En el frente de mi casa la madreselva ha ido reptando protegiéndose de las inclemencias del tiempo.
Hasta que aprovechando los resquicios de la carpintería irrumpe en el interior para decirme: -¡que calentitos están ustedes aquí!
Y el verde adquirido de la madreselva en su extremo contrasta con la tiritante imagen que de la misma, se va sosteniendo, en el exterior de la vivienda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario