AL CUMPLIR LA PLAZA PRINCIPAL DE NUESTRA CIUDAD 60 AÑOS PROCEDIMOS A DAR LECTURA A UNA CONFERENCIA, DONDE APUNTADOS RELACIONES SOBRE SU ORIGEN. Era el 15 de diciembre de 1997. Después la misma fue el tercer capítulo de nuestro libro TEMPRANO RIO GRANDE.
Como
suscribimos la tesis del crecimiento espontáneo de Río Grande en razón del
desarrollo de la ganadería en el norte fueguino, hace casi un siglo,
encontramos en nuestra mirada al ayer toda una serie de indicios de progreso
que -en la mayoría de los casos- fueron productos de la gestión privada.
De allí tal
vez cierta situación de desplanificación que marca características comunes en
todo el devenir riograndense.
Una de
ellos se relaciona con su organización comunal tardía. Por eso buena parte de
lo que ha pasado en nuestro pueblo se explica por las circunstancias de su
entorno rural, más que por la trama urbana de los acontecimientos humanos.
Mientras
nuestros cuerpos comienzan a adoptar la forma de la silla en que nos sentamos
daremos un detalle introductorio de ciertas circunstancias vividas en la
historia fueguina, todo orientado a situarnos en una fecha que es la que hoy
nos convoca: la de la inauguración de la Plaza de Río Grande.
La tierra y las instituciones
En la
primavera de 1893, sin permiso previo, los salesianos instalan su
emprendimiento misionero en la zona de los Barrancos Negros. Una inspección de
Monseñor Fagnano trae las instalaciones más cerca de la desembocadura del río,
en un lugar más alto -de los Tres Chorrillos- a cierta distancia del Puerto
Torino, y que hoy se cree próximo al cementerio local. Allí funcionaría La Candelaria en lo que
luego de las primeras mensuras del Ingeniero Díaz era el extenso lote XLI.
Ya por 1895
se instalará linderamente la primera Comisaría, sin edificio propio, lindera a
la institución misional. Cuando sobrevenga el incendio del 12 de diciembre de
1896, que casi pone fin a la empresa salesiana en Tierra del Fuego, la policía
esperara un tiempo y ni bien comience a levantarse en la margen sur del río la
primer estancia de José Menéndez, se mudaran allí para hacerles compañía. Para
entonces habrá tomado existencia un decreto que reserva el Lote XLI para uso
fiscal, con lo que sus ocupantes misioneros pasan a la condición de intrusos,
esto en abril de 1897.
El 1 de
julio del mismo año, en pleno invierno, una nueva visita de Fagnano preanuncia
el traslado de las instalaciones, o mejor dicho lo que queda de ellas, al
Cañadón de la Porotera,
a la vista del cabo Domingo, pero siempre de intrusos en el lote XLI. Y
remarcamos esta situación de intrusos contrastada con la gran inversión de
capital que se sitúa al sur del río, donde José Menéndez es dueño legítimo de
esas tierras, adquiridas sobre lo que fue propiedad testamentaria del difunto
Julio Popper.
Para el
invierno de 1898 se toma conocimiento de la existencia del primer comercio del
puerto: Javier Soldani es su dueño, con el tiempo llevara el nombre de EL
Cañón. Se ha elegido para su construcción la zona de la costa seca, protegida
del viento por una barranca. La policía tendrá motivos para instalarse en sus
proximidades, objeto de sí misma mantener el orden, y con ello y el tiempo irá
configurándose el pueblo con una sucesión de edificaciones en el área de la actual calle Elcano.
En la
primavera de 1905 se registra la llegada de un hombre que dinamizará la
historia que nos reúne: Francisco Bilbao. Viene como socio de José Menéndez que
dueño de los establecimientos rurales que rodean a la naciente población quiere
monopolizar a la vez el comercio local. Soldani venderá sus mejoras y fondo de
comercio a Bilbao, y este dará nacimiento a una laboriosa presencia en el seno
de nuestra comunidad.
