Quién se encamine por la Margen Sur del Río Grande a recorrer las inmediaciones de la denominada Oveja Negra, divisará un promontorio con una casilla en lo que es la nueva cisterna que -desde el 6 de diciembre- provee de un mejor servicio de agua al sector.
Y como en un segundo plano, rodeada por un cerco ancestral, la vivienda que fuera casa de administración de la Primera Argetina, y en tiempos más recientes del Frigorífico, hasta que en los 80 engrosara el patrimonio de la Asociación Rural de Tierra del Fuego.
El guardaganado, figura sacada de contesto en esta periferia riograndense donde la presencia animal se limita a los perros, conforma un todo visual que más a lo lejos muestra las silutas de los asentamientos urbanos nacidos de las urgencias de viviendas de nuevos y antiguos riograndenses. Paisaje que pareciera ser perecedero, pero que se afirma cada día, más y mas.
En tanto que la mansión ganadera, con sus galpones a espaldas donde se realizan las muestras feriales del serctor rural, parece situarnos en un paisaje intemporal.
La salida en el camino muestra las dos realidades. El hoy tecnológico, y el ayer aristocrático.
En tanto que suponemos que de la buena voluntad de los que hacen crecer nuestro pueblo surgirá pronto una partización, que le brinde nuevos aires, al promontorio acuoso.
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