de Gallegos, pero como no lo abro iba a devolver a Mar del Plata, entonces se lo voy a mandar a Ustedes. Mándelo a nombre de la Cooperadora o a nombre del Director del Hospital, el Dr. Pacheco. No, se lo voy a mandar a su nombre. Bueno, haga como quiera. La cosa es que vino el lavarropas.

A mi cuñado que era concejal, le dije: Ud. también a colaborar.¿Qué es lo que necesitan? Una máquina de coser. Fue la máquina de coser, él con Soneyra –“El Coronel Cañones”- le decían por su porte, recio, fuerte.

Y yo, todos decían:

Emilia todo pecha, pero no aporta nada.

Yo decía: Bueno, pechar era un trabajo que llevaba tiempo y me eran necesarias las relaciones, sino no lo hubiera logrado. Pero yo dije: “Voy a donar la Nursery”. Doné seis camitas que las hice hacer a un carpintero, los seis colchones, los seis juegos de sábanas rosas y celestes (esos los hice con mis propias manos) las dos mudas y las cortinitas de la habitación. ¡Ah! Y las colchitas que quedaron amorosas. Esa sala fue toda hecha por mí. Sin nombre, en esa época no se ponían nombres.

Se donaron platos, cubiertos, vasos, ollas se arreglaron muchas, televisor... Sí cuándo salió la televisión, en el 66, creo. Salió así: había que juntar dinero por que la asistencia era gratuita, no se cobraba absolutamente nada y la medicación era gratis. Era Hospital Público. No existía obra social, nada. La cooperadora era muy fuerte y cuando necesitábamos algo, por ejemplo para la fiesta de fin de año, siembre había sorteos de 12 o 13 premios, todos mangados. (Entrevistadora: ¿o sea que la Cooperadora juntaba fondos organizando actos?) Si, festejos, rifas, bailes. La vez que fue el televisor, quedó sin rifar. Quedó para la Cooperadora, y el día de reyes aparecieron los reyes magos y a la noche le llevaron el televisor a la sala donde estaban los viejos. Pero, empezaron las grescas porque los hombres y las mujeres querían ver juntos, entonces a tal hora los hombres, a tal las mujeres. ¡Se vivían peleando! Entonces le escribí una carta al Intendente Allen donde le pedimos su colaboración a efectos de que pueda tener cada sala su televisor y no sea compartido. Entonces vino el otro televisor. O sea que con la colaboración de toda la comunidad se completó todo.

¿Quiénes formaron la Cooperadora?

Estaba Luis Saldivia (Lucho) un chico de Punta Arenas que era tesorero, estaba el Cónsul de Chile como Vicepresidente.¡Yo estaba muy piola! Aquí la colectividad chilena era fuertísima, estaba ocupado el Hospital en un 80% internados chilenos, así que convoqué al Cónsul: Vení, vamos a laborar juntos, Aceptó y fue un colaborador diez puntos. Él se desvivió por atender los problemas de su gente. Además estuvo como 8 años, antes estaban más tiempo. Cuando yo no estaba, él me suplía perfectamente. Lo único que él no hacía era recaudar fondos. Cuando volvía las monjas me decían: ¿Sabe Sra. Emilia cuánto debemos de remedios a la farmacia de San Juan?  $ 45.000.  Y bueno, vamos a hacer una kermesse. Y se salía a pata, a pata casa por casa. Se jugaban juegos simples: las argollitas, tirar las latas etc. etc. mil juegos. ¿Y que le voy a dar señora? Desde un pancito de jabón, cualquier cosa, juntábamos, juntábamos. ¡Bebidas! Me acuerdo de una kermesse que sacamos $ 21.000, limpios de polvo y paja, y nos sobró bebida para dos años para todos los agasajos habidos y por haber. Le pedíamos a la monja una habitación y la llenamos de vino. Una habitación sellada.
(Ent: ¿Y las monjas eran de la congregación de la Virgen Niña?) Si, llegaron en ese tiempo. Trabajaban muy, muy bien. Había una disciplina y limpieza propio de las monjas. (Ent:¿Y las kermesses como eran?) Eran en el Club San Martín. Todo el mundo participaba. La plata chica nunca terminaba: que el sapo, que las argollitas. Eran moneditas, moneditas. Entonces en una oportunidad alguien dijo:¿porqué no jugamos a la ruleta?¡Ah! Yo tengo miedo que nos allanen y nos den un disgusto; y por aquel entonces mi tesorero. Sr. Brenavente dice: Yo se sobre ese tema, pero no se por que nos enojamos, él me dijo dictadora, o cosa por el estilo, fue un disgusto raro, y me dijo que conmigo no trabajaba; entonces me quedé con la mesa, todo puesto y él sabía que no estaba. No se aflija que el capitán del BIM 5, él sabe. ¡Ay!- dije, nada menos que el Capitán, yo no lo conozco.. No te preocupes Emilia, yo lo voy a ver. Bueno, yo quedé clavando las telas, quedé sola en el San Martín, y de repente se abre una puerta de calle y un tranco: trum, trum, trum de botas. ¡Ay! – dije yo- ¿quién será?. –Buenas tardes señora.., deje eso no lo tiene que hacer Ud. ¿Y quién es? Es el Capitán del Batallón. Ya lo tenemos con nosotros, me dije. Estuvimos hasta las 6 de la mañana, se hizo muchísima plata, más que en todas las actividades anteriores. Eran encuentros de ruleta exclusivo, en un recinto privado, muy cuidado. Lo hicimos en dos o tres oportunidades y daba mucha plata rápida, de la otra manera había que moverse mucho más.



¿Cómo era el espíritu del Hospital. Cuántos médicos había?