El desarrollo
ganadero trae mucha actividad en la estación estival, dando vida a la zona del
puerto de donde se exporta fundamentalmente la lana. Tal vez con las enormes
ganancias que se dan en los primeros años de la Gran Guerra, se
avizora la posibilidad de una mayor y diversificada inversión de capitales, que
dará origen a la instalación del frigorífico en lo que hasta entonces había
sido el casco de la
Primera Argentina. La estación estival será a partir de este
momento un continuo fluir de migraciones golondrinas en la región magallánica,
y para algunos ciertas perspectivas de radicación en la zona, donde el acceso a
la tierra no está condicionado por oblar precio alguno por su uso inmediato.
Ya han
muerto Fagnano y Menéndez cuando visita en 1920 el entonces Gobernador Repetto,
en el Vicente Fidel López, transporte de la Armada, el puerto donde crecía como institución
de resguardo la
Prefectura Nacional. Fuera del área inmediata lindera a esa
repartición, donde las construcciones existentes se mantenían solo por la
tolerancia que sobre las mismas ejercía la institución marítima de resguardo,
se da un amanzanamiento primario sobre lo que hoy seria las avenidas San Martín
y Perito Moreno, y se identifican a los ocupantes del área de Elcano. Ya para
entonces una radicación en este puerto permitía el acceso a la tierra publica,
mediante una presentación ante el Juzgado de Paz, y una verificación del
cercado correspondiente del predio a utilizar. Cuidándose de que la apropiación
se haga sobre más de un terreno.
Pero por
entonces no había mucho presupuesto para cercado en los que arriesgaban a
quedarse a vivir en este puerto.
Al año
siguiente toma vida la
Colonia Agrícola de Río Grande que con la mensura realizada
por Varela, y aprobada en 1926 delimitará el damero urbano, y creará espacios
de quintas y de chacras en lo poco que quedaba para entonces del lote XLI
mermado para entonces por lo que fuera Misión Salesiana, y Segunda Argentina,
adquirente final esta última de la casi totalidad de las tierras que en algún momento
tuvieron los salesianos.
Es así como
el Ministerio del Interior, instruía el 24 de agosto de 1927 en lo siguiente:
“Deberán los Gobernadores de los Territorios Nacionales ajustar sus conductas
sobre el tema Tierras de los Municipios a las instrucciones del Ministerio de
Agricultura.”
Y ya en
1928 una disposición del Gobierno Fueguino, daría origen a la primera Comisión
de Fomento. A 35 años de la llegada de los salesianos, A 33 años de la
instalación de la policía. A 30 años del primer comercio. Y siete de la creación de la Colonia Agrícola.
Las instituciones y la tierra
El 24 de
abril de 1928 en el Ministerio del Interior se toma razón mediante un decreto
por el que se aprueba la resolución del gobierno fueguino del 7 de marzo, y con
ello se confirma la integración de la comisión de Fomento de Río Grande.
La entidad
que tendrá jurisdicción sobre la mensura aprobada el 29 de noviembre de 1926,
por el Ministerio de Agricultura, estará conformada por los principales cinco
comerciantes que tiene el puerto: dos españoles (Francisco Bilbao y Manuel
Anllo), el belga Eduardo Vanaken (SIC), el
árabe José Raful, y Federico Ibarra, argentino. Con pocas variantes
serán estos vecinos los que conducirán los destinos administrativos de la
naciente institución comunal durante los próximos años. Su labor se encuentra
resumida en las actas de la
Comisión que en número de 85 nos llevaran al momento en el
cual Río Grande inaugura su primer espacio publico: La plaza que ahora cumple
60 años.
Pero siendo
tema de nuestra disertación las características de la distribución del espacio
urbano es que resumimos del conjunto documental de lo obrado por la Comisión de Fomento
durante casi su primera década:
Acta número
5. l6 de junio de 1930. Se solicita a la Gobernación un plano del ejido de este pueblo y
otro en el que figuren las quintas y chacras. En la misma reunión se decide
consultar a la Gobernación
si la Comisión
tiene atribuciones para poner nombres a las calles.
Acta 6. 14
de noviembre de 1930. La ordenanza número 2, que debe ser aprobada por el
Gobernador, determina sobre la obligación de los frentistas de construir
veredas con “cordón de madera”, ajustándose por la misma disposición el cercado
“a las líneas divisorias de cada solar”.
