Con ello en la fecha el periodismo en
Río Grande cumple setenta años.
Aquel primer semanario salió de una
imprenta que sus propietarios trajeron desde Puerto Deseado donde había impreso
un periódico del mismo nombre.
La actividad se desarrolló en una casa
propiedad de Francisco Bilbao en el solar de Espora y Rosales.
La página canalizó las inquietudes
comunitarias como un complemento a la actividad propiamente comercial de la
imprenta.
Eloy Vega Gutiérrez volvería con el
tiempo de Santa Cruz, luego de experimentar la trágica muerte de un hijo,
Higinio quedaría entre nosotros y luego de la experiencia primera con La
Verdad, que se extendería durante casi una década, albergaría en nuevo local
–sobre la calle Rivadavia al 500- los semanarios Kayen, y El Austral, este de
prolongada vida.
El periodismo de aquel entonces
coincidió con una etapa de participación ciudadana en los Territorios
Nacionales, coincidente con las políticas del justicialismo, en cuya doctrina
enroló su línea editorial.
Hay un pasaje de Río Grande que
recuerda esta primicia periodística local: PASAJE LA VERDAD, Semanario
Independiente.
3 comentarios:
Hola Mingo!
De acuerdo a las referencias que indicara el desaparecido autor Arnoldo Canclini en las páginas de su libro El Periodismo en Tierra del Fuego, “La Verdad” era una publicación semanal; exactamente aparecía los días jueves, a un costo de 30 centavos el ejemplar.
“Fue después de la salida de la escuela cuando dos niños corrieron hacia la imprenta y reclamaron ejemplares para vender. La Verdad. La transacción comercial fue inmediata porque esta actitud fue una sorpresa que ni Higinio ni Eloy esperaban, y los doscientos cincuenta ejemplares de La Verdad salían en busca de sus lectores. Era el 26 de septiembre y con el periodismo de Río Grande aparecieron también sus primeros anónimos canillitas” (Mingo Gutiérrez, “Edades y Tiempos” Nº 1. Fragmento tomado del libro antes referido).
Al decir de Juan Muñiz en una nota de su autoría publicada en “El Austral” (1976), los fundadores del periódico contaron con el apoyo de Don Francisco Bilbao, quien les ayudó brindándoles una vivienda de su propiedad - Espora y Rosales - con la única condición de que no colocaran mucho peso para que el piso no se hundiera.
Además de sus iniciadores, “La Verdad” contaba con colaboradores que aportaban contenidos diversos: entre ellos, el Padre Luis Méndez, el Padre Bätig y Jorge Smolcich (éste último, en la sección deportiva) (*). Con el transcurrir del tiempo, Eloy Vega vendió su parte a Higinio Fernández y se apartó del proyecto. Se marcharía a Santa Cruz tras la muerte de su hijo. Según Canclini, el periódico sobrevivió hasta la caída el gobierno peronista en 1955 (Canclini, Arnoldo: “El Periodismo en Tierra del Fuego”, Academia Nacional de Periodismo, 1º edición, Buenos Aires, 2011).
Bien vale el recuerdo de este proyecto editorial en el nombre de una arteria local.
(*) El coadjutor salesiano Marino Francioni, cuya primera etapa en Río Grande se extendió entre 1946 y 1950 como maestro en la escuela agrotécnica de la Misión Salesiana, durante una entrevista realizada en 2011 me refirió que en los inviernos se acercaba al pueblo y compartía vivienda con el Padre Bätig y el Padre Méndez. Bätig, recordó, era de nacionalidad suiza (Colores Complementarios, Año 5, Nº 48, Julio 2003, Tierra del Fuego). La revista “A la costa de un arroyo II” precisa su nombre completo como S. Javier Battig, indicando su fallecimiento el 11 de febrero de 1958 a los 82 años en Chile (“A la costa de un arroyo II. Anecdotario de la Misión, Río Grande, Tierra del Fuego”, COTEMA-Comisión Pro Templo a María Auxiliadora en la Misión, Tolhuin Impresiones, Río Grande, Marzo de 2000).-
Un abrazo Mingo !
Hernán (Bs. As.).-
Abrazo
Abrazo
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