Estuvo el Dr. Ferrá, estuvo el Dr. Luraguiz. Luego el Dr. Pacheco quien fue el primer director nombrado. Ese hombre trabajó como un enano, con mil contratiempos... Conseguimos máquina de placas, la portátil para placas dentales la donó Don Esteban Antúnovic. Era un viejo ganadero. Don Esteban me decía: ¡No te voy a dar nada! Era idignante. Yo le hacía la corte, me fui hasta la estancia  un día, era la Estancia Buenos Aires. Tomamos el té, en la cena haciéndole el verso al viejo y.. ¡No te voy dar nada!. Pero Don Esteban, todo el mundo colaboró, el Hospital está andando.. Boino, Boino. Yo, este.., voy.. ¡No te voy a dar nada! Me cansé y me fui. Al día siguiente a las 9 de la mañana suena el timbre, eran Don Esteban: ¡Apúrate tú, todavía durmiendo, todavía! Yo salté de la cama. Hazme la carta tú,¡lo que necesites! Pero yo no se, es el Doctor. Bueno..¡házmela, házmela! El Doctor Pacheco estaba en el Frigorífico, trabajaba en la mañana allí y en la tarde en el Hospital. Me fui al Frigorífico: Dr. Pacheco, por favor, la carta pidiendo la máquina con todos los detalles técnicos. El tenía un catálogo alemán. Ayer todo el día que no te voy a dar nada, y esta mañana, y ya, ta porque tengo que volver Estancia y tanto que ir aduana..¡ya! Bueno. Un aparato de rayos supersofisticado, se hicieron todos los trámites aduaneros, por el Ministerio del Interior, por exportación y en Buenos Aires hubo que dirigirse al Ministerio de Salud Pública y el Dr. Noblía le contestó que el Estado “no necesita dádivas”. ¡Ese viejo Antúnovic, como se puso! No vimos por años el aparato de radiografías, yo seguía pidiendo. Tu te das cuenta, ¡dádivas!, y cuantos años pasaste su sin tener eso, ¡pero era una dádiva! Porque Don Antúnovic pedía que de acuerdo a la ley, se desgravara de sus impuestos el importe de la donación. Eso se hacía. ¡Eran dádivas! Chau, listo, nos quedamos sin aparato. (Ent:¿Qué había en el Frigorífico?) Había una Sala de Primeros Auxilios, bien puesta, habían 3 o 4 habitaciones. Eso era de la CAP. Estaba el puente colgante, el antiguo para ir y volver, y eso era un odisea... sino se cruzaba en bote. Cuando no había placas la Cooperadora compraba la placa, el Dr. Pacheco lo subía al paciente en su coche, lo llevaba a CAP, le sacaba la radiografia y lo traía para este lado. ¡Era realmente atruista ese hombre!  En el Hospital no había casa, el Dr. Pacheco dormía en CAP. Si lo necesitaban para una emergencia agarraba el coche y vamos... Llegaba al puente y hasta llegar al Tropezón 4 o 5 encajadas de aquellas, con caballos, con camiones luchando hasta llegar. Del Tropezón al puente era un verdadero fangal. Cuando el aeropuerto estaba en el Frigorífico, cuantos se habrán quedado sin el avión por que se quedaban atascados ahí. (Ent: Así que la vida inicial de Río Grande transcurrió en CAP? Claro, el gran pueblo era CAP, que tenía 400 o 500 obreros. ¿Y acá que había? Estaba Prefectura, Policía y pará de contar. Luego si, se comenzó a asentar la gente de este lado del río. (Ent: Volviendo al hospital...) Si, después pasó mucho tiempo y lo convencí a Don Antúnovic que donara la máquina portátil de placas dentales. La donó. Ya estaba más cansado con el tema burocracia, pero veía que había necesidad y la donó. Hubo muy importantes donaciones y fue todo a pulmón porque el Estado puso en 20 años el edificio y nada más. (Ent:¿Y enfermeras?) Había poco y  nada. La Cooperadora aportaba para que hubiera más. Yo recuerdo a Hilda Lincomán. A nosotros nos prohibían que pagáramos sueldos, pero para que queríamos porotos, garbanzos, platos sábanas y colchones si no teníamos enfermeros.

¡Eso no era un hotel, era un Hospital!

No podíamos dejar constancia en los libros, pero como no íbamos a pagar sueldos si no había. Tanto es así que cuando se jubiló esta Sra. Lincomán, le sirvió nuestra certificación de la Cooperadora para completar sus años y creo que le valió nuestra certificación. También estaba Arsenia Álvarez, creo que también le comenzamos a aportar nosotros hasta que le vino el sueldo, no estoy muy segura... (Ent:¿Qué actividad predominaba?) Partos y cirugía de emergencia. Todos los días nacían chicos. Y atención a la gente de campo, y los jueves se atendía exclusivamente a las chicas de los prostíbulos, por razones de higiene no se atendía a nadie más. Ahora, ya no hay prostíbulos sino clandestinas, cosa que es peor. Antes se controlaba.

Recuerdo una vez, un congelado por vino. Se le cortaron los cinco dedos de ambos pies... y el Dr, Pacheco decía: Este pobre hombre no va a poder caminar, y estábamos preocupados.. Ahora que hacemos con este viejito, qué prótesis, que aparato tendremos que comprar, en que inversión nos tendremos que meter... El viejito se levantó y caminó como si nada.

En otra oportunidad llego de Buenos Aires y la monja me dice: ¡Ay! No sabe Sra. Emilia, tenemos un internado hace 40 días y tenemos un choclo en la Farmacia del Pueblo. Bueno, ¿Pero hay esperanza, hay vida? Si. Pero debemos cuarenta y tantos miles de pesos. Pero, ¿cortaron el crédito? No. No. Bueno, de algún lado va a salir el dinero. Mientras hay vida, hay esperanza. Si, pero hay que derivarlo a Gallegos, por que aquí no hay recursos, no hay elementos. Se trataba de un hombre de campo, con fracturas por todos lados, traumatismo de cráneo y el médico decía que en Gallegos se curaría. Allí tenía todo gratis también. Así que se sacó el pasaje, se fue el hombre y volvió sano. Bien, se hizo una fiesta para pagar las deudas del Hospital y se pagaron los remedios. En aquella época no había inflación. La cuestión es que, pasó mucho tiempo, y hace 5 o 6 años fui a Punta María y paré a comprar pescado fresco, y me dijeron: Camine que hay una casucha y está el pescador. Levantó una lona y hay unos pocos pescados. Deme, deme que soy sola, me va a alcanzar. Me los preparó el viejito y le digo: ¿cuánto es? Nada. ¿Cómo nada? ¿Usted no es la Sra. de Bonifetti? Si. Y bueno, ¿cómo le voy a cobrar si le debo la vida a Ud.? Yo no lo recuerdo. No se acuerda una vez que Ud. volvió de Buenos Aires y recorrió el Hospital con la Superiora, y ella le contó que un enfermo con el que había gastado mucho dinero en remedios, que estaba grave. Y que debía derivarse a Gallegos, Ud. le preguntó: ¿Hay esperanzas, hay vida? Evidentemente él estaba escuchando... Y me dijo, yo además viajé a Gallegos porque Ud. ordenó y seguramente pagó de su bolsillo, por que no había plata... Y así ocurrió, así fue. Y además me dijo, vuelva a menudo a conversar por que yo le construí el puente, en la estancia a su mamá, sobre el Río Menéndez, así que me conocía de chica. ¡Y cuántos otros!

