Tiene la gentileza de llamarme. Y cuando hablamos suele ser
un día domingo, de mañana. Como un sacramento.
El viejo maestro trae en su conversación recuerdos del Río
Grande de los años 60, 70..
Primero lo vimos en el Ceferino Namuncurá, de guardapolvo y
corbata, entre los pequeños. Y un cercano historial de maestro salesiano.
Después nos recibió en el secundario en varias materias, de
tono humanístico.
En un momento se tomó licencia para hacerse cargo de la dirección
del Canal de Televisión, cargo que había ganado de por concurso y que exigía
una capacitación en Buenos Aires.
Ya en los años superiores era de los profesores con los
cuales podíamos sumergirnos en la actualidad. ¡Y qué actualidad la le entonces!
Un día después de ver La Fiaca pasamos a identificarlo como
La Chancha, tal vez esto lo sepa recién ahora.
¿Se enojará? Una vez lo vimos encendido, fue cuando en
Juventud –la revista del colegio- publicamos lo que la primera crítica a la
programación del Canal del Onita.
Cuando estábamos a punto de partir de la escuela él nos
contó que iba a hacer lo mismo: pensaba estudiar abogacía. Y nos llevó para que
veamos dos recursos tecnológicos: una cámara réflex, y un grabador a casettes,
con la primera ahorraría en fotocopias, con el segundo grabaría las clases y
ganaría tiempo.
Seguía un tiempo más, y antes de partir de este sur fue
relegado a tareas de en el Centro Deportivo. La familia ya preparaba la mudanza.
Godofredo Juan Videla me llama los domingos, y me pide
teléfonos para con otros amigos de entonces, que fueron muchos pero ya no
quedan tantos, el último demandado fue Domingo Plácido Montes.
Hace unos años me mandó un sobre cargado de recortes que el
llevó en su equipaje, reflejo de la actividad social y cultural de su tiempo
fueguino.
Antes había contestado el reportaje en un cassette. Yo había
enviado las preguntas. El escribió las respuestas. Y después las grabó. Todo un
trabajo en días que la radio no se apoyaba necesariamente en la inmediatez.
Ya para entonces había cumplido su objetivo y estaba al
frente de un estudio de abogados.
Ahora también eso forma parte de su pasado.
Pero hay otra parte de ese ayer que es nuestro, y Godofredo
no ha partido del todo.
1 comentario:
Muy bueno Mingo, si que lo recuerdo a Godofredo a pesar de mi corto paso por el colegio Don Bosco, me alegra que aún sepamos de él..
Publicar un comentario