Mancilla golpéa la puerta.

Marcilla camino en su nuevo tiempo. Los senderos se bifurcan. Por un lado el camino del cielo. Por el otro el del purgatorio. Encara para el primer destino y piensa: -¡Si me falta para llenar la plana me van a enviar para el otro lado! Pero para todo habrá tiempo.
Mancilla golpéa la puerta.
Del otro lado silencio.
El espera que se sientan unos pasos pero no es asi, del otro lado como en este en que él está se camina sobre nubes.
De pronto la puerta se abre sin el menor ruido. Un hombre anciano pero alegre lo mira y sonríe.
-¡Son Mancilla, vengo de Río Grande!
-¡Mancilla, lo estaba esperando!
-Mire.. ¡qué bien! ¿Así que este será mi lugar?
-¿Qué otro podía ser?
-Bueno, no sé.-Mancilla espera un adelante y póngase cómodo, pero solo escucha el enorme suspiro del portero.
-Nos va a tener que hacer un favor..
-Ustede dirá.-dice inquieto nuestro hombre.
-Esta puerta.-afierma Pedro- no la podría sacar y colocar así medio de costado.
-¿La misma puerta?
-La misma. ¡No estamos para grandes gastos!
-Yo lo haría sin problema, pero me vine sin mi caja de herramientas.
-No se preocupe, el carpitero que tenemos aquí tiene la suya, pero hace casi dos mil años que nos estaba demorando este arreglo.

Mi padre era comunista



A pesar de la distancia, pero gracias a las redes sociales. he seguido con gran interés el debate suscitado en Ñ en relación a la figura de mi padre, el “gallego” Soto, y más específicamente a propósito del libroAntonio Soto: de Ferrol hasta el fin del mundo, escrito por mi dilecto amigo Lois Pérez Leira. Me veo en la necesidad de aportar desde lo personal algunas reflexiones con el fin de aclarar aspectos de la vida de mi padre, si bien el debate estuvo dado por mi otro gran amigo Osvaldo Bayer, quien me regaló mi historia personal, y el periodista señor Isidoro Gilbert, a quien no tengo la suerte de conocer. Creo que necesito expresar mis reflexiones, ya que de alguna manera yo he vivido el día a día de la investigación del libro de Lois Pérez Leira desde 1997 en que me propuso que buscáramos a Antonio como persona, hijo, hermano, padre.

Así durante todos estos años he compartido con él encuentros maravillosos con mi familia, lo que me permite hoy en mi plena adultez disfrutar de todos estos bellos recuerdos, más frescos, más palpables, en fin, vivir desde los afectos.

Comienzo mis reflexiones asegurando tajantemente que nadie en Punta Arenas sabía del pasado de dirigente huelguista en Argentina de mi padre, ni sus amigos personales, menos yo. Sólo me confesó que no podía entrar a dicho país, y con mi madre debe haber existido un pacto de silencio pues nunca pudimos conversar el tema ni siquiera después de publicado el libro de Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, a raíz del cual yo me enteré de que papá había formado otra familia, que tengo hermanos, y que mi padre era anarquista y había tenido tan destacada participación en esa historia.

Mi corazón siempre estará agradecido con Osvaldo Bayer, por haber sido quien sacó del anonimato a mi padre y quien realizó ese gran trabajo de investigación. Luego de las largas dictaduras de Chile y Argentina, nos llegó la primavera y pudimos conmemorar el centenario del nacimiento de mi padre.

Fueron actos que se realizaron en Ferrol, Buenos Aires, Río Gallegos y en mi natal Punta Arenas. Estos actos fueron organizados por la CTA y la CIG, Central Sindical Gallega, siendo el coordinador de todas estas iniciativas Pérez Leira.

En ellas participó Osvaldo Bayer, como principal referente histórico. Fueron unas jornadas memorables. A partir de aquellos actos con Leira comenzamos a pensar en la necesidad de seguir investigando la vida de mi padre, ya que quedaban aspectos desconocidos y yo quería saber toda la verdad.

Durante ese tiempo encontré a mis hermanos en Valparaíso y forjé lazos fraternos con ellos. Pude, con Lois, leer las cartas que conservaba mi hermana Alba, que nuestro padre le había enviado a su mujer, madre de mis hermanos y conocer, además, por boca de ellos, su militancia partidaria, que los obligó a vivir en varias partes de Chile, siempre evitando ser detenidos por comunistas. No sé qué rol jugaba él, pero Alba relata las continuas reuniones y su cambio habitual de casas; luego de 10 años, mi padre volvió al sur argentino, a Tierra del Fuego, con la promesa de reunirse posteriormente con su familia.

