ANAHÍ LAZZARONI: La fatiga.




Este jueves 28 tomamos conocimiento de la muerte de Anahí, poeta de Ushuaia. Sobre los sentimientos desencadenados ante su fallecimiento hicimos otra búsqueda. La de su escrito en prosa En esta ciudad se escribirá una novela, y uno de sus capítulos: el 24.

La fatiga física, la fatiga existencial, la fatiga. ¡Hay tantos tipos de fatiga! Para cada suceso hay una fatiga distinta y para después de escribir una novela hay una fatiga liberadora. Existe (el amanuense  está comenzando a experimentarla); es una fatiga floja y placentera que el amanuense desconocía por completo. Si se la hubieran descripto, si hubiese leído mil libros que la detallasen no hubiese podido comprenderla como ahora, ni gozarla en plenitud. La fatiga que libera, la fatiga que protege de los miedos más duros. La fatiga.

Al principio todo fue un impulso soberano. En un mismo plano brillaban la aventura, los riesgos y el éxtasis. Una abrupta llegada del mar a un desierto infinito. El Negro Libro de los Apuntes que se presenta ante el amanuense, que golpea a sus puertas (porque no hay una sola puerta) de una manera inesperada, repleta de signos, repleta de voces. Lo conocido y lo desconocido todo en un mismo segmento. Amanuense dicen los glosarios quiere decir: el que escribe al dictado. ¿Quién le envía al dictado? Ya no le importa, ya no le preocupa. Tuvo esa suerte, la de escribir El Negro Libro delos Apuntes. ¿Para que desempaquetarla?

Antes (al comienzo) el apuro, la inseguridad y el desequilibrio  le producían  una corriente eléctrica cáustica y desbordante. Ahora que El Negro Libro delos Apuntes está llegando a su fin ha comenzado a serenarse. La fatiga balsámica. La fatiga.
Y aunque en el mundo exterior las cosas sigan presentándose como antes, frente a la frase: estoy escribiendo una novela, el amanuense no se regodea hasta el delirio con las respuestas inquietantes que, hasta hace pocos días, lo mareaban hasta sofocarlo.  Otra persona (otro) ha insistido enser introducido en la novela, perdón en El Negro Libro delos Apuntes, que es otra novela y a la vez espejo de otra muy distinta novela. Pero la fatiga que todo lo puede le ha frenado los impulsos salvajes de divertirse a costilla de los otros, de ellos, de los innovelados.
La fatiga balsámica, la fatiga liberadora, la fatiga.
¿La pondrá o no la pondrá? A esa persona. ¿Lo pondrá o no lo pondrá? Al otro.
No ha querido inmiscuirse, ni derramar secretos. Quien quiera ser introducido en una novela posee la inocencia. Quien quiere ser introducido en una novela desconoce el tormentoso río que nutre por dentro a los noveladores experimentados y a los bisoños insomnes.


 Anahí dirigió con su hermana Alicia, un periódico cultural trascendente: Aldea.
Falleció a la edad de 61 años.

Godofredo a sus 85 años.



Tiene la gentileza de llamarme. Y cuando hablamos suele ser un día domingo, de mañana. Como un sacramento.
El viejo maestro trae en su conversación recuerdos del Río Grande de los años 60, 70..
Primero lo vimos en el Ceferino Namuncurá, de guardapolvo y corbata, entre los pequeños. Y un cercano historial de maestro salesiano.
Después nos recibió en el secundario en varias materias, de tono humanístico.
En un momento se tomó licencia para hacerse cargo de la dirección del Canal de Televisión, cargo que había ganado de por concurso y que exigía una capacitación en Buenos Aires.
Ya en los años superiores era de los profesores con los cuales podíamos sumergirnos en la actualidad. ¡Y qué actualidad la le entonces!
Un día después de ver La Fiaca pasamos a identificarlo como La Chancha, tal vez esto lo sepa recién ahora.
¿Se enojará? Una vez lo vimos encendido, fue cuando en Juventud –la revista del colegio- publicamos lo que la primera crítica a la programación del Canal del Onita.
Cuando estábamos a punto de partir de la escuela él nos contó que iba a hacer lo mismo: pensaba estudiar abogacía. Y nos llevó para que veamos dos recursos tecnológicos: una cámara réflex, y un grabador a casettes, con la primera ahorraría en fotocopias, con el segundo grabaría las clases y ganaría tiempo.
Seguía un tiempo más, y antes de partir de este sur fue relegado a tareas de en el Centro Deportivo. La familia ya preparaba la mudanza.
Godofredo Juan Videla me llama los domingos, y me pide teléfonos para con otros amigos de entonces, que fueron muchos pero ya no quedan tantos, el último demandado fue Domingo Plácido Montes.
Hace unos años me mandó un sobre cargado de recortes que el llevó en su equipaje, reflejo de la actividad social y cultural de su tiempo fueguino.
Antes había contestado el reportaje en un cassette. Yo había enviado las preguntas. El escribió las respuestas. Y después las grabó. Todo un trabajo en días que la radio no se apoyaba necesariamente en la inmediatez.
Ya para entonces había cumplido su objetivo y estaba al frente de un estudio de abogados.
Ahora también eso forma parte de su pasado.
Pero hay otra parte de ese ayer que es nuestro, y Godofredo no ha partido del todo.







