25 de febrero de 1965. EN LA REPÚBLICA DE MATIENZO.

Por la lectura de TODO COMENZÓ EN UPSALA, del teniente de la Aeronáutica Alfredo Cano seguimos su experiencia antártica y en la descripción de su segunda permanencia en la Base Matienzo nos encontramos en instancias previas al vuelo del Mario Luis Olezza hasta el Polo Sur, en su derrotero transcontinental.

La Base Antártica Matienzo es una estación antártica, perteneciente a la República Argentina ubicada en las coordenadas Descripción: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png64°58′S 60°08′O. Llevó el nombre deBase Aérea Teniente Benjamín Matienzo hasta que en la década de 1990 su nombre fue modificado al actual.
La Base Matienzo es de carácter temporal, sólo se habilita en las épocas de verano. La temperatura anual media es de -11,6ºC, la máxima obtenida desde su creación fue de 13,1ºC y la mínima -44,4ºC.
La Base Matienzo fue el fruto del trabajo en conjunto del Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina siendo inaugurada el 15 de marzo de 1961 como Base Conjunta Teniente Matienzo, desde el 15 de noviembre de 1963 pasó a llamarse Destacamento Aeronáutico Teniente Matienzo, bajo dependencia única de la Fuerza Aérea y desde 1965 tomó su nombre actual. 
En el libro se ve un momento feliz el jefe aeronáutico cumple años y falto de un regalo para hacer pide cumplir con un entretenimiento, crear por un día la República de Matienzo, y como en toda institución democrática, hay que elegir autoridades.
Veamos como relata Cano lo vivido en aquel momento:

Al rememorar después de tantos años lo sucedido, llegué a la conclusión de que Olezza se esforzó para lograr que la Asamblea nombrara un presidente carismático, popular y con capacidad de liderazgo, pero a la vez permeable a las sugerencias.
Ese era nada más y nada menos que el Gringo Nasoni, y lo propuso. Sin conocer sus verdaderas intenciones, Fontaine lo postuló al Loco Velásquez; y yo, al Colorado Klocker.
A partir de allí, hubo una sucesión ininterrumpida de propuestas hasta que Olezza logró hacerse escuchar en la algarabía general y organizó la votación por el simple método de levantar la mano. Pronto quedaron solo dos candidatos, Nasoni y Klocker. Hábilmente, cual moderno Maquiavelo, influyó para que fuera nombrado el Gringo, al que todos queríamos por saberlo bueno y derecho como “lista’e poncho”.
Cuando finalmente lo impuso, decidido a ser el gobierno en las sombras, Olezza le sugirió al oído que entre los más grandotes nombrara un jefe de policía uno dos o tres agentes para que lo ayudaran a controlar el orden. El Gringo pensó un poco y luego dictó sus primeras medidas.
-Como presidente de la República de Matienzo, decreto que quienes no deseen participar están exentos de hacerlo, y no serán molestados. Nombro como jefe de policía al capitán Flores; y como agentes al primer teniente Cano, al suboficial Klocker y al capo principal Riepi. Mañana es día no laborable y todo el mundo puede hacer lo que quiera, siempre y cuando no afecte la seguridad ni los derechos de los demás. Por último, el primer teniente Fontaine es mi asesor y consejero ¡Por un día de gobierno no me voy a desacomodar con mi jefe lo que resta del año…! –dijo muy suelto de cuerpo y con gran sinceridad.
Un coro de risas y el complacido asentimiento de Eduardo rubricaron lo sabio de la decisión de Nasoni. La fiesta continuó alternando risas y bromas con momentos de introspección individual donde, por lo general y tal vez por asociación de ideas, se recuerdan a los seres queridos. Esto, que aquí podría resultar llamativo, casi siempre sucede en las fiestas antárticas que no surgen con espontaneidad.
Paradójicamente, en estas ocasiones es cuando más se extraña a la familia, ni qué decir que esa sensación es mayor durante  la celebración de la Navidad o los festejos del Año Nuevo. Es allí, cuando el que está en la Antártida se da cuenta de lo que ha sacrificado en la búsqueda de algo distinto; tanto para saciar su sed de aventuras como para lograr un mejor pasar económico.



Aquel gobierno republicano dado en el confín de nuestro Territorio Nacional, ejercido por hombre de armas venidos de distintos destinos del país, comenzó a entrar en crisis.