En una etapa reciente encontré a mi tía Elvira, hermana menor de mi padre; fue nuevamnete Lois el autor de esta búsqueda y posterior encuentro, justo el día en que celebramos los 110 años del natalicio de Antonio Soto. A partir de este maravilloso encuentro comencé a conocer mi historia familiar de primera mano. Durante horas mi tío Pedro Molina, esposo de Elvira, me fue relatando recuerdos familiares; así me enteré de que mi padre había sido un destacado activista de la Semana Trágica, motivo por el cual permaneció escondido durante varios días para que no lo mataran, y luego escapó al sur patagónico. Mi tío me señaló también que tanto Antonio como su hermano Francisco Soto eran simpatizantes de la revolución rusa.

Es en casa de mi tía en Buenos Aires donde pudimos, junto con Lois, leer las cartas que mi padre le envió a mi abuela y donde señalaba que sus amigos comunistas se contactarían con ella por si necesitaba algo; menciona varias veces la palabra partido. Estas misivas están ahora en mi poder, gracias a la generosidad de mi familia.

Por lo expuesto, todo indica que mi padre estaba vinculado al Partido Comunista; incluso los primeros años no le escribió a su madre por temor a que sus cartas fueran interceptadas. Creo que su vinculación con el partido dura hasta que regresa al sur argentino desde Valparaíso; además, para avalar esta aseveracion quisiera relatar que junto a Lois Pérez Leira entrevistamos a un gran amigo de mi padre, don Carlos Vega Letelier, periodista y escritor, quien nos contó que ambos habían sido de la Asociación Amigos de la Unión Soviética. Confirmó lo que yo ya había declarado sobre el apoyo de mi padre a los frentes populares y a Salvador Allende, y a las candidaturas socialistas al municipio. Lo que además recuerdo, porque ya era una joven dirigente estudiantil, es que mi padre fue un entusiasta defensor de la Revolución Cubana, y pese a ser una persona muy de izquierda jamás tuvo conductas anarquistas. Por el contrario, era un hombre muy apegado a respetar las leyes y normas y cuando me instruía en educación cívica y movimientos políticos no recuerdo jamás que me haya explicado qué era el anarquismo, movimiento que merece todo mi respeto. Ante toda esta información nueva, me pareció bastante contundente la tesis de que mi padre fuera miembro del Partido Socialista Internacional; sería raro un anarquista apoyando la Revolución Cubana o que fuera miembro de la Sociedad de Amigos de la Unión Soviética.

Mi cariño entrañable para Osvaldo Bayer y Lois Pérez Leira, mis amigos del alma y hombres buenos y estudiosos que sólo han querido escribir sus verdades. Y yo respetuosamente escribo esto con el único objetivo de brindar mi punto de vista.

Por Isabel Soto Cárdenas
Revista de Cultura Ñ. Buenos Aires, Argentina. Sábado 17 de septiembre del 2011.

A propósito de cierta traducción


El Conicet, por intermedio del el Centro Argentino de Etnología Americana publicó por 1986 LOS INDIOS DE TIERRA DEL FUEGO de Martín Gusinde, obra del etnógrafo austríaco Martín Gusinde que permanecía escrita en alemán.

La edición de los diversos tomos permitió su mejor consulta por aquellos que estamos limitados en nuestros conocimientos idiomáticos.

La traducción de estos escritos fue dirigida por el Dr. Werner Hoffman que atendiendo tal vez a una cláusula contractual tradujo la parte del alemán; pero los distintos tomos tienen citas en diversos idiomas, las que permanecen en el lenguaje originario-

Tan solo en los dos libros dedicamos a los Halakwulup, donde la labora de Gusinde fue escasa, se procedió a traducir las citas, con los cual estas en idioma original, y en nuestro idioma, abultan un libro que de por sí tendría que haber sido mucho más pequeño.

Para resolver múltiples necesidades referenciales, entre ellas las ligadas a la publicación en Radio Nacional de los espacios Evocaciones y Tierra del Fuego, hemos requerido de la ayuda de amigos que tienen reconocidos conocimientos en el manejo de otras lenguas, para el caso del inglés ¡cuánta ayuda recibimos de Gerardo Connon!

Pero el tema del francés no lo teníamos resuelto, hasta que se nos dio –internet mediante- el concurso de Mirta Susana Pereyra. A ella la comprometimos en una cita que ahora consideramos oportuno darla a publicidad.