El cáncer mayor del hospital eran los borrachos y la escarcha en el invierno, que se caían arrodillados y les quedaban los miembros cocinados.

El lamentable suceso en el que me vi involucrada

...fue cuando mi hijo atropelló con el coche a una chica de 16 años que iba del brazo del novio. La chica cayó sobre el capot del coche y de allí al piso, estaba lloviendo, era de noche y fue cerca de la comisaría. Mi hijo iba a buscar una enfermera para darle una inyección a Gloria, que estaba embarazada, estaba mal. Llamó a un policía, por favor ayúdenme que atropellé a una chica. La llevó al hospital y allí estaba el Dr Pacheco. A el se lo llevaron a la “cana” y aquí la mujer que esperaba la inyección.¿Cómo no viene Miguel Hugo? Y por ahí me avisan a mi de todo y que vaya al hospital. Llego, estaba acomodada la chica, conmoción cerebral, en la cama y a sus pies la monja, doblando vendas para esterilizar, mientras controlaba permanentemente la presión y el pulso. Y la atención a esa chica.. ¡Uy! Era a mi a la que estaban atendiendo, no a esa chica. Me están volcando toda mi dedicación al Hospital en esa chica. Así paso dos días, tres días y el médico decía que la chica estaba bien, que necesitaba 40 días de reposo, pero la chica se movía, hablaba, tenía buena respuesta. Un buen día viene un enfermero y me dice:¡Ay! Sra. Emilia, a esta chica se la quieren llevar del Hospital y la van a matar.¡No la dejen salir del Hospital! Y yo no puedo hacer nada, yo estaba al pie del cañón, pagando remedios y viviendo al lado de la chica, junto a la monja estaba yo. Vino la madre y el padre, que estaban separados. Cuando llegó la madre se desmayó: allá la madre, acá la hija... A la una de la mañana llegó el padre. A mi me mata, pensé yo.. y la monja me ubicó en un lugar donde no me pudiera él atacar. Pero yo no podía estar parada, caminaba, caminaba.  Y de repente dijo el hombre: ¿Quién es esa señora que tanto camina y llora? Y la monja le dijo: esa es la madre del muchacho que atropelló a su hija. Dígale que fue una desgracia. Que no se aflija tanto, que fue una desgracia que Dios lo permitió y que no se mortifique. ¿Fijate, que comprensivo! Vino la monja y me lo dijo: Que su hijo no es un criminal y no se cuantas cosas más. Yo respiré profundo...

A los tres días se escucha por un teléfono que el Dr. Luraguiz le había hablado a los padres y se la llevaba a su clínica. Por que en ese entonces era una guerra fatal entre privados y Hospital, se sacaban los ojos por disputarse pacientes.., en fin. Entonces yo llego y lo llamo al Dr. Pacheco y él me dice: Los padres son los dueños de la vida de su hija, y disponen de ella con el riesgo de que la perjudiquen. Yo no puedo negarme a que la retiren, si me firman que la retiran bajo su responsabilidad. Pero no me la dejen salir si no vienen con la autorización firmada. Bueno, me dijo: la quieren sacar por que dicen que el Hospital es una porquería, la están matando, porque esto, porque aquello, ni siquiera le lavaron la cabeza... Yo no aconsejo retirarla pero si lo hacen deben firmar la autorización. A los cinco minutos sueña el teléfono y siendo que el Dr. Dice, preparen a la niña para viajar, para sacarla, que vengan con la orden, yo no quiero estar cuando la retiren dijo el Director. Yo si quiero estar, dije yo. Así que fui afuera, no quería estar cuando la movían. Vino el médico con sus enfermeros y unos amigotes de la barra. Había un compañero de la Aduana y me llamó al coche y me dijo: La tenemos que sacar por que acá la están matando, en este Hospital no hacían nada. Y yo tenía que escuchar: Dios mío si que la estaban matando, yo nunca me vi tan gratificada como en esos momentos de dolor, nunca vi tanta dedicación, tanto empeño, las monjas no se separaban de la cama, ahí estaban, ¡ahí estaban! Si una iba a comer la otra la reemplazaba. Controlaban que el resuello fuera siempre constante, que no falte, que no le sobre. O sea que me sentía tan gratificada yo, estaba recibiendo todo el cariño, me estaban pagando los 12 años de hospital, me los estaban pagando. Se la llevaron, yo me vine a casa “hecha pelota” y después al rato llega el hermano de la chica, y yo quisiera saber Sra. ¿quien va a pagar la medicación de mi hermana ahora que está en la clínica? Yo se la voy a pagar, como se la estaba pagando en el hospital, por que se la pagaba yo, no la Cooperadora. ¿Y la internación? ¡Ah, no! Eso corre por cuenta de quien tomó la decisión. Por que si a mí me hubiera dicho el médico: Mire, Sra. la solución es llegar y hacerle una operación, aquí no hay elementos y en mi clínica si los hay, y es necesario para salvarle la vida, yo no hubiera tenido problemas, pero que me hayan pasado por alto y hayan desprestigiado al Hospital, que es el único lugar donde tiene que venir la gente que no tiene dinero, y que va a venir con miedo al Hospital. Por que si matan a esa chica que es a la que atropelló el hijo de la presidenta de la Cooperadora: ¡A quién no van a dejar morir! Así que eso yo no se los perdono, y yo me he sentido gratificada con la asistencia que ha recibido esa chica en el Hospital, que dudo que la tenga en la clínica. Así que vengan las recetas que yo se las voy a comprar, y yo haciendo de tripa corazón me voy a la clínica.  Esa pobre chica, che, la operan y a había que mantenerla a 34 grados, ni más ni menos, y salió de la operación muy bien, por que la chica hablaba, era coherente, tenía movimientos, pero le faltaba asistencia, por que primero: para mantenerla a esa temperatura era necesario hielo. No había hielo. Yo corriendo por las casas de mis amigas buscando hielo a los ponchazos, sacando de las heladeras,¡cómo puede ser eso! Tendríamos que haber traído barras de hielo del Frigorífico. Si no hubiera sido que yo traía hielo a los ponchazos.. bueno, duró un día y medio y murió.., para mí porque tenía 40 grados. La ponían en un palanganón para bajarle la temperatura. Yo creo que si quedaba en el Hospital no moría. Si anduvo bien ese pobre viejo, como no iba a funcionar esta chica joven..