Viendo que las horas trascurrían y nadie amagaba levantar los platos sucios y ayudar a ordenar el caos. Marsili preguntó quién lo haría, porque ya había calentado la olla dos veces y estaba gastando gas inútilmente.
-Pero, Aderito, ¿qué me preguntás? Vos, tu auxiliar y el turno, por supuesto- le contestó el presidente.
El PIjuí Luna, que estaba de turno, argumentó que esta era una ocasión especial donde se había ensuciado el doble de platos que lo normal y que exigía una resolución presidencial para que alguien los ayudara. Para aumentar la confusión, el cocinero auxiliar nombrado ad hoc para ese día y que a último momento había sido designado para integrar la policía agregó:
-¡A mí no me jodan! Miren el despelote que hay, yo soy parte del gobierno y no vy a lavar ni un plato.
La discusión se generalizó amenazando con salirse de cauce. Una rápida consulta con Fontaine y con Flores, y el Gringo Nasoni gritó tratando de hacerse escuchar.
-¡Terminado, hacer silencio por favor! El gobierno, unido en pro de la justicia y la equidad, ha resulto que, con el homenajeado a la cabeza, los festejantes levanten los platos y ayuden a lavarlos. ¡En silencio, arreglen, barren y ordenen todo y se van a dormir, que hay gente que hace rato está tratando de hacerlo! He dicho.
Grandes protestas, pero el pueblo responde y la tarea se inicia; Olezza, ahora Maquiavelo fracasado, transportó entre rezongos una gran pila de platos. De pronto se paró y levantando la voz propuso también trabajar. El Gringo, viendo que la situación podía volver a descontrolarse, contraatacó.
-Si nosotros trabajamos, ¿quién controla? Para eso fuimos elegido por el pueblo –dijo –dijo tratando de acallar la propuesta y ya liberado de su subordinación mental a Olezza.
Los amotinados no se resignaron y le pidieron al Pelado que no dejara así las cosas, especialmente porque él había propiciado la República y no era lógico que terminase lavando platos en el día de su cumpleaños. Rabioso por el fracaso de su manipulación, llegó a la cocina y cerró la puerta.
Por los delgados paneles se filtraba su voz, y los del gobierno escuchamos claramente cómo arengaba a la masa enardecida proponiendo derrocar al dictador y a su séquito, que los sojuzgaban abusando del poder que le han conferido. Hartos de limpiar y secar platos, respondieron positivamente:
-Eso, eso… ¡Derroquémoslo y que terminen de lavar los platos ellos! –gritó la mersa, deseosa de revancha.
Desde el comedor, tratamos en vano de abrir la puerta para atacarlos. No lo logramos, pero escuchamos sus planes y nos aprestamos para la defensa. La guerra ya era inevitable. El sitio elegido para replegarnos en caso de ser desbordados fue la usina, lugar desde donde podíamos dejar a oscuras a los insurrectos. De allí, trajimos unos cuantos matafuegos, almacenados en ese lugar por estar vencidos y fuera de uso.
Los oponentes disponían, como su mejor arma, de la gran olla con agua grasienta donde lavaban los platos; llenaron con ella las jarras de jugo y al gripo de “¡abajo el dictador y sus secuaces!”, irrumpieron en el comedor donde los aguardábamos.
La diferencia de número y los matafuegos vencidos nos obligaron a huir prontamente, empapados y derrotados. Nasoni cortó la energía eléctrica según lo previsto y los insurrectos regresaron al calor de la casa habitación dejándonos afuera y muertos de frío. ¡No quedó otra opción que rendirnos!
Ante los pedidos de clemencia y la promesa de lavar los platos restantes, nos dejaron entrar, gracias a la mediación de Olezza. Acabada la República y la fiesta, nos dedicamos a limpiar el desastre en que se había convertido el comedor.



El juego dejaba sus enseñanzas para estos hombres de armas acostumbrados a instituciones verticalistas, ante una experiencia que mostraba las pasiones humanas siempre tan difíciles de contener. Pero como todo formaba parte de una fiesta, hubo de dársele a República un final inolvidable.


Casi sin ponernos de acuerdo, reflotamos el proyecto, interrumpido por la guerra, de “mantear” al festejado.
-Señor, usted que es el homenajeado no trabaje más, a ver si después no nos quiere llevar al Polo –le dijo Eduardo.
-Dese un buen baño y para cuando vuelva estaremos esperando con algo especial para que termine bien el día –acotó alguien.
-Ahora que está más viejito, tenemos que mimarlo –terció otro.
Convencido de su indudable liderazgo y ascendiente sobre el populacho, Olezza se fue a bañar y regresó vestido con la muda que usaría para volver a Buenos Aires cuando el avión zafara de la nieve blanda. Antes de que pudiera protestar o resistirse, lo habíamos cubierto de kétchup, harina, huevo en polvo y cuanta otra cosa estuviera disponible en la cocina.
Luego, a voz en cuello y bastante desafinado por cierto, le cantamos el “cumpleaños feliz”, seguido del “Porque él es un buen amigo”. Nunca se lo pregunté, pero supuse que recordaba esa manteada”, no como una falta de respeto o un bautismo polar, sino como una demostración del afecto a la que su hombría de bien le hacía merecedor. Confirmado mi presunción, años después, leí en su libro Había una vez en la Antártida… cómo contaba Olezza con humor este episodio.

Mario Luis Olezza (Buenos Aires, 25 de febrero de 1929 - Buenos Aires, 3 de junio de 1977), aviador militar argentino quien realizó el Primer Vuelo Transpolar Transcontinental. 

En 1965 alcanzó la base McMurdo en el hemisferio oriental del Polo Sur, dicho vuelo se inscribió en las efemérides de la aviación mundial.
Fue Presidente del Aeroclub Argentino, poeta, escritor, periodista, y director de Radio Nacional.




EVOCACIONES.Junio 29 de 1770. El gobernador de las Malvinas dispone un oficio sobre la misión de vigilancia confiada a Bernazani en el Puerto de la Cruzada.

Se trata de las operaciones a realizarse sobre el emplazamiento inglés en el sitio denominado por ellos Puerto Egmont, y que el 10 de junio había sido desalojado por las fuerzas de Madariaga, enviadas desde el Río de la Plata.

Hasta entonces Madariaga había demorado la partida de los ingleses desalojados con la finalidad de impedir acciones disuasorias por parte de la Corona española, que tenía una diplomacia vacilante ante la poderosa Inglaterra.

Querían presentar una situación ya consumada, que evitara un marcha atrás como en algún momento va a darse por parte del Rey Carlos III  (imágen) , y de su ministro Grimaldi.


Esta situación, y no otra, será la  que dará origen a las denominadas cláusulas secretas de abandono inglés, que nunca pudieron ser demostradas documentadamente.


EVOCACIONES. 28 de junio de 1966. Un golpe de estado en Tierra del Fuego.

El movimiento militar conocido después como La Revolución Argentina derrocó este día el gobierno constitucional del radical Arturo Illia.