Acta 8. 7
de abril de 1931. Primera licitación pública para el arreglo de calles. Se
piensa destinar hasta 4.000 pesos a esta tarea para la que fue seleccionada la
oferta presentada por el señor Vitelmo Garay. Se contaba como ingresos 8.840
pesos, del producido por el cobro de patentes en los años 1928 y 29,
recientemente girados por la
Gobernación. El tema del mejoramiento de las calles y zanjeos
será constante en la primera mitad del año, y al llegar la fiesta del 25 de
mayo se dispondrá de un presupuesto de $ 100, y todo girará en torno a la
escuela pública, dado que no hay plaza. Para el nueve de julio el presupuesto
de festejos descenderá a $ 35,50, es período de receso invernal, la
concurrencia merma, y hay una ceremonia de “izamiento del pabellón nacional”
sin especificarse detalles de lugar. Tal vez haya sido en dependencias
policiales.
Acta 30. 22
de abril de 1932. Ante requerimiento verbal de la Compañía Frigorífica
Argentina se autoriza el tendido de red telefónica en espacios públicos de la
población.
Acta 36. 7
de julio de 1932. El acto del 9 de julio se realizará en la Comisaria local.
Confites y chocolatines para los niños asistentes a la ceremonia.
Acta 38: 10
de agosto de 1932. Se solicitan 500 metros de rieles a la estancia José
Menéndez para tareas de arreglo de calles durante la temporada de verano.
Acta 44. 20
de febrero de 1933. La presidencia de la Comisión solicita a la Gobernación informe si
el “frigorífico local corresponde al ejido del pueblo.
Acta 45. 4
de abril de 1933. Litigio por la construcción de un alambrado en el lote 74
entre José Antunovic y Esteban Rogosich. Se da intervención a la Comisión de Fomento sobre
este tema rural.
Por estos
años Río Grande vive interdependiente de la economía magallánica, situación que
se refleja particularmente en medio de la depresión mundial. Su falta de
comunicación con la capital de la Gobernación: Ushuaia, es tal que lleva a las
autoridades nacionales a estudiar la supresión de la gobernación fueguina
anexando el norte de la isla a la de Santa Cruz, cuyo juez letrado tiene
jurisdicción sobre toda la
Tierra del Fuego, y proponiendo para la parte sur una
dependencia directa del Ministerio de Marina -como se dará a partir de 1943-
con destino a la creación de una Base Naval.
Pero
volvamos a la Comuna
de Río Grande, y el manejo de algunos aspectos ligados a la ocupación de la
tierra en el área de su influencia:
Acta 59. 21
de febrero de 1935. Solicitud para alambrar su lote del Sr. Jorge Lombardich.
Se le requiere decreto de aprobación de mensura.
Acta 60. 22
de abril de 1935. Conflicto de alambrados entre Lombardich y José Romero.
Acta 61. 7
de mayo de 1935. Conflicto de alambrados entre José Ruzak y la Misión Salesiana.
Acta 69. 10
de abril de 1936. En un plan de obras figura “hacer en la calle por la que se
entra al pueblo un terraplén que cruce
que está a la entrada del pueblo.
Acta 76. 11
de noviembre de 1936. Se establece la obligación de solicitar permiso a la Comisión para cercar
solares, como también para edificar. Para entonces se registra en reingreso en
la vida pública de Francisco Bilbao, quien da nuevos bríos a la gestión
municipal.
Acta 77. 18
de febrero de 1937. “El señor Presidente informa respecto a la necesidad de
iniciar a la brevedad posible los trabajos correspondientes a la futura plaza
principal del pueblo.”. “Considerase a continuación el lugar destinado para la
misma y siendo opinión un anime de los presentes que la manzana 44 destinada
para este fin además de estar en parte ocupada no reúne las condiciones
necesarias y encontrándose la 33 libre de adjudicación y mejor ubicada para el
fin que se de destina resuelve dirigir nota a la Oficina de Tierras local,
y por su intermedio a quien corresponda solicitando la permuta de la manzana 44
destinada a plaza de este pueblo por la 33, de acuerdo a lo expuesto
anteriormente.”
Así se
estaba gestando el hecho inaugural que hoy queremos ponderar en la persona de
quien era nuevamente presidente de la Comisión de Fomento, Don Francisco Bilbao.