¿Y como abandonó la Cooperadora?

Y cuando cambió el sistema, ya se empezó a cobrar y no se que más. Apenas cambió el sistema yo me borré, y cada cual se fue a su casa. A los tres meses nos mandaron a llamar, pero no se... (Ent:¿En que cambió el sistema?) No me acuerdo. Fue un experimento piloto en Salta y aquí, en zonas alejadas por si fallaba, por eso se hacía lejos. Y yo que había visto lo que era sufrir para que la gente se asista, y poder mantener eso. Cuando vino el nuevo sistema lo primero que hicieron fue amueblarle la casa particular a los médicos. ¿Y cómo era eso? Si no había plata ni para remedios, pero eso existíamos, pero... primero mi comodidad y después.. ¿no? Si tienen plata que vaya al Hospital. Cambiaron todos los médicos. A Pacheco lo echaron, no servía. ¡Ni para médico servía en el nuevo sistema! Pero estuvo 16 años en la lucha, pero no servía. Eso le costó la muerte a Pacheco, se fue a Gallegos, y al año murió de un infarto a los 40 años, con 6 chicos. Pero la gente lo reconoce, sin duda...   





* La entrevista fue realizada para una publicación interna del Hospital Regional Río Grande que nunca vio la luz. El objetivo no era observar la rigurosidad histórica en los datos, sino que se trataba de rescatar el espíritu con que se llevó adelante el trabajo hospitalario en otros tiempos. Patricia Croci, es kinesióloga, desempeñándose actualmente el Periférico Nro. 3 de la Margen Sur. Franca (Emilia) Susic Vda. De Bonifetti es –al borde de sus 80 años- una asidua paciente del Hospital Regional donde ya no queda gente que haya trabajado en esos tiempos.

En la foto: Hace cincuenta años, Emilia con anteojos voladores..

POST-SCRIPTUM: Como un dato curioso hay que decir que Emilia nunca se llamó Emilia. Al nacer el 3 de noviembre de 1923 fue anotada como Franka Susich, situación que vino a remediarse por intervención judicial rectificándose su apellido el 7 de mayo de 1940, pero no así el nombre. Pasando a ser Franca Susic. El trámite fue hecho por la madre, quien firmó de Susic' con acentos y apóstrofes eslavos sobre la s y la c; aunque el apellido de la hija se castellanizaba en la ch final. El padre, Miguel, estaba ausente en esos días que vino al mundo.

Relación de su hijo Alberto sobre los últimos momentos de Emilia..

según nos informó su nieta Silvia Bonifetti - a cuyo cuidado estuvo los últimos años de su vida - la mami nunca sufrió ... 
los últimos días comenzó a tener unas arritmias respiratorias que le producían unos desmayos, de los cuales despertaba sin tener noticias de lo que le había pasado ... 


el médico les indicó que no había nada que hacer, y mucho menos operar; solo había que transitar el desarrollo de los acontecimientos (la mami tenía 90 años - 03/11/1923 - 25/05/2014) ...
comenta Silvia que ayer tuvo el "día de luz" de muchos seres al momento de pasar a mejor vida ...
tuvo un día en familia, pleno de entusiasmo y lucidez, como hacía mucho no tenía, lo disfrutó mucho - luego de esa larga y emotiva jornada se fue a descansar, y a eso de las diez de la noche se encontraron con el cuadro de una nueva arritmia, y pese a los trabajos de masajes que el médico les había enseñado hacer, esta vez no reaccionó y continuó hacia su nuevo lugar en el mundo; en paz descansa ...




Keep calm and carry on

En coincidencia con la declaración de Alicia Castro, embajadora argentina en Londres, de la comunión cultural entre nuestro país e Inglaterra, ya se puede conseguir en la principal librería de Río Grande este cuaderno.

El mismo es industria nacional y sobre el fondo de una bandera de la UK se puede leer en inglés la frase que en castellano significa: Mantén la calma y sigue adelante».

Alude a un poster producido por el gobierno británico en el 1939, al comenzar la Segunda Guerra Mundial.

Hoy podría ser una frase apropiada a lo que se espera se espera de la Selección Nacional de Fútbol en el mundial de Brasil.

El poster en cuestión fue poco conocido y menos usado en su tiempo, pero ahora se ha puesto de moda, y por supuesto nosotros los argentinos siempre estamos a la moda.


TRIPTICA NACIONAL. HISTORIA. 14 HACIA LA CRISIS DEL 90 (SEGUNDA PARTE)

Continuamos, después de un tiempo de silencio, secuenciando las situaciones de orden económico que en nuestro país condicionaron la crisis de 1890.
    Dentro del conjunto de exportaciones argentinas, sobresalen las de origen agropecuario, ya que  en la década de 1880 los cereales se transformaron en una de las principales exportaciones argentinas. La extensión de los ferrocarriles, la Conquista del Desierto y la inmigración masiva fueron los factores que contribuyeron a que esto sucediera. De una exportación anual promedio de menos de 20 toneladas de granos en 1875-79 se pasó a más de 400 toneladas en 1885-89.