Los relevos se dieron en todo el país, allí donde había un representante del pueblo pasó a tomar ingerencia directa un oficial de las fuerzas armadas. En el caso de la Tierra del Fuego la ejecución de la acción revolucionaria la protagonizó la armada.

Fue así que a nivel territorial fue separado del cargo el riograndese Ruperto Bilbao, haciendo cargo de las oficinas de gobierno el Capitán Tirzo Rarnulfo Brizuela, hasta que más tarde –el primero de septiembre- el Poder Ejecutivo nacional nombrara gobernador al Contralmirante José María Guzmán Guzmán, hombre que había cumplido idéntica función luego de la Revolución Libertadora.

En el municipio capitalino el interventor fue el Capitán de Corbeta Salvador Pesino, desplazando al intendente y disolviendo al Concejo Deliberante.

En el caso de Río Grande la intervención estuvo de manos del Capitán de Corbeta Patricio Boggan, que ocupó el cargo de Intendente ejercido por el radical intransigente Roberto Wilson, y disolvió el concejo deliberante.

Pero lo particular en nuestro pueblo fue que más tarde Wilson sería invitado por el gobierno militar a ocupar la intendencia, y aceptaría continuando en el gobierno hasta un año más.

El acto insurreccional se dio mediante un protocolo administrativo identificado como Acta número 1, en la cual el Capitán de Fragata de Infantería de Marina Gustavo Alverto Mauvecín, en representación del capitán Tirso Arnulfo Brizuela –a cargo del Gobierno del Territorio- conjuntamente con las autoridades que firmaran el acta, dejan sentado y establecido:

El cese en sus funciones como Intendente de Roberto Wilson.

La designación como Comisionado Municipal del Capitan de Corbeta de Intgafantería de Marina Patricio Bogan.

La designación como delegado del Jefe de Policía en Río Grande del Teniente de Navío de Infantería de Marina Sergio Araoz de Lamadrid.

La designación como asesor contable del Comisionado Municipal del Teniente de Navío Contador Víctor González.


Firmaron el acta en conformidad los Concejales Lilian Roberts de Finocchio, Francisco Bilbao y Luis Ramon Rivero.



MADURANDO RECUERDOS PETROLEROS.3

Ustedes saben como vino la historia, ahora sabrán como termina... (*)

Y como no hay dos sin tres solicito en el momento de la despedida la atención sobre otra circunstancia, esta no apoyada en documentación judicial pero si en variados testimonios que han preferido el anonimato.

Por entonces, y ya estamos sobre los años 70, imperaba en YPF el trabajo por turnos que exigía de sus empleados ausentarse de la localidad por algunos días, permitiendo el relevo de los que en el campamento los había precedido en sus trabajo.
El horario de reunión era temprano, más bien de madrugada, y por ser en aquellos días el cumpleaños de uno de los que debía partir se coincidió en que en vez de esperar la visita del transporte en un itinerario que se acercaba a cada domicilio de estos empleados se congregarían en una de esas casa donde atendían esas “chicas que fuman”.
Hubo distintas interpretaciones sobre la naturaleza del jolgorio que iba de la mano de la retribución merecida por el cumpleañero que era buen cliente de la casa. No se sabe si fue porque quisieron expulsar a otros clientes, o porque también confrontaron con los hombres dorados de la policía, es que la cosa pasó a mayores y con la ayuda de una patrulla militar se los detuvo y derivó a las nuevas comisaría de Belgrano y San Martín.
La sola instrumentación sumarial entre los inculpados llevaría un tiempo que demoraría el retorno de los que en el campamento esperaban la finalización de tiempo de tareas.
Esta situación preocupó a las autoridades petroleras que asistían en aquel tiempo a una etapa de exigencias sindicales asentadas en los derechos adquiridos por los trabajadores, y algunos por adquirir.
Los reclamos llegaron a distintos ámbitos, y ya se desde los cuarteles, como desde la esfera municipal se pensó que había que hacer la vista gorda y permitir que partieran cuanto antes los arrestados, llevando la paz social al sector laboral que se repartía entre el campo y la ciudad.
Y la ciudad LA CIUDAD NUEVA, el periódico que había comenzado a editar Leonor María Piñero, recibió una colaboración poética de la doctora Nelly Iris Pennazzo de Penazzo, que por entonces había comenzado a darse a conocer literariamente con el pseudónimo de Alba Chamán.
Nelly fue la primera médica que se radicó en Río Grande, y era una médica con todos los títulos, su tesis de doctorado había tenido por tema LA PROSTITUCIÓN.
Dudo que Leonor haya sido informada sobre el trasfondo social que encerraba el poema que publicaría bajo el título de EL CAMPAMENTO, pieza literaria que incorporaríamos con los años en forma de canción –la interpretación fue de Fredy Gallardo- cuando con Patricia Cajal realizamos la Fundación Poética de Río Grande.
Entonces este poema, con su parte cantada y su parte recitada, era una reivindicación del rigor vivido en aquel tiempo por los hombres solos que en medio de la labor petrolera tenían un singular nomadismo en el norte fueguino.
Agradeciendo la atención de todos ustedes a mi lectura, la que han privilegiado para otra serie de  charlas que en estos días serán seguramente más memorable, me despido con la lectura de EL CAMPAMENTO de NELLY IRIS PENAZZO DE PENNAZO, entonces ALBA CHAMÁN, la Bruja Blanca.

