Intercambio nocturno con Luís Benegas.


 

La cercana conmemoración de los 25 años del Museo Virginia Choquintel me llevó a sostener una comunicación telefónica con quien es el sobreviviente de esta empresa cultural que indaga los nuestro en Alberdi 555: el fotógrafo y ornitólogo Luís Benegas.

Y  lo gramos dilucidar, con eso de que dos cabezas  piensa más que una, ronda un conjunto de fechas que serán las felizmente recordadas el 1 de junio próximo, y con esto queremos decir que nos remontaremos al momento inaugural de las actuales instalaciones, hecho registrado en 1999, con el nombre de Museo de la Ciudad.

Pero en la precuela de hecho aparecen dos conjuntos diacrónicos, uno vinculado al decreto de creación; otro a la existencia preliminar de un Centro Histórico Documental.

Este Centro nació a inspiración de Miguel Ángel Vítola con la asunción a la intendencia de Río Grande de Esteban –Chiquito-Martínez, lo acompañaba otro fotógrafo: Ernesto Ipas, ambos vinculados precedentemente al periódico Semanario de la Actualidad Territorial, que en días del Gobernador Arigotti comenzara a editarse bajo la dirección del periodista Ampelio Liberali. Pero ante de ser centro funcionaba como una Fototeca, en dependencias posteriores del renacido Concejo Deliberante.

Por 1984 este equipo arma una muestra en el Salón de Usos Múltiples del Hotel Los Yaganes, con gran participación comunitaria, alertando sobre la posibilidad de dar resguardo a un importantísimo patrimonio.

Al poco tiempo el Centro tendría dependencias propias en un local alquilado a Diógenes Montalba en Estrada casi esquina Lasserre. En esa situación continuaría el tiempo restante de la gestión justicialista.

Al asumir Jorge Colazo como intendente se van a dar algunos cambios, la desvinculación de Vítola, y la Creación del Museo de Ciencias Naturales e Historia por resolución del 9 de marzo de 1992.  Se concreta el traslado de sus oficinas y bienes acumulados en todo este tiempo hacia oficinas alquiladas en el Ex Offen Plaza, quedando transitoriamente a cargo de Carlos Baldassarre, bajo la tutela de Carlos Page, Director de Turismo. La más antigua evidencia documental de esta nuevo domicilio la encontramos el 13 de septiembre de 1993. Pero para el año siguiente, el 7 de julio, el Museo comenzaría a funcionar sobre el ala izquierda de la Intendencia, donde con anterioridad existían entre otras las oficinas de Finanzas. Mientras se daban estos acontecimientos comenzaba la adecuación y remodelación del Galpón de la Historia, que de tal manera así era llamadas las dependencias que fueran de la Asociación Rural, y con lo cual llegaremos al momento que  pronto festejaremos.

Debemos agregar que al día siguiente de la inauguración del Museo de la Ciudad fallece Virginia Choquintel, a quien se la identificaba como “la última Ona pura”, con lo que se creyó oportuno asignarle su nombre a las nuevas instalaciones.

De por medio hay muchos protagonistas, proyectos de investigación y extensión, reconocimientos e imaginación, lo que exigirá miradas más completas de las que esbozamos con Luís en una charla que duró más de dos horas.

Pero bueno es decirlo que Benegas ha sido invitado a hablar el 1 de junio, y seguramente su memoria apurará otras definiciones, partidas de la necesidad de hacer y creer, que fortalecieron a esta institución a lo largo de todo este tiempo.

 

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