   
En las exportaciones ganaderas los productos tradicionales como lana, tasajo y cueros todavía persistieron, aunque los dos últimos comenzaron a revelar signos de estancamiento.
Asimismo, cobró importancia la exportación  a Europa de ganado en pie. Y en esta década se acentuó el proceso de "desmerinización" del ganado lanar.
El merino fue reemplazado por la raza Lincoln, de mejor carne y lana más acorde con las exigencias del mercado europeo. Este cambio permitió la producción de carne ovina congelada para la exportación, de mayor calidad entonces que la carne bovina, que la industria frigorífica comenzó a producir sólo en los últimos años de la década.

Entre 1885 y 1889 se exportó un promedio anual de 11.000 toneladas de carne ovina congelada, que en los cinco años representaron más de 4 millones de pesos oro.

    Estas tendencias del comercio exterior hicieron que en la década de 1880 comenzara a desarrollarse lentamente la industria frigorífica, la cual alcanzaría su plenitud sólo después de 1900, con la producción de carne refrigerada.
La lentitud de este proceso de expansión queda de manifiesto en las cifras de exportación de carnes: a fines de la década de 1880 el tasajo todavía representaba el 48% del valor total de exportación de carnes preparadas y en vivo; los vacunos en pie, 28%, y las carnes congeladas, apenas 19%.
    Esta evolución fue posible ya que a fines de la década de 1870 se habían introducido dos nuevos métodos de congelamiento de la carne: el método Carré Julien, de congelamiento a -30º C y el método Tellier, de enfriado a 0º C.
 El primer método, que permitía un mayor tiempo de conservación de la carne, prevaleció debido a las limitaciones técnicas del momento. Fue aplicado por los británicos en primer lugar en Australia (1880) y luego en la Argentina.
 Los frigoríficos británicos que se instalaron en el Río de la Plata se especializaron, por lo tanto, en la exportación de carne congelada o frozen beef. A diferencia de los británicos, los norteamericanos -que irrumpieron en la industria frigorífica a partir de 1907 con la adquisición de la gigantesca planta de La Plata Cold Storage por Swift & Company-, utilizaron el segundo método, de enfriado de las carnes, más perecedero que el congelado -duraba sólo 40 días-, pero que preservaba mejor el sabor de la carne.
Los frigoríficos norteamericanos se especializaron entonces en la exportación de carne enfriada o chilled beef.






CABRAL EN TIERRA DEL FUEGO.

En la construcción mítica que Rodolfo Enrique Cabral hizo de su vida apuntamos algunas referencias y algunas conjeturas.
Un día antes de su nacimiento su padre se fue del hogar.
Dice haber nacido en una calle de La Plata el 22 de mayo de 1937.
Afirma que su infancia transcurre en Berisso, el arrabal frigorífico de la capital bonaerense.
Con su madre y tres hermanos viaja a Tierra del Fuego. No se indica como.
Una fecha cierta puede ser del año 1946. Es cuando tiene 9 años y se da la separación con su madre. Según una referencia ella lo coloca en la escalinata de un tren diciéndole que es el segundo y último regalo que le puede hacer, el primero fue la vida, el segundo la libertad.
Aparentemente habría ido a la Casa Rosada para verlo a Perón, que “le daba trabajo a los pobres”.
Se habla también de un período de cuatro meses en que anda perdido.
Pero en alguna entrevista dice que el encuentro fue en Tandil, donde vivía con la madre y los hermanos. Sabiendo de la visita de Perón y Evita se acerca a pedir trabajo, y ella le dice que es el primer reclamo ético que escucha: pedir trabajo y no pedir limosna. “Yo me vine del sur a pedirle trabajo directamente al presidente del país, porque nadie le daba trabajo a mujeres solas en esa época”
Otra versión habla de un regreso de la Tierra del Fuego y el trabajo en un hotel.

Nada dice de que trabajo le dieron, si le dieron: pero en algún momento se señala que vuelve de la Tierra del Fuego y trabaja en Mar del Plata en un hotel.

Hay un momento en que su vida se descontrola, y en la extrema pobreza cae un reformatorio, un padre llamado Simón, franciscano según unos, jesuita según otros, le ayuda espiritualmente.
El 1959 a sugerencia de un hotelero que lo emplea en Mar del Plata, se decide a cantar, toma por nombre Indio Gasparino.
Con este nombre dará sus primeras armas en los días de la nueva ola, más tarde se hará conocer como Facundo Cabral.
No hay mayores detalles sobre su andar fueguino, de la misma forma que no se ha ocupado de registrar los nombres de su madre y sus hermanos.
Cuando e el 29 de noviembre de  1984 actuó en el Club O’Higgins, presentando su obra FERRO-CABRAL no dio entrevistas a la prensa.


Alguien desde su nombre verdadero y estos apuntes.. ¿podrá decirnos algo más de esa presencia fueguina que suponemos ha de ser en Ushuaia?





Miguel Nuñez Cortés: Gasoducto del fin del mundo

La última entrega de esta serie que nos trajo noticias sobre aquella gran obra de aprovechamiento de nuestros recursos naturales.

