Es que el hecho auspicioso dejaba entrever que se estaban enviando mensajes a centros urbanos, supliendo servicios de comunicación como el de los telegramas, y preocupando en ese sentido al servicio oficial de correos y telégrafos.
Por ello con la llegada de Enrique Eduardo Sánchez como Director Interino se planteo por un plazo de 180 días el cobro de los mensajes que se irradiaban por LRA 24.
Y la situación estaba reglamentada en los siguientes términos:
Estos mensajes se impondrán en todos los casos como telegramas en las oficinas de Correos y Telecomunicaciones, con categorías simples o urgentes.
Se presentarán dirigidos al responsable de la radioemisora (Director/Gerente) y al iniciar el texto se consignará MENSAJE PARA… en zona rural de… completada con el nombre y apellido de la persona y la denominación de la zona.
El importe a percibir será de acuerdo a lo establecido en el Reglamento de tarifas vigentes y conforme a la cantidad de palabras que contenga, como es común en los demás telegramas.
Las oficinas de imposición y/o entrega verificarán, en lo posible, que personas a quienes estén dirigidos los mensajes, residan en zonas que no cuentan con servicios telegráficos, ni postales.
Los telegramas se entregarán por mensajes en las sedes de las radioemisoras y su posterior difusión quedará condicionada a la programación, posibilidades y formalidades de esta última.
La responsabilidad del telégrafo será la misma que determinan las disposiciones vigentes para el común de los telegramas y dentro de lo que es específico a este servicio y su jurisdicción.
Se daba cumplimiento de esta forma a una disposición contenida en el Boletín de la Secretaría de Comunicaciones del 22 de abril de 1971.
El 6 de noviembre de 1973 se inició la experiencia, pero pasados los seis mese se dieron las condiciones para determinar la falta de continuidad de estos cobros. La tarea se complejizaba, los impositores disminuyeron notablemente; y como alternativa se acercaban los domingos para poner el mensaje sin cargo en la radio, programando en sus contenidos actividades en los días subsiguientes.
Hecha la ley, hecha la trampa. Pasado el período de prueba el servicio de mensajes volvió a ser gratuito y su lectura llevaba algo asì como 15 minutos.
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