Como se
puede apreciar de este conjunto de referencias en poco o nada tenía injerencia la autoridad comunal sobre
otorgamiento, contralor, cobro de tasas y aranceles, y venta de tierras en la Colonia Agrícola
de Río Grande. Sus atribuciones estaban vinculadas a los espacios públicos y
los únicos existentes eran entonces las calles, con un estado precario que
debemos imaginar, y sobre el cual se volcaban las mayores erogaciones
presupuestarias.
Francisco
Bilbao, ausente de la gestión comunal en la que fuera presidente inaugural en
l928, con mandato hasta el invierno de 1930, asume una nueva responsabilidad
comunitaria el 12 de junio de 1936 y es el tema de la plaza una bandera que
mantendrá en alto hasta su concreción.
Río Grande 1937.
Un
acontecimiento divide al mundo, la Guerra Civil Española, pero si tal vez los
residentes locales toman partido por uno y otro de los bandos esta situación no
repercute en la vida de relación comunitaria.
El país
experimenta una nueva elección presidencial, la que llevara la primera
magistratura al Doctor Ortiz, hasta entonces Ministro de Hacienda, pero en los
Territorios Nacionales no se vota y todo aquello es una experiencia distante.
El año de la Plaza registra otras
inquietudes. Una de ellas fue la visita de una comisión de la Cámara de Diputados de la Nación, que llego el 2 de
marzo en el Transporte Patagonia. Se los recibió con vermouth y banquete en el
que participaron los principales vecinos de la zona. Los Diputados conocieron
las oficinas públicas, obras de Vialidad y estancias próximas, y se compenetraron
de las necesidades más urgentes de la población. En su informe final a la
cámara los integrantes de esta Excursión Legislativa formularan la
urgencia ante el “Ministro de Hacienda
pidiendo el establecimiento de sucursales del Banco de la Nación Argentina
en Río Grande, y al Ministro del Interior, rogando la creación de una sala de
primeros auxilios en la misma localidad de Tierra del Fuego”. Solicitan a la
vez la creación de un internado escolar anexo a la única escuela fiscal. Los
diputados que recorrieron 9000 kilómetros por rutas del sur disponían
para la empresa un presupuesto de $ 2500, de los que solo gastaron $ 1852,
devolviendo el resto.
La Comisión de Fomento
decidió rebajar las tasas de servicios.
Por limpieza se paso a cobrar 2 pesos a las casas de comercio que antes
pagaban 4, y los particulares y oficinas comerciales solo pagarían uno de los
dos que antes tributaban.
Se solicita
la ampliación del ejido urbano incluyendo en una extensión aproximada de 2700 hectáreas en la
margen SE de la ría y en la ribera del mar, abarcando las edificaciones
existentes de la
Compañía Frigorífica de Argentina y tres casas de comercio, y
también 1200
hectáreas hacia el río Chico, sobre la ribera del mar.
Situación que será aprobada en 1939.
El
Frigorífico desarrolló su tarea entre el 1 de febrero y el 27 de marzo,
faenando 217.196 corderos, y 13.404 capones, totalizando 3.263, 25 toneladas.
Entre los 10 frigoríficos de la región argentina chilena mantenía un claro
liderazgo. Estaba escoltado por el de Río Seco con 2.963 toneladas y el Swift
de Río Gallegos, con 2.582, 2.
El 14 de
marzo en la Misión
se coloca la piedra fundamental de un nuevo edificio que será todo de
mampostería, paralelamente se trabaja en la construcción de un edificio
parroquial en el puerto. La falta de cemento hace que estas obras se
desarrollen esporádicamente.
Por
disposición del 4 de septiembre la
Policía comienza a expedir Cédula de Identidad a los
extranjeros “que en la
Dirección de Inmigraciones no registra ingreso, previo levantamiento
de una información sumaria donde conste sus medios honestos de vida, conducta y
comportamiento durante el tiempo de residencia en el país”.
