A los 25 años de Cordón Cuneta.

Se ha cumplido un cuarto de siglo de esta experiencia periodística que me ha tocado protagonizar en el diario El Sureño, desde aquel día en que el crucigrama dejó de llegar regularmente.

Durante algunas semanas, antes y después de la fecha aniversario, esperé que alguien se acordara del acontecimiento.., hasta que al fin me largué a ponerle letra a mis sentimientos.

La experiencia de Cordón fue posible a partir de las relaciones con un amplio segmento de la comunidad fueguina, en un primer momento signada como de antiguos pobladores, luego más contemporánea a nuestro espacio de vida, lo que hace que tenga por ordenar en casa cajas y cajas de material visual que no ha sido posible difundir en su totalidad, en ese sentido creo que existen unas seis mil fotografías en situación de espera.

Fue así que nuestra incorporación a lo cotidiano que pasó de ser una segmento periodístico situado en la última página, entre las tiras humorísticas, a convertirse en la misma contratapa en la única oferta comunicacional unida a una abigarrada compañía publicitaria.

Hay tiempos en que la gente acerca sus imágenes, hay otros en que se sale a buscarlas en lugares donde anidan esperando una proyección actual relaciones visuales atesoradas por las familias.

Muchas imágenes fueron recibidas como obsequió, otras fueron copiadas, situación que hoy por hoy scanner de por medio resulta poco onerosa.., las hay también las que deberán ser devueltas.

Nuestra contribución cotidiana fortaleció el conocimiento de los lectores sobre situaciones de un ayer, muchas veces desconocido, dado el carácter joven e inmigrante de nuestra población.

Todos los días solemos componer un Cordón y así avanzamos en el tiempo, hoy estamos terminando los que saldrán los últimos días de noviembre. Pero también hay interferencias cuando un hecho feliz  luctuoso amerita una publicación que produzca un salto en la relación que mes a mes ponemos en manos en el diario, en manos de Manuel o en manos de Alicia.

Y yo que me siento en un tiempo de despedida, motivado fundamentalmente por mi cercano retiro en Radio Nacional, me pregunto a veces sobre el destino futuro de este quantum informativo sobre el cual no he logrado encontrar respuestas institucionales.

Formará parte de la magia del vivir, mientras la magia exista, aquel rinconcito donde un pequeño texto ligado a una fotografía permitía que lo chico se hiciera importante, y lo grande se volviera pequeño.