El poema dice:

Navegante terreno. Hombre soleado
trabaja cien jornales sin un lamento.
No me quites mi amada, quítame el viento,
no me quites senderos, hombre dorado.
Dame tregua empresario de las lomadas,
libérame los ojos, domingo abierto.
Es inútil pagarme mi desconcierto,
yo soy bueno y certero en la estocada.
Hombre de campamento. Hombre escarpado,
fragmentado en el ripio, yo me hice roca.
Quiero un cielo azulado, redondo y suave.
Hombre sin días libres, yo me he escapado.
me quedaron abiertos, brazos y boca
para tocar el cielo, yo soy un ave.

Hombre de mil jornadas.
hombre que sabe
que el descanso es salario,
Hombre, coraje.
Él se obliga a callarse
día tras día
y decirle a su amada:
Ya no eres mía.
Él se enrosca en las rutas
tiembla en el valle.
El tirita de miedo
hombre coraje.
Hombre de luna llena.
noche vacía.
Especula domingos,
vende su vida.
Hombre de mil jornadas
hombre coraje.
este domingo dijo
mi último viaje.
Hombre lleno de ayeres,
por una amiga,
reconquistó el mañana

para su vida.



(*) Ilustramos la presente entrega con imágenes de la escultura al trabajador del petróleo, en la sede sindical de la calle Ameghino.







EVOCACIONES*** Junio 27 de 1897. Naufraga sobre la costa de Puerto Deseado el buque Magallanes llevando un conjunto de notables:


El Doctor Polidoro Seguers, que viajaba para desempeñarse como médico en la gobernación fueguina, después de haber servido de igual forma en la expedición de Ramón Lista.

Los gobernadores de Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Y el Reverendo José María Beauvoir.

Beauvoir había nacido en Turín en 1850 graduándose de maestro en 1872 como paso previo a la consagración sacerdotal que se daría tres años más tarde. Llegó a Buenos Aires en 1879 desempeñándose como maestro en el colegio San Carlos. Acompañará después a José Fagnano a Patagones cuando se levanta la primer capilla católica de la patagonia argentina.



En 1884 es designado capellán de la Provincia de Santa Cruz, y en razón de tal cargo la recorrió extensamente a caballo.

Residía en Buenos Aires cuando Fagnano luego de conocer Tierra del Fuego solicita su concurso para iniciar la labor misional desde Punta Arenas.

En ese accidentado viaje se produce el naufragio en el Magallanes, de que dejará Beauvoir un interesante testimonio...

“Imposible describir el pánico y las ansias mortales que se apoderaron de todos los que allí estábamos. Un ir y venir atropellado, un griterío ininteligible, un llorar de las mujeres y de los niños, un correr de los marineros yendo desatinadamente de proa a popa, todos mandaban y nadie obedecía, en fin un pandemoniun indescriptible”

Beauvoir agrega también que durante el desembarco en botes: “Vi a mas de uno empujar a otro y quitarlo de un puñetazo para ponerse en el mismo; a ninguno vi invocar el auxilio divino y pedir a Dios misericordia, solo se oían blasfemias e imprecaciones horrendas. Hubo quien clavó en el cielo la mirada y agitando el puño maldecía a Dios. Me horroricé pensando que estaba quizá al borde de la muerte y desafiaba al rigorosísimo Juez que entre poco tal vez le habría de juzgar. Otro, con el revolver en la mano, estuvo a punto de pegarse un tiro si no le hubiese faltado ese valor satánico. ¡Cuánto desvarío en esta desgraciada humanidad!!!




EVOCACIONES. 26 de Junio de 1947. La Infantería de Marina se instala en la Tierra del Fuego.



Es en cumplimiento de las directivas navales por las cuales nace el Destacamento de Vigilancia y Seguridad de la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego.

La unidad fue preparada en Río Santiago bajo el comando del Guardiamarina José Cesar Scala, teniendo bajo sus órdenes dos suboficiales superiores, siete subalternos y 78 conscriptos clase 1925.

Los infantes así embarcados llegaron a Ushuaia el  7 de octubre de 1947, poniéndose bajo las órdenes del Gobernador Marítimo Capitán de Navío Mario Sánchez Negrete; el que les dio destino en primero en el Destacamento Aeronaval de la capital fueguina, y más tarde –el 23 de Noviembre- en un sector del antiguo presidio.

Recién al año 1951 destinará una compañía a Río Grande, a ocupar los cuarteles del Ejército que fueran transferidos a la Marina en 1944. Al año siguiente nuestro pueblo será el asiento de la unidad que dejará tan solo una compañía –la Obras- en la ciudad de Ushuaia para tareas específicas de vigilancia.

Al año siguiente –1953- recibirá la denominación de Batallón de Infantería de Marina Número 5, adquiriendo años después el calificativo de Escuela.


La unidad, en el año 1982, cumplió tal vez el rol más meritorio de todas las fuerzas argentinas en la defensa de las posiciones encomendadas en las islas Malvinas.

JOSÉ MARÍA CASTIÑEIRA DE DIOS, entre místico y militante.




Desde su reciente muerte buscábamos el momento para escribir sobre él. La oportunidad la dado el clima de estos días, encendido en lo político, y el recuerdo de la gestación de una frase en él, en boca de Eva Perón: Volveré y seré millones.
Nacido en Ushuaia, donde su padre trabajó en La Anónima, vivió ocupando cargos de relevancia y en las declinaciones de los proyectos políticos mantuvo una labor empresaria.
Ligado al peronismo en la gestión pública tuvo sus retornos a la isla añorada.

En su antología enredó algunas palabras cuando nos acercamos a saludarlo.


  
Y finalmente el poema cargado de una religiosidad de pueblo, la deidad profana de los argentinos.

EVA PERÓN DICE, DESDE EL CIELO,  “Volveré y seré millones!

Copla

Aunque la muerte me tiene
presa entre sus cerrazones
yo volveré de la muerte,
volveré y seré millones.