25 inviernos, de David Gudiño.



Pudimos apreciar esta obra de teatro el pasado fin de semana, en la sala de Tierra de Teatro, que de esta manera comenzó su semana de festejos: 10 años de vida riograndense.
Concurrimos a la función del domingo a las 18, y conseguimos sentarnos en segunda fila. El espacio informal donde se desarrollan actividades de expresión y aprendizaje a las que dio vida Corina Amilcar, estaba colmado de pública.
Apagamos celulares,  nos acomodas visualmente a lo que comenzó a mostrase, y aquí estamos reseñando lo vivido.
Ocupan la escena cuatro mujeres.
Una de ellas se encuentra en silla de ruedas, es viuda y tiene dos hijos en lejanía.
Otra mujer cuida a la anterior mientras sueña con viajar a Buenos Aires donde debe pasar una prueba que le permitirá ser actriz.
La hermana de la primera tiene cáncer. Va a ser derivada a Buenos Aires, no tiene quien la acompañe, tal vez sea la aspirante actoral.
Y la última ha llegado hace poco a Río Grande, vive con felicidad el descubrimiento de este lugar.
Los personajes interactúan y reflexionan en torno a los 25 inviernos que se planteaban como meta jubilatoria, y la jubilación como la posibilidad de escapar a este lugar.
En más de un momento las actrices tomaban una carnadura propia de personas reales que habitan en nuestro espacio.
Afuera una tormenta de lluvia se constituía en la banda sonora dominante de los distintos planos de la actuación: ora haciéndonos reír, ora conmoviéndonos.
El destino se reparte: hay dos personajes que conseguirán salir de la fatalidad,  y otros dos se verán airosos al final de la prueba.
Los 25 inviernos, desde un primer momento –se nos advierte- son cosas del pasado.
David Gudiño es el autor y director de esta obra que gira en torno a las contradicciones del desarraigo en nuestra población.
Si vuelvan a darla  -ojalá sea así-  vayan a verla de parte mía.



El lento deambular de las tormentas. La poesía de Florencia Lobo según Nini Bernardello.



Durante la presentación del poemario de esta ushuaiense, acto realizado en el Museo Virginia Choquintel, el sábado 16 de marzo, Niní realizó la siguiente lectura:
Hace un tiempo recibí con enorme sorpresa el material poético de Florencia Lobo, sorpresa que se transformó en una enorme alegría al encontrarme con la escritura de una poeta.
Conocía a Florencia como correctora de la Editora Cultural de Tierra del Fuego. Su idoneidad y su capacidad de lectura y comprensión de texto fue una tranquilidad para todos los que escribíamos en la provincia.
Sin embargo, y está bien decirlo, paradójicamente este saber de complejas leyes gramaticales y de estructuras formales, no nos hace poetas y a veces nos juega en contra.
Porque la poesía es, entre otras cosas, invención. Ruptura y torsión de conceptos, de significados y palabras en búsqueda de una voz propia.
Florencia Lobo entró a la poesía creando su mundo que mucho tiene de fueguino.