Dicen...”Joaquín D' Aquistane. " Nota sobre la Bahía San Francisco ".Martial 266 (aquí hace referencia a la Expedición francesa de 1882) publico un escrito poco conocido,a saber "una nota de M.R de Carfot, relativa a una exploración de la Bahía San Francisco, que se remonta a 1715, y que demuestra que la Bahía Orange,no es otra que la bahía descubierta y llamada San Bernardo, hace ya dos siglos, por el capitán D´Aquistane, de Saint Malo ".

..." había dentro de un bosque cenizas y " tibons "que estaban rotas por las manos y no por alguna herramienta, lo que me indicaba que ese país no estaba sin habitantes y que estaban en estado salvaje y que en los alrededores de las cenizas había gran cantidad de conchas de moluscos,que estaban cortados y comidos por los salvajes,el 8, encontré dentro de la misma ensenada S (sur?), dos cabañas de salvajes que son hechas como los hornos de nuestros antepasados, dentro de las cuales había muchas pieles de lobos marino y de otras bestias”.

El 17 de abril " el mediodía de ese día, percibí en un punto de las tierras del oeste, tres gruesas columnas de humo, igual durante la noche anterior, gran cantidad de fuego dentro del enclavamiento de ésta bahía. Esto obligó a que el 18 a la mañana el señor D´Aquistane, descendiera a tierra con 6 de sus oficiales para conocer qué podía significar ese fuego, ellos fueron recibidos con la aclamación de 17 salvajes, todos pintados totalmente con "rocou "( guijarros). Ellos pasan todo el día en concertación, reunidos para poder calentarse. Evidentemente se puede percibir gestos de los brazos y del cuerpo. Ellos giran alrededor de sus numerosas cabañas hechas como sus antepasados, del que ya he hablado. Viven también con varias mujeres y cantidad de niños que trepan por los árboles como un gesto particular y desnudos como una mano.El día que se reconocieron éstos salvajes, hacían arcos y flechas y algunos collares que anudaban al cuello, esa pobres criaturas aman el sol ,por lo tanto el señor D´Aquistane les muestra repetidamente la mano y ellos le muestran la tierra que está alrededor de ellos, queriendo significar que éste astro es el soberano de todas las cosas”.

Joaquín D´Aquistane fue el primer navegador que ha visto a los fueguinos del archipiélago del Cabo de Horno, llamado más tarde Telenikas y designados ahora bajo el nombre de Yaghanes.

Mirta ha creido oportuna una aclaración:

El lenguaje utilizado en el avistamiento es antiguo. por lo tanto algunas palabras carecen de traducción, es esos casos está traducida la oración entera para dar una idea global. Pero en la mayoría es literal.

A Mirta le damos las gracias, pero además le decimos: ¡merci!


2 de abril de 2012. A 30 años. Homenaje y reconocimiento.


Por Juan Carlos Apolinaire. Intendente de Río Grande y administrador de la Estancia María Behety, durante la guerra de Malvinas.

Publicado en la revista ANALES de la Sociedad Rural Argentina. Año CXLV –Nro 1 – Marzo 2012.

Hace unos cuantos años mi viejo amigo Roberto Fernández Speroni llamó saludando y preguntándome si era posible que escribiera algo sobre lo que para mí y para otros muchos fuera la “Gloriosa Gesta de Malvinas”, que empezara aquel memorable “Dos de Abril” en 1982 a la madrugada.

Se ha escrito mucho al respecto –tal vez todo, o casi todo, orientado al sacrificio, el heroísmo de los combatientes que estuvieron presentes en el “frente de combate”, sus privaciones, las falencias de los mandos superiores, y los “vanos generales” al decir de Borges, la falta de preparación, la falta de logística adecuada, la innecesaria sangre derramada, y en fin la irresponsable decisión de enfrentarse con uno de los “poderosos del mundo”, puntos de vista, en parte, compartidos.

A la razón, en esos días, me tocaba en suerte ser intendente de Río Grande, y por ende presidente natural de la Defensa Civil. A esto agregando que mantenía mi puesto de Administrador de la querida Estancia María Behety señera representante de la oveja Corriedale en Argentina, adonde además, residía.

Mis comentarios sobre aquella guerra, que sin dudas así lo fue, intentarán estar orientados a la actuación de los fueguinos, argentinos comunes, civiles, a los “de a pie”, que dieron todo de suyo en aquel momento de convocatoria patriótica, sin pretender después reconocimientos, ni medallas, ni pensiones especiales, solo asumieron las responsabilidades que las circunstancias exigían y las cumplieron cabalmente. Obviamente hubo las excepciones que hicieron la del avestruz, otros que pensaron exclusivamente en la seguridad personal, otros que tuvieron sus lealtades lamentablemente compartidas. Pero la gran mayoría de la ciudad respondió y actuó con absoluta seriedad, estoicidad y entrega, tal como los hechos lo requerían. Río Grande tuvo 72días y noches de alerta, con oscurecimiento absoluto y obligatorio. Varios con alerta amarilla y una noche, inolvidable, con alerta rojo.

