Guardo entre los recuerdos de mi padre su libreta de adhesión al Partido Peronista, con el simpatizaba aun siendo extranjero, y los toquelados que indican el pago de su pertenencia.
Hubo un tiempo en que los partidos se sostenian con la contribución de sus afiliados. Los mismos anarquistas solían hacer donativos de dinero para "polvora o tinta", según la virulencia de sus posturas. Y entre los conservadores la afliación al partido abría puerta a otros rincones selectos.
En este día en que recordamos el advenimiento de la democracia hice memoria sobre la contribución partidaria. Pertenecía a una Unidad Básica tenía escasos representantes: un legislador y este concejal, un secretario de finanzas.
Al cobro de la dieta entregaba a Hugo Vieyra mi pago, un diez por ciento que se suponía llevaba 5 al partido, y cinco a la UB. Tengo aún algunos recibos de aquellas operatorias.
Cuando volví a ser funcionario -Director de Cultura- entre 1987 y 1988 los recibos de haberes municipales tenían un item de "descuento partidario".
Los los años cambió el signo político municipal, y con la llegada de Colazo la intendencia pintó de radical. Pero el descuento a los compañeros se seguía haciendo. Se dieron las protestas puesto que ahora el destinatario parecía ser otro. Algunos cambiaron el signo. Otros desidieron esperar..
No hay comentarios:
Publicar un comentario