Breve historia de "Ser Chorizo". Un escrito de Laureano Fadon (*)




Luego de un largo proceso histórico la fabricación de chorizos paso a mano de los chorizos, entre los cuales surgió una pugna, unos decía que el "ser chorizo"era una cuestión que incumbía solo a los chorizos y otros que el "ser chorizo" dependía del paladar de las personas y que dicho paladar lo definía, a lo cual las primeros replicaron que el "ser chorizo" debía ser algo positivo, que más chorizo sería en la medida que tuvieran decisión y al crear una cultura de chorizos, el "ser chorizo" causaría orgullo, estos últimos triunfaron y floreció la cultura choricesca y los chorizos se transformarán pero disminuyó la venta de chorizos, y esto trajo angustia y reflexión, a lo que siguieron los primeros intelectuales chorizos, los cuales eran una descreídos de la vida y escribían con tono escéptico, y algunos empezaron a sugerir que el modo de "ser chorizo" que habían elegido. los llevaba a "no ser chorizo", pero se alegraron al ver que el "ser chorizo" al igual que otras formas de ser se logran espontáneamente, sin esfuerzo ni entusiasmo,  y todo se encaminó a satisfacer paladares y se dieron cuenta que un chorizo es un chorizo, y en cuanto trate de ser más chorizo viene el sufrimiento y el "no ser".




(*) Este ingeniero correntino se desempeñaba como docente en la Epet Número 1, donde dejó alumnos que lo recuerdan, entre otras cosas por sus reflexiones ante la vida.

Segundo Arteaga por Leonor María Piñero.



 El 22 de marzo de 1985 se publica en el periódico La Ciudad Nueva, la primera parte de un reportaje realizado por Leonor al recordado mestizo ona. Ambos eran vecinos, puesto que Segundo ya era habitante del Hogar de Ancianos San Vicente de Paul, allá en la calle Ameghino donde funcionaba el quiosco Leomar, fachada del periódico de Piñero, donde ella también tenía su casa.
- Yo nací en la Ea. Ruby el 20 de julio de 1911.
Vivía allí con mis padres, padre domador hijo de chilenos y mi madre argentina, indígena pura.Se llamaba Kaitgen, creo que quiere decir perpetua en castellano. Así la bautizó el Padre Zenone no se si en Viamonte o en la Misión Salesiana, venían curas de afuera a bautizar y uno era el padre Zenone. Fui bautizado el mismo año que nací junto a otro mestizo de padre chileno Carlos Azocar.
Nunca hice vida de tribu. Garibaldi Si, porque él fue Klokten, sabía más que yo. El había usado la capa en cambio yo ya conocí todo con ropa civilizada.
Realicé todo tipo de trabajos de campo. Comencé a trabajar desde muy joven a los 11 años, a mi padre casi no lo conocí porque nos dejó cuando yo era muy chico. A los once años ganaba $ 40, y realizaba mis tareas alrededor del establecimiento juntando los huesos para quemarlos y limpiar a lado de las casas. Era un trabajo que hoy ya no se hace.
También ayudaba a picar leña.
Después comencé a trabajar de peón y ganaba $60. A los 17 años aprendí a esquilar, en la Ea. San Pablo, como aprendiz hice 150 animales. Era para aprender nada más. Pero después seguí esquilando y pase los 200, 240, 250 también, esto dependía de la manada. Esquilaba a tijera. También esquilé a tijera con el finado Livacic, y con Tadic en la Estancia La Celestina,   ahora María Luisa , también en lo de Sutherland en la Estancia Nueva Argentina. Con tijera había que esquilar con mucho cuidado. En todas las estancias trabaje como esquilador, en la que más trabaje fue en estancia Marina, desempeñándome ahí como puestero también.
Me jubile porque tuve que viajar enfermo a Buenos Aires, porque se me había falseado el hombro izquierdo.
Trabaje en el campo hasta el año 1974.
Poco y nada conocí a Río Grande en mi niñez,  lo primero que conocí fue el frigorífico el año 1918/ 19 en que vine desde Viamonte con un carro acompañando a un inglés. Él iba en busca de un repuesto para el motor.
En el año 1926 trabajé en la Estancia Tepi  cuando todavía no había ninguna casa, estábamos en carpas nada más.
Trabaje de Carretero para sacar la madera del monte desde el centro del lote.
El Sr. Goytisolo dueño del campo trabajaba a la par nuestra, manejando el hacha.
Las primeras casas de construyeron con esas maderas aserradas allí mismo.
Después se quemó la casa de peones.
Yo aseguraría que del trabajo rural nadie podría enseñarme nada, lo conocí todo. Fui peón, puestero, ovejero, esquilador. Se cómo se elabora un palo , como se hace un hacha, se cómo hay que alambrar, como se cuidan las ovejas.
Además fui domador.