La estructura de la Defensa Civil, fue sin duda ejemplar, desde los miembros del COEM (Centro de Operaciones de Emergencias Municipales) integrado por 12 personas, pasando por los responsables de zonas, hasta el último jefe de manzana, cumplieron cabalmente con el objetivo para el cuál habían sido convocados. No haré nombres, pues muchos ya han decidido partir, y todos están “entrañablemente metidos” en el recuerdo colectivo de los actores de la época.

En circunstancias de esa índole es que se remarcan los valores humanos y por otro lado también los “disvalores”. Los grandes, opulentos y soberbios a veces se achican y los que se mantienen habitualmente con bajo perfil, “apretados contra los yuyos”, al parecer intrascendentes, toman dimensiones inconmensurables.

Es la Patria la que llama y muchos saben responder en consecuencia.

La cantidad de tropas acantonadas en Tierra del Fuego, básicamente en Río Grande y estancias vecinas fue muy importante.

Por dos motivos, una reserva estratégica para enviar a Malvinas oportunamente, cosa que no fue y otra reserva para “custodia fronteriza” en la eventualidad que pudiera desencadenarse otro foco de conflicto con reminiscencia del no muy lejano noviembre y diciembre del ’78. Esta presencia militar exagerada, obviamente alteraba e interfería con la habitualidad de la vida “pueblerina” de Río Grande.

Pero es destacable la simbiosis que se generó entre los ciudadanos comunes y las tropas acantonadas, manteniéndose el respeto mutuo y no registrándose alto grado de situaciones no deseadas.

Sola una, de terrible magnitud, signó el fin del conflicto marcando el recuerdo de la civilidad tristemente para siempre.

Un auto que pasa dos o tres veces a la noche frente a un puesto de control, un “alto” del centinela no acatada, un tiro y una joven inocente muerta, secuela de un hombre que estuvo en combate, trágica, fortuita, inesperada, un inmenso dolor, una mancha, un estigma, para el final de una guerra que a todo su largo tuvo parecidas adjetivaciones.

Por otro lado fue magnífica integración espiritual de todos con los hechos dela guerra. Era una necesidad diaria saber cómo le estaba yendo “allá en las islas” as nuestro querido y glorioso Batallón de Infantería Nro 5 Escuela, por el cual tenemos un sentido de orgullosa pertenencia. Toda la ciudadanía veía salir en sus incursiones la escuadrilla de la Aviación Naval con sus Super Etendard, Skyhawb y Dagger Mirage de Fuerza Aérea, siempre con una plegaria en la boca, y el silencioso deseo de “éxito n la misión”.

A su vuelta, contábamos los aviones a la espera del regreso completo de los combatientes. No siempre llegaron todos. Varios quedaron, derribados por el oponente o tragados por las inexorables aguas del Atlántico, a consecuencia de los vuelos rasantes sobre las olas tratando de escapar de la detección enemiga. Varias veces, sobre todo un mediodía, volvieron volando sobre el pueblo haciendo con las alas movimientos oscilantes lo que indicaba “blanco logrado”. Aquel fue el último día del “Sheffield”.

***

Mayo empieza con toda la magnitud de la crueldad de la guerra. El hundimiento del Crucero Belgrano. Con él se va al fondo del mar más de trescientas vidas de argentinos.

Fue un hecho artero, fuera de los cánones “de la guerra occidental convencional”, si es que estos existen.

En lo personal me demostró inmediatamente que todo esto no iba a ser meramente una escaramuza o un “picnic” como algún autor titulara. El Reino Unido no podía permitir que un puñado de “improvisados soñadores irrespetusos” pretendiera recuperar por la fuerza lo que legítimamente les pertenecía y que hubiera sido usurpado siglo y medio atrás.

Y así empezó el periplo de la Task Force, la más poderosa armada por Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial.

Los ciudadanos riograndenses estaban muy bien informados de los acontecimientos a través de los medios nacionales e internacionales, como así por lo servicios de la inteligencia Naval que muy bien orquestado, habían logrado tejer una red informativa con la red de comunicaciones de nuestra Defensa Civil. Esta red hacía escucha permanente a través de radio aficionado por equipos privados de alta tecnología para la época. Las escuchas eran de 24 horas ininterrumpidas, los voluntarios, ciudadanos comunes, dejaban horas de sueño y descanso para colaborar silenciosamente día tras día. Madres de familia, profesionales, empresarios de habla inglesa, hacían escucha, grabación y traducción de las comunicaciones de las tropas inglesas que podían interferirse, para luego ser procesadas por la gente especializada de la Armada.