Ante la
necesidad de ejecutar el cobro de la denominada “Contribución Territorial” se
conforma el 19 de abril una comisión que integran los vecinos propietarios
Manuel Anllo, José Raful y Juan Guerra. Se da respuesta de esta forma a un
decreto del 1 de octubre de 1934, sobre la Percepción de Impuesto
Territorial por las Comisiones de Fomento de los Territorios Nacionales, que
derogando el Decreto del 10 de diciembre de 1914 “establece aplicación de
impuestos sobre todos los inmuebles comprendidos en sus ejidos”.
El trabajo
de la comisión permitirá conocer edificaciones levantadas en las manzanas 45,
46, 55, 56, 57, 66, 93 Y 97 con el siguiente listado de propietarios: Eduardo
Van Aken, Simón Kokic, Miguel Susic, Benita Viuda de García, Federico Ibarra y
Cía, Esteban Kovacic, Aurelio Mazziotti, Evangelista Azocar, Jorge Draguisevic,
Alejandrino Cárdenas, Amanda Traba de Van Aken, Santiago González, Salomón
Bunader, Manuel Anllo, Roque y Raful, Transito Mansilla Cárdenas, Juan Guerra,
Juan Ferrando, Francisco Bilbao y Manuel Ardanaz.
Allí se
asignaba un valor a la tierra que fluctuaba entre los 250 y los 950, esta
ultima propiedad de Bilbao; como así también el valor de las construcciones que
iban de los 1.750 pesos de las casas de Draguisevic y Cárdenas a los 22.250 de
la propiedad de Amanda de Van Aken levantada en el solar L de la manzana
56.Para todos ellos corresponderán el pago del tributo con fecha límite fijada
el 30 de septiembre.
Aeroposta
Argentina tiene lindero al frigorífico la terminal sur de sus vuelos
patagónicos. Los trimotores Junkers cargan 17 pasajeros y 3 tripulantes y se
desplazan por los ventosos cielos del sur a 240 kilómetros por
hora. Aquí llegan los lunes a las 10.20 y luego del almuerzo en la casa de
administración del frigorífico los tripulantes reembarcan a Gallegos a las
15.45. El pasaje cuesta 530 pesos y permite llevar hasta 15 kilos de equipaje,
el costo ida y vuelta resulta a la larga más económico puesto que hay que
erogar solamente 950 pesos. El beneficio colateral para este servicio se
registra también en el rápido despacho de la correspondencia que hasta hace
algunos años salía solamente por vía marítima.
La Memoria Anual
referida a la provincia señalara sobre este punto: “El servicio aéreo a Río
Grande que partía de Bahía Blanca ha extendido su recorrido hasta esta capital,
y dotado su material de vuelo de las características de confort y seguridad que
permite la técnica actual de la navegación aérea. No es preciso encarecer los
beneficios de todo orden que se derivan de esta rápida comunicación de las más
apartadas regiones del país con su centro vital, que los pobladores y el
comercio de las zonas que sitúa ha debido comprender y apoyar utilizando en
gran escalas sus servicios.” La
Patagonia era redimensionada desde 3000 metros de altura.
Los vuelos
y su inmediatez en el transporte han posibilitado perfeccionar algunas iniciativas
particulares, entre ellas la siembra de ovas de salmónidos, por parte del
Administrador del Frigorífico Don John Goodall. La Salvelinus Ontinalis
y el Salmón Salar llegaron en tren de Bariloche a San Antonio Oeste, y de allí
siguieron en avión un destino transformador en el Río Grande. La empresa
traslado sin costos también en 1937 una gran partida de Truchas Arco Iris y
Salmo Fario desde Puerto Mont, y pronto “todos los ríos y arroyos al alcance de
automovilista están con truchas de una u otra de estas clases”.
La Comisión de Fomento
inicia gestiones para la construcción futura del Cementerio, requiriendo para
ello las quintas 6 y 7 del pueblo, libres de adjudicación. Es cuando toma
conocimiento que está facultada a cobrar una tasa fiscal por la utilización de
los servicios de cementerio, la que será volcada íntegramente a su patrimonio.
Por entonces la mayoría de las inhumaciones se realizaban en la Misión Salesiana.
La iniciativa se demorara 10 años.
Se
adquieren elementos de construcción vial, vagonetas volcadoras con cajón de
hierro, y 200 metros
de vías a la empresa Schimdt que terminaba tareas para Vialidad Nacional en las
obras del acceso al puente sobre el Río Grande y puente sobre el Río Chico.
