Elvio Sepúveda, en su buen modo contratista rural, artistas, hombre sensible ha volcado su mirada a la gente de campo del sur, en su continuo andar peregrino.
Y ha encontrado estas manos que son dignas de una fecha: la del día del Trabajador, y de todos los días.
Atrás de ellas se esconden los silencios mordidos de la cotidiana labor de un hombre de campo. Ese oficio que siempre deja huellas.
Pero además de eso encierra la necesaria reflexión de lo que es nuestra vida como trabajadores, tratando de encontrar las marcas de nuestra hacer en nuestros dedos.
Entonces -tal vez- sabremos callar, y encontrar de alguna manera con Faustino Lucas Benitez, 68 años, "toda una vida de campamento, domando, chulenguiando", allá en su Santa Cruz, zona de Tres lagos.
Un hombre al que la vida lo ha dibujado, de cuerpo entero.
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