El episodio ocurrió en el Transporte
Golondrina, y fue denunciado por Bridges cuando se realizó una investigación sobre
algunas irregularidades observadas entonces en sus travesías entre Ushuaia y
El oro de Brides no habría surgido de su
directa intervención en la obtención del preciado metal, sino del comercio que
funcionaba en Harberton, abasteciento a los mineros que desde 6 años antes
trabajaban en las costas de Sloggett y de la isla Lenox.
La denuncia llegó hasta el mismo Ministerio
del Interior y de las diligencias practicadas surge una contradicción:
Tomás Bridges afirma que entregó a un
tripulante del Golondrina el oro para ser llevado a Ushuaia y de allí a
Londres, pero la carga no llegó a destino. Manifestó a la vez que no tenía
comprobante de esa entrega.
En tanto que su hijo, Despard, afirmó luego de
revisar los libros de contabilidad que todas las remesas despachadas siempre
llegaron a destino.
Más allá de las situaciones irresueltas el
dato histórico viene a demostrar la importancia minera de aquellos días, el rol
comercial para reunir riquezas, y una observación colateral que indica que los
7 kilos de oro tendrían un valor de
Al precio de entonces, con ese dinero se
podían comprar 736 ovejas.
En la foto: Buque Golondrina. Colección Histamar.
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