Inversión que alcanza los 248 pesos. Con ellos se espera diligenciar mas
efectivamente los trabajos iniciados en 1936 en el denominado “camino de la
vega” y la segunda cuadra de la avenida.
“La
carretera entre Río Grande y Ushuaia -dirá en su informe de ese año el Ministro
del Interior- se encuentra en construcción realizando así su verdadera unidad
geográfica”.
Durante el
invierno, extremadamente riguroso, surgen dos instituciones destinadas a
perdurar: El Club San Martín y la Asociación Rural. En los motivos de la primera es
confraternizar entre la juventud y promover las prácticas futbolísticas; en la
segunda una respuesta al Decreto del 17 de junio de 1937 sobre Ventas de la Tierra Públicas,
que aúna a los intereses encontrados de la última década en lo que fue el
reparto de la Tierra
Pública fueguina durante la administración radical. Una etapa
altamente conflictiva de la vida económica y social del norte fueguino parecía
llegar a su fin.
Durante
1937 se registran solo 18 nacimientos, muchas madres salen de la isla a la hora
de alumbrar sus vástagos, 13 son las defunciones, entre ellas para la Navidad la de Don Simón
Imperial concesionario del servicio de recolección de basura, y sumaron 10 las
uniones matrimoniales.
El pueblo y su plaza
El 20 de
febrero de 1937 la Comisión
de Fomento eleva a la Oficina
de Tierras que ejercía don Juan Cabezas, una solicitud que expresa lo
siguiente:
“En la
reunión celebrada por esta Comisión el día 15 del corriente mes se acordó
dirigirnos a Ud. y por su digno intermedio a quien corresponda, solicitando la
permuta de la manzana 44 de este pueblo, reservada con destino a plaza, por la
número 33, hasta el momento libre de edificación, y con el mismo destino”.
“Fundamos
esta permuta, primero, porque es opinión de esta Comisión de Fomento; que la
manzana 33 solicitada está, para el fin que se destina, mejor ubicada en
relación al futuro desarrollo del pueblo, en que demandaría menos gasto su
arreglo ya que es mucho más llana que la reservada, factor de tener muy
encuentra por la Comuna
cuyos recursos son exiguos, y además porque en el solar D de la manzana 44 se
ha construido una casa”.
El 14 de
agosto la Comisión
de Fomento resuelve iniciar los trabajos
de la plaza en la manzana 33.
¿Cuál fue
el destino de la primer manzana destinada a plaza?
La manzana
44 situada entre las calles todavía innominadas 9 de Julio, Rosales, Espora y
San Martín, fueron adjudicadas por ofertas enviadas vía Oficina de Tierras a
Buenos Aires, donde se concretaban lentamente la obtención de títulos de
propiedad:
Los de esta
manzana que no fue plaza encontraron la siguiente resolución en su proceso de
enajenación...
Lote A:
Juan Manuel Muñiz Piniella, que recibió su título de propiedad cuando el 28 de
febrero de 1947 el General Perón firmo el decreto adjudicatorio número 5582.
Lote B:
Comprador Nicanor Valdés, que lo recibió por decreto del Poder Ejecutivo
Nacional Nro. 9978 del 20 de mayo de 1952.
Lote C:
Francisco Máximo Bilbao. Titulo firmado también por Perón –decreto 7269 del 18
de marzo de 1947.
Lote D:
Adjudicado por la
Ex-Dirección General de Tierras de la Nación a María Soto Legue
de Visich, pero que recién pasa a tener titulo de propiedad con la gobernación
de Don Ruperto Bilbao .
Lote E: A
Waldron y Compañía por titulo 19.1999 firmado por Perón.
Lote F:
Eduardo Van Aken Telmas -Título dado por decreto 7271 del 18 de marzo de 1947
con la firma del General Perón.
Lote G:
Otorgado por Frondizi el 8 de septiembre de 1958 por decreto 5408 a Ernesto Bares Rield.
Lote H: de
Vicente Elisardo Canga; titulo por decreto 26467 del 26 de diciembre de 1951
del superior gobierno de la nación ejercido por Juan Domingo Perón.