La ida al fin del mundo
Corría el mes de marzo de 1976. Acerqué mi cara a la ventanilla del avión de Austral (1) que me llevaba a Río Grande, una de las dos ciudades importantes en el Territorio Nacional dela Tierradel Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Un cielo azul, sin nubes, me permitió observar, como si fuera un mapa, el Estrecho de Magallanes desde el BAC 1 – 11, que iba descendiendo para aterrizar en Río Grande.
Retornaba luego de un año, momento ese en que realicé el trabajo previo. Había culminado el estudio terrestre y definido el trazado definitivo del que luego sería el GASODUCTO SAN SEBASTIÁN-EL CÓNDOR, con un caño de 76 centímetros de diámetro (?30”).
No era poca la responsabilidad que se me había asignado. Nadie de Gas del Estado había transitado antes por las zonas que debía relevar geográficamente y tomar decisiones en soledad. Ese gasoducto de30”de diámetro, cuyo trazado previo me había tocado definir en el terreno, llevaría para siempre el calificativo del GASODUCTO MÁS AUSTRAL DEL MUNDO.
Aunque fuera marzo, el frío se hacía sentir en esas inmensidades yermas, interminables. El silencio y la soledad eran absolutos, salvo por la presencia de alguna zorrito o guanaco. Para cruzar dela Isla al continente me embarqué en el transbordador “Crux Australis de ENAP, la petrolera chilena.
El Cabo de la Once Mil Vírgenes. Su faro.
El faro Cabo Vírgenes marca el extremo oriental del Estrecho de Magallanes. Sus coordenadas son: 52° 20′ Sur, 068° 21′ Oeste y entre sus características constructivas e históricas se destacan: altura de la estructura: 26,5 metros, altura respecto al nivel del mar: 69 metros,puesto en servicio: 15 de abril de 1904, alcance lumínico:  24 millas náuticas, personal estable: si
La torre se encuentra sobre una pequeña elevación rocosa, la que le brinda una buena visibilidad a la distancia. El aparato óptico original fue fabricado por la firma francesa Bernard Barbier y Tunner, con una máquina de rotación a cuerda y cables de acero con pesas. En la actualidad su luz es alimentada con 220 v. a través de un generador eléctrico propio.
De dónde viene el nombre de Cabo de las Once Mil Vírgenes, luego simplemente Cabo Vírgenes? De Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes, que se conmemora en el santoral católico el 21 de octubre.
La nieve a orillas del Estrecho
Salí de Río Gallegos en aquél marzo de 1976 muy temprano, aún de noche. Luego de100 Kmde marcha llegué a “El Cóndor”, Base de Gas del Estado. Como era costumbre y al no tener aparato de comunicación móvil en mi camioneta, dejé dicho al personal de guardia que seguía viaje hasta Cabo Vírgenes, para estudiar el sector de playa, punto en que sería fijado el gasoducto cuando emergiera del mar, luego del cruce del Estrecho.
Se había hecho la noche y nevaba copiosamente. Dí vuelta mi camioneta para ir hacia el Faro de Cabo Vírgenes y observé que la huella ya estaba cubierta por la nieve. A los lejos distinguía la luz del Faro. Avanzaba lentamente con mi camioneta, bastante a ciegas. A unos1000 metrosdel Faro la camioneta se encajó en la nieve y vanos fueron mis esfuerzos para poder salir de ese atasco. Tomé la linterna y mi sombrero de cuero y lana y comencé una incómoda caminata para buscar la ayuda dela Prefectura del faro de Cabo Vírgenes.
Ellos ya me habían visto desde el promontorio ubicado a69 metrossobre el nivel del mar. A pesar de esa altura y la distancia percibieron como los dos focos de mi camioneta estaban detenidos.  No les extrañó cuando llegué embarrado hasta las rodillas, mojado y con frío. Me ofrecieron mate cocido y unas galletas, que aproveché sin chistar. Convinimos el rescate de la camioneta esa misma noche. Me acompañarían dos prefectos en un vehiculo de la institución hasta las cercanías de la camioneta. Ellos darían vuelta la camioneta para poder tirar de la soga ¿de la soga? Si, una soga marinera de muy buen diámetro. Estacionaron su vehiculo unos50 metrosantes de mi camioneta.
Entre los tres y caminando sobre la nieve y el barro, extendimos la soga entre el vehiculo de Prefectura y el que estaba a mi cargo. La amarramos a los paragolpes de sendos vehículos y me dieron instrucciones que acompañara la tracción que ellos ejercerían, moviendo suavemente el volante y sin acelerar demasiado.
Un fantasma
Empezó el proceso. La soga se puso tensa. Temía que se cortara. Miré – como costumbre de todo conductor – por el espejo retrovisor y observé, alumbrado por las luces traseras de posición de mi camioneta un rostro humano y dos grandes manos apoyadas en la caja, “pechando” para desencajarla. Una aparición fantasmal en esa oscura noche. En instantes volví mi mirada a la camioneta de Prefectura. Cuando las ruedas encontraron tierra firme, mi vehiculo salió expelido hacia delante, acelerado por ansiedad propia del conductor; casi choco con el de Prefectura. Me baje y pisé la soga enrollada sobre si misma. Los Prefectos vinieron a mi encuentro y estreché sus manos, agradecido.
Inmediatamente giré mi cabeza para localizar a esa figura espectral que observara por mi espejo retrovisor, empujando, “pechando”, sin que nadie se lo hubiera pedido. Se lo comenté ahí mismo a la gente de Prefectura, quienes sonrieron y me prometieron contármelo cuando estuviéramos de retorno en el Faro.
Me dí una ducha caliente, puse a secar la ropa sobre una estufa y en menos de una hora compartía la cena con mis amigos Prefectos.
Brindamos con gaseosa y entre risas por el éxito de la “operación rescate”; luego empezaron a relatarme la historia de ese extraño fantasma.
Una historia inesperada
Por distintos motivos y caminos llegaron los  “alemanes del Volga”. Uno de ellos, Nicolás Asselborn, decidió integrar otro contingente inmigratorio, distinto del Volga. Esta vez dejaban las tierras rusas para dirigirse ala Argentinaentusiasmados por algunos compatriotas y la publicidad oficial del Gobierno de Buenos Aires.
Aquí nació su nieto, Conrado Asselborn el 10 de febrero de 1916, como todos ellos diestro en los trabajos del campo, de talla mediana, rubio, de fuerte contextura, agauchado en sus costumbres, tomador de mate, excelente jinete, domador y muy hábil en el manejo del cuchillo en las tareas rurales.
Mozo de 34 años Conrado decide instalarse en Cabo Vírgenes al pié del promontorio, bajo la luz protectora del faro a orillas del mar, a unos100 metrosde la línea de la más alta marea. (3)
Alguien le aportó los primeros ladrillos, alguna vez trajo unas chapas de cinc para armar el precario techo, llegó una cama, una cocina que alimentaba con las maderas que le regalaba el mar, la infaltable escopeta de dos caños, calibre 12 grande, marca Orbea, argentina, que con munición chica vacía un tórax a veinte metros.
Hay relatos de 1950 que cuentan que cazaba  unos ochocientos zorros al año en sus trampas. De vez en cuando iba a Río Gallegos a vender sus gramos de oro y sus cueros que cambiaba por lo que precisaba, cosas de comer, municiones. Los dela Estancia MonteDinero alguna vez le han regalado un cordero, o él teniendo real necesidad, se transforma en un zorro más para algún corderito mamón”.
Alguien le preguntó: “¿Dígame Conrado, y cuando se  enferma, como se las arregla?” Y le contestó: “Tengo buena salud. Me curo solo. Yo no doy trabajo a los demás ni lo voy a dar. Cuando la cosa sea muy grave sé lo que tengo que hacer”, y nadie fue capaz de preguntarle que haría.
Ahora que la cosa era muy grave, “sabía lo que tenía que hacer”.
Descansó media hora, dormitando en una silla, y cuando despertó sintió gusto a sangre en su boca. Había empeorado. Le había dado la oportunidad a su cuerpo de ponerse bien pero éste la había desaprovechado.
Ningún otro hombre escuchó el ruido del disparo aquél 12 de mayo de 1992 y recién a los dos días el “torrero” del faro, que no veía humo en la chimenea de la cueva de Conrado, bajó a ver que pasaba.
Conrado descansa en un pequeño cementerio, a tres kilómetros de su refugio. Certifican su tumba una cruz de madera y unas piedras blanqueadas, junto a algunos objetos que dejan los visitantes.
De regreso
A bordo del avión meditaba sobre las cosas sucedidas y en mi interior coexistían distintas sensaciones: tenía terminado mi trabajo de campo, superado una situación delicada en medio de la nieve, del frío y de la noche, con la ayuda de Prefectura y de Conrado Asselborn. Luego me enteré que hacía un mes que Conrado había cumplido sus 60 años. Tuvo coraje y un corazón grande para salir a ayudarme y no esperar las gracias. Fui un privilegiado al conocerlo.
Me levanté ese 24 de marzo de 1976, sin imaginar lo que iba a pasar enla RepúblicaArgentina.Tenía que partir de retorno hacia Buenos Aires. No pude salir –dolorosamente- dela Isladela Tierradel Fuego por varios días. Esa fecha fue para mí el comienzo de una penosa historia personal que me acompañaría para siempre.