Esta información permanente empezó a desencadenar los temores lógicos. ¿Llegarían a atacar Tierra del Fuego o el área continental? Todo era posible. Dependía de la magnitud que fueran tomando los acontecimientos

Se detectaron vuelos a gran altura de los bombarderos Vulcan, posiblemente en vuelos de reconocimiento. Varias no0ches se escuchó importante presencia de helicópteros “ajenos” en la zona fronteriza con Chile, que decía estar “cuidándonos las espaldas”.

Es importante recordar que a partir de septiembre 1981 se desarrolló un programa de capacitación y formación de la De4fensa Civilo en Río Grande a instancias de una orden emanada del Ministerio de la Nación. La hipótesis sobre la cual se trabajó fue “eventual conflicto bélico”. ¿Mera casualidad o coincidencia? Ya se había trabajado intensamente al respecto durante el año 1978. Hacia marzo del 82 terminado el programa y auditado por Defensa de la Nación se recibió la máxima calificación.

Esto fue sin duda lo que posibilitó el excelente desempeño posterior y la armonía lograda entre todos los actores. Y así llegó el momento más aciago del 17/18 de mayo. Ese día habíamos resuelto terminar los entrenamientos y aprontes de la Defensa Civil para dejar de presionar sobre el ánimo colectivo.

Así es que por el canal local de televisión agradecimos a la población por su respuesta ejemplar ante los entrenamientos realizados y advertimos que no se harían más ensayos y sobre todo no se tocaría más las sirenas de alerta instaladas en la ciudad. Y que si bien descartábamos la posibilidad de acciones bélicas en nuestra zona, de sonar nuevamente la sirena, sería exclusivamente por un hecho real.

Pasaron dos o tres horas y alrededor de las 20, cuando estábamos terminando el día y yéndonos a nuestras casas, en medio del total oscurecimiento nocturno, sonó el teléfono desde la Base Aeronaval advirtiendo la posibilidad de entrar en Alerta Amarilla. Obviamente se suspendió la dispersión normal del COEM y quedamos expectantes.

A pocos minutos volvió a sonar el teléfono y nuestro amigo el jefe de la Base Aeronaval, dice escuetamente: “Juan, alerta roja, tenemos posibilidad de un ataque terrestre”.

Y colgó, nada más. Los segundos posteriores tomaron “dimensión de siglo”, hasta dar la orden respectiva. Esto significaba tocar las sirenas, coa que habíamos dicho, recordamos, que de suceder nuevamente sería por un hecho real. El “manual” decía taque aéreo o naval: extremar el oscurecimiento, silencio radial y sirena, ataque terrestre: prender todas las luces y luminarias y sirenas.

E de imaginar el shock inmediato que esto provocó en toda la población. Pero nadie desesperó. En diez minutos toda la red de Defensa Civil estaba en su puesto con el sistema de comunicaciones activado. Expectantes. Algunos, inolvidables, llegaron a la Municipalidad a cubrir su puesto, en ropa de entrecasa, a la carrera. A los pocos minutos empezaron a sentirse los disparos de distinta magnitud desde la zona de la Base Aeronaval. El revuelo y la agitación provocados duraron más de dos horas, luego volvió la calma. Toda la población civil se comportó estoicamente, obviamente con los miedos del caso, pero manteniéndose dentro de las indicaciones recibidas por la Defensa Civil y el mando militar.

Este, al otro día, argumentó y explicó que había sido un falso alerta y que se había desarrollado el “fuego preventivo de protección” que se emplea en esas circunstancias.

En los días subsiguientes me indicaron que era mejor no ahondar el tema, y así fue por muchos años.

Recién a fin de los noventa, un miembro retirado de los servicios secretos ingleses, escribió un libro donde blanqueaba la operación “Mikado”. Helicópteros ingleses, provenientes de Chile intentaron bajar en las cercanías de Estancia Violeta para atentar contra los pilotos de los Super Etendard instalados en la Base Aeronaval y los equipos de vuelo portadores del temible Exocet. Unas patrullas habituales detectaron los movimientos y los repelieron.

Si así no hubiera ocurrido, sólo Dios sabe cuál hubiera sido el cariz de aquella guerra nunca declarada. Yo tuve esa confirmación de boca del Agregado Naval Militar inglés, de visita en mi casa. Hoy ya hay un libro argentino que comentga los detalles con el significativo nombre de “Ataquen Río Grande”.

