Magallanes navegó el estrecho de Todos los Santos apuntando a encontrar su salida en el Mar del Sur, pero en determinado momento creció su preocupación sobre el destino de la nave San Antonio que comandada por Álvaro de la Mezquita se le había encomendado exploraciones en el litoral fueguino.
Este que Esteban Gómez había encabezado un
motín y la nave ya retornaba a España sin que lo supiera el almirante.
Ante la incertidumbre sobre el destino de la
embarcación, Magallanes requirió de los servicios del astrólogo de la
expedición: Andrés de San Martín, quien predijo luego de consultar las
estrellas “que la nave había huido a España llevando a su capitán encadenado”.
Dando por ciertos estos datos Magallanes
consideró que la expedición debía seguir adelante con la San Antonio.
El creía que lo dicho por el Astrólogo era
cierto, y era cierto en verdad. Se labraron las actas respectivas, y se incluyó
en la bitácora los dichos de San Martín, cosa que era entonces aceptada como
verdad –el vaticinio de un astrólogo oficial- por las fórmulas de
navegación, en la muy católica España de
la conquista y la inquisición.
1 comentario:
¡Tu publicación fue excelente! Realmente lo disfruté. Espero leer más de tu trabajo.
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