El cambio
de destino dado por los desniveles del terreno y algunas ocupaciones de hecho
realizadas en el predio, condicionó un cambio en la fisonomía urbana futura de
Río Grande.
Frente a
esa plaza se reservaban terrenos de uso oficial en los que crecerían más tarde
el Juzgado, el Banco Nación, la
Delegación de Gobierno. Ya entonces Santomé tenía su terreno
frente a lo que seria la plaza, y en la otra esquina una propiedad estaba
asignada a Miguel Alarcón y Francisco Bilbao (hijo). Más tarde el hotel de
Villa cubriría una esquina que revestiría un lugar importante.
La plaza
iba a nacer aunque no consolidaría en lo inmediato el verdadero centro cívico
de la población.
Y así
volvemos al 11 de diciembre, cuando se encuentran finalizadas las tareas de
alisado, cerco perimetral, construcción de pozo de agua y levantamiento del
mástil. Ese que será bautizado
espontáneamente como “el obelisco” de Río Grande, como clara repercusión del
que se inaugurara el año anterior en la capital de la República.
Habrá
festejos el Club Social y en el San Martín, instituciones nacidas un año antes,
a los que aportara 100 pesos la
Comisión de Fomento para los festejos colaterales a la
inauguración.
La
bendición religiosa estará a cargo del Director de la Misión, Padre Crema.
Se
encontraban al frente de la
Comisión de Fomento los vecinos Francisco Bilbao, Francisco
Ibarra, Nicolás D’Onofrio y Amadeo Soto.
La plaza
cercada permanecerá en esta situación durante dos décadas. En estos años, a
salvo de la trashumancia de semovientes, crecerán sus especies arbóreas traídas
con especial esmero algunas de ellas de la zona de San Pablo, las vernáculas; y
las extranjeras de la ciudad de Punta Arenas.
El singular
mástil cuya imagen recuperamos por cesión del material fotográfico por parte
del Doctor Jorge Stipicic Bilbao, nieto de Don Francisco, tenía una especial
conformación que facilitamos a Roberto Berbel para que con su habilidad de
carpintero, él y otros de su oficio, construyeran una replica a ser levantada
en nuestra plaza al cumplir esta 60 años.
Hemos
tenido en esta instancia numerosas dudas sobre la madera utilizada, las
dimensiones correctas, la detalles de su fabricación. Pero nos movemos sobre la
historia que se construye sobre el olvido, y no sobre las certezas. Libre del
pesar de toda filosofía construimos este momento celebratorio con una
emotividad manifiesta.
Hemos
escuchado muchas voces disconformes con respecto a las reformas introducidas en
la misma durante la reciente gestión municipal. Se ha hablado de respetar un
estilo, pero nadie guardaba memoria sobre este “obelisco” que se presentaba en
la inauguración, y que se aprecia parcialmente en numerosas fotografías de la
época. Nunca hasta ahora con imágenes de su cúspide, tal vez porque en su
altura no permitía el desarrollo de la óptica fotográfica de la época una
simultaneidad de apreciación del conjunto mástil, bandera y público.
La gran
mayoría de los riograndenses crecimos venerando la patria junto al mástil que
en 1949 donó YPF. No sabemos si la sustitución del Obelisco de Don Francisco
por aquel caño que trajo el progreso generó situaciones de aceptación o
rechazo. No hay documentación que atestigüe el cambio, ni memoria de los viejos
pobladores que tal vez visitaban muy poco la plaza franqueando uno de sus dos
portones situados al centro sobre Espora o Fagnano.
Para
entonces Bilbao había dejando su sempiterna presencia en la Comisión de Fomento, y en
esa nueva hora los antiguos vecinos eran desplazados por los nuevos en el
manejo de la cosa pública. Ahora no integraban la Comisión de Fomento los
pobladores del lugar sino los jefes de las reparticiones públicas nacionales
que crecían en numero e importancia para dinamizar el desarrollo en aquella
primera hora peronista.
En el año
1946 se inaugura el monolito en que una placa recuerda la creación de la Colonia Agrícola
de Río Grande, 25 años antes, Ruperto Bilbao al hacer una reseña de lo vivido
recuerda la inauguración de la
Plaza, “donde no podemos admirar las célebres reuniones de
las retretas puebleras.”