Aquellos 72 días de “estado de guerra” marcaron para siempre el alma y el espíritu de los riograndenses que participaron de todas formas, desde los “jefes de manzana” que con absoluta conciencia hacían sus recorridos, hasta los alumnos del primario, entre los que estaban mis hijas, que absorbían el entrenamiento preventivo que sus maestras dedicadamente le proporcionaban.

Había mucho más para comentar, desde el emocionado recuerdo pero lo dejaremos para otra oportunidad. Y aquí bien cabe un “VIVA LA PATRIA!.

Palomas en el amanecer

En la mañana de sábado, tal vez con un poco más de silencio que otros días, las palomas del centro de Río Grande ganaron altura sobre el edificio que llamamos Palacio García Casanova, donde funcional las oficinas del IPRA, Instituto Provincial de Regulación de Apuestas.
Poco después de la salida del sol, hora 09.00, se aposentaron allí abandonando el patido de Héctor y Folomena donde desde hace años les dan de comer; fundamentalmente pan mojado en lecho, pan conseguido con el concurso de la panadería vecina.
Hace muchos años tenían su palomar en el negocio de Marcos Obregón, con el tiempo aquella construcción de tablitas fue destruida al levantarse en ese predio la ferretería de Domingo Granja, entonces encontraron asilo en la esquina de Fagnano y Alberdi, y su atalaya en el techo de Gauna.
Con el tiempo se adueñaron del campanario de la Iglesia Don Bosco, sitial que cegaron con sus excrementos hasta que hubo que construir una trama de alambre para impedir su ingreso.
Hay quien cuenta que en ciertos momentos las palomas sirvieron de alimento, y elogiar lo palatables que son. Por ahora desde lo alto de la casa que regula en juego en Río Grande apuestan a un nuevo amanecer...

Py, hasta el final que es su principio!

Py esquina 9 de Julio. Al bajar hacia Elcano la calle transversar pierde su plazoleta. Un abigarrado graffiti ocupa su lugar en los paredones.

Nuestro diario El Sureño se esconde al paso de la gran homigonera.

Marcial a subido a la barranca de desde lo alto me mira caminar entre la acera y la vereda.

A media que nos vamos acercando al área de la Intendencia aumenta el número de autos estacionados.
¡Aquí estoy!
La casa que fuera del Periodista Rodolfo Castro Feijoo, nos muestra la estética heredada.

Lo más grande, y los más pequeño del verde que abunda.

Por arriba el horizonte es la oficina de Rentas del Municipio.

En tanto que dejamos atrás ese castillo vedado al público que es la casa de Coco Sevillano y su esposa Consuelo Rielo.

En la intersección de 9 de julio vemos cuantas casas se han renovado en lo alto. Las viejas construcciones de madera ya practicamente ha desaparecido.

En la esquina contraria el cesped se ha consolidado sobre la ladera. En su momento fueron panes de champas traidos de no se donde.

No hay veredas en el borde superior. Caminar, si el piso está húmedo, representa un riesgo de caer.

Tras este viejo cerco de piquetes hay sauces que buscan alcanzar un protagonismo.

Pero en la inrtersección con Lasserre este mirador no deja ver bien la escalera, con la cual los peatones acordan distancias en sus tramitaciones, casi siempre orientadas a la zona bancaria.

Otra altura ofrece un refugio para los automóviles de los frentistas. Allá arriba no se cobra el estacionamiento medido.

Pero en esta esquina si, se cobra y se paga, más lo segundo que lo primero. Y entre los contribuyentes está un ex empleado municipal: Pepe Sanchez; y Marcelo Miranda, de la Dirección de Turismo. Ambos nacidos en nuestro pueblo.

Y la oficina de Rentas está aquí. En su momento era la amplia quinta de los Martínez. Luego Nestor Nogar construyó este edificio que terminó comprando el gobierno comunal.

En su interior te hacen sentir cómodo.

Y la tecnología se muestra invasora de modernidad.

Donde ayer estaba la casa de Lorenzo Martínez, el enfermero se levanta esta sólida edificación.

Frente a ella un cobrador del estacionamiento explica su cotidiana labor.

La contracara del Municipio es entrada a su Secretaria de Asuntos Sociales. La chimenea de la derecha nos recuerdas que allí cerca estaba lo que fue un lugar de convergencia ciudadana, el quincho municipal.

En el corto boulevar de la última cuadra de Py, los sauces muestran el esmero de los jardineros.

En tanto que aun las más humildes viviendas muestran una pintura prolija que las vuelve -en su medida- elegantes.



Sobre la intersección con San Martín está esta edificación. En la planta alta Fabiana Río trabajaba con su equipo de gobierno, los días previos de la asunción a la conducción provincial.