Glosa

Yo he de volver como el día
para que el amor no muera,
con Perón en mi bandera,
con el pueblo en mi alegría.
¿Qué pasó en la tierra mía
desgarrada de aflicciones?
¿Por qué están las ilusiones
quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos
volveré y seré millones.

Pido un lugar en tu pecho
y aunque lo tengo y lo sé
que me das lo que se ve
sólo un corazón deshecho.
¡Tanto es el mal que te han hecho,
mi pueblo, con sus traiciones
que claman los corazones
y me llaman y ya voy,
desde la muerte en que estoy
presa entre sus cerrazones.

Tantos rostros, tanta pena
tanta espiga de dolor
y la vida alrededor
con su cepo de condena.
Ya tu suerte me enajena,
Pueblo mío, y me sostiene
sólo el amor con que viene
tu llamado hasta mi ausencia
yo volveré a la querencia
aunque la muerte me tiene.

Yo he de volver, como sea,
junto al pueblo dolorido,
con mi fervor encendido
convertido en una tea.
Y sin que nadie me vea,
sin que el opresor se alerte
ni el cancerbero despierte
ventearé casa por casa,
para reavivar la brasa
yo volveré de la muerte.

Envío

Toda mi vida es un río
que anda rodeando la tierra
con ese pendón de guerra
Que solo al pueblo confío.
¡Mi pueblo, ese signo mío,
este amor sin más razones!
Presa entre sus cerrazones,
y porque soy libre y fuerte,
yo volveré de la muerte

volveré y seré millones.

EVOCACIONES. 25 de junio de 1890. Queda habilitado el servicio de correos en Tierra del Fuego.


La circunstancia se da con la designación de Arturo Coronado al frente de una estafeta postal en la población de Ushuaia.

Un mes más tarde, el 25 de julio de 1890, se habilitaría una segunda estafeta en el norte fueguino –San Sebastián- a cargo del jefe policial Alejandro Lías Pol.

El servicio de correo se imponía de esta forma a partir de estos hechos administrativos sobre otras situaciones informales destinadas a mantener fluidez de comunicaciones entre los nuevos habitantes de estas comarcas, sus afectos lejanos, y la formalidad de los trámites de la administración y el comercio.

La mencionada estafeta funcionó en el ámbito de la primera casa de gobierno, construida durante la gestión del Gobernador Paz, y conocida más tarde con el nombre de El Cabildo, edificio de una sola planta que terminaría destruido por las llamas el 30 de junio de 1920, para ser reemplazado más tarde por el edificio de planta alta ocupado recientemente por la legislatura, y tan pronto restaurado.

Las estafetas aquellas, como la nacida para Ushuaia un día como hoy pero del año 1890, tenían un trabajo relativo... dependían de la llegada y salida de un barco, cosa que nos e daba a veces en meses.


El encargado de la primera estafeta fue a la vez primer Juez de Paz de Ushuaia, designado a propuesta del segundo gobernador territorial Mario Cornero.


MADURANDO RECUERDOS PETROLEROS.2


Un segundo paso en nuestra intervención en el ciclo de conferencias organizado por el IAPG, yo fui el primero en hablar, la última mi hija María Florencia por la empresa YSUR, pero ya me encontraba fuera de combate.


Cerrado el primer caso judicial, e ingresamos a un episodio contravencional en aquellos días en los que se recuerda no eran pocos los conflictos entre lugareños y los petroleros norteamericanos.
El caso fue caratulado TURNAJE, JORGE. Lesiones leves, y bajo el número de expediente 920/60 nos llevará al 12 de junio de aquel año, y al sitio de la Sociedad Chilena de Socorros Mutuos en Pleno centro de la ciudad. Ese era un día de significación cultural puesto que se presentaba en Río Grande el poeta salteño Jaime Dávalos.

Pero resumamos lo que pasó.
Las diligencias se inician la noche del 12  de junio de 1960 en sumario policial en el cual el norteamericano aparece con el nombre Jack, y se señala que estaba acompañado por su esposa, al igual que otro connacional Jimmy Pollard, y un tercer petrolero tejano  llamado Walter Jhonnson con el que compartían una mesa.
Del lado de las víctimas se encontraban Sergio Barrientos Ojeda, chileno naturalizado argentino, empleado de obras de Marina, domiciliado en Espora y Alberdi: lo acompañaba en su mesa Carlos Manuel Jerez. Los locales pidieron para su consumo una botella de manzanilla.

Se presentaba esa noche, como un gran acontecimiento cultural, el poeta Jaime Dávalos en una velada de gran concurrencia puesto que se proponían juntar fondos para enviar a Chile, donde se había registrado un sismo de consecuencias desastrosas. Presentó el número artístico principal el presidente de la entidad Mirco Mihoviloch, empleado petrolero, solicitando el debido silencio para escuchar al vate.
Todos aceptaron la recomendación menos los norteamericanos que en evidente estado de ebriedad proferían altas voces en inglés, y se reían.
Fue entonces cuando Barrientos los interpeló con un cinematográfico “Sharap”, lo que motivo que Tournaje se encrespara.
Se lo identifica como un empleado de perforación robusto, con educación secundaria, el que sacándose el saco dará golpes de puño sobre el rostro de Barrientos enviándolo al hospital.
Todos los que hemos conocido a Sergio recordamos su pequeña estatura –calzaba zapatos 34- y con los años adquirió notoriedad en la vida política fueguina siendo dos veces concejal por el Partido Justicialista, en cuyo segundo mandato –en 1983 ejerció la presidencia- en una feliz experiencia que me tocó compartir.
Por diligencias posteriores sabremos que Tournaje será detenido dándosele luego libertad por caución juratoria.
El expediente no trae novedades hasta el 28 de diciembre de aquel año donde se agrega el único testimonio de la causa, más allá de la diligencia policial que llevó a uno al hospital y a otro a los calabozos de la calle Elcano; es cuando a pedido del juez federal comparezca el 28 de diciembre de aquel 1960 Franka Susic viuda de Bonifetti, argentina de 27 años; que por entonces aunque no lo decía el expediente integraba el Consejo Asesor Territorial designada por el Presidente Arturo Frondizi a pedido del Gobernador Manuel Campos.

