EVOCACIONES****20 de septiembre de 1904. Así se alambraba entonces.



Las crónicas de la Candelaria nos muestran con fecha 20 de septiembre de 1904, el “Contrato hecho entre el Director de la Misión y José Montero. José Montero se obliga a hacer un alambrado con las siguientes condiciones:

1.- Los postes deben ser plantados hondos no menos de dos pies y medio. 2.- Deben ser agujereados. 3.- Deben plantarse lejos uno de otro 12 pasos que son 10 metros. 4.- El alambrado debe constar de 7 alambres lisos y uno con púas. 5.- Van seis piquetes entre un poste y otro, y deben de tener 6 alambres con grampas y dos amarrados el segundo de abajo y el segundo de arriba. 

El Director de la Misión paga nueve libras esterlinas a la milla de 1750 metros, calculando la libra a catorce pesos chilenos. Nota bien. Si el alambrado no está bien hecho el director se reserva el derecho de romper el contrato y proveerse de otra manera. 

Rvo José Crema Director de la Misión. Firmas de dos testigos. R.G. De Rosis, Inspector (de policía) del R.G. Antonio Fagnano (hermano de Monseñor José) . Conforme en todos partes José Montero.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

La antigua pobladora Emilia (Franka) Susic de Bonifetti, en su entrevista luego publicada en el libro “A hacha, cuña y golpe”, refería que su padre (Miguel Susic), a su llegada al norte de la Isla en 1905, entre otras actividades se desempeñó como alambrador en la Estancia Sara Braun. Siendo esta fecha contemporánea a la indicada en el artículo del blog (1904), podríamos sostener que su actividad como alambrador también debió ajustarse a los requerimientos que existían por aquel entonces, tal como establecían las condiciones del citado contrato.

Recordaba Emilia Susic:

“¡Mi papá vino a Río Grande, seguramente creyendo que el oro corría y que era cuestión de traer una pala, un bolso y llenarla! Cuando llegó acá se encontró con la realidad de que no estaba el oro para recogerlo así, como se decía. Tenía diecisiete años cuando llegó, vino solo, en 1905.

Él llegó más bien, al sector de Punta Páramo, al norte en el límite con Chile, Departamento de Cullen. Ese era el lugar donde el ingeniero rumano Julio Popper había llegado a fines del siglo pasado en busca de oro. Pero al llegar mi padre ya no era negocio ... Se dedicó entonces a todo tipo de tarea rural que estaba iniciándose y como se necesitaba todo tipo de mano de obra, él y otros pudieron trabajar.

Había que cercar las grandes extensiones de tierra que el gobierno nacional estaba entregando a quienes lo solicitaban: los Menéndez Behety, Sara Braun, los Bridges entre otros. Y en eso anduvo.

Mi padre se inició como cocinero en el comedor general de la Estancia Sara Braun, luego fue esquilador, prensero, alambrador y mil otras cosas en esa estancia” (Bou, María Luisa y Repetto, Élida: “A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande”, Talleres Gráficos Recali S.A., Argentina, 1995).

Por otra parte, la revista “A la costa de un arroyo II”, señala como fecha de fallecimiento del Padre José Crema SDB el día 31 de octubre de 1938, en Río Grande. (“A la costa de un arroyo II. Anecdotario de la Misión, Río Grande, Tierra del Fuego”, COTEMA-Comisión Pro Templo a María Auxiliadora en la Misión, Tolhuin Impresiones, Río Grande, Marzo de 2000).- (*)

(*) Una fotografía del Padre Crema junto al Padre Torre puede hallarse en la página 401 del libro “A hacha, cuña y golpe”.

Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-