Para el
tiempo en que se levanta su cerco recibe el nombre y el busto del Almirante
Guillermo Brown, el héroe de la
Armada, prócer inmigrante de los argentinos.
En tiempos
de Néstor Nogar intendente, se adornaron sus calles y diagonales con mosaicos
vainilla. Y durante la gestión de Alberto Vicente Ferrer se perfeccionó la
iluminación y se la dotó de bancos, como toda plaza que merezca ser llamada.
En tiempos
en los cuales el Arquitecto Jorge Casas era Secretario de Obras Públicas de la Comuna, se presentó por la
televisión la maqueta de una reestructuración de este espacio verde. Comprendía
la construcción de edificios sobre sus cuatro aceras configurando en pleno un
centro cívico que le estaba -y le está- faltando a nuestra ciudad. Los gritos
en el cielo no tardaron en hacerse sentir, voces de antiguos pobladores –que
entonces tenían su peso- dejaron en proyecto en lo que fue, un proyecto ideado
por profesionales de la
Capital Federal.
Recuerdo
que como funcionario de Esteban Martínez nos sentamos un día a tirar líneas
sobre un reaprovechamiento de nuestra plaza de estilo italiano -en esto propia
del Renacimiento- y así se pensó en un muro que en forma de arco protegiera del
viento del oeste, sirviera de soporte a placas y otros testimonios, y albergara
un escenario para actividades comunitarias, o simplemente un palco. Ya por
entonces acuñábamos la idea que en realidad en Río Grande la función de las
plazas las cumplen los gimnasios Y para aquellos días se envidiaba la
construcción de la plaza de armas del BIM 5, mérito si no me equivoco del
primer capitán Monti.
Las
intenciones nos llevaron con Oscar Lassalle y Mirta Ferrari a convocar dominicalmente
al izamiento del pabellón nacional, así comenzó a figurar a fines del 87 en la
agenda de cuanta personalidad visitaba la comuna su asistencia al izamiento del
pabellón nacional. El sol fue siempre generoso con este propósito que intentaba
emular a la conducta cívica dominical de los riogalleguenses frente al
monumento a Roca; así actuó la
Banda, el ballet de Víctor Hugo, cantaron folkloristas,
recitaron poetas en una ceremonia efímera y contundente que exigía en algunos
pocos la seguida celebración de la
Misa, y en casi todos el traguito reparador en la confitería
del cine.
Pero no
prosperó en mucho tiempo la iniciativa. No fue periódica, fue irregular.
Hoy vemos
pugnar a la actual administración comunal por hacer crecer estos hábitos pero
en un nuevo sitio: La Plaza
de las Américas situada más en lo que ahora sería el centro geográfico de
nuestro crecido Río Grande, pero disociada de la imagen tradicional de una
plaza renacentista, como es la Almirante Brown.
La plaza ha
sido objeto de diversas mitologías: una dice que circula bajo su superficie
agua salada del mar, impidiendo el desarrollo de sus árboles dado que al
profundizarse sus raíces estas se secan. Otra señala que el trazado de sus
calles es una copia de la bandera británica.
La pérgola
actual, como incorporación más reciente, suele vérsela como una versión
multicolor del “Kiosco” existente en la vecina Punta Arenas.
Allí se han
congregado actividades, artísticas, recreativas y de protesta social y
política. El estado de indefensión de
los espacios públicos, en estos nuevos días de intranquilidad, ha hecho víctima
reciente a la figura del Almirante Brown, sus farolas, sus bancos, y parte del
continuo esmero que los floricultores municipales dan para su embellecimiento
continuo.
Pero la
historia que nunca se detiene a de alumbrar tal vez un nuevo tiempo, donde las
razones de urbanidad sigan ganando para el uso de nuestra gente este espacio
público que lentamente hace 60 años fue pensado como corazón de nuestro pueblo.
Tal vez
entonces se encuentre otro momento para rescatar algunos nombres del olvido,
para describir las circunstancias del progreso, para asumir valores permanente,
mas allá de los ritos y compromisos del civismo y de la Patria. Más allá del
verde mutismo de la naturaleza cambiante según los meses del año....
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