Emilia, que así se la conocía a Franca para diferenciarla de su madre, dirá que esa noche estaban presentes los tres norteamericanos, no mencionando sus esposas, que los mismos se encontraban en evidente estado de ebriedad y que parloteaban en inglés con fuertes risas en momento en que toda la concurrencia ya había hecho silencio.
“Gran parte del público chistaba a los extranjeros”.
Esto irrita a Pollac que procede a golpear… a Jerez. Es decir el compañero de mesa de Barrientos.
Algo va cambiando en el testimonio.
Tournaje entra en la refriega, “por poco se arma una gresca de proyecciones”, dirá Bonifetti. El presidente de la Asociación Chilena interviene apaciguando. Pide a la orquesta que interprete algunas piezas musicales para tranquilizar a las fieras y entonces Jack sale a bailar evidenciando su estado de ebriedad.
Previamente había traído a su mesa botellas de bebida que se habían servido en otras mesas, generando una gran discusión.
El testimonio de la dama dice que el lesionado había recibido un tremendo golpe que lo afectó en un ojo y la nariz.
El expediente se volvió confuso. Los agresores y los agredidos son distintos entre junio y diciembre, pero tal vez haya sido una provisión dada en Ushuaia, cuando el petrolero estaba largamente en libertad, y donde concurría frecuentemente Emilia que tal vez solo fue testigo de oficio para cerrar la providencia.
Tournaje será condenado a dos meses de prisión en suspenso, y cuando el 19 de julio de 1961 se le quiera cobrar los $ 469 de sellado correspondientes ya no residirá en la jurisdicción fueguina.
Este incidente es uno de los tantos que ocupaban la noche fueguina en aquellos prósperos días del boom petrolero; y era comentario habitual la prepotencia de los empleadores con los operarios, en la mayoría chilenos, los que eran amenazados con devolverlos a su país –buena parte de ellos no estaban radicados- si no se avenían a un severo régimen laboral como el que gustaban de imponer.

En el recuerdo de los jóvenes vecinos de entonces aquella circunstancia vivida cuando vino Jaime Dávalos adquirió múltiples matices, y hasta se habla de una pelea entre Barrientos y en descomunal yankie; en la que perdió por puntos.., en la cabeza.



Las imágenes corresponden a Jaime Dávalos, la estrella que nos visitaba, un cupón de afiliación a la Sociedad Chilena y Emilia en años florencientes. Agregamos la imagen de los parroquianos, con Sergio Barrientos Ojeda al centro.

EVOCACIONES*24 de Junio de 1858. Jemmy Button y su familia en Keppel.


El joven yagán era una de los sobrevivientes de la experiencia de la Beagle que los había llevado a Inglaterra con la finalidad de reeducarlo y luego reincorporarlo a la vida fueguina.

El reverendo Despard, abordo de la Allen Gardiner, fue a encontrarlo en el Puerto Cinco de Mayo en Navarino, y allí lo convenció de conocer la Misión que en Kepell pretendía ayudar en la tarea de educación y evangelización de los nativos fueguinos.


La situación era auspiciosa.

Lavado, vestimenta, oración y trabajo era el primer mandato al que debía acomodarse la familia, y la tarea –por supuesto- no sería fácil.

Jemmy viajó con su esposa Lashawyakeepa (Keepa singnificaba mujer), su hijo de 14 años denominado Threeboys, su hija de ocho años y otro varón 12 meses.

De su mujer dirá Despard en su correspondencia que asemejaba una mujer gitana, en tanto que el nombre de Threeboys  se debía a que en el perdido conocimiento del idioma inglés, al serle preguntado el nombre de su muchacho el entendió que se le interrogaba sobre la cantidad de hijos que tenía, por lo que dijo Threeboys, dado que tenía tres hijos, y con ese nombre pasó a recordárselo al mayor de los muchachos de Jemmy Button (Botón).
















MADURANDO RECUERDOS PETROLEROS. Un escrito de Óscar Domingo Gutiérrez

En ocasión de la reciente conmemoración de los 33 años del descubrimiento de hidrocarburos en la Tierra del Fuego, fui invitado por el Instituto del Petroleo y Gas, filial local, a realizar una charla de apertura.

Y sobre lo vivido aquel día realizo la primera de tres entregas.

