Muchos de los que aquí se afana tuvieron pasados de brillantes situaciones.
El coronel Spalanzani es pañolero de la colonia. Tiene la corrección de un hombre de mundo y no abandona los hábitos y sus modales. Tuvo su cargo de jefe en aviación y fue condecorado varias veces. Ahora, pulcramente vestido y minucioso, atiene a los almacenes a su cargo con el mismo celo que a una escuadrilla aérea. Sabe que también hay que librar esa batalla pacífica. Y nos dice:
-Creo que Italia es el gran pasado y América el gran porvenir.
El que fue director de un diario -La Voce di Bérgamo-, Arturo Abrati, es aquí capataz. "De segunda", como el mismo recalca. Bonzi, que tiene el mismo cargo, correspomsal de otro periódico de Bolonia. Otro, gerente de una gran fábrica de manufacturas.
Aquél, laureado en exposiciones de productos.
Pero, como ha dicho Barzaghi, veterano de África ecuatorial, especialista en maderas, prisionero tres años de los americanos en Túnez:
-Se acabaron las condecoraciones. Ahora a trabajar.
Epígrafes:
El presidio ya no es una mole tétrica con la sugestión de la tragedia humana en sus muros.
El gobernador de Tierra del Fuego, capitán Buldrini, gran entusiasta y conocedor de la región, de sólidos antecedentes y estudios, nos dijo...
Se conversa, se reposa de las tareas... Un mundo heterogeneo vive la camaradería del trabajo y el trago. La tregua, después de la dura faena, es siempre necesaria.
En la falsa aurora. del día-noche, la luz es una fantasmagoría que parece soñada. La claridad muere sólo dos o tres horas, en verano.
Ya no hay prisioneros en Ushuaia, sino hombres libres que la construyen.
En este rincón de "boliche" fueguino, un tornero decorativo y con facultdess de tenor entretiene el ocio de la clientela abigarrada. No falta la alegría ni la amistad que se ahonda rápidamente.
Próxima entrega: Casta latina.
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