.Este 31 de julio fue el último día para Pedro Barbera, con el cual cerró una larga carrera que inició el 15 de enero de 1962.
Entonces ingresó al Correo, donde con sus quince años, pasó a ser aprendiz en los Talleres Electromecánicos.Cumplido el servicio militar buscó un destino en este sur. Y así Río Grande lo conoció, a él y a su familia que compuso con Josefina Ureña.
La inauguración de LRA 24 los puso al joven matrimonio en la esfera de la nueva radio. Ella en la discoteca de la filial, el trabajando en la planta que por entonces tenía todavía cierta dependencia con el jefe de Correos.
Otros desempeños le han dado a Barbera un reconocimiento comunitario: su acción gremial en la televisión, lo que fue en un momento su otro empleo, el sindicalismo en el Smata, y la dinamización también de las preocupaciones como trabajador de Radio Nacional. Pero también fue Pedro hombre de la política, y con ello trabajó como Director General de la Secretaria de Asuntos Sociales, durante la administración justicialista de Esteban Martínez.
Apasionado fierrero se lo vio integrando comisiones deportivas, entre ellas -tradicionalmente- el Automóvil Club Río Grande, y la organización del Gran Premio de la Hermandad.
También sus iniciativas turísticas lo llevaron a arriesgar en aquel proyecto que naciera como Corazón de la Isla, y primero en Yehuín -con el gremio mecánico- y luego en la zona de Tolhuin nos mostraron que un Barbera empresario era posible.
Como olvidar que en muchas oportunidades hizo uso del micrófono: programas nocturnos lo han tenido como conductor, y matutinos como comentarista.
Ahora que lo despedimos lo mostramos en una de sus sonrisas desencajadas, en los talleres que fueron acumulando tecnologías inimaginables en el momento en que ingreso a nuestro mundo; sabemos que en algún momento debe haber salido de la planta, y en la puerta prendido el último cigarrillo.
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