Fue hace ya un tiempo: se cumplían cincuenta del descubrimiento de hidrocarburos en Tierra del Fuego y entre los aconteceres que se buscaba despertar, había una historia por escribir.
Se acercó para hablar del tema Néstor Ortiz que por entonces operaba para el Instituto de Petróleo y Gas y vimos las posibilidades.
Yo tenía presente que veinte años antes se había festejado con cierta pompa aquella historia del TF 1 y su surgencia esperanzadora; recordaba por un lado los dichos del Ingeniero Lizandro Guarnieri, responsable de aquel feliz momento, dados en el gimnasio de YPF donde se realizó la fiesta. La trasmitíamos en Radio Nacional y grabamos el acto. Ese día anduve acompañando a los artistas que vinieron para amenizar la velada; los Quilla Huasi, Mariano Moreno, entre otros. Al día siguiente caí enfermo y cuando volví meses después pregunté sobre que había quedado de aquel momento y no había nada. Con los años Carlos María Ratier me acercó una copia del discurso de Guarnieri a la vez que publicaba el mismo en la revista Tiempo Comunitario.
Guarnieri como para ganarse todos los aplausos de la concurrencia hacía una relación sentida de la llegada de aquellos primeros petroleros a la Isla Grande, sector argentina, donde se seguiría el rastro de los logros dados antes en Chile donde la exploración estaba a cargo de empresarios norteamericanos.
El jefe ypefiano contaba de los pormenores de su labor en este sur, de una simpática relación de abusos y concesiones con sus vecinos salesianos, del amor despertado aquí que le permitió llevarse una esposa fueguina.
Tener ese registro era un punto de partida valedero para armar una historia de cincuenta años de petróleo en tierras fueguinas, y lo demás lo darían los archivos propios, y los testimonios de tanta gente –vecina nuestra- que vivió para estas tareas.
Pero había que delimitar campos de acción. Los historiadores, aun los humildes que escribimos en la sola dimensión de nuestros pueblos, tenemos problemas para interpretar acontecimientos cercanos. Entonces nos valimos de la experiencias directa que tenía el Negro Ortiz en la secretaría del yacimiento, muy cercano a los administradores de la cosa pública petrolera de los setenta para acá, los setenta marcaron el tiempo en que él se muda de su Comodoro –él era catadorense puesto que había nacido en Catamarca  y criado en Comodoro Rivadavia-, decimos de su Comodoro a este norte fueguino.
Y así nació la cronología sustancial de la publicación que ahora recuerdo. Ese invierno del 99 contraje una enfermedad que todavía me acompaña y para el 17 de junio la tarea no estaba completada. Retomamos meses más tarde con un viaje a Comodoro, Caleta y Cañadón Seco donde estaban algunos de los protagonistas de aquel descubrimiento. Ortíz fue mi chofer y mi guía, fueron múltiples simpáticas experiencias que terminaron por delinear páginas que estimamos aún pueden ser leídas.
Pero hemos recibido la invitación a participar de este momento y lo hacemos rengos para la marcha. Nos falta una pierna fundamental en aquel logro, que fue Néstor Ortiz; y a la vez la erudición propia que se pueda requerir de un investigación del ayer que en temas tan complejos como los de la producción petrolera podrían demandar estudios estadísticos, económicos, productivos, legislativos.
Muchas cosas fueron cambiando entre el 49 y el presente, cambios que con el tiempo en algunos casos fueron cuestionados por las derivaciones que tuvieron pero que en su momento fueron aceptados ampliamente como cambios necesarios.
La tardía resolución de la exploración en explotación, la incorporación de las empresas norteamericanas, la resolución de otorgarle a YPF el monopolio en el área, la diversificación al sector privado, los embarques que comenzaron a entregar regalías sustanciales para el manejo del estado fueguino, el gas que se comenzó a impulsar al país lo que antes se quemaba, la entrada del sector privado a la vez que comenzaban las tareas costa afuera, la salida del estado y sus consecuencia sociales terribles para buena parte de población petrolera, el retorno de antiguos discursos, la inversión y el trabajo callado que siempre caracterizó a esta tarea.
Historiador de pueblo, un poquito más que periodista, quisimos armar esta evocación con algunos decires que se incorporaron en algún momento a la memoria colectiva en situaciones que tal vez sirva para despertar sonrisas nostalgiosas o incrédulas entre quienes asisten a este momento.
En una de ellas vamos a recordar ásperos conflictos que llegaron a los estrados judiciales.
En otra disputas cotidianas que se tradujeron en hechos contravencionales.
Y finalmente apetencias genésicas que terminaron teniendo una relación poética.
La primera circunstancia tiene número de expediente en la Justicia Federal, es el 738/59. Fue iniciado por Jorge Frederitz Marazly, administrador de estancia Sara que denuncia daños en perjuicio de ese establecimiento. Todo se centrará en la muerte de unos cuarenta lanares. Los mismos caen en pozo abiertos por los petroleros de LAUGHLIN PORTER, que realizan tareas de perforación en sus campos, y según las pericias realizadas por el Doctor –médico veterinario-Raúl Chiflet, el comerciante Estanislao Dóbronic  y el estanciero Ruperto Bilbao, son todos animales finos de cruzas razas merino y corriedale.
El administrador del establecimiento ganadero realizaba una denuncia contra YPF, basándose en los siguientes daños:
DISMININUCIÓN del suministro de agua, por préstamos de tierra a caminos en abundancia, adyacentes a los pozos.
PERDIDA de fluidos que ocasiona manchas en la lana de los animales con la consiguiente pérdida de valor en este producto.
ROTURA de alambrados y líneas telefónicas.
Entrando en detalle dirá, y adjuntará fotografías, del lugar denominado LA VEGA donde se acumuló gran cantidad de agua, impidiendo al mojar los animales las tareas de bañado antisárnico durante el último año
El funcionario judicial actuante manifiesta que a su parecer no hay dolo en todas estas circunstancias que resultan imprescindible para las tareas propias de la labor petrolera.
Se toma testimonio entonces al ingeniero Alonso Alegría, representante de la empresa CIME, quien expone que la firma a su cargo trabaja en la realización de un gasoducto y un oleoducto, cuya mayor extensión está en la Estancia Sara. Que los mismos se han hecho en base un trazado previo elaborado por YPF, reconociendo que han quedado uno dos kilómetros de zanja abierta.