En la trastienda de La Barra de Lautaro, los colaboradores de la cocina son sorprendidos pelando papas.
Ya estamos sobre San Martín, y nos preguntamos si en algún momento haremos un safari fotográfico por esta gran arteria riograndense.
En el interior de "lo de Lautaro" nos espera nuestro colega, Roberto Chenú, para compartir unas estupendas empanadas y recuperarnos así de las fatigas de una larga caminata.

TIERRA DEL FUEGO serie documental por canal ENCUENTRO.


Marcos Rostagno nos ha proporcionados la sustancia argumental de la segunda entrega, la de hoy a las 22.30. Y también detalles de los horarios en los cuales se repite en el mismo canal:

Lunes 05:00
Martes: 13:00
Miércoles 06:30
Sábados 22:00

La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur es quizá la que mejor expresa el sentido mítico de la palabra Patagonia: el paradigma de la tierra lejana y misteriosa, hermosa e inhóspita; esa especie de lejano sur; rica en recursos económicos; conquistada, arrasada, repartida entre pocos, poblada y repoblada por las sucesivas olas inmigratorias.

Su condición geográfica de archipiélago, dividida en dos océanos (pacífico y atlántico) y dos continentes (americano y antártico), separada del resto del territorio nacional por Chile, ocupada por Inglaterra, colonizada por estancieros, misioneros y prisioneros.
La provincia es la mas joven de toda la argentina y se ha ido incorporando con fuerza a la vida política y económica del país; aun así, en su nombre todavía resuena lo legendario: la Tierra de los Fuegos.

La serie combina estos dos aspectos: lo elemental como eje que nombra a cada uno de sus capítulos: Fuego, Tierra, Agua y Aire; y lo estrictamente actual en cada imagen y sonido. Asi mostramos un universo complejo donde todos los elementos: personajes, geografías, hechos históricos, problemáticas contemporáneas, etc. están interrelacionadas y cada una lleva al otra.


Mercurio mandíbula.


Mi amiga Natacha a subido al facebook la foto que compaña esta entrada. Está tomada en el Museo de la Ciudad de Río Grande, el que lleva el nombre de Virginia Choquintel.
La presentación de la fotografía va acompañados de calificativos hacia quien fuera dueño de la prenda aludida, sindicado para el caso con antecedentes criminales en lo que fue por el 22 de agosto de 1972 la denominada Masacre de Trelew.
Estos hechos recién ahora están siendo juzgados en el Chubut, después de años de múltiples cómplices silencios.
En lo inmediato, en aquel tiempo, recuerdo la publicación de Tomás Eloy Martínez: La pasión según Trelew; y en forma más reciente -y por una gestión de la Secretaria de Derechos Humanos ejercida por Adrián Camerano, la proyección del film TRELEW, de la cineasta argentina Mariana Arruti.
Precisamente durante la gestión de Camerano es que prosperó su iniciativa para que la Base Aeronaval de Río Grande dejaba de llevar el nombre del hombe del frac, y pasara a llamarse Pioneros aeronavales en el Polo Sur.
En la oportunidad del cambio de nombre elevamos a LRA una información que todavía puede leerse por internet, con el audio correspondiente.

LRA 24 consultó al Aviador Naval Daniel Gustavo Mancela, Comandante de la Fuerza Aeronaval Número 3 con asiento en Trelew, sobre el renombramiento de la Base Aeronaval Río Grande.

El 6 de enero de 1962 dos aviones Douglas DC-3 de la Armada Argentina aterrizaron en las inmediaciones del Polo Sur. Una hazaña que tuvo doce protagonistas: los capitanes de fragata Pedro Margalot y Rafael Checchi; los tenientes de navío Jorge Pittaluga, Miguel Grondona, Héctor Martini, Enrique Dionisi y José Perez; el suboficial primero Edmundo Franzoni; el suboficial segundo Ricardo Rodríguez; el cabo principal Elías Gabino y el cabo primero Raúl Ibasca., comandaba la expedición el entonces el capitán de fragata Hermes Quijada. El nombre de este último que identificaba a la Base Aeronaval Río Grande ha sido reemplazado por el de Pioneros Aeronavales en el Polo Sur , que los involucra a todos. La sustitución de nombres viene luego de gestiones iniciadas por organismos de Derechos Humanos que cuestionaban la exaltación de Quijada, al que se lo cuestionaba por su rol durante los acontecimientos identificados como la Masacre de Trelew, en 1972. Quijada fue muerto en acción guerrillera y su nombre fue impuesto en las postrimerías del Proceso, de la misma manera que se hizo en Ushuaia con el Almirante Berisso, que tuvo igual fin.

