Tierra del Fuego en su condición de isla depende en el transporte y en buena medida de la comunicación de los servicios navales.
Un conjunto de relaciones temporales así lo evidencia:
El Sanavirón es asignado como buque de estación en la Base Naval Ushuaia.
El remolcador Chiriguano socorre al patrullero chileno Lientur.
El Transporte Naval Buen Suceso hace un viaje en línea C, hasta Ushuaia.
El Bahía Aguirre tiene averías en la Antártica, y a fin año sigue en campaña.
Les Enclaireus realiza cinco viajes a Ushuaia.
El Le Maire realiza cuatro viajes en la línea C.
BDT Nro 2 realiza periplos a Ushuaia vinculados al crecimiento de la actividad petrolero y su pertrechamiento.
El Robinson presta ayuda a los pobladores del sur, la costa del Beagle.
A principios de años el Servicio de Hidrografía Naval realiza un relevamiento aerofotogramétrico-magnetométrico combinado sobre 4.400 km2 al norte del paralelo 54.
El 12 de enero en la Armada se disponen homenajes al Guaraní por cinco años, el recuerdo de la nave náufraga se eternizará en una escuela.
Para el mes de Febrero el Beagle realiza un viaje a Río Grande.
Para el 24 de Febrero los buques que habían sido comprados en tiempos de Perón reciben nuevas denominaciones menos técnicas el BDT Nro 2 pasa a llamarse Cabo San Diego, la BDT Nro 3 pasa a llamarse San Antonio de Paula, que realiza un viaje a Puerto Percy, Chile para ingresar elementos petroleros. La BDT Nro 6 pasa a ser Cabo San Isidro viajando también en agosto otro viaje a Puerto Percy.
Para Noviembre en Puerto Percy el BDT Nro 4 recién llamado Cabo San Gonzalo, realiza otro desembarco forzado por la falta de costas apropiadas en el norte fueguino, y apoyado en las buenas relaciones entre Argentina y Chile.
¿Pero qué pasaba en el puerto de nuestra localidad? En 1957 se registraban entradas de 37 barcos, en 1959 36, y en 1959 un total de 41. Un viaje de ultramar, el acostumbrado caponero, y 40 de cabotaje.
El caponero entró el 9 de abril procedentes de Santa Cruz, es el Langston Grange dirigido por John Foukren, y permanecerá hasta el 23 de mismo mes cargado 4.195 toneladas saliendo con destino Montevideo.
El 7 de noviembre la Cabo San Pablo –BDT- entra procedente de Punta Arenas con Roberto D’Agostino como capitán.
Al año siguiente vendrán 18 buques de ultramar, y 46 de cabotaje, producto de la labor petrolera que seguirá su cauce fundacional de la mano de las empresas norteamericanas.
Los viajes de cabotaje van de la mano de los Luchos de José Peisci –como lo relaciona el recorte periodístico del 20 de junio de aquel año, y las barcazas de la Anónima.
Un conjunto de relaciones temporales así lo evidencia:
El Sanavirón es asignado como buque de estación en la Base Naval Ushuaia.
El remolcador Chiriguano socorre al patrullero chileno Lientur.
El Transporte Naval Buen Suceso hace un viaje en línea C, hasta Ushuaia.
El Bahía Aguirre tiene averías en la Antártica, y a fin año sigue en campaña.
Les Enclaireus realiza cinco viajes a Ushuaia.
El Le Maire realiza cuatro viajes en la línea C.
BDT Nro 2 realiza periplos a Ushuaia vinculados al crecimiento de la actividad petrolero y su pertrechamiento.
El Robinson presta ayuda a los pobladores del sur, la costa del Beagle.
A principios de años el Servicio de Hidrografía Naval realiza un relevamiento aerofotogramétrico-magnetométrico combinado sobre 4.400 km2 al norte del paralelo 54.
El 12 de enero en la Armada se disponen homenajes al Guaraní por cinco años, el recuerdo de la nave náufraga se eternizará en una escuela.
Para el mes de Febrero el Beagle realiza un viaje a Río Grande.
Para el 24 de Febrero los buques que habían sido comprados en tiempos de Perón reciben nuevas denominaciones menos técnicas el BDT Nro 2 pasa a llamarse Cabo San Diego, la BDT Nro 3 pasa a llamarse San Antonio de Paula, que realiza un viaje a Puerto Percy, Chile para ingresar elementos petroleros. La BDT Nro 6 pasa a ser Cabo San Isidro viajando también en agosto otro viaje a Puerto Percy.
Para Noviembre en Puerto Percy el BDT Nro 4 recién llamado Cabo San Gonzalo, realiza otro desembarco forzado por la falta de costas apropiadas en el norte fueguino, y apoyado en las buenas relaciones entre Argentina y Chile.
¿Pero qué pasaba en el puerto de nuestra localidad? En 1957 se registraban entradas de 37 barcos, en 1959 36, y en 1959 un total de 41. Un viaje de ultramar, el acostumbrado caponero, y 40 de cabotaje.
El caponero entró el 9 de abril procedentes de Santa Cruz, es el Langston Grange dirigido por John Foukren, y permanecerá hasta el 23 de mismo mes cargado 4.195 toneladas saliendo con destino Montevideo.
El 7 de noviembre la Cabo San Pablo –BDT- entra procedente de Punta Arenas con Roberto D’Agostino como capitán.
Al año siguiente vendrán 18 buques de ultramar, y 46 de cabotaje, producto de la labor petrolera que seguirá su cauce fundacional de la mano de las empresas norteamericanas.
Los viajes de cabotaje van de la mano de los Luchos de José Peisci –como lo relaciona el recorte periodístico del 20 de junio de aquel año, y las barcazas de la Anónima.
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