A esta altura del expediente se plantea la evidente falta de respeto a la propiedad del establecimiento, ignorando el denunciante si hay un convenio de cómo realizar las tareas.
Alegría dirá que cuando se corta un alambre se lo repara, el Admistrador señalará en todo en todo momento esas tareas han sido realizada desde su establecimiento.  Dirá luego que existe una extensión de cinco mil metros de zanjas abiertas porque YPF no proveyó de las cañerías necesarias.  Y que se quedaron sin continuar la tarea cuando YPF entregó el yacimiento el 5 de mayo de 1959.
Carlos Roberto Layún, ingeniero jefe de YPF, dice desconocer roturas en los teléfonos, como así también las causas del crecimiento de la lagunas, dando lugar al testimonio del titular de la firma ECOFISA encargada de construcción de caminos.
Luego de él se toma la palabra del titular de SADE, que trabajó en el tendido de una red de alta tensión estimando que la laguna de la zona de los arroyos sería producto de alguna cañería mal atornillada, pero advirtiendo también que ya no es YPF quien opera en la zona, puesto que desde el 16 de abril de 1959 se ha hecho cargo de yacimiento la firma norteamericana TENNEESSEE. El titular de SADE en Tierra del Fuego es el ingeniero Roberto Félix Hume es quien reconoce la existencia de un trazado de 22 kilómetros, en campos de SARA, y que en la realización del tendido se ha perforado para colocar los postes agujeros de una dimensión de 1, 20 metros de profundidad, por 3 metros de ancho, en número de 51, y que al no taparse han encontrado animales muertos en su interior. Señala que la demora en completar la tarea se ha debido a que YPF no llevaba a aprobar las tareas realizadas.
A todo esto el administrador de Sara, saca cuentas y dice que los daños de 1954 a la fecha sumarían $ 8. 616. 924.
Luis Manuel Bedoya, de ECOFISA admite que el trabajo de construcción de caminos se inició en 1957, que no hubo tiempo de reparación de canteras por mal tiempo, señalando además que faltos de maquinaria propia usaban las que les alquilaba YPF, que no siempre las tenía a disposición. Que cuando realizaban un corte de alambrado lo comunicaban a YPF, suponiendo de ellos informaban a la estancia.
Ottis James Johnnson, superintendente de Lauring Porter hablará por intermedio de un intérprete, el polaco de 33 años Bladimiro Torsesky, admitiendo que su firma fue contratada por YPF en diciembre del año anterior, excusándose que los materiales de construcción no están abandonados, si no a la espera disponibilidad de uso para cuando mejore el clima. Que no puede responsabilizarse de pozos que ha construido YPF con antelación a su llegada. Dirá también que el suelo congelado ha dado lugar a derrame de las piletas ignorando si los materiales usados; Bentonita, Barro y Agua, afectarán el desarrollo futuro de las pasturas, pero estando convencido que no son tóxicos.
A esta altura del expediente las pericias ganaderas se refieren a  técnicas de clasificación de animales afectadas, puentes rotos, cortes de faldeos, destrucción de la capa vegetal, estimando los daños en un monto de 22.150 U$S.



Thomas Blackwell, técnico petrolero responsable de Teenneessee Argentina lleva a Jorge Sánchez de intérprete, señalando que no recibieron instrucciones de YPF sobre que hacen con las obras inconclusas.
Las autoridades no pudieron tomar testimonio de otra contratista que había intervenido en Sara, la firma Evangelista; la misma había levantado campamento ausentándose a un lugar desconocido…
Se incorporan entonces al expediente dos fotocopias. La de un convenio firmado entre YPF y SARA. Y un estudio técnico productivo de la estancia.
El primero fue firmado el 30 de abril de 1957, con vigencia al 1 de enero anterior. En el mismo el general Alfredo Insurgnat, y Carlos Braun Menéndez, dan al documento características de convenio, por el cual se autoriza a trabajar en los lotes 18, 19 y 20, instalando pozos a razón de dos hectáreas por cada uno, caminos complementarios, campamentos a menos de 200 metros del pozo. Se pagará por única vez $ 45 por pozo, $ 22,50 por kilómetro de camino y $ 9 por kilómetro de cañerías. Luego se establecen arriendos trimestrales de $ 4 por líneas de teléfonos, 9$ por campamento, y otro tanto por kilómetro de caminos, más $ 3,6 por kilómetro de caminos. Se admite en el mismo tiempo un pago de $ 150 en carácter indemnización mensual por daños eventuales. Se encomienda a la estancia asignar personal para evitar la mezcla de hacienda donde hay tranqueras sin guardaganado, y al personal petrolero al cuidado de los lanares.
El convenio tendría una duración de diez años tras lo cual podría caducar o firmarse otro. Al mismo tiempo a medida que la petrolera fuera levantando instalaciones cesarían los compromisos de pago.
Los firmantes dan domicilio en Buenos Aires, Diagonal Roque Sáenz Peña, ambas oficinas, a escasos 30 metros entre ambas (777 Y 747 segundo piso).
Sara aportará un estudio de producción sobre dos quinquenios, uno entre 1938 y 1943, sin producción petrolera; otro de 1949 a 1959, con la producción en marcha. El único índice en baja fue el de la parición de corderos, lo que dio lugar a sonrientes especulaciones.
El juez interviniente dio por sobreseídos los cargos iniciales, indicando que no hubo intención de dolo; dejando expedita toda acción civil que volvería a encontrar a las partes en tribunales porteños, como lo especificaba el contrato.
Aquel año se registrarían otras denuncias similares presentadas por los administradores Sutherland James ante el perjuicio ocasionado por la actividad Petrolera a Estancia San Julio; y Duncan Mac Leod por Flamencos, de idéntico tenor.