Llora mansamente sobre Ushuaia
Un pequeño caserío de maderas y chapas
Capital de Tierra del Fuego
La Bahía se ha borrado con la niebla
Y las nubes ocultan las montañas
Con mucho frío, enciendo la cocina y me deleito
Con el aroma de la lenga quemada
En la insaciable hornalla y el olorcito
Del humeante café y las tostadas
Siento un inquieto caminar sobre mi techo:
Son las palomas que reclaman
La ración de maíz de las mañanas
Todo es silencio, apenas rota
Por el “Clío, Clío, Clío” de gaviotas
Que pasan en bandadas.
De pronto, estalla una sirena potente, prolongada
Anunciando el feliz arribo
Del antiguo “Patagonia” que fondea
Un ancla inmemorial con miles de millas
Navegadas. La angustia terminó. La nave
Demorada por meses, está en el puerto. Después
De atravesar varias tormentas, para traer
Los alimentos, las noticias, los remedios.
Viene de lejos, del remoto Norte, separado
Por enormes distancias de mares borrascosos
Para llegar a los confines de la patria
Gracias a la pericia de un veterano capitán
De la Armada.
Pongo la radio y en nervioso Morse un DC3
Perdido entre la niebla pide un dramático auxilio y con
Alivio y alegría, escucho a la estación de
Radio: “Nubes, a tres mil pies, viento noroeste elevado.
Pista nevada –“Comprendido”, veo un agujero
Y la bahía –ya aterrizo. El avión se ha salvado
Después de un impecable aterrizaje en la Misión
En la vieja pista de cantos rodados, embarrados.
Contento con los felices arribos
Del buque la aeronave comandados
Por héroes olvidados, un capitán y un piloto de la Armada
Llevo un mate al dormitorio
Donde mi esposa sigue descansando
- La despierto y mirándome a los ojos me recuerda:
- Hoy querido, cumplimos 63 años de casados.
En la querida Ushuaia.
- Pues vamos a celebrarlo.
- Yo lo he pensado, cocinaré un rico asado al horno
Con papas y capón de oporto bien rociado.
Y a la tarde haré pastelitos y empanadas con dulce de ruibarbo, para el té.
¿Y quien vendrá a acompañarnos?
-Los chicos de Garea, Rubén, Piti, Alba y Tita y los Pastoriza, Alberto y Posesito.
Están todos invitados.
La carta:
Señor Domingo Gutiérrez
Querido amigo:
Aquí le envío una poesía recordando una lluviosa mañana de Ushuaia allá por 1936, cuando vivíamos con mi señora, y yo trabajaba en la construcción del Puerto. Tiempo después fui a Río Grande para hacer el muelle local y finalmente me mandaron a la construcción del puerto carbonero de Río Gallegos y hacer los estudios para el de Punta Loyola.
En 1947 por pedido de Obras Públicas de la Nación, hicimos el perfilaje del Río Grande desde la desembocadura del Puente Colgante. Porque los técnicos consideraban que el mejor puerto era dragar el río a 30 pies y rellenar la zona baja de la ribera con la arena del dragado. Pero, cambió el gobierno y todo quedó en la nada y Río Grande perdió un puerto seguro, cercano y práctico.
Perdóneme esta digresión. No si Usted puede publicar esta poesía, pero si lo consigue, le agradecerá me envíe la hoja.
Con un fuerte abrazo para Usted y familia.
1 comentario:
Muy linda anécdota contada en versos que vienen en el tiempo ... Tengo tres libros de Enrique Inda,es un gran redactor e historiador. "EL faro del fin del mundo" me gustó mucho.
Un saludo desde Buenos Aires,
HERNAN.-
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