Fuentes consultadas y transcriptas:

DiarioLa Nación- 16 de septiembre de 2001 – Cabo Vírgenes Extrema Argentina
Sur Mineral – 26 de mayo de 2010 – Portal de la industria minera del Sur – 26/05/2010
Diario El Litoral – 19 de octubre de 2003 – Presentación del libro sobre “el ermitaño del cabo Vírgenes” del autor entrerriano Aníbal Parera, con auspicio dela Sociedad Argentinade Escritores, filial Santa Fe.
Datos técnicos del Faro Cabo Vírgenes – Publicados por el Radio Club Río Gallegos.
“Conrado” – Cuento de 25 páginas escrito por Hugo Martínez Viademonte – Publicado porAmigos de la Tradición Náutica Argentina – Río Gallegos
“La Prensa Austral”, Pta. Arenas, (12 de agosto de 1974)- Derrame de petróleo en el Estrecho de Magallanes

Referencias:
(1). En 1971 surgió Austral Líneas Aéreas, como resultado de la alianza entre Aerotransportes Litoral Argentino (ALA) que había sido fundada en 1956, y Austral Compañía Argentina de Transportes Aéreos, fundada en 1957. En ese entonces su flota estaba compuesta por aviones turbohélice NAMC YS-11 y turborreactores BAC 1-11.
(2). Para pasar vía terrestre desdela Provinciade Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur – precisamente dela Isla Grande- ala Provinciade Santa Cruz, hay que transitar obligatoriamente por territorio chileno, a ambos lados del estrecho, debiéndose ajustar el viajero a todas las obligaciones emergentes de ese acontecimiento. En 1976 se llegaba hasta el paso fronterizo, al Oeste de Río Grande. Era recibido por Carabineros y se seguía viaje hasta la primera angostura. Allí se esperaba turno para embarcar en el transbordador “Crux Australis” de ENAP (empresa petrolera chilena). Esa espera podía durar horas o días, dependiendo de muchos factores. Cruzado el estrecho de Magallanes, se continuaba por territorio chileno hasta llegar a la frontera conla R. Argentina, enla Provinciade Santa Cruz, en las cercanías de Monte Aymond. Carabineros y Gendarmería Nacional custodiaban esta frontera.
(3). En 1976, además de la casita de Conrado Asselborn, existía – más al Oeste -  una construcción de material sin ventanas ni puertas; totalmente vacía, pero muy antigua. Una habitación grande. Nunca pude saber los motivos de su construcción, ni que función cumplió. Sí, en cambio, me enteré que fue destruida por una empresa contratista durante la construcción del gasoducto.

Observaciones.4. Confirman la condena perpetua para Alfredo Astiz y Jorge "El Tigre" Acosta

CAUSA ESMA. 23 de abril de 2014.

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó hoy las penas a prisión perpetua de los represores Alfredo Astiz, Jorge "El Tigre" Acosta y otros ocho, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar.

También fueron confirmadas las condenas a prisión perpetua de Antonio Pernías, Oscar Montes, Raúl Scheller, Ricardo Cavallo, Alberto González, Néstor Savio, Adolfo Donda, Julio Coronel, Ernesto Weber y Jorge Radice, por hechos que tuvieron como víctimas, entre otros, a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y al periodista Rodolfo Walsh.

Tal como lo hizo el Tribunal Oral Federal 5, en octubre de 2011, los camaristas de casación Pedro David, Angela Ledesdma y Alejandro Slokar condenaron a 25 años a Manuel García Tallada y a Juan Fotea, Carlos Capdevilla recibió 20 años y Juan Antonio Azic 18; pero revocó las absoluciones de Carlos Rolón y Pablo García Velasco

Observaciones.