Los marinos parecen sentir que en el nuevo nombre de la base se lo sigue consignando a Quijada, los militantes de derechos humanos lo dan como un juzgamiento histórico con el cual el marino muerto recibe una condena criminal.
De allí tal vez que han prosperado gestiones para traer esta indumentaria a las vitrinas del Virginia Choquintel, rescatando una figura que no tuvo presencia en Río Grande hasta que su nombre identificó a la base.
Esta puesta a la derecha del museo local tal vez se equipare a la presencia en dependencias prefecturianas de la figura de quien fuera jefe de la unidad, Héctor Febrés, hombre que se quitó la vida mientras permanecía detenido para ser juzgado por el tema secuestro de bebés en la Esma. Murió antes de ser juzgado, no hay desmérito para descolgar su cuadro.
En la polémica el porque de nuestro título.
Corrían los últimos días del proceso y ya se hablaba de contínuo de política en la sala de profesores del Instituto Don Bosco, eludían la confrontación algunas mujeres de marinos y personas que habían tenido un evidente apoyo a la dictadura.
Se había impuesto el nombre del aviador antártico a la Base de Río Grande, y se había destadado su muerte violenta como una represalia a su participación -el leyó el comunicado- de los hechos de Trelew. Entonces el Doctor Mario Néstor Feulliade, que había padecido la intolerancia del gobierno miliar, dijo: ¡Mercurio Mandíbula!-y nos quedamos mirando.- Ya va a llegar un día en que no se va a poder pronunciar su nombre. Su nombre hoy tan destacado. Y si le quedan seguidores lo tendrán que llamar por agún sinónimo.. Como Mercurio Mandíbula. No tardamos en darnos cuenta la similitud de nombres de dioses griegos y latinos, de huesos de la cara..
Mientras tanto el aviador aterriza con su indumentaria de gala en el Museo, y más de uno podrá sacarse una foto con esta prenda... Como cuando se va al Museo Marítimo de Ushuaia para sacarse foto con aquel criminal que fue Cayetano Santos Godino.



Marinos entreverados: Lasserre y Py.


Nuestra caminata por la calle Comodoro Luís Py adquirió sus complejidades. Ya dimos cuenta como la calle que corría tras el Concejo Deliberante pasó a ser de uso municipal, para su área de Obras Sanitarias.
Ahora debíamos buscarla por otro lado.

Tal vez pasaba por acá. En este patio que en otros tiempos fue lindero de la propiedad de Fiori, quien puso reparos cuando se pretendió cerrar la calle para construir en el triángulo de la bajada de Lasserre la iglesia católica matriz.
El Padre Miguel Bounicelli consideró insuficiente el triángulo restante para levantar un templo cercano a la plaza, como se acostumbra en cualquier pueblo, y entonces todo comenzó a tener otro setido y uso.

Por aquí quedó la petrolera Roch, empresa que hoy por hoy administra y explota el histórico TF-1.

Por este otro el Cículo de Oficiales de Mar levantó su sede.
Entre sus obligaciones de una salida del sol, Dionisio Brain, me dijo que aunque no hay cartel indicatorio el frente de la asociación es sobre la calle Lasserre.

Miramos hacia el otro lado buscando la Py, que si se identifica lenamente unos cien metros más alla; pero que a esta altura de nuestro andar no deja evidencia de por donde pasa.
La circulación de la derecha es Lasserre, pero la derecha ¡también lo es!
Nuestra exploración se dio a distintas horas, y por la noche vimos al nuevo edificio de Novedades "El tío"; en momentos inaugurales, vestido de luces de colores, y con poca vidriera al alcance de la gente y la vista de la geste.



De esete otro lado sigue existiendo Lasserre, y en lo alto hay una oferta de tierras más que interesante en uno de los pocos espacios baldíos que va quedando en el entorno de la plaza.

Lasserre y Py, ¿a dónde apuntan los carteles?


Parece ser que la alta casa de Sevillano ya se define como perteneciente a la calle de nuestro andar, pero en la vereda del frente esta calle recién comenzaría después de este árbol.

Es el que ciega el paso al Pasaje Jorge Newbery, calle que tiene punto de entrada y salida vehicular por Elcano. La calle a cierta pertenencia de familia. En el otro extremo estaba el Hotel donde falleció el padre del procer de la aviación argentina, el odontólogo norteamericano Ralph Newbery.
El sauce habría sido plantado por el pionero Don Francisco Bilbao, ocupante él y su familia de este predio -mucho más amplio, a partir de 1905.


El pasaje nos seduce, ha sido pavimentado, pero otro es nuestro rumbo...