Como se ha hecho con el caso Alomar, silenciado periodísticamente en este Río Grande donde él vivía: esta otra circunstancia judicial vinculada a delitos de lesa humanidad durante la dictadura corrió la misma suerte en lo concerniente a Antonio Pernías quien fue Jefe de Operaciones del Batallón de Infantería de Marina Nro 5, en 1982, lo que lo llevó a ser consignado en su momento como “héroe de Malvinas”.

Son abundantes las referencias sobre su desempeño, por el que fue jusgado, un marino que continuó su carrera en democracia hasta que de pronto se alertó sobre sus vinculaciones con circunstancias escandalosas.

Colocaremos dos referencias, los amigos lectores podrán explorar mas en la red, hasta incluso dar con lo que se presenta como Palabras Finales del Capitán Antonio Pernías en el proceso llamado "juicio" ESMA Causa Esma Palabras Finales Capitán Antonio Penías  un extenso documento de 7229 palabras.,


Pero pasemos a la primera referencia, se da de la pluma del Comandante Carlos Hugo Robacio, en el libro Desde el frente (página 420). Mientras el batallón se disponía a regresar a Argentina finalizada la guerra, Pernías es detenido por los británicos que saben los cargos que se han presentado en su contra.

 -¿Comandante y esos?
-Son los cuadros d ela unidad que permanecen tal como se había convenido.
-Está bien, pero con su Batallón, que tan bien luchó, no podemos ser tan estrictos.
-Ordéneles embarca a todos, obvimente excepto Usted y elija, si quiere…, alguien que lo acompañe, el Jefe de Operaciones u algún Oficial de valor.
La decisión fue rápida pue al Jefe de Operaciones no lo debía retener, ya que ese valiente era el Capitán de I:M:D: Antonio Pernías (Un héroe de la guerra antisubversiva  y en Malvinas, el mismo fue lealmente de frente y cumpliendo igual que nuestros oponentes británicos, las ordenes que su país le requería, cualesquiera fueran el lugar y las circunstancias que lo rodearan). Lamentablemente hace poco tiempo fue sentado en el banquillo de los acusados, aunque no le correspondía ya que, como en Malvinas, Pernías solamente se limitó a cumplir acabadamente bien lo que la Patria le impuso. Hoy, después de 20 años de su derrota, los que siguen viviendo y explotando de odio, han logrado interrumpir la carrera de un valiente y honesto profesional.
Hombres como Pernías. Soldados con mayúscula, son de gran valor como ejemplo de dignidad y honestir
dad para todas las generaciones del futuro..

Robacio continuó su carrera llegando a ser, con grado de Contralmirante, el Comandante de la Infantería de Marina en días de Carlos Menem como presidente.

Pero leamos también lo estrito por el Centro de Estudios Legales y Sociales, sobre la marcha del juicio ESMA.

“Soy responsable de lo que hice” dijo el imputado Antonio Pernías, Publicado el 26 de agosto de 2010.

La audiencia de hoy empezó con la declaración de Betina Ruth Erenhaus, secuestrada junto con su pareja Pablo Lepiscopo, en agosto de 1979. Betina fue torturada y permaneció detenida en la ESMA durante 36 horas. Su pareja permanece desaparecida. En su relato, Betina se refirió a otros amigos secuestrados en la misma época y pudo reconocerlos en las fotos de los detenidos sacadas de la ESMA por Victor Basterra. El padre de la testigo, de nacionalidad alemana, explicó como la embajada alemana había rechazada su pedido de ayuda en búsqueda de su hija, declarando que “un camión Mercedes Benz valía más que la vida de un terrorista”.

A continuación, el imputado Antonio Pernías amplió su indagatoria por tercera vez. Declaró “No lo hago para defenderme. Lo hago por la sangre esparcida, el respeto y la honra de todos los que murieron, civiles y militares… Tener la oportunidad de explayarme en acuerdo a mi consciencia y razonamiento. He sido protagonista en esta guerra y no busco ni busqué nunca eludir la responsabilidad. Me duelen los horrores y errores de la guerra. Escuche los testimonios… Odio la guerra. Vivir en paz es la mejor solución. No la busque pero fue inevitable y como militar debía afrontar”. Pernías recomendó algunas lecturas sobre el tema y dio cifras de la cantidad de publicaciones del lado de los militares, del lado de los terroristas y los autores neutros. Para Pernías fue una guerra, r insistió “Reafirmo lo que yo he actuado. Soy responsable de lo que hice”. Pernías agregó “todo estaba decidido en esta guerra. Ningún oficial tenía que tomar decisiones, sobre los traslados por ejemplo”.
El imputado reconoció la práctica de “interrogatorios reforzados”, práctica reglamentada según el imputado y que se sigue usando en algunos países hoy día. Por lo tanto Pernías comparó las condiciones de detención en “capucha” y las “cárceles del pueblo”. Sin embargo, el imputado insistió sobre el “profesionalismo del grupo de tarea 3.3.2” cuyo objetivo era obtener la información necesaria. Una vez conseguida la información, “ahí acababa” planteó el imputado.
A lo largo de su declaración, el imputado se refirió a varios crímenes cometidos por el grupo de tarea, tratando de justificar “los horrores y los errores de esta guerra” por la obediencia debida y la emoción que le causaba la cantidad de crímenes cometidos por “los jóvenes-idealistas-barra-terroristas- barra-guerrilleros”. El imputado prometió explicar la posición de Perón sobre “estos jóvenes imberbes” en su próxima declaración. Además dijo que en otra oportunidad aceptará de responder a algunas preguntas.
Mientras declaraba Pernías, el imputado Ricardo Cavallo estaba tomando notas como de costumbre en la audiencia. El imputado Acosta también vino a escuchar las declaraciones.
 Todo esto ha de ser una información ampliable, en el recurso del que hoy disponemos los usuarios de internet, es cosa de ponerse a saber algo más de Pernías, que para algunos en suerte, y para otros desgraciadamente